07.

—¿Por qué? —preguntó, sin entender mucho y ladeando la cabeza hacia un costado. Vió a Jiwoong mirarlo por dos segundos antes de suspirar.
 
—Porque prefiero hablar de ti —Matthew sintió sus mejillas aún más calientes que antes, y bajó la mirada a sus dedos con una sonrisa nerviosa, —o de mi, no lo sé.
 
Matthew no pudo ver la expresión de Jiwoong, pero realmente él quería conocerlo y no gastar su tiempo con él hablando de su novio, cuando cualquier otro chico alardearía sobre lo fantástica que es su relación.
 
Matthew comenzaba a sentir pequeños hormigueos cada vez que estaba con el pelinegro. La atención que este le daba los últimos días era tan rara, pero cómoda, cálida y satisfactoria. Sus malos ratos comenzaban a esfumarse cuando el chico sonreía. Y Matthew sabía que se estaba metiendo en un lugar demasiado peligroso, y que debía ordenar sus ideas y convencerse de otras que no le agradaban tanto. Pero era eso, o seguir ilusionándose con el perfecto chico de pelo negro, brazos fuertes y ojos tan expresivos que tenía un novio -y para colmo era su compañero de trabajo- y que nunca le daría una oportunidad.
 
Pero por el momento, no lo haría, tal vez mañana si, pero hoy quería hablar y saber más sobre Jiwoong.
 
—¿Ah sí? —cruzó sus brazos por encima de la barra y levantó una ceja, cosa que no se vio por su cabello rubio peinado hacia abajo, —Entonces cuentame de ti, hyung.
 
Jiwoong chasqueó la lengua, olvidándose repentinamente de sus pensamientos negativos y mirando a Matthew con una sonrisa cómica.
 
—No soy para nada interesante —Jiwoong se encogió de hombros, y Matthew no pudo estar en más desacuerdo.
 
¿Qué no tendría de interesante un hombre como Jiwoong?
 
—Anda, cuentame sobre tí, solamente sé que te llamas Jiwoong —Matthew hizo un puchero y pestañeó un par de veces rápidamente, intentando utilizar el encanto que tenía para convencer a Jiwoong.
 
Le miró enfocarse en su rostro, desde detrás de la pantalla de su computadora, y supo que había conseguido su objetivo al verle sonreir entre un suspiro y cerrar los ojos por un par de segundos.
 
—Mi nombre completo es Kim Jiwoong —dijo, para luego abrir los ojos y enfocarlos en los de Matthew, —tengo 22 años, mi color favorito es el gris, estoy en mi último año de música en la universidad de Seúl, me gusta la moda y... estoy intentando ser vegetariano.

Lo último hizo que Matthew elevara las cejas, —¿vegetariano? —preguntó, sin poder creerselo.
 
—Si, osea, intentando, por ahora soy una especie de pseudo-vegetariano o algo así —Jiwoong se rascó la nuca, volviendo la vista hacia su computadora y tecleando un par de cosas más. Matthew asintió, comprendiendo.
 
—Qué genial que estudies música, ¿es tu pasión? —volvió a preguntar, completamente curioso y escuchando con una sonrisa la risita de Jiwoong.
 
—Algo así también, en realidad soy muy artístico, sé pintar, componer, producir, bordar, dibujar, rapear, cantar y bailar, pero me enfoco más en la música.
 
Matthew abrió los ojos como plato, ¿acaso había algo que Jiwoong no pudiese hacer? Ahora, aparte de sentir una profunda atracción hacia él, un deje de admiración se coló en el rubio, el jamás habia sido bueno para muchas cosas a la vez, durante la preparatoria solamente estuvo en el taller de danza, y era lo que mejor se le daba y casi lo único que le gustaba hacer.
 
—Wow, ¿y así te consideras poco interesante?
 
Jiwoong se encogió de hombros, —¿Y tú que estudias?, —le preguntó de vuelta, terminando el tema sobre él mismo.
 
Matthew le miró incrédulo, él no estaba estudiando en ninguna parte y ninguna cosa, se dedicaba a su trabajo y a ahorrar dinero para si mismo, y —¿Cuantos años piensas que tengo? —respondió con otra pregunta, elevando una ceja y dedicándole a Jiwoong una mirada incrédula.
 
—Hm... ¿21? —el pelinegro dijo con duda, haciendo una pequeña mueca que arrugó su nariz e hizo a Matthew derretirse por lo lindo que se vió aquello.
 
Negó con la cabeza, mirándole algo ofendido, —Tengo 18, y acabo de dejar la preparatoria en julio. Me he tomado un año sabático para tr-"
 
—¡¿TIENES 18?! —exclamó Jiwoong, interrumpiendole y logrando sobresaltarle al sentir al pelinegro elevarse en el asiento e inclinarse hacia él con el ceño fruncido y la boca entreabierta.
 
—Uh-uh... si, t-tengo 18 —Matthew se mordió el labio, desviando la mirada hacia la calle para no colocarse más nervioso de lo que estaba.
 
Miró de reojo como Jiwoong se volvía a sentar y se cubría la boca con una de sus grandes manos. Matthew bajó la cabeza, apenado y repitiendose lo tonto que era por colocarse nervioso solo por tener a Jiwoong más cerca de lo normal, mentalmente.
 
—Son 4 años de diferencia —susurró Jiwoong, lo suficientemente fuerte como para que Matthew le escuchara y levantara la vista hacia un perdido mayor sentado frente a él.
 
—¿Y qué tiene?
 
—Al menos eres lo suficientemente legal.
 
Matthew enarcó una ceja, sin comprender.
 
—¿Legal para qué?
 
—Para nada —Jiwoong dejó de mirar a un punto muerto en la barra para sonreirle, y nuevamente escribir en la computadora.

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