08


Los tres amigos caminan por las solitarias calles conversando e imaginando todo lo que van a hacer cuando logren pagar su deuda.

Pero la diversión es interrumpida al escuchar la alarma de un auto de policías. Andrei coloca a Noodle detrás de él para protegerla.

Luego ellos ven como el jefe de la policía baja del auto para pedirle a otro oficial que ellos no habían notado que se marche del lugar. El jefe de la policía dirige su atención a Willy ordenándole que se quede ahí para charlar un momento en privado.

El chocolatero acepta sin problema alguno. Pero el otro oficial no se marcha del lugar ya que encuentra toda la situación muy sospechosa por lo que su jefe le vuelve a insistir para que se vaya.

Willy aprovecha ese momento para entregarle la jarra de leche a Andrei – Mejor váyanse de aquí.

– Pero, Willy....

– No se preocupen por mí – el chocolatero le sonríe a Noodle para calmarla – Me he librado de peores situaciones.

– ¿Seguro que no prefieres que me quede?

– No, Andy – Willy empuja levemente a su amigo para que se vaya – Los veré donde dejamos el carrito.


[ 🍫 ]


– ¿Crees que este bien?

El príncipe voltea a ver a Noodle quien no ha dejado de caminar en círculos por la preocupación – De seguro debe venir en camino – luego le da una pequeña sonrisa tranquila a ella.

– ¿Y si le hicieron algo, y está herido?

–Noodle, Willy Wonka nos aseguró que lograra librarse de ello.

Andrei escucha unos pasos acercándose hacia ellos por lo que le murmura a Noodle que se oculte detrás del carrito.

El príncipe busca algo con que defenderse en caso de que esa persona intente dañarlos, y al ver en suelo varias rocas agarra la más grande de todas. Él escucha como la persona va acercándose cada vez más.

– ¿Quién está ahí?

– Soy yo, Willy.

Andrei al ver a su amigo todo empapado de pies a cabeza de agua, y con un gran moretón en la mejilla tira la piedra que tenía entre sus manos para acercarse a él – ¿Qué sucedió?

– El jefe de la policía me dio un mensaje.

– ¿Sobre qué?

– No debo volver a intentar vender chocolates. Luego menciono algo sobre ganar algunos golpes sino obedezco el mensaje pero le dije que yo no estoy concursando por ellos.

– Te amenazo, Willy.

Noodle sale de su escondite e interrumpe la plática de sus amigos – Debemos irnos o nos descubrirán.


[ 🍫 ]


Andrei y Willy saltan al ducto de la ropa sucia, y aterrizan dentro de un carrito vacío. Luego ambos salen de los sacos, y ven a sus demás compañeros de lavandería descansando y tomando el té.

– Señor Wonka, Andy – El señor Crunch saluda a los jóvenes – Que alegría que nos acompañen.

– ¿Llegamos tarde? – Willy y Andrei salen del carrito.

– No llegaron justo a tiempo, pero...

– ¿Tiddle hizo su parte? – pregunta Andrei preocupado porque el perro causara algún accidente.

– De hecho, Tiddle fue muy buen chico, y la productividad aumento un treinta por ciento.

– Eso es bueno – Willy se alegra al escuchar que su invento ayudo a sus compañeros.

– Si, decidimos tomarnos la tarde libre – comenta Larry quien luego hace un par de malos chistes sobre la situación pero luego es interrumpido por el señor Crunch.

– Pero ese no es la cuestión.

Larry intenta bromear de nuevo pero el señor Crunch lo interrumpe de nuevo pidiéndole que no siga con ello.

– Lo que queremos saber es, ¿Dónde estaban?

– ¿Y por qué huelen a jirafa? – Pregunta Piper intentado ventilar un poco el lugar de la olor que desprenden de ambos jóvenes.

Andrei y Willy se voltean a ver unos segundos. El príncipe le murmura al chocolatero que les diga la verdad a los demás.

– Supongo que les debemos una explicación – Willy ve a todas las personas frente a él – La verdad es que soy un chocolatero.

– Pero no es cualquier chocolate, es el mejor del mundo – comenta Andrei con gran entusiasmo.

– Andy, me halaga pero tiene razón – el chocolatero se encoge de hombros –Son exquisitos.

– Nuestro plan es vender sus chocolates y pagar nuestra deuda a la señora Scrubbit, o ese era el plan hasta que...

El señor Crunch interrumpe al príncipe – Déjame adivinar, ¿tuvieron un pequeño encuentro con el jefe de la policía?

Willy y Andrei miran al hombre mayor sorprendidos, y solo le preguntan cómo se enteró de ello. Por lo que el señor Crunch les revela que fue el contador de Slugworth durante una semana antes de ser despedido.

– ¿Una semana? ¿Por qué tan poco tiempo?

– Es una historia algo larga. Pero se las contare para que no se metan en problemas.

El señor Crunch les relata que el contador del señor Slugworth estaba enfermo, y que a él lo llamaron desde el otro lado del país para cubrirlo.

Para el señor Crunch era un trabajo normal hasta que descubrió que el señor Slugworth tiene dos libros de contabilidad. Uno para las autoridades, y el otro es el real en donde Slugworth, Fickelgruber, y Prodnose han sido cómplices por años.

– ¿Son una especie de mafia de chocolate? – pregunta Andrei.

– Es una forma correcta de llamarlos, jovencito.

El señor Crunch les explica que los tres chocolateros han estado diluyendo su chocolate y han almacenado el exceso en una bóveda secreta bajo la catedral, la cual es vigilada las veinticuatro horas por un sacerdote corrupto, y quinientos monjes chocolicos.

La única entrada a esa bóveda es bajando por un elevador secreto y burlar al ama de llaves. Una centinela subterránea que no ha visto la luz del sol en años.

– ¿Por qué guardan en secreto tanto chocolate?

– Señor Wonka, ellos los usan para chantajear, destruir y hundir a la competencia.

– Demonios – susurra Andrei – Sera imposible que vuelvas a vender algo, Willy.

– Lo siento jóvenes – el señor Crunch se siente mal por ellos – Pero los tienen justo donde quieren, y no pueden tener una tienda sin vender chocolate, y no pueden venderlos sin una tienda.


[ 🍫 ]


Simon contrato al detective Irons, un hombre cerca de los sesenta años pero con gran experiencia encontrando a personas desaparecidas. Los demás miembros de la embajada no tienen conocimiento de ello, ya que Simon necesita que alguien le reporte solo a él.

El detective entra a la estación de policías solicitando hablar con el oficial a cargo del área de las galerías gourmet. El oficial Affable es quien atiende al hombre mayor.

– Buenas noches, ¿tiene algo que reportar?

– No, en realidad vengo a hacer una simple pregunta – el detective saca una fotografía del príncipe del interior de su saco para mostrarla al oficial – ¿Usted ha visto a este joven?

– Si, lo vi ayer en las galerías, y lo volví a ver hace un par de horas junto a un chocolatero y una niña.

– ¿Sabe a dónde fueron?

– No tengo esa información, señor. Pero recuerdo que la niña trabaja para la señora Scrubbit.

– Gracias por la información, oficial.  


[ 🍫 ]


El detective Irons llamo a la embajada solicitando hablar con Simon Ivanov. Le informo sobre la importante pista que obtuvo del oficial, y que mañana ira a confirmarlo.

– Bien, iré con usted a esa lavandería – le comenta Simon – No quiero que el príncipe se alarme, y si ve el rostro de un amigo se tranquilizara.  

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