07
Simon junto con otros miembros de la embajada están hablando con los detectives privados que contrataron en cómo deben proceder para localizar el paradero del príncipe.
– ¿Cuáles son las zonas más turísticas de la ciudad?
– La iglesia de la plaza principal, el zoológico, el jardín botánico a las afueras de la ciudad, y la galería Gourmet.
Uno de los detectives les sugiere a los diplomáticos que también deben buscar en las zonas peligrosas. Pero ellos se negaron rotundamente ante esa idea a excepción de Simon.
– Sean discretos al encontrarlo. No queremos a la prensa sobre nosotros.
Los detectives se marcharon del lugar para comenzar a realizar su trabajo.
[ 🍫 ]
– ¿Qué contiene esa pequeña caja, Willy?
– Eso es, La gran noche.
– ¿Y qué hace?
– Recrea una gran noche de fiesta en la ciudad.
[ 🍫 ]
Andrei y Willy esperan escondidos detrás de un automóvil a que Noodle entregue la cajita al guardia del zoológico. Después de entregar el chocolate ella se acerca a donde están los otros dos escondidos.
– Listo.
Los tres observan al guardia comerse el chocolate, y Willy les explica que contiene cada capa del dulce. La primera capa exterior es una trufa de champaña, la segunda capa es vino blanco, sigue una de vino tinto donde comienzan a bailar y cantar, luego llega la capa de whisky que pone sensible a las personas, y posiblemente realicen alguna tontería.
– Y al final llega un viejo oporto que te deja noqueado.
Al instante el guardia se queda dormido, por lo que ellos corren para ingresar al zoológico.
[ 🍫 ]
– ¿Es por aquí?
– Según el mapa de la entrada, sí.
Ellos corren para llegar a donde se encuentra la jirafa, y Noodle ve a los flamencos en el lago artificial.
– ¿Por qué no se van volando?
– Tal vez no lo han pensado – Willy voltea a ver a Noodle con una sonrisa.
– ¿Qué? ¿Bromeas?
Andrei suelta una pequeña risa ante la extraña platica entre sus dos amigos. Willy voltea a ver a Andrei, y comienza a explicar su respuesta.
– Lo digo en serio. Es lo que pasa con los flamencos, necesitan a alguien que les enseñe.
Luego de varios minutos caminando por el inmenso zoológico llegan a donde duermen los animales.
Willy es el primero en entrar al lugar, en el tanto Andrei ayuda a Noodle con su linterna que empezó a fallar.
Ellos escuchan al chocolatero buscando la puerta donde debe estar la jirafa. Y luego oyen un grito de alegría por parte de – ¡La encontré!
Pero la mente del príncipe recordó un importante detalle, y es que Willy no sabe leer por lo que corre hacia donde se encuentra su amigo.
Se escucha el rugido de un tigre por lo que Andrei cierra la puerta que abro el chocolatero de golpe.
– Tienes que aprender a leer.
Noodle se acerca a ellos confundida – ¿Qué sucedió?
– Un tigre casi se come a Willy.
– El casi es la palabra clave, Andy – Willy vuelve en su búsqueda de la jirafa – Casi me han comido muchas cosas, y ninguna de ellas consiguió más de un bocado.
– ¿Eso debe tranquilizarme?
Willy se detiene en seco para voltear a ver a Andrei, y solo le sonríe en respuesta. Noodle y Andrei van detrás del chocolatero leyendo las placas de las puertas.
Noodle es quien encuentra la puerta donde se encuentra la jirafa. Ellos ingresan al lugar donde ven al hermoso animal, y Andrei lee que la jirafa se llama Abigail.
Willy se presenta ante Abigail quien al ver a los tres se altera un poco. Andrei protege a Noodle colocándola detrás de él.
Willy busca algo en el interior de su bolsillo para luego mostrárselo a Abigail. Andrei mira curiosidad lo que tiene el chocolatero entre sus manos.
– ¿Qué es eso?
– Mentas de acacia – Abigail al olerlas se acerca a Willy para empezar a comerse las metras.
– ¡Vaya!
– A las jirafas le encantan las mentas de acacia – Willy les hace una señal a sus amigos para que se acerquen a donde esta él.
– Increíble.
– También les fascina que les rasquen la barbilla. ¿Quieren intentarlo? – Willy se voltea a ver sus amigos.
Andrei y Noodle van acercándose al chocolatero y a la jirafa. Noodle toma la iniciativa por lo que ella está frente a Abigail rascándole la barbilla, y en respuesta la jirafa le lame la cara.
– Por lo visto le caes bien, Noodle.
El príncipe mira la escena emocionado. Ya que él nunca tuvo la oportunidad de ir al zoológico de su país.
Willy observa discretamente a Andrei – ¿También quieres intentarlo, Andy?
– En otra ocasión, Willy.
El chocolatero se encoge de hombros para luego dirigir su atención a Abigail – Le tengo una propuesta, señorita Abigail. Si, Noodle le da una buena rascada, ¿podría regalarnos un poco de leche?
Abigail suelta un suave resoplido que los tres toman un sí. Andrei ve una escalera recargada en una esquina del lugar. Por lo que va agarrarla para colocarla frente a la jirafa.
Él le dice a Noodle que suba con cuidado en ella, y que él sostendrá la escalera para que ella no se preocupe.
Por su parte, Willy transforma su bastón en un perchero donde coloca saco, y de su sombrero saca una gran jarra. Para luego colocar su sombrero en el perchero.
Willy comienza a ordeñar a Abigail en silencio. Andrei no tiene idea de donde de como el chocolatero tenía guardada esa jarra – ¿Ya lo habías hecho antes?
El chocolatero voltea a ver al príncipe con una sonrisa – Una vez. En África, una bestia magnifica.
Andrei suelta un silbido de asombro – ¿En serio? ¿En qué país fue?
– Creo que fue cerca del Congo.
La siguiente en preguntar es Noodle – ¿Era salvaje?
– ¿Salvaje? Estaba completamente furiosa.
Noodle y Andrei sueltan una gran risa al imaginarse el problema en que el chocolatero se había metido.
– Increíble que no callera en tus encantos.
– Andy, tiene razón – Noodle no puede dejar de reírse – Generalmente eres inocente.
– ¡Oigan! – ahora es Willy quien suelta una risa divertida – Supongo que ahora ustedes dos son mis cómplices.
[ 🍫 ]
Al terminar de ordeñar a Abigail, Willy guarda la jarra dentro de su sombrero. Por su parte Andrei ayuda a Noodle a bajar de la escalera.
– Noodle, ¿puedo hacerte una pregunta? – Ella asiente – ¿Por qué te llamas así?
Noodle se queda callada unos segundos, y Andrei piensa que debió quedarse callado. La niña saca una especie de callar donde tiene un anillo.
– Por esto. Es todo lo que tengo de mis padres.
Andrei observa cuidadosamente el anillo. Ella le explica que es una N de Noodle, o de Nora, o Nina... O nada de nada.
– ¿Has intentado buscarlos?
– ¿Crees que no lo he intentado? – Murmura ella – De niña siempre desee encontrarlos.
Noodle le relata a Andrei sobre cómo se imaginaba que sus padres viven en un hermoso edificio antiguo lleno de libros. Donde su madre la estaría esperando en la puerta, y que ella correría a sus brazos, y su mamá le daría un gran abrazo donde nunca se soltarían.
– Pero luego comprendí que es un sueño estúpido.
– No lo es, Noodle.
– ¿De verdad?
– Sé que no tenemos más de dos días de conocernos pero no dejare que te quedes en esa lavandería.
– Lo prometes – Andrei asiente, y Noodle le hace prometerlo por el dedo meñique.
[ 🍫 ]
Los tres amigos van caminando por las solitarias calles nocturnas. Noodle va frente a al chocolatero y al príncipe quienes van admirando las estrellas que se ven esa noche.
– ¿Sobre qué hablaban Noodle y tú?
– Sueños y familia.
Willy voltea a ver a Andrei quien tiene un semblante serio en su rostro – ¿Temas delicados?
– ¿Para mí? – Murmura Andrei – No tanto casi no convivo con mis padres. Ellos siempre están ocupados por su trabajo.
– ¿En que trabajan ellos?
– En algo relacionado con relaciones públicas – Andrei se gira para ver a su amigo – ¿Y tú? ¿Qué sucede con tu familia?
El chocolatero juega con una de sus mangas de su saco antes de contestar – Antes solo éramos mi mamá y yo. Ella era cocinera, y vivíamos en el rio, era nuestro pequeño mundo perfecto.
Willy relata a su amigo algunos de sus recuerdos felices de la infancia. Como salía pasar cada minuto del día inventando trucos nuevos para impresionar a su mamá.
– Pero la verdadera magia la hacia ella. No teníamos mucho dinero pero cada semana ella traída un grano de cacao a casa, y para cuando llegaba mi cumpleaños había suficiente para hacer una barra de chocolate era el mejor chocolate del mundo.
– Es un hermoso recuerdo, Willy. ¿Qué sucedió con ella?
– Al poco tiempo enfermo – murmura el chocolatero – No logro contarme su secreto especial para hacer tan especial su chocolate.
Andrei nunca ha sido bueno consolando a las personas pero recuerda que Simon siempre le daba una mano en los momentos difíciles. Por lo que el príncipe le ofrece su mano a Willy.
El chocolatero la acepto sin dudarlo – Todo lo que me queda de ella es la última barra de chocolate que hizo. Mi mamá prometió que cuando compartiera mi chocolate con el mundo, ella estaría a mi lado.
Andrei sonríe ante lo que le cuenta su amigo – ¿Por eso viniste a Inglaterra?
– Sé que es una locura, pero siempre he esperado que cumpla su promesa. Y tal vez así comparta su secreto.
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