05.
Al siguiente día, Matthew recibió un mensaje de en su teléfono de un tal "Numero desconocido" mientras se aseguraba de que no faltara ningún cliente por atender.
Numero desconocido:
——Hey, soy Jiwoong.
Abrió los ojos como plato y dejó caer la palma de su mano demasiado fuerte en la barra, asustándose a él mismo y llamando la atención de una ancianita que parecía jamás haber tomado un bubble tea y no sabía donde rayos meter la pajilla.
Miró hacia todas partes algo avergonzado, antes de llevar su puño a la boca y mordisquear uno de los nudillos, viendo el mensaje desde su barra de notificaciones. Se había olvidado por completo que Jiwoong tenía su número, y el mensaje lo había tomado completamente desprevenido.
Numero Desconocido:
——¿Hao está por allí?
Una mueca de insatisfacción se cruzó por el rostro de Matthew, al igual que una sensación tan amarga como tomar una lata de cerveza de un trago invadió su garganta y se instaló allí, ¿Jiwoong solo le había hablado para preguntarle por Hao?. Un sentimiento de tristeza se instaló en su cabeza, ¿por qué Jiwoong tenía que preguntarle cosas como esas a él y no directamente a su novio?, ya se sentía como un simple canal entre Jiwoong y Hao.
Por unos instantes pensó en no responder el mensaje, pero no quería ser tan maleducado con Jiwoong, así menos se fijaría en él.
No estés pensando en robarle el novio a Hao, Seok Matthew.
Se golpeó mentalmente, ¿por qué querría llamar su atención?. Él no debía interponerse en una relación, por mucho que le gustara Jiwoong no se arriesgaría en intentar enamorarlo, eso no le iba y sin duda, no funcionaría.
Yo:
No, hoy no tiene turno
Se abstuvo de preguntar el por qué, tampoco quería sonar como un metiche. Revisando el mensaje y esperando alguna respuesta, se dió cuenta de que ni si quiera había saludado al mayor, se susurró una pequeña maldición hacia si mismo.
Yo:
Y hola, hyung, se me ha olvidado saludarlo, lo siento TT
¿Tal vez la carita triste fue demasiado? Matthew estaba teniendo un debate mental sobre el mensaje que iba a enviar.
¡DIOS YA LO MANDÉ SOY DE LO PEOR!
Cerró los ojos con frustración y se pasó una mano por la frente, había enviado el mensaje por error, y ya no lo podía borrar.
Número desconocido:
——Eres tierno.
—Dios mio y madre santa y todos los jodidos dioses del cielo —bloqueó su celular y escondió su rostro entre sus brazos apoyados en la barra. Jiwoong literalmente quería darle un infarto, ¿como ese hombre tenía tanto poder sobre él como para que un simple mensaje tajante lo avergonzara?
No sabe cuanto tiempo estuvo en esa posición, creo que había cantado Las Mañanitas alrededor de 5 veces de puro aburrimiento y piedad por lo que sea que le deparara.
Sintió el motor de una motocicleta afuera, y separando un poco los brazos, se permitió ver por los ventanales por la remota idea de que fuese Jiwoong quien habría llegado, ¿pero por qué habría de venir si Hao no tenía turno?
Bueno, eso Matthew se lo preguntaba a su única célula y al ser ahora viviente entre sus piernas al ver a Jiwoong con una maldita músculosa blanca y un simple pantalón negro.
Se enderezó sin poder creer que veía esos brazos tonificados desde dentro del local. Un pequeño tic apareció en su ojo derecho al notar que Jiwoong llevaba su cabello con algunos rulos hoy. El pelinegro aparcó la motocicleta y entró sin apuro al local, sonriendo al ver a Matthew como una estatua frente a la caja y apoyó su casco entre su cintura y brazo.
—Hola, Matthew —volvió a sonreir al llegar a la barra, sentándose frente al rubio quien le miraba completamente ido. Matthew vió esos biceps apretarse al apoyar esos brazos en la barra, y abrió la boca para saludar.
—Ahórcame.
Instantáneamente se llevó las manos a la boca al ver la sonrisa extrañada de Jiwoong y su ceja arqueada. E inútilmente se agachó para ocultarse detrás de la barra y tomar una respiración para tranquilizarse, golpeó sus mejillas para intentar bajar el rubor que seguramente tenía y sujetó sus rodillas al sentir sus piernas temblar. Luego de unos segundos, volvió a levantarse y encaró a un risueño Jiwoong con una sonrisa que intentó hacerla lo más natural posible.
—Hola, Jiwoong hyung —posó sus brazos en la mesada de mármol y una mueca avergonzada se instaló en su rostro al ver a Jiwoong reir. Sus ojos oscuros se habían achinado y sus dientes salían a relucir, tan blancos como perlas, aquellas mejillas rellenas y las pequeñas arrugitas alrededor de sus ojos dejó embelesado a Matthew por un momento.
Luego, los pensamientos de Matthew revolotearon nuevamente al chat, ¿qué hacía exactamente Jiwoong allí, si Hao no tenía turno?
Nuevamente, la esperanza de que Jiwoong si pudiese fijarse en él inundó su cabeza en un dos por tres. No existía otra razón para que Jiwoong viniera que no fuera él, ¿cierto?. El simple pensamiento de que eso fuese real, hacían querer a Matthew chillar y patalear como un niñito contento.
—¿Qué haces aquí, Hyung? Hao no trabaja hoy —preguntó inocentemente, mordiéndose la lengua para no soltar cualquier otra burrada como la anterior.
Sacudió su cabeza internamente, de todas las cosas que podía decirle a Jiwoong, específicamente debía ser "ahorcame". Se sentía ridículo, patético y horriblemente pervertido por haber descubierto el fetiche de querer que Jiwoong colocara esos fuertes brazos en cualquier parte de él.
Lo vió quedarse pensando un momento, como si no supiese exactamente la razón por la cual había venido. Y Matthew definitivamente no iba a admitir que eso le dolió.
—Estaba aburrido... y ya no tenía clases y me encontraba cerca y... —Jiwoong no le miró, si no que se puso a jugar con el servilletero. —Eso —Un silencio incómodo los apresó, y Matthew se rascó la nuca sin saber que decir —Y tenía sed. —agregó de pronto.
Matthew enarcó una ceja.
—¿Quieres que te prepare algo? —esa simple idea pareció iluminar el rostro de Jiwoong, quien asintió gustoso. —¿Qué quieres? —preguntó, comenzando a arremangarse las mangas.
—Sorpréndeme —Jiwoong elevó ambas cejas, apoyando su mentón en su mano.
Matthew sonrió, antes de impulsarse lejos de la barra y comenzar a rebuscar entre los ingredientes para hacerle un batido a Jiwoong.
De un pequeño refrigerador bajo la barra sacó un plátano congelado y leche de almendras, añadiendolo a la juguera con un par de pasas, paseó un poco por su lugar de trabajo para recoger la cocoa y la mantequilla de maní, añadiendo un poco a la juguera y comenzando a mezclar. Tomó uno de los vasos biodegradables y sacando un pequeño marcador negro de su mandil, lo hizo girar entre sus dedos y abrirlo para escribir algo en el vaso. Apago la juguera y vació el contenido en el vaso, tapándolo e insertando una pajilla de cartón. Caminó hacia Jiwoong y le entregó el batido.
Jiwoong le miró curioso antes de darle un sorbo pequeño para probar. El pelinegro abrió los ojos con asombro y soltó un sonidito de satisfacción que logró una sonrisa engreida y orgullosa en el rostro del rubio.
—Esto está impresionante, ¿qué demonios es? —preguntó, dando otro sorbo y mirando lo que habia escrito en el vaso.
"Para Jiwoon hyung ♡"
—Un batido de snickers vegano —Matthew apoyó sus manos en la barra, sacudiendo su cabello. —no está en el menú, así que corre por parte mía.
Jiwoong le miró con una sonrisa socarrona, dejó el batido en la barra y dejó caer su mano peligrosamente cerca de la de Matthew, sintiendo el pequeño roce de sus dedos en su dorso.
—¿Te digo algo? — Matthew le miró, expectante. —En realidad, te vine a ver a ti.
Matthew quedó desconcertado durante un par de segundos, incapaz de creérselo. Buscó algún rastro de broma en el rostro de Jiwoong, pero no encontró nada más que sinceridad en esos profundos ojos que se conectaban con los suyos. Y luego sintió el dedo indice de Jiwoong acariciar suave y sutilmente el dorso de su mano.
Bueno, luego de que Jiwoong avisara de que iba al baño, él realmente comenzó a chillar y a patalear como un niño.
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