#1004 Estupidez

Amor, ¿sabes?

Quiero hacer el amor

Yo también

Extraño sentirte

Tanto dentro como fuera de mí.

🍃

—Piedra, papel o tijera.

Una mano empuñada y otra mostrando dos dedos que ilustraban una tijera. Una sonrisa y un sonrojo.

—Oh, bien.

El cuerpo de Yuuri sufrió un escalofríos cuando Victor se sentó sobre él dándole la espalda.

Nunca había preparado ni a una mujer para tener sexo "por detrás". Victor tampoco sabía cómo prepararse a si mismo. Así que qué mejor que decidir quien lo haría a través de ese juego poco equitativo e infantil.

—Yuuri —murmuró divertido mientras movía su trasero redondo, lechoso y adorable sobre los muslos de su amigo japonés.

Yuuri estaba completamente desnudo mirando como su erección no podía estar más necesitada y dolorosa bajo los coqueteos dulces de Victor.

—¿Debería traer mantequilla? —preguntó Victor con seriedad en su voz.

—No... no. Quizá nos haga mal —habló Yuuri con un deje pensativo—. ¿Aceite de cocina?

—Leí que era no era recomendable usarla para esto —replicó Victor que ahora yacía sentado frente a Yuuri.

—¿Jabón líquido?

—Sólo puedo usar jabones hipoalergénicos... —murmuró Victor.

Yuuri le miró con una sonrisa ladina que dejaba ver algo de diversión, nervios, cansancio y algo de ternura. Victor le respondió dejando salir una suave risa. La situación era divertida sin dudas, pero también existía incertidumbre y ganas, muchas ganas.

Victor miró el celular de Yuuri y alzó la barbilla para que lo tomara. Yuuri comprendió rápidamente y buscó en Google qué podría sustituir un lubricante de fábrica. Después de una rápida búsqueda, quizo golpearse a si mismo por su poco raciocinio.

—Ven... —murmuró Yuuri, acariciando suave el muslo de Victor, el cual abrió los ojos un poco sorprendido, y sin decir nada se acomodó sobre Yuuri como anteriormente se encontraban.

Yuuri sintió que toda la sangre viajó en dirección a su sur corporal.

Rodeó la cintura de Victor y lo acercó hacia su propio pecho. En aquella posición, apoyó su frente entre sus omoplatos, llevando dos dedos a su propia boca para dejar algo de saliva y dirigirlos directamente hacia la entrada de Victor.

Fue un toque suave y húmedo. Enseguida sintió como Victor apretaba un poco más sus piernas, y por ello comenzó a dejar besos delicados en la impecable piel de Victor mientras seguía simplemente masajeando la zona.

—Relájate para mí, ¿sí? —susurró dejando que su aliento tibio chocara con la espalda de Victor, el cual asintió lento.

Yuuri dejó caer un poco más de saliva, logrando que todo se volviera realmente húmedo. Sus dedos se movían como mantequilla, pero sabía que no sería suficiente.

—V-voy a... —el tartamudeo inconsciente que salió de si logró hacer que Victor riera tranquilo—. No te rías...

—Perdón —volteó un poco su rostro para mirar a Yuuri y regalarle una sonrisa—. Se siente bien, así que no dejes que nada te detenga, ¿bueno?

Yuuri tragó pesado ante la imagen demasiado erótica y delicada frente a él. Como pudo, asintió y se permitió a si mismo introducir un dedo lentamente. Victor tembló ligeramente ante la acción, así que Yuuri le abrazó más fuerte, consiguiendo entrar un poco más profundamente.

Después de unos minutos en aquella posición, Victor comenzó a moverse por si mismo, como tanteando la sensación.

Le gustaba, porque de alguna manera era una sensación horriblemente llenadora. Como si sus sentidos funcionaran mucho mejor estando así.

—Yuuri... ¿el segundo?

Victor sintió como los labios del contrario le besaban con tanto afán la piel, que no podía hacer más que dejarse llevar y sonreír para si mismo. Estaba en un estado de calma tan agradable.

Cuando comenzó a mover los dedos con más fuerza dentro de Victor, no pudo dejar pasar lo adorable que eran los gemidos de este cuando no tenía la idea de contenerse, o de plano, la garganta demasiado apretada por la desesperación. Era música. Música perfecta para el ambiente.

—Hey, bonito —murmuró Yuuri sin detener su acción—, ¿vas a montarme? —rió ligero.

—Y-yo —un suspiro salió desde sus profundidades antes de poder decir algo más—. Dios... mis piernas, n-no las siento.

—Eso creí —respondió Yuuri con un tono comprensivo, demasiado acaramelado.

Aunque aquel lado bonito se perdió un poco cuando sintió a Victor rodearle las caderas con sus piernas.

Tener a Victor entre sus brazos era el maldito cielo e infierno allí mismo.

Yuuri cerró sus ojos cuando Victor posó sus manos suaves sobre sus mejillas. Su rostro cayó lento y sus labios se reencontraron después de mucho extrañarse.

Su miembro abriendo paso entre los glúteos de Victor era la sensación más agradable y placentera que había vivido jamás. El punto exacto entre lo apretado y relajado le rodeaba y apresaba con tanto gusto que no pudo evitar gruñir contra los labios de Victor para volver a besarle con más necesidad.

Victor era un adorable koala entre sus extremidades y Yuuri era lo más parecido a una bola de fuego. Se sentía demasiado caliente para su propio gusto, por lo que decidió buscar la manera de despejar un poco su mente de todas las sensaciones excitantes que le invadían. 

—Eres... eres tan lindo —murmuró contra los labios de Victor antes de alejarse un poco para admirarlo—. Ahora mismo no puedo pensar en nada más que tú, aquí, ahora, justo aquí... —dijo antes de dar una estocada que hizo gemir sólidamente a Victor.

Sus caderas comenzaron a moverse más fuerte, logrando que Victor dejara escapar un suspiro o un sutil gemido en cada instante en el que le llenaba hasta el final.

No, definitivamente no quería evitar las sensaciones que estaba sintiendo.

—Mierda, Yuuri. Esto es lo más...

Una de sus manos se entrelazaron con fuerza. Los nudillos blancos en ambos.

—¿Uh? —sonrió incluso cuando algo de sudor le hacía ver cansado—, ¿lo más qué, cariño? Vamos, dilo.

—... excitante que he vivido —llevó el dorso de su mano hacia su boca para encajar sus dientes en la parte gruesa de su dedo índice. Quería tanto gruñir, gritar, o lo que fuese necesario para dejar en vista lo mucho que le encantaba.

Yuuri alejó su rostro para mirar desde más arriba a Victor. Se aferró más a la cintura de Victor, creando que su intromisión fuera incluso más profunda, lo suficiente para lograr que Victor, por unos segundos, pusiera los ojos en blanco y luego los cerrara con fuerza.

Quería tomarse las cosas con calma, tocar cada centímetro de la piel de Victor, besarle con aquellas ganas poco humanas, visualizar más de aquella actitud bonita que adoptaba Victor entre sus brazos, entre más cosas. Pero su sangre burbujeando tan rápido y fuerte en todo su ser sólo le decía que todo se esfumaría una vez que llegara orgasmo. Y no quería, no quería pestañear y que todo fuera un maldito sueño húmedo.

Se acercó a Victor para plantar un beso en su frente. Todo se sentía algo superficial, como si Victor fuera una nube.

No, dios, no, no te vayas..., rogaba en su mente.

En cambio, Victor le atrapó envolviendo sus brazos alrededor de su cuello. Sus labios no tardaron en juntarse nuevamente. Pero Yuuri estaba desesperado, como si estuviera contra el tiempo y un tic toc sonaba en su mente. Entonces alzó las caderas de Victor para comenzar a moverse salvajemente mientras se permitía jugar con la lengua del contrario, lamerle los labios para no olvidar su textura, y morderle con ternura para intensificar los gemidos dulces de Victor, el cual parecía tan concentrado en la excitación que estaba sintiendo, y eso a Yuuri le encantaba.

—Me voy a venir...

—Sí, sí —Victor murmuró en respuesta contra los labios de Yuuri—, córrete, quiero sentirlo.

Tuvieron que abandonar los besos cuando Yuuri apoyó su frente contra la de su amigo y separó sus labios como buscando aire y energías para embestir más fuerte a Victor.

—Mierda —la voz como un hilo—. Ah, Victor...

Victor recibió a Yuuri entre sus brazos cuando este dejaba salir sonoros gemidos en lo que todo el semen era vertido en su interior. Se aferró con más fuerza a la cintura de Yuuri esperando que aquello ayudara a que ninguna gota quedara fuera.

Hubo un momento de silencio en el que solo habían respiraciones agotadas, y una sensación de finalización se instaló en Victor. Estaba por hablar hacia Yuuri, cuando sintió que su miembro era tomado con cuidado para luego comenzar a ser masturbado.

—N-no, Yuuri, yo estoy bien... oh —mordió su labio inferior al sentir que Yuuri movía sus caderas despacio. Sintiendo como el pene de Yuuri salía por completo para volver a entrar de igual forma. La lubricación de la zona hizo que todo su cuerpo temblase de placer y miedo por las deliciosas y fuertes sensaciones.

—No te dejaré así... —susurró besándole bajo la oreja, rozando el inicio de su mandíbula.

—No tardaré —respondió sintiendo que sus piernas comenzaban a tener ligeros espasmos por el inminente orgasmo que se acercaba.

Yuuri sonrió con notable cansancio, pero de igual forma comenzó a besarle el pecho a Victor, decidido a jugar con sus pezones que pacientemente habían esperado por la atención de Yuuri.

Entonces Victor se vio sofocado al estar siendo sobrestimulado en varias de sus zonas erógenas. Recibiendo lamidas y mordiscos suaves en su pecho, una mano tibia y algo gruesa calentando su erección y mojándola cada tanto para mayor placer, y como la guinda de la torta, Yuuri embistiéndolo incluso después de haberse venido.

Simplemente no pudo evitar que un orgasmo más prominente que el anterior ensuciara su propio torso.

Ambos se quedaron mirando. Yuuri parecía satisfecho y feliz, mientras que Victor parecía pedir piedad, pero a la vez que le follaran de nuevo. Era un rostro adorable a ojos de Yuuri.

¿Y ahora qué?

Yuuri estiró su mano hasta la mesita de noche y arrancó cuantos pañuelitos pudo para comenzar a limpiar el abdomen de Victor, el cual probablemente se sonrojó, pero su rostro post-sexo no permitió que fuese demasiado notorio.

Después de muchos papeles sucios cayendo en el pequeño basurero de Yuuri, Victor se sentó en el filo de la cama, mirando como el contrario abría una ventana.

Victor sabía que no ganaría mucho quedándose callado después de haber estado casi dos horas en una situación muy de ensueño para su propia credibilidad mental.

—Yuuri —habló con una pequeña sonrisita en su rostro, viendo como el contrario se volteaba con curiosidad—, te quiero.

El azabache amplió su mirada y no pudo evitar que una risa nerviosa se le escapara. Victor ante aquella respuesta dulce, rió también.

Victor se puso de pie para abrazar a Yuuri por la espalda y abandonar mordiscos divertidos en la parte alta de su oreja más próxima.

—Te quiero, te quiero, te quiero —murmuró como un cachorrito jugando con su peluche de felpa—, te quiero tanto. Quiero tanto este sentimiento de estar haciendo algo bien por primera vez en mi vida.

Yuuri soltó un suspiro satisfecho ante aquellas palabras.

—Sí, estamos haciendo las cosas bien, ¿cierto? —murmuró de vuelta, sintiéndolo más como si se lo dijese más a si mismo que a Victor.

Un tierno ujum le hizo sonreír antes de voltearse y encontrarse con una mirada dulce y adormilada por parte de Victor.

Sí, esto está demasiado bien.

🖤🖤🖤

¡Perdón la demora! Perdonen también si quedó muy pobre, pero mientras escribía me di cuenta de que he perdido la mano totalmente para escribir lemon xDDD. Prometo esforzarme aún más para el Victuuri.

¡Gracias por leer! Hace unos días fuimos #1 en Vicyuu♡ muchas gracias por ello🤗

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💜💜Army time: Pienso hacer un fanfic Kookmin con un Jimin Hipocondríaco y un Jungkook que tiene Hiperosmia. ¿Lo leerían?;; quiero experimentar y no puedo visualizar la historia con un Victuuri.

¡Los leo!

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