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:・*Primer día de clases*:

El verano había llegado con su máximo esplendor a la ciudad de Seúl, lo que significaba que los calentadores dejarían de ser utilizados durante aquella temporada, siendo reemplazados por el aire acondicionado.

Min Yoongi no sabía cómo tomarse la idea de volver a clases, el colegio no era de sus lugares favoritos, por lo que él prefería quedarse en casa con el aire acondicionado y un buen plato de arroz y costillas de cordero. Pero sabía que a sus seis años, eso no era posible.

"Tu única obligación por el momento, es estudiar. Así que dame una hermosa sonrisa de gomita."

Su madre repetía aquella frase siempre que veía a su hijo menor con su pijama, cabello despeinado y ojitos cerrados por la mañana, recordándole ese pequeño detalle para evitar así un berrinche de parte de su hijo, quien obedecía sin más.

Para Yoongi lo único bueno del colegio eran sus mejores amigos, quienes le entretenían hasta el punto de olvidar lo aburridas que eran las clases, todo hasta que su madre llegara por él.

―Cariño ¿estás listo para irnos? ―el pequeño pálido se sobresaltó cuando escuchó a su madre, se había dormido por unos minutos mientras se ataba los cordones de los zapatos.

Saltó de la cama y tomó su mochila, colocándosela en la espalda mientras bajaba las escaleras de la casa, con cuidado, temiendo el caer de nuevo y que su nariz no parara de sangrar como hace varios días atrás.

―Mamá ¿pudo colocar Yogurt para mis amigos? ―Yoongi caminó hacia la mesa de centro en la sala, revisando su lonchera que su madre le preparaba todas las mañanas, verificando que sí, su madre había colocado unos postres extra.

―Sí, también puse un poco de frambuesa helada, sé que a Namjoonie le gusta―el menor asintió y tomó su lonchera, caminando hacia la puerta principal, donde su madre le esperaba para cerrar con seguro.

―Gracias mami.

Min Soora vio con una enorme sonrisa el hermoso jardín que tenía frente a su humilde hogar.

Todos los días iba a revisar que la variedad cantidad de flores que tenía, estuvieran en buen estado y crecimiento, cada semana agregando un nuevo tipo de flor a su jardín, sintiendo satisfacción de ver su casa tan hermosamente decorada con tanto esfuerzo.

Yoongi vio el jardín de su madre mientras caminaba hacia el auto, en donde su padre los esperaba para partir, encogiéndose de hombros al no comprender el por qué su madre tenía tantas flores. Cuando se acercó al auto, su padre le llamó en un pequeño susurro, pidiéndole silenciosamente que se acercara a la ventanilla, la cual estaba abajo.

―Yoonie, dale esto a tu madre―su padre sacó un ramo de flores amarillas, entregándoselas al menor.

¿Más flores? mamá tiene miles en el jardín ¿para qué querría más?

― ¿Por qué le darás flores a mamá? tiene muchas allá―con un poco de dificultad por la altura, Yoongi logró colocarse de puntitas para tomar el ramo correctamente, tambaleándose un poco al retroceder.

―Vamos cariño, sabes que a mamá le gustan mucho―el adulto le miró con una sonrisa dulce, lo que hizo sonreír a Yoongi.

Se dio media vuelta y con cuidado de no caerse en el camino, corrió hacia su progenitora, quien colocaba el seguro en la puerta principal.

― ¡Mamá, papá te regala esto! ―Soora se sobresaltó al escuchar la voz de su pequeño hijo, mirándole con una sonrisa enrome y una mano sobre su pecho, en donde estaba su corazón.

― ¡Pero que hermoso regalo, además que el mensajero es hermoso, igualmente! ―Yoongi se sonrojó cuando su madre lo levantó del suelo y dejó un beso en su mejilla, tomando el ramo de sus pequeñas manos. ―tenemos que agradecerle a papá.

Ambos Min caminaron hacia el auto, Yoongi se subió a los asientos traseros, con algo de ayuda y colocó su cinturón de seguridad solito, siendo felicitado por ello.

Yoongi no podía comprender el por qué su padre daba flores. Su madre tenía muchas en casa y no entendía por qué era lindo el recibirlas, si después de mucho tiempo terminaban marchitándose en el florero de casa.

Sus padres mantenían una tranquila conversación en el camino, su curiosidad de infante picando por preguntar y tener una respuesta.

―Papá...―Min Hyukjae observó a su hijo por el retrovisor.

― ¿Sí? ―la mujer también miró hacia atrás con cierta curiosidad, había notado que su hijo estaba pensativo desde hace pocos minutos, pero ella esperaba que él preguntara lo que pasara por su mente.

― ¿Por qué le das flores a mamá? ¿Qué significa eso? ―ambos adultos sonrieron ante la pregunta, la fémina aguardando por escuchar la respuesta de su esposo.

―Porque tu madre es hermosa, igual que las flores, así que debe estar rodeadas de ellas―Yoongi abrió su pequeña boca en forma de "O", logrando comprender.

― ¿Entonces debemos darle flores a las personas hermosas? ―Soora se acomodó en el asiento para poder ver mejor a su hijo, sonriendo con ternura.

―Si esa persona es especial para ti y la tienes guardada en tu corazoncito, puedes hacerlo―el menor asintió con una pequeña sonrisa, al ser su curiosidad saciada.

Uh, Hobi es lindo, pero no quiero darle flores.

Pensó y rio de sus propios pensamientos, notando que el auto estaba muy cerca de su colegio, suspirando con un poco de pesar. Tenía mucho sueño.

―Nos vemos más tarde, cariño. Ten un lindo día y saluda a tus amigos de nuestra parte―Soora lanzó un beso para su hijo, quien se sonrojó ligeramente y se bajó del auto con cuidado, tomando su mochila y lonchera.

―Adiós―se despidió con su mano y caminó hacia la entrada de la institución, en donde una maestra de cursos mayores le deseó buenos días.

Ruido, mucho ruido y gritos agudos le recibieron cuando entró al edificio, cerrando sus ojos por unos momentos y respirando hondo, harían que le doliera la cabeza.

Yoongi siempre había sido un chico más tranquilo que el promedio, no le gustaban los niños llorones ni escandalosos, aunque bueno, había logrado congeniar con algunos.

Cuando llegó a su salón, pudo ver a Namjoon, Hoseok y SeokJin en sus asientos, sonriendo automáticamente cuando todos lo vieron y empezaron a llamarlo con alegría.

― ¡Yoongi hyung! ―chilló Hoseok cuando el mayor, por unos meses, se acercó para abrazarle.

―Yoongi, al fin llegas―Namjoon y SeokJin le dieron pequeños golpes en el hombro al pálido en forma de saludo, ganándose unos de vuelta.

―No me molestes o me comeré lo que mi madre mandó para ti―Namjoon abrió sus pequeños ojos con sorpresa, moviéndose rápidamente para espiar la lonchera de su amigo, siendo reprendido por ello.

Namjoon, SeokJin, Hoseok y Yoongi tenían la misma edad, variando solamente por meses, siendo Jin el mayor del pequeño grupo. El único de ellos que utilizaba honoríficos entre ellos, era Hoseok.

―Dicen que la maestra de este año es como un ángel―dijo SeokJin mientras sacaba de su mochila su estuche, en donde tenía muchos colores. Una alpaca blanca siendo quien protegía sus colores.

―A mí me dijeron que era un ogro―opinó Namjoon, contrario a lo que su amigo había dicho. ―pero eso no importa, Jackson me dijo que este año vendrían muchos niños nuevos.

Yoongi dio un vistazo por las demás mesas del salón, notando que sí, había varios niños y niñas que no conocía.

―Incluso hay chicos más pequeños, ese niño de ahí tiene cinco años―Hoseok señaló con su regordete dedo al pequeño niño rubio que estaba solo en una de las mesas del fondo, mordiéndose el dedo pulgar mientras jugaba con unos legos.

― ¿Por qué hay un niño tan pequeño? ―preguntó Yoongi mientras veía atentamente al chico a la distancia.

Lindo, igual que las flores de mamá.

Yoongi recordó por un momento las palabras de su padre y madre en aquella mañana, conectando aquello con que el niño rubio era muy lindo y definitivamente estaba causando algo en su corazoncito, pero no sabía qué era exactamente.

―Uh, no lo sé. Pero ese niño de allá también tiene cinco―Yoongi despegó la vista del rubio hacia donde sus amigos señalaban, notando que su compañero Taehyung, jugaba con un niño pelinegro en la alfombra, ambos chocando sus autitos de carreras mientras reían. ―TaeTae dijo que se llama Jungkook, pero no han venido a saludar.

Regresó su vista al niño rubio que estaba solo en su mesa, ya que había logrado captar su atención, más que cualquier otro niño del salón.

―Le diré al niño cachetón que venga a nuestra mesa―Hoseok se bajó de su silla rápidamente y corrió hasta el chico rubio.

Uh, se sentará con nosotros.

Pensó el pequeño pálido con sus mejillas coloradas, removiéndose cuando vio a Hoseok caminar con el niño a su lado, ambos dirigiéndose hacia la mesa.

― ¡Chicos! les presento a Jiminie, se sentará con nosotros ahora―el pequeño chico rubio miró a todos con una pequeña sonrisa, sus mejillas regordetas y coloradas resaltando su piel, logrando que Yoongi tartamudeara un poco.

― ¡Buenos días niños! ―la maestra entró al salón con una gran sonrisa, todos los niños que se encontraban jugando, guardaron sus juguetes rápidamente, ubicándose en las mesas correspondientes.

Taehyung llevó de la mano al chico Jungkook y ambos se sentaron en la mesa, quedando al lado de Jimin.

La maestra comenzó a hablar, dándoles la bienvenida a un nuevo año escolar, per Yoongi solo podía ver el rostro de Jimin, quien lo notó con un adorable sonrojo en sus rechonchas mejillas.

Lindo como las flores.

mxyoongx.

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