Cuando el camión frena para dejar pasar a una joven pareja, Andrei aprovecha para salir de un salto de la parte trasera de este para comenzar a caminar por la calle alejándose.

Andrei siente como el sueño se apodera de él pero intenta resistirse a este por lo que camina más rápido por las desoladas calles.

Luego de un rato de estar deambulando por diversas calles, Andrei se encuentra sentado en un banco frente a lo que parece ser un canal.

El príncipe siente como sus ojos se cierran poco a poco, y cuando vuelve a abrirlos tiene frente a él a un joven sonriente de su edad quien lleva en la cabeza un sombrero de copa, y ve que viste ropa algo extravagante para su gusto, y ve que tiene entre sus manos una maleta.

– Hola, ¿te molestaría que compartamos la banca?

Andrei niega levemente – Adelante.

– ¿Tampoco tienes dinero para pagar un hospedaje?

– Tengo algo – susurra el otro mientras suelta un fuerte bostezo – Pero escape del lugar donde estaba.

– ¿Por qué?

– Quería explorar la ciudad.

El otro joven sonríe ante la respuesta – Un aventurero.

– ¿Aventurero? – Andrei se divierte con esa palabra – Desearía ser uno pero no lo soy.

– ¿Entonces que eres?

– No tengo idea.

Andrei se queda dormido después decir esa respuesta, y lo último que ve es la sonrisa amigable del joven a su lado.

[ 🍫 ]

El príncipe se levanta desorientado en un pequeño cuarto que no reconoce – ¿Dónde estoy? – susurra él mientras observa el lugar donde está.

Cuando se sienta en la cama se da cuenta que alguien más se encuentra a su lado y cuando se gira ve que se trata del joven de ayer.

Andrei se levanta de la cama, y busca entre los bolsillos de su pantalón el dinero y suelta un suspiro de alivio al hallar que aún está ahí.

El príncipe debe averiguar donde se encuentra para volver a la embajada. La voz tímida de una niña lo saca de sus pensamientos – Eres el amigo de Willy.

– ¿Quién?

La niña señala a la persona quien sigue dormido – Él dijo que eres su amigo.

Andrei asiente ligeramente confundido – Cierto... lo olvide por unos segundos – el príncipe le ofrece una sonrisa a ella – ¿En qué calle nos encontramos?

– Entre Oliver y Baker.

– ¿Esta alejada de la embajada?

– A unas dos horas caminando – responde ella – ¿Trabajas ahí?

– Algo así – murmura él - ¿Él pago por la habitación?

– Le intente advertir que no debía firmar nada pero...

Antes de que la niña le comentara del problema en que los metió Willy, unas pisadas fuertes suenan por las escaleras por lo que la niña se va rápidamente.

Andrei frunce el ceño confundido ante lo que dijo la niña pero antes de ir a seguirla escucha la voz del tipo de ayer hablándole.

– Buen día.

El príncipe voltea a ver al joven quien se está acomodando su ropa – Hola – Andrei le sonríe – Gracias por traerme contigo.

– De nada – el joven le devuelve la sonrisa – Olvide presentarme ayer, soy Willy Wonka.

Andrei se divierte ante el curioso apellido del otro – Soy Andy.

– ¿No tienes apellido?

– Es algo difícil de pronunciar – miente el príncipe, y luego saca algo de dinero de los bolsillos de su pantalón – No es mucho pero servirá para pagar por la habitación.

Andrei le entrega el dinero a Willy – ¿Te marchas?

– Debo volver al trabajo – El príncipe le ofrece una sonrisa amigable al otro – Fue un placer conocerte, Willy.

– ¿Conocerme? – Pregunta divertido el nombrado – Nos acabamos de conocer hace unos segundos.