06: enero

Alerta de contenido sensible: En este capítulo, se tocan dos temas serios, los cuales son el abuso sexual y otro (para muchos considerado peor) que me gustaría guardar como sorpresa. Leer bajo su propio criterio y responsabilidad.

--------------

Mi intención nunca fue entrometerme en una relación ajena y hacerle daño a alguien por un acto egoísta mío. Pero lo terminé haciendo y ahora me siento culpable, pero más por la razón de caer en tus mentiras tan amorosas que pintabas con ilusiones estúpidas.

Mi vida nunca ha sido interesante de todas formas, este ha sido uno de los mayores dramas en el que he disfrutado estar por un momento.

He estado en la rutina de siempre: despertar, saltarme el desayuno a propósito, estudiar para poder entrar en el décimo superior de ingeniería informática como por 3 horas seguidas (siempre me ha gustado ser el mejor en lo que hago), almorzar lo que haya en el refri o comprarme algo con el poco dinero que gano, vagar en mi celular buscando datos interesantes o consejos que me puedan servir y si tengo suerte, poder visitar y cenar en la casa de mi hermana. Aunque no es mi hermana de sangre y más sea algo sentimental, Black siempre ha estado ahí desde que la conocí en el primer ciclo de la carrera. No estudia conmigo, ella está metida en las leyes estudiando Derecho, pero supongo que le parecí interesante cuando hizo un tipo de entrevista en el campus y no le di muchas respuestas.

Pensándolo bien: ¿qué vio en mí? Literalmente estaba de pocos ánimos y con cara de pocos amigos, pero insistió en ser mi amiga después de eso y a pesar que me gustaba siempre estar solo, ella se metía en mi vida hasta el punto que la considero mi hermana menor. 

Me estoy alargando mucho en esto. Termino de a veces visitarla y me voy directo al departamento alquilado de bajo presupuesto que tengo a dormir y pensar en mis propios problemas. 

Eso era hasta que tú, un erizo de los azules más extraordinarios que vi en mi vida, apareció en frente mío.

Aunque me golpeaste en la cara con un balón de futbol excusándote diciendo que no sabías jugar y que lo tuyo era correr, en vez de molestarme y ponerme a la defensiva, actué de lo más calmado y te dije que no había nada de qué preocuparse. 

Bendito y maldito sea el día en el que decidí ir a descansar en las gradas y entablar una amistad contigo.

Poco a poco, descubrí en dónde estabas normalmente y te visitaba con la excusa que me encantaba el atletismo (mentira mía) y así fue hasta que me enamoré de cada detalle de ti, incluyendo tus tonterías. 

Pasamos muchos momentos juntos que podría decir que lo nuestro iba a algo más serio, inclusive una vez estuvimos por besarnos mientras nos agarrábamos de las manos en un parque al estilo cliché de cualquier romance genérico homosexual. Pero todo eso se desvaneció hasta que un día me dijiste que no podías ir a mi cumpleaños porque ibas a visitar a tu novio.

Me sentí... triste, frustrado, decepcionado y resentido. Primero, era mi cumpleaños, mi único amigo eras tú y mi hermanita, al menos quería que sea mi primer cumpleaños disfrutable. Segundo, coqueteaste conmigo sin decirme que tenías pareja y me dejaste sumamente confundido, pero eso no le di importancia porque quería mantener tu amistad ocultando mi amor. Tercero, eso pudo haberse solucionado invitando a conocer a tu enamorado que ahora ya no lo es por nuestra aventurita. Cuarto... realmente no sé que más decir. Solo me sentí así porque sí. 

Meses pasaron, el segundo ciclo terminó, inició un nuevo año y así las vacaciones de verano y ya tenías tu primer plan de fiesta: el cumpleaños de tu ¿amigo-rival? si se podría llamar así.

Te llevé hasta ese lugar, quería pasar más tiempo contigo y eso ya no era tan sano creo, sentía una necesidad de siempre tenerte cerca excepto cuando Tails te quería a su lado. Nunca supe bien cómo era el amor y así lo demostraba, siguiéndote. 

En el cumpleaños de ese fue la primera vez que pude ver a ese zorro. Era tan diferente a mí pero a la vez tan igual. Solo que claro, él brillaba más que yo y él te tenía a ti. Nunca me esforcé en conocerlo y él tampoco, sabíamos nuestros límites y como no me veía como una amenaza en tu relación no se preocupaba en indagar en mí, aunque yo sabía uno que otro detalle por lo bien que me hablabas de él.

Cuando te dejé en la fiesta, solo me fui a un lugar cerca por si pasaba una emergencia y necesitabas irte y así te llevaría a tu casa o a la mía. Sí, así de obsesivo discreto era con tal de cuidarte. 

Pasó eso y conduje hacia ti y me contaste que tu enamorado de estaba por ser infiel e impulsivamente, empezamos a tener sexo a escondidas.

"El aire salado y el óxido en tu puerta. Nunca necesité nada más".

Esos fueron los momentos más felices de mi vida.

Los primeros días pensé que ya habías dejado a tu novio e iba a tu casa apreciando cada detalle de la puerta por más simple que fuera esperando que tu hermosa figura aparezca, solo para enterarme en el proceso que aún seguías con Tails, pero que supuestamente todo ya estaba arruinado e ibas a terminar pronto con él.

¿Qué puedo decir para defenderme? Fui un tonto por caer en tus encantos y en verdad esperar el momento en el que pudiera decir: "Sonic es mi novio".

"Susurros diciendo: '¿Estás seguro? Nunca he hecho esto antes'".

Espero que recuerdas muy bien cómo te reiteré si estabas cómodo con lo que íbamos a hacer antes y bueno, te confesé que era virgen prácticamente. Solo ignoraste todo y tenías prisa en terminar lo que habías empezado. Te dije "te amo" y me respondiste diciendo que éramos amigos.

Todo fue muy contradictorio: sentí que eras mío después de otros encuentros, pero cuando terminamos nuestra primera vez no sentí lo mismo y así se alternaban mis pensamientos.

"Pero puedo vernos perdidos en el recuerdo, enero se convirtió un momento en el tiempo, porque nunca fue mío". 


Retrocedo en el tiempo pensando que lo nuestro sería duradero, pero solo me engañaba a mí mismo viviendo en una fantasía cuando siempre viví en una realidad. Me hiciste sentir como un drogadicto que necesitaba de tus pastillas para vivir para evitar gritar tu nombre. 

"Y puedo vernos envueltos en las sábanas, enero se terminó como una botella de vino, porque nunca fuiste mío".

Muchas veces yo te visitaba con una intención de algo más que tener sexo, quería fortalecer un lazo romántico más que solo ser amigos con beneficios, no se sentía bien si solo nos usábamos para satisfacer nuestros deseos. Por eso, te invitaba siempre al centro comercial de por aquí a por un helado o esa comida que te fascina a pesar que yo la odio, pero verte feliz era lo suficiente como para hacerme feliz a mí. Tú no aceptabas eso o cuando rara vez lo hacías, procurabas que sea rápido para solo usar la situación como tu escape a tu "relación rota".

El mes y los encuentros se vieron borrosos para ti y tengo la esperanza que aún los recuerdes, porque la gran mayoría de ocasiones estabas algo tomado. No soy tonto, reconozco el olor del licor. 

Vivía con la esperanza de que un día en uno de nuestros encuentros me digas: "Nine, he terminado con Tails, entendí que no puedo jugar contigo y te dejaré de hacer daño, siempre te he querido a ti, no eres una copia de mi ex, fui un tonto, te amo".

Pero nunca pasó, porque nunca fuiste mío y le pertenecías a otra alma.

"Tu espalda bajo el sol, deseaba escribir mi nombre en ella".

¿Pero qué importaba si no te podía tener por completo? Aunque sea unas semanas me podrían bastar, aceptaría lo que me ofrecieras si eso significaba sacrificar mi dignidad y mi valor. Total, no es que como si en toda mi vida hubiera tenido una. Siempre he vivido en una desgracia desde que nací y por eso aprendí a refugiarme por mi cuenta física y mentalmente, pero tú fuiste la excepción de eso. Me agarraste bajo guardia y me apuñalaste con el filo de la daga de tu amor.

De todas formas, hiciste que mi verano sea mejor que cualquier otro. Amaba tocarte con delicadeza y deslizar mis dedos en tu espalda fina dándote cariño y que lo recibas. Nunca vi ningún rostro de incomodidad tuyo después de la primera noche.

Después de tu discusión con tu enamorado, que me contaste diciendo que en ese momento ya estaban por terminar y no quedaba nada, decidí poner empeño en tratar de que me correspondieras enamorándote de mí.

"¿Me llamarás cuando regreses a la universidad? Recuerdo pensar que te tenía".

Mis mayores temores que enterré junto a mi pasado salieron a relucir cuando las dudas me amenazaban. Tenía miedo que me abandonaras y me dejaras como un trapo sucio usado en la cocina solo para volver cuando lo necesitabas a tu conveniencia.

¿Soy un iluso por querer que después de las vacaciones sigas queriendo relacionarte más conmigo más allá de lo que un amigo o un amante pudiera?

Antes de todo, en el campus solo nos permitíamos vernos en el parque trasero a tomar un poco o vapear como amigos a hablar de la vida. Claro, yo casi no hablaba y te escuchaba más a ti. Disfruté cada palabra que salía de tu irresistible boca. 

Realmente no sé qué más puedo comentar.
Sí, me enamoré de ti, antes de que pase algo pensé que nos pertenecíamos, pero ya estabas con alguien más, después empezamos a tener sexo que solo yo lo sentí con cariño y me hacías creer que eras mío y a la vez no. No hablo mucho sobre si yo era tuyo, ya que eso estaba más que seguro y confirmado que era así. Tú me podías pedir mil cosas y yo lo aceptaba sin dudar si eso me permitía ver una sonrisa en tu rostro.

"Cuando seguíamos intentando que esto fuera mejor, desearlo era suficiente, para mí era suficiente".

Ahora que me acuerdo, sí hubo un momento en el que me agarré de valentía y quise aclarar las cosas contigo (aunque fue por insistencia de Rose, quien ya sabía a todo con detalle). 

Nunca me ha gustado hablar de mis sentimientos, pero por ti iba a hacer un esfuerzo.

Te cité y después de que me besaras con lujuria, te detuve y separé. Noté que estabas confundido y te pregunté:

¿Qué soy para ti? — fui directo, pero no importaba porque deseaba una respuesta.

Te quedaste en silencio unos minutos y mierda, quería saber qué pasaba por tu mente. Finalmente decidiste responderme.

Jaja, eres como mi amigo, pero apunto de ser algo más. No pienses en eso ahora, zorrito. — dijiste y me volviste a besar. No me diste tiempo de responder y aclarar más dudas. Me quedé completamente confundido y te seguí la corriente.

¿Me querías o era algo del momento?

¿Acaso soy el único que cree e intenta hacer que esto pueda funcionar?

"Vivir con la esperanza de que esto cambiaría, cancelaba mis planes en caso de que llamaras y me dijeras: 'Nos vemos atrás del centro comercial'".

Trataba de olvidar esos débiles pensamientos y enfocarme en salir a dónde quisiera. Dejaba que mi carro y yo fuéramos uno, e iba a bien dónde empezó todo o a cualquier lugar alejado a distraerme con cualquier mínima cosa. 

Muchas veces que mi hermanita me visitaba de sorpresa en la pocilga que vivía trataba de sacarme a salir a pasear con sus propios amigos, pero JUSTO en ese momento me llegaban mensajes tuyos y cancelaba sus planes poniendo mil novecientos ochenta y nueve excusas con tal de verte y pasar la misma rutina adictiva y dolorosa de siempre detrás del mall.

Tenía que ser terco y reacio para insistir contigo y en un futuro de los dos.

En una de esas ocasiones, te llevé a la playa a ver el atardecer. Sabía que no te gustaba nadar para nada, pero te dije que solo era para apreciar la vista y que a las justas el agua iba a tocar tus pies para que te relajes, pues te veía bastante estresado seguramente por problemas con Tails. 

Nos divertimos como si de verdad fuéramos novios, incluso cuando el agua arrasó con más fuerza y cubría más que tus pies haciendo que pegues un pequeño grito, me atreví a cargarte y correr contigo en mis brazos hacia una zona más alejada. 

En esa ocasión, estuve a punto de besarte después de mirarte por unos segundos asegurando que estés bien, pero me dijiste que los besos eran solo para cuando follemos.

"Era demasiado para un amor de verano y para decir 'nosotros' porque no podía perderte, si nunca fuiste mío".

Soñé mucho y me permití emocionarme, y eso que hace años había decidido cerrar mis sentimientos. Desde ese instante, sabía que todo iba a ser algo pasajero y que nunca me pertenecerías. Sabía que por mucho que me quedara viéndote con los ojos más brillantes y puros, tus ojos esmeraldas mirarían a otra dirección menos a la mía. Sabía que siempre sería tu última opción y que tú serías la única y primera para mí.

Yo sabía que iba a ser tu juego. ¿Por qué carajo permití despreciarme tanto?

No he aprendido nada y al final, todos los que me hicieron daño tenían razón sobre mi patética existencia. Entre toda la oscuridad que pude haber experimentado, al menos tú me hacías sentir un 13% más afortunado de estar vivo, aunque no duró mucho.

"Porque nunca fuiste mío, nunca fuiste mío. ¿Pero lo recuerdas?"


Me acabo de dar la respuesta a mí mismo.

Fue porque te di mi confianza, te entregué mi secreto más profundo e íntimo y la forma en la que me lograste consolar fue una de las más preciosas y sinceras que he podido recibir.

En uno de los momentos en donde estábamos teniendo eso, tuve un fuerte recuerdo de lo que fue mi pubertad. No es que tú hayas sido un detonante en eso, todo estaba bien, pero me vino un recuerdo y me quedé pensando en ello.

Antes te había dicho que había sido molestado durante los años más importantes de mi niñez, siendo objeto de burlas por tener una mutación genética de dos colas en vez de una, otros se pasaban conmigo y empezaban a insultarme de una manera muy cruel diciendo cosas como: "Eres una abominación de la naturaleza, no deberías de vivir, ¿por qué no te matas?, ni eres bonito como para que eso te salve, hazle un favor a todos y desaparece" y cosas peores, pero lo que más me marcó fueron los golpes que incluían patadas, cachetadas, "bromas" de llevarme hasta lo más alto de mi antigua escuela y amenazar con tirarme, hasta incluso pegaban goma en mi cola extra para quitarme el pelaje o de una, intentar cortármela con un cúter de cuando hacíamos manualidades. Todos eran tan crueles conmigo, pero por suerte, solo tuve a alguien que a pesar de a veces avergonzarse y alejarme, me acompañaba en los recreos.

Tú sabías toda esa historia, pero nunca te conté un detalle que hizo que pare todo lo que hacíamos ese día para irme corriendo al baño a intentar recuperar el aire y a tener una de esas... ¿crisis de ansiedad? no tenía aire, me dolía el pecho, todo daba vueltas, me sentía inseguro y desprotegido como esa vez, quería escapar, veía por todos lados sin sentido estando desesperado, me dolía horrible la cabeza, sentía náuseas.

No sé si fue por compromiso o si de verdad te preocupaste por mí, pero entraste y abriste la puerta del baño con la llave que tenías (pues era tu casa en la que estábamos) y quisiste abrazarme al verme en un estado tan vulnerable, pero cuando te acercaste solo pude ver la imagen de uno de los peores sucesos de mi vida, te alejé y empecé a llorar aún más y a gritarte cosas sin sentido como si la persona frente mío fuera él. 

Ni tenían el más pequeño parecido, tan solo fue el cómo te acercaste lo que me hizo acordar a mis primeros años de secundaria.

No recuerdo bien en qué mes habrá sido, pero se repite en mi mente casi siempre cómo en un día como cualquier otro me oculté en uno de los salones del fondo a almorzar en el receso, no quería ver a los que seguían siendo mis bullys o pasar un mal rato. Fue en eso que dejé de comer y me giré a ver quién estaba en el aula y era mi antiguo ex mejor amigo, que se había unido después de la primaria a ser uno de mis abusadores, pero no sabía que en ese momento iba a ser más que ello. 

Se sentó a mi lado y empezó a florear disculpándose conmigo por todo, que entre zorros nos debemos de ayudar por más que tengamos un detalle extra y etc, obviamente no me convencí de ese cuento y quise irme lo más rápido posible con la excusa que debía calentar mi comida. 

Levantarme o intentar irme fue lo peor que pude haber hecho, pero no sé si el resultado iba a ser el mismo quedándome.

Me jaló del brazo e hizo tirar mi táper solo para hacer que me siente encima de su regazo y abrazarme con fuerza a través de mi cintura y abdomen. Me susurró diciendo que si estábamos volviendo a ser amigos, debíamos de tener tratos especiales sin que nadie se entere. 

Sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo de una forma brusca, manoseando mi pecho y dirigiendo su otra mano hacia mi entrepierna con tal de provocarme, pero lo único que lograba era que intentara gritar diciendo que me suelte, que no quería tener algo así con él después de todo, que habían cámaras y que podían meternos en problemas. 

Su única respuesta fue decir que si seguía haciendo bulla él mismo me iba a terminar cortando mi otra cola como otros habían querido y decir que yo lo provoqué sexualmente, diciendo que así además de molestarme por ser marginado, lo harían por ser una puta. Es increíble como personas de nuestra edad ya sabíamos todo esos conceptos por el podrido mundo del internet. 

No reclamé más y me di por vencido después de tanto forcejeo, era claro quién era el más fuerte y solo trataba de ahogar mis gemidos de dolor y quejas con el miedo que me pasara algo más. Durante el proceso, fui golpeado en la mejilla por intentar librarme en una oportunidad y me llamó marica al soltar lágrimas por todo lo que me estaba pasando. 

Una vez terminó eso, se subió el pantalón y me dejó tirado en el suelo semi desnudo en el rincón del aula donde me aseguró que las cámaras no lograban grabar ahí y que cualquier palabra mía iba a ser tomada en broma y me iban a acusar de mentiroso y querer llamar la atención. Por eso y otras razones, no dije nada, hasta que la psicóloga del colegio llamó a ciertos alumnos para "evaluar nuestra salud mental y la convivencia entre los compañeros".

O eso creía, porque antes de que nos llamaran, por lo que me hizo ese hijo de puta, empecé a aprender defensa personal estando hasta la mierda de todo. Aprendí rápido diferentes tipos de golpes y cómo pelear como cualquier tipo de pelea callejera, así cuando algunos se acercaban a mí con el fin de joderme, yo respondía peor, incluso usando algunos artefactos que se podría decir que "inventé" con lo que me alcanzaba comprar o lo que ya tenía en casa. Por primera vez, empezaron a sentir temor al enfrentarme y eso me hacía sentir orgulloso.

En fin, la "psicoloca" me hizo hablar y siendo sincero, me sentí cómodo hasta cierto punto. Le confesé que los golpes que daba a ciertos compañeros en realidad eran bajo defensa propia, puesto que había sido objeto de burlas e incluso me habían tocado y violado. Ella solo anotaba "preocupada" y dijo que lo iba a reportar, aunque en su cara se notaba cierta duda de que si lo que contaba era real.

Los años pasaron y nada ocurrió. Ese estúpido siguió abusando sexualmente de mí hasta tercero de secundaria, por más que yo podía defenderme y lo intenté. Solo paró cuando ya todos empezaban a "madurar" y aburrirse de mí. Me agradecí a mí mismo que ello se haya detenido, pero nada iba a curar los años de maltrato y cómo me sexualizaba en las redes sociales en una cuenta anónima para luego insultar mi cuerpo presencialmente haciendo que incluso deje de comer como antes. Todo eso sucedía como un círculo vicioso.

Habían días que no iba a la escuela y ni siquiera tenía padres o familia en las que apoyarme emocionalmente o con el tema monetario, solo un local dónde me permitían quedarme por huérfano y tenían un tipo de alianza con sistemas de apoyo y programas gubernamentales para garantizar que tenga acceso a la educación, pero solo se encargaban de encontrar techo y un poco de comida básica para mí hasta que termine la secundaria. Luego de eso, me sacaron y empecé a trabajar para ganarme la vida. 

Ah, ni siquiera fui a la fiesta de promoción que hicieron. Me dio cólera toda la situación, en especial cuando por ser impulsivo a finales de cuarto de secundaria me escabullí en la oficina de psicopedagogía y husmeé sus cajones buscando sus anotaciones del año donde le solté todo solo para ver si se hizo algo al respecto. 

Apareció el reporte/nota y lo que leí me dejó... asqueado e impotente.

Decía mis nombres, apellidos, edad, situación, etc, mis datos de afiliación, pero entre todas las anotaciones, a partir de lo que conté sobre la violación, decía:

"El compañero de Nick jugó brusco con él. Dice que fue un juego de niños inofensivo".

Maldita vieja de mierda. Estúpido colegio asqueroso de porquería.

¿Así se hace llamar psicóloga? ¿Así se hace llamar una escuela que fomenta los valores?

Qué bien que la graduación fue la última vez que vi a mis compañeros hipócritas que me veían ahora como si fuera su amigo del alma ignorando los maltratos. Tan solo terminaron de darme mi diploma y me fui a mi casa y seguí con mi jodida vida.

Me lograste calmar con una que otra técnica y te conté lo sucedido, lo cual me demoró como una media hora por los cortes quebrados que hacía en mi voz tratando de recuperar aire. Contar estas cosas no son fáciles. Esa fue la primera vez que me derrumbé en frente tuyo y eso que solo éramos amigos con derechos, aunque tú lo fueras todo para mí.

Me abrazaste, me dijiste que todo estaría bien, que estarías para mí, que ahora estaba seguro, que eso no me definía y que era la víctima de todo, que no merecía haber pasado por una atrocidad así, que no me harías sentir indefenso y me ayudarías a sanar, y especialmente, que nunca me harías sentir menos o me harías daño.

Sentí lo que era el verdadero amor cuando después de esconderme en tu pecho te miré directamente a tus tiernos ojos y vi sinceridad en ti. Me refugié en tu alma con descaro.

¿Pero qué pasó con esas promesas?

"¿Recuerdas cuando me detuve y te dije: 'sube al auto'? ¿Y que cancelé mis planes en caso de que llamaras?"

Tengo que volver a la realidad y dejar el pasado atrás. Mi presente me está definiendo y es un asco.

Fui un entrometido en tu relación, nunca debí sugerir que te vayas conmigo, mis intenciones no fueron arruinar tu vida y la de tu ex. Yo solo quería saber lo que era amar y sentirme amado. Nunca debí haberme enfocado tanto en algo de verano y dejar que como ahora, el calor insoportable me corte y deje revelar la sangre de mis penas.

Nunca debí contarte mi pasado pensando que mi futuro eras tú.

"Cuando vivía con la esperanza de que esto cambiaría, con la esperanza de que esto cambiaría".

Cuando tu novio nos descubrió e hice cálculos deduciendo que me habías mentido a mí también, quise hablar contigo y reclamarte, pero no supe bien qué decir y tan rápido como corres en la pista de atletismo, rápido te fuiste de mi vida.

Esa fue la última vez que te vi. Te llamé, te mandé mensajes, fui a tu casa, pero me ignoraste. No me tenías bloqueado ni nada, pero sí me sacaste de tu historia de otra forma y me dolió como si fuera una quemadura real de tercer grado.

"'Nos vemos detrás del centro comercial'".

Entendí pronto que fuiste igual que todas las personas que había conocido. Todos me lastimaron, pero tu manera fue única y la más cruel.

Supiste cómo hacerme sentir en el atractivo más limpio y precioso del mejor museo de artes para después borrar vilmente cualquier brillo o recuerdo de lo que alguna vez fuimos y construimos. 

"¿Recuerdas cuando me detuve y te dije: 'sube al auto'? ¿Y qué cancelé mis planes en caso que llamaras? Cuando vivía con la esperanza de que esto cambiaría".

Llámame estúpido y sensible, pero renuncié a todos mis sueños y planes de corto y largo plazo.

Me salí de la universidad, dejé de asistir a mi trabajo de medio tiempo y asesoría extra a otros estudiantes que ayudaban a ganarme cachuelos, ya no salía a ningún lado, comía solo las sobras de otras comidas, dejé de comunicarme con mi hermana y no la dejaba visitarme.

Me quedé todo los días en mi departamento esperando que en algún momento tocaras la puerta, te disculparas, me eligieras a mí y me salvaras de mi pozo. Como un cuento de hadas, ¿no es así?

En vez de eso, un día Tails me fue a ver junto con una chica que se parecía increíblemente a Black. Lo único que las diferenciaba era su estilo de vestir y sus cabellos.

¿Quién sabrá cómo habrá conseguido mi dirección? De todas formas, no le presté mucha atención a lo que me dijo tan pronto como los vi. Era incómodo y estaba perdido en mis propios problemas. Él tenía su propio duelo, pero yo la estaba pasando mucho peor.

Solo entendí unas cuantas preguntas de mi estado de ánimo ante todo, qué opinaba, si necesitaba ayuda, a lo que respondía corto con mentiras diciendo que estaba bien y que me lo esperaba, por lo cual no me dolió. 

Una frase de ese zorro fue decisiva.

Nine, escúchame, sé que probablemente soy la última persona a la que quieras ver, pero al igual que yo, somos víctimas de los actos egoístas de Sonic. — dijo mientras posaba su mano en mi hombro. Su amiga habló también.

Si necesitas ayuda de un profesional, te puedo conseguir el contacto de un psicólogo. No nos hemos hablado casi nada, pero déjame decirte que la salud mental de todos es igual de importante. — nunca necesité o necesitaré un psicólogo. Yo sé cómo afrontar todo solo y así ha sido siempre.

Me dijeron eso y otras cosas más y se fueron. 

Eso me hizo entender solo una cosa.

"Con la esperanza de que esto cambiaría".

¿Mi existencia acaso aportaba algo a la sociedad como para querer ser salvado?

¿Qué me garantizaba que un psicólogo iba a hacer que me olvide de todo?

¿Si nadie me ama, entonces cuál es el sentido de vivir?

Mandé todo a la mierda y fui directamente a mi habitación a buscar entre los cajones uno de mis mayores aliados en mis bajones más dolorosos. 

Saqué el cúter que a veces usaba en algunas maquetas, aún se encontraba muy bien afilado a pesar de los diferentes tipos de material resistentes que tuve que cortar en las madrugadas para los trabajos. Lo aprecié durante unos segundos y lo presioné contra el pelaje de mi piel en mi muñeca aún sin hacer mucha fuerza. Observé otras cicatrices más leves que tenía de otras veces alrededor de mis brazos y me llené de más impotencia.

No pude ser lo suficientemente fuerte ni para mí mismo. Mis acosadores tuvieron razón todo el tiempo. Odiaba no ser el que podía decir que había ganado y sentir enriquecer su ego oculto con desprecio.

Había perdido todo lo que tenía en mi vida o mejor dicho, al único que me hizo sentir bien. Y fue todo mi culpa, por mí fue que se alejó y yo arruiné todo por un simple deseo iluso de ser algo más que amigos.

No había nada más por lo cual luchar, mi vida era mediocre y no había forma de incluso llegar a cumplir mi estúpido sueño de ser el mejor profesional de mi carrera por más que me desvelara todas las noches. Siempre habría alguien mejor que yo. No había sentido si no era el mejor. 

Sin más y con un solo pensamiento en mi mente, presioné la punta del objeto afilado en mis venas e hice un gran corte profundo y largo. 

Uno, dos...

La sangre empezó a salir y yo solo me tumbé en el suelo a gritar del dolor y el ardor. Para estar más seguro y no dar vuelta atrás, volví a hacerme más cortes en mis brazos y uno cerca del cuello casi igual de fuertes.

Miré mi cola extra y empecé a destruirla atravesando la cuchilla en mi pelaje y piel, cumpliendo el objetivo de hace años de mis compañeros. Odiaba satisfacerlos, pero me odiaba más a mí mismo.

No encontré una forma más rápida y menos dolorosa de morir en mi cuarto, así que busqué la salida fácil y más clásica.

Pronto mi cabeza empezó a dar vueltas. Me sentía débil, estaba mareado, tenía un calor increíble y me sentía pálido.

Por fin iba a dejar de vivir entre tantas desgracias, iba a dejar ir a Sonic como él hubiera deseado, no iba a ser una carga más para Rose y no tenía que preocuparme más por el futuro. 

No me molesté en siquiera dejar una nota explicando mis razones, porque nadie la iba a leer e intentar llevarme de inmediato al hospital e intentar salvarme, por más que en el fondo lo quisiera. A este punto, daba igual.

Muchos dicen que un día malo no significa que estés destinado a una vida miserable.

Pero para mí, la vida se detuvo por una simple mentira de amor de verano.



--------------

© m1lespr9wer92. 




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top