✿02✿
:・*Margarita*・:
Yoongi no había podido dejar de pensar en lo que sus padres le habían dicho, mucho menos después de conocer un poco más al pequeño Jimin.
El chico rubio es bastante, tímido, en opinión de Yoongi. Pero una vez los chicos comenzaron a bromear y a jugar a ladrones y policías en el recreo, el pequeño cachetón comenzó a dejarse llevar, siendo más risueño y hablando un poco más, incluso riendo hasta caerse de la silla.
Ese niño se cae mucho.
Fue el pensamiento de Yoongi cuando Jimin se cayó por quinta vez en el recreo, siendo él quien le ayudaba a levantarse y quitarse la tierra de las rodillas.
Por lo que ese día había guardado en su mochila sus rodilleras y casco que utilizaba cuando iba al parque con sus padres y hermano a andar en bicicleta, sabía que esas cosas le protegían de romperse la cabeza o rasparse las rodillas, por lo que pensó que sería buena idea el ponérselas a Jimin durante el recreo.
―Oye, Yoongi―se sobresaltó mientras guardaba el casco en su mochila, siendo algo difícil al estar la maleta llena. ― ¿por qué te llevas tu casco al colegio?
Le preguntó con curiosidad a su hermano menor, sonriendo cuando vio las mejillas rojas del menor, notando la vergüenza de haber sido descubierto.
―Tranquilo, no le diré a nadie, si no quieres―Yoongi confiaba mucho en su hermano mayor, por lo que se acercó al 12 años mayor y lo tomó de la mano, cerrando la puerta de su habitación para que nadie los escuchara.
―Hay un niño en mi salón que se cae mucho y no quiero que se quiebre la cabeza―el pequeño le mostró a su hermano el equipamiento que llevaba en su mochila, causando que este riera suave, por la ternura que este le causaba.
―Es muy lindo de tu parte, Yoongi―el mayor despeinó los negros cabellos del más pequeño, quien gruñó bajo y siguió intentando meter en casco en su mochila. ―déjame ayudarte.
Cuando todo en su mochila estaba listo, Yoongi agradeció con una pequeña venia y un "gracias, hyung" saliendo de la habitación para tomar su lonchera y esperar a sus padres.
Tomó su pequeña lonchera y sonrió al ver la deliciosa comida en ella, pensando en que ya deseaba comerla. Se sentó en el sofá mientras escuchaba a sus padres correr de un lado hacia otro, arreglándose para no llegar tarde al trabajo.
Se asomó a la ventana y notó que el viento soplaba un poco más fuerte esa mañana, moviendo en un suave compás las flores del jardín.
"Lindo, como las flores de mamá."
Yoongi recordó su pensamiento del día anterior, sonrojándose ligeramente ante el pensamiento de llevarle una flor a Jimin, ya que su padre había dicho que a las personas hermosas se les debía dar flores, en especial si ellas estaban en tu corazón.
No estaba completamente seguro si Jimin estaba en su corazón, no sabía cómo funcionaba eso. Pero de lo que sí estaba seguro, era que sus manitos picaban por arrancar una flor del hermoso jardín y llevársela al pequeño rubio, sonrojándose con solo pensar en cómo se la daría sin morir de vergüenza.
Se bajó del sofá y caminó hacia la puerta principal, abriéndola con un poco de dificultad, logrando llegar al jardín delantero de la casa, la cual era protegida por una reja de seguridad, para que personas desconocidas no entraran a arrancar las flores.
Yo no soy un desconocido, puedo llevarme una.
Miró por el jardín la gran cantidad de flores diferentes que había, pensando en cuál podría llevarle a Jimin, fijándose específicamente en una flor blanca, la cual se parecía a una que estaba en el libro de ciencias del colegio.
―Esa es linda, le llevaré una―con mucho cuidado rodeó una parte del hermoso jardín, estirando su pequeño cuerpo hasta que pudo tomar entre sus manos la margarita, arrancándola de la tierra sin mucho cuidado.
Sonrió victorioso cuando tenía la flor en su mano, corriendo hacia la casa nuevamente, cubriéndose la boca con su mano libre, en un intento que nadie le escuchara mientras escondía la flor en su lonchera.
La pobre flor fue aplastada al introducirse en la lonchera, pero su forma se mantenía, para Yoongi era más que suficiente.
―Yoonie ¿estás listo para ir a clase? ―Soora salió de la cocina con una botella en su mano, bebiendo agua mientras acomodaba las cosas en la casa.
―Sí mamá, tengo todo lo que necesito―su padre salió del baño del primer piso y tomó las llaves del auto, su maletín siendo olvidado en la entrada de la casa. ―Uh, qué haría esta familia sin mí―dijo Yoongi en voz alta, tomando entre sus brazos el maletín de su padre, saliendo de la casa con algo de dificultad por toda la carga.
Cuando llegaron al colegio, Yoongi corrió a su salón para poder ser de los primeros en llegar, sonriendo triunfante cuando notó que había muy pocos niños, los cuales no conocía realmente.
Colocó su mochila al lado de su silla y miró con ojos entrecerrados a los dos niños que jugaban en la alfombra del salón, ambos demasiado ocupados con los legos como para prestarle atención. Sacó la flor de la lonchera y la colocó frente a la silla en donde Jimin se sentaba, sonriendo para sí mismo cuando vio que la flor estaba algo dañada, pero de igual forma se veía muy linda.
Sus dedos se juntaron por debajo de la mesa y miró a los lados, como si no se hubiera dado cuenta de la presencia de la flor, notando cómo más niños comenzaban a llegar al salón.
Los primeros de sus amigos en llegar, fueron Taehyung y Jungkook, quienes llegaron tomados de las manos, ya que se habían encontrado en la entrada y el castaño quiso guiarlo hacia el salón, aunque el menor ya supiera llegar solo.
― ¡Yoongi! ―el castañito corrió hacia su amigo y lo abrazó, Jungkook lo saludó con la mano y una sonrisa. ―Oh ¿y esa flor?
Yoongi carraspeó cuando Taehyung estaba por tomarla, no era para él, era para Jimin.
―Creo que es para Jimin, alguien la dejó ahí, frente a su silla―el pelinegro menor tomó la mano de Taehyung para que se sentara y dejara la flor en paz.
―Uh, es muy linda, yo también quiero una―Yoongi observó con disimulo que su amigo no tomara la flor, ya que su plan sería un desastre si la persona equivocada la toma.
Taehyung es lindo, pero tampoco quiero darle flores a él.
― ¿Ya estaba aquí cuando llegaste, hyung? ―Yoongi incluyó a Jungkook a la corta lista de las personas que usaban honoríficos con él.
―Sí, pero creo que no deberíamos quitarla, debe ser para Jiminie―Taehyung levantó una ceja ante la actitud de Yoongi, pero no comentó nada, sacando de su mochila su figura de acción de Iron Man, dejando que Jungkook jugara con ella.
Minutos pasaron y los niños comenzaron a llegar, Yoongi pensaba que quizá ese día Jimin no llegaría, ya que la maestra entró al salón y el menor no había aparecido.
―B-buenos días, señorita Choi ¿puedo pasar? ―el pequeño pálido se acomodó de golpe cuando escuchó la suave voz de Jimin desde el marco de la puerta, sonriendo en grande cuando vio que su flor seguía en buen estado y que el rubio podría verla.
―Claro que sí, Jiminie―el rubio hizo una pequeña reverencia y se quitó su mochila rápidamente, sentándose en su silla.
Yoongi se mordió el pulgar cuando vio que Jimin observaba la flor con notoria sorpresa, esperando a que sonriera y la guardara o algo similar.
―Alguien te dejó una flor Jimin, desde la mañana―Namjoon habló hacia el rubio, quien se sonrojó y tomó la flor entre sus pequeñas manos.
―Uh, no es para mí, debe ser para la señorita―Yoongi abrió los ojos y negó rápidamente con la cabeza cuando vio que Jimin se levantó de la silla, seguramente a darle la flor a la maestra.
―N-no, Jimin. Es tuya porque estaba en tu lugar―los niños vieron con sorpresa a Yoongi, quien casi brincaba de la silla para detener al menor. El rubio sonrió.
―Aquí no dice que es para mí, otro niño quería dársela a la señorita―Yoongi entristeció cuando vio a Jimin caminar hacia la maestra, quien se había agachado y ahora recibía la flor con una sonrisa.
La maestra no es linda, era para Jimin.
Yoongi se encontraba triste, por lo que en la clase de artes, hizo muchas caritas tristes en su página.
Cuando la hora del recreo llegó, Yoongi recordó que tenía su equipo de seguridad en su mochila, por lo que sacó todo y siguió a los chicos al patio del colegio.
― ¡Jiminie, espera! ―el rubio se detuvo ante el llamado de su nuevo amigo y le miró con una sonrisa de mofletes inflados.
― ¿Qué pasa, Yoonie? ―el corazón del pequeño pálido dio una vuelta cuando el menor le llamó de esa forma, sabiendo que había tomado el apodo de Hoseok.
―Traje mi casco, rodilleras y estas cosas para los codos, para que no te lastimes cuando caes en el recreo―Jimin vio todo con asombro, dejándose colocar el casco por Yoongi, ambos riendo cuando notaron que le quedaba un poco grande.
― ¡Muchas gracias, Yoonie! así no tendré mis manos sucias o rojas―Yoongi se dedicó a colocar el equipamiento como su madre le había enseñado, verificado que todo estuviera en orden y sonriendo para sí mismo al ver a Jimin seguro.
―Ahora podrás caerte y no te lastimaras―el pequeño Jimin rio dulcemente y se acercó a abrazar a Yoongi, quien se sonrojó enormemente por la tierna acción.
―Eres muy bueno, vamos a jugar.
Bueno, Yoongi no había recibido un abrazo por la flor que había dejado para Jimin, pero al menos había sido recompensado por cuidarlo en los recreos, por lo que estaba muy feliz.
La próxima le dejaría una pequeña carta con su nombre, para que supiera que sí era para él. Aunque el escribir aún era algo difícil para él.
mxyoongx.
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