06


Willy junto con Andrei y Noodle realizaron un plan para que el chocolatero logre salir mañana de la lavandería sin ser descubierto y sin levantar sospechas para intentar de nuevo vender sus chocolates.

Además de que Willy le prometió a Noodle una dotación de por vida de sus chocolates a cambio de ayudarlos.

Y mientras Andrei estaba profundamente dormido, Willy se pasó preparando casi toda la noche todo un frasco de chocolates, y cuando termino los guardo dentro de su sombrero para ir a dormir a hasta su destartalada cama.



[ 🍫 ]



A la mañana siguiente, Bleacher junto con su perro Tiddles están tomando lista de sus deudores, quienes ingresan a regañadientes a la lavandería.

Luego de que Bleacher mencionara a Piper, Willy le guiño un ojo a Andrei en señal de que es su turno para pasar además de que es su momento para actuar.

Justo cuando el príncipe pasa frente a Bleacher, la señora Scrubbit le grita que el baño principal se volvió a tapar.

– ¡Vaya! El inconfundible sonido del amor.

– ¿De que hablas?

Willy toma eso como su señal para entrometerse en la conversación – Andy, tiene razón – sonríe el chocolatero poniéndose al lado de su amigo – No me digas que no lo habías notado.

– ¡Increíble! – El príncipe finge asombro que casi hace reír a Willy – Ella está locamente enamorada de ti.

– ¿La señora Scrubbit? – Pregunta incrédulo Bleacher a los jóvenes frente a él.

– Perdidamente.

– Obsesionada – Willy y Andrei se voltean a ver asintiendo ante la respuesta del otro divertidos.

– ¿Y cómo no? – Andrei señala de arriba abajo a Bleacher – Mírate.

– Eres todo un semental – Willy avanza unos pasos hacia el otro – Solo necesitas arreglarte un poco.

– Comprar ropa nueva – sugiere Andrei – Darte un baño.

– ¿Un baño?

Andrei y Willy responder afirmativamente ante la pregunta de Bleacher – Sabes lo que dicen, ¿verdad? – el chocolatero murmura por lo que Bleacher se acerca más a él con curiosidad.

– ¿Que dicen?

Un tobillo agradecerá, y contenta por una rodilla estará. Pero si ha de suspirar, un muslo ha de mostrar.

El príncipe tiene que morderse el interior de su mejilla para reprimir una risa que quiere escaparse de sus labios ante esa tonta frase pero él nota que Bleacher está convenció de intentar conquistar a la señora Scrubbit.

Y la voz de ella vuelve a sonar llamando de vuelta a Bleacher para que la ayude con el inodoro que está devorándose por completo.



[ 🍫 ]



Andrei y Willy comienzan a llenar un carrito de la lavandería con distintos materiales, y sus compañeros de trabajo los observan con curiosidad.

– ¿Crees que la señora Scrubbit habrá caído con el dibujo?

– Eso esperemos.



[ 🍫 ]



Cuando terminaron de ajustar las ultimas cuerdas de la maquinara, Andrei volea a ver al chocolatero.

– ¿Llamamos a los demás? –

Willy asiente por lo que el príncipe quita el biombo que ocultaba al resto lo que habían creado ambos, y del otro lado estaban los demás esperando ver lo que los chicos hicieron.

– Damas y caballeros les presento un nuevo artilugio de mi creación, una innovación en el lavado – explica el chocolatero quien les sonríe a todos con gran entusiasmo.

Ellos miran asombrados lo que está frente a ellos, Andrei tiene una discreta sonrisa entre sus labios viendo como Willy camina de un lado al otro explicándole al resto su invento.

– Déjenme preguntarles algo, ¿Qué le gusta hacer Tiddles?

– Perseguir carteros – responde Andrei, y Willy aplaude ante ellos.

– ¡Exacto! ¿Y que debemos hacer todo el día, compañeros limpiadores?

– Lavar.

– Pero hora, con el maravilloso Guatomático pasea perros Wonka, no me hagan repetirlo de nuevo, Tiddler puede correr – Willy camina hacia Andrei para que ambos corran al elevador que se usa para las bolsas – Y nosotros saldremos un momento, y volveremos antes de que pasen lista.

El chocolatero toma dos sacos blancos para que ambos puedan esconderse en ellos – Hasta entonces, Tiddles accedió a cubrirnos.



[ 🍫 ]



Noodle volteo varios veces para comprobar que nadie los está vigilando ni que están cerca de ella. Noodle se detuvo varias calles lejos de la posada por lo que ella abre los sacos donde Willy y Andrei se encuentran.

– Todo despejado .

 – Bien.

– Perfecto – sonríe Willy – ¡Lo logramos!

Ambos jóvenes salen de las bolsas – No puedo creer que haya funcionado – Noodle aun piensa que esto fue demasiado fácil para ellos.

– Nunca subestimes el amor y la avaricia – responde Andrei – ¿Y ahora hacia dónde vamos?

Willy sonríe ante la pregunta por lo que se quita su sombrero para buscar el frasco de chocolates que hizo anoche.

– Ya verán cuantos chocolates hice anoche, los venderemos y seremos... – Pero cuando el chocolatero saca el frasco se da cuenta que está completamente vacío.

– No puede ser.

– ¿Que paso? – Andrei y Noodle miran a Willy consternados.

– ¿Es el frasco correcto, Willy?

– No de nuevo – murmura el chocolatero.

– ¿De nuevo? – Pregunta Andrei – ¿Ya había sucedido antes?

Willy suelta un suspiro mientras asiente – No sé cómo decirles esto pero me los robaron.

– ¿Quién?

– El hombrecito naranja.

El príncipe voltea a ver de nuevo a Noodle quien también se giró para verlo, y ambos solo murmuran un ¿tienes idea de que está hablando?

– ¿Qué?

– El hombrecito naranja – vuelve a repetir Willy – ¿No les hable de él?

– No, no lo hiciste – Noodle está molesta con el chocolatero.

– Es mi némesis.

– ¿Tu némesis?

El chocolatero asiente para luego comenzar a describir al hombrecito naranja – Él viene en la oscuridad de la noche y se roba todo el chocolate que hago.

– ¿En serio?

– Si, lo ha hecho durante los últimos tres o cuatro años.

Sus amigos niegan ante la respuesta que les da el chocolatero. Noodle resopla más enojada con Willy.

– No esperas a que nos creamos eso, ¿verdad?

– ¿Qué otra explicación existiría?

– Tal vez cando te vas a dormir, sueñas con un hombrecito verde y te comes tus chocolates.

– Naranja y pelo verde – corrige Willy quien escucha atento la explicación de Noodle.

– Suena lógico – murmura Andrei.

Willy esta apunto de discutir con ellos pero al pensarlo mejor se da cuenta de que tienen razón. Noodle se aleja de ellos molesta con toda la situación, y el chocolatero escucha como se queja de sus chocolates.

– No hay nada maldito es mis chocolates.

– No se refiere a eso – Andrei se baja del carrito y ayuda a Willy para que también salga de este.

Noodle regresa con ellos – Si la señora Scrubbit nos hubiera descubierto, yo estaría en el armario.

Ambos jóvenes se sienten culpables ya que saben que ella se arriesga más que ellos en este asunto.

– Pero podemos hacer más chocolates, ¿verdad, Willy?

El chocolatero asiente pero luego recuerda un detalle importante – No tengo más leche para hacer ningún otro frasco más.

Noodle camina hacia una casa donde ve una botella de leche nueva afuera – Eso no es un problema.

Willy niega para luego regresar el bote donde estaba – En primer lugar eso es robar, y en tercer lugar, Willy Wonka no usa leche de vaca vieja.

– ¿Entonces? – Andrei se acerca unos pasos a ellos – ¿Qué tipo de leche usas?

– Para esta creación en particular, necesito la leche de una jirafa.

– ¿Y de dónde sacaremos una jirafa?

– Hay una en el zoológico – responde Noodle – Pero no creo que nos dejen ordeñarla.

El chocolatero sonríe divertido – Por suerte para nosotros, es bueno que el hombrecito naranja no descubriera esto.   

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