Cuando la jornada de lavandería se da por terminada, Bleancher lleva a todos sus empleados a sus habitaciones.

Andrei y Willy son los únicos que comparten una habitación a diferencia del resto – Al menos nos dieron dos camas.

– ¿Sirven al menos? – pregunta Andrei con escepticismo mirando donde se suponen que dormirán ellos los próximos veintisiete años.

Willy camina hasta una de las camas para sentarse sobre ella pero esta al instante termina desmantelándose, y el chocolatero termina en el suelo.

– ¿Estas cómodo ahí?

Willy se pasa las manos por el rostro algo enojado por toda la situación en que se involucró y en la que termino involucrado a Andy.

– Lo siento.

– ¿Por romper la cama?

– No, por enredarte en todo esto.

– Willy, no tenían idea de que ellos nos estafarían.

– Noodle intento advertirme.

– Lo sé – murmura Andrei – Ella me comento sobre eso – Él camina unos pasos hasta donde se encuentra Willy para luego sentarse a su lado – Imagino que leer todos esos términos legales te confundieron.

El chocolatero juega moviendo sus pies unos instantes para luego ver a Andrei – En realidad... No sé leer.

El príncipe se sorprende al escuchar esa declaración pero no dice nada al respecto por varios segundos.

Pero recuerda que Simon le había comentado hace varios meses sobre este gran problema que existe en su país con el analfabetismo.

– Ya que estaremos aquí por un largo periodo de tiempo hasta saldar esa deuda – comenta Andrei con una pequeña sonrisa – Te voy a enseñar a leer.

Willy sonríe al ver lo optimista que es el otro a pesar de la circunstancia en la que se encuentran ellos.

Alguien toca la puerta de la habitación de ellos, y ambos le gritan a esa persona que puede entrar al lugar.

Noodle entra a la habitación, y ve que ambos están sentados en el suelo – ¿Que hacen?

– Nos estamos instalando – responde Andrei en tono divertido – ¿Y tú?

– Vine para ver cómo estaban.

– Muy amable de tu parte, Noodle.

– Y gracias por intentar advertirme – Willy se levanta del suelo para luego tomar su maletín y luego camina hasta la mesa de madera que tienen en el lugar – Y como agradecimiento voy a regalarte un chocolate especial y único.

– No es necesario.

– Insisto en ello – le dice el chocolatero – Creare algo extraordinario para ti, pero antes dime, ¿Cómo te gusta?

– No sé, jamás lo he probado antes.

Andrei suelta una pequeña risa al ver la reacción de Willy ante la respuesta de Noodle.

– ¡Cómo es posible eso! – El chocolatero voltea ver a Andrei en búsqueda de una respuesta – ¿Crees que estamos en alguna realidad alterna?

– ¿Qué? – Pregunta aun en tono divertido el príncipe – No, no lo creo.

Willy abre su maletín del cual se desprenden varios compartimientos, y del cual saca diversos frascos, tubos de ensayo, entre otras cosas que ni Andrei ni Noodle reconocen.

– ¡No dejaremos esto así!

Andrei y Noodle ven como el chocolatero empieza a mezclar diversos tubos de colores, y luego mete dicha mezcla en alguno de los compartimentos.

Luego de algunos minutos Willy abre otro compartimiento del cual saca tres chocolates, y le entrega uno de ellos a Noodle, otro a Andrei, y se queda con el último de ellos él.

Noodle y Andrei comen el chocolate, y ellos se voltean a ver impresionados por lo que están experimentando sus paladares.

– ¡Esto es increíble!

– ¿Cómo llamas a esta maravilla?

– Nube plateada – Willy está feliz con la reacción de ellos, pero en especial con la de Andrei.

– Eres un gran chocolatero.

– Eso intento, Andy.