ULTRAVIOLENCE, dwight

ULTRAVIOLENCE

La noche acababa de caer por completo en Hilltop y con ella llegó acompañado el sonido de una bocina que seguía previamente una cadena de éstas, esa era su alarma. Ese sonido les decía que Los Salvadores llegarían en cuestión de minutos a sus puertas.

Wanda se encontraba en el balcón de la mansión que le daba una buena vista del lugar completo, con sus manos sujetas a la barandilla miraba al cielo rezando que esa no fuera su última noche en aquel cruel mundo a menos que haya cumplido su cometido.

No quería cerrar los ojos para siempre, no quería que el eterno descanso la alcanzara a menos que cada uno de aquellos malditos pagara por cada una de las vidas que habían arrebatado desde la noche en el bosque comenzando por Glenn y Abraham.

―¿Estás bien para esto?

La voz de Maggie, quien ahora era la nueva líder de Hilltop, resonó a sus espaldas y Wanda volteó enseguida pretendiendo que en ese momento su mente no estaba siendo atestada por mil pensamientos con cada segundo que pasaba.

―Yo debería hacerte esa pregunta ―refutó la más joven mirando al vientre aún plano de Rhee.

Automáticamente la mano de Maggie se dirigió a aquel lugar de modo sobreprotectora, se conocían desde la prisión y junto a Glenn los tres habían sido muy unidos. Incluso hubo una pequeña charla a modo de broma (no tan broma) sobre Wanda siendo madrina del bebé que llegaría a sus vidas en pocos meses.

Todo eso quedó atrás la noche en que conocieron a Negan, ninguna de las dos volvió a hablar de Glenn con la otra porque sabían lo doloroso que sería.

Maggie dio un paso adelante y movió un mechón de cabello castaño rojizo de Wanda a un lado, revelando su pómulo lastimado con algo de sangre seca que daba a entender que esa herida aún no sanaba por completo.

―No es nada, ni siquiera lo siento. ―Sonrío tratando de mostrarse segura, cuando Maggie presionó un dedo cerca de la herida no pudo evitar dar un salto por el repentino dolor mientras soltaba un suspiro ―. Así, obviamente, duele.

―Con que ni siquiera lo sientes ―repitió Maggie negando con la cabeza.

―Estoy bien, no planeo dejar que ninguno de ellos se acerqué lo suficiente para tocarme de esa forma.

―¿Ninguno?

Maggie elevó una ceja en su dirección de forma acusatoria, ambas guardaron silencio al entender porque hizo esa pregunta y con ese tono en particular.

Dwight.

Aquel hombre que parecía la más reciente debilidad de Wanda al momento de tener la vida un salvador, la vida de Dwight, en sus manos. Ese maldito hacía que por segundos su cabeza se olvidara del odio que sentía por su gente y cuanto deseaba eliminar a todos y cada uno de ellos de la tierra.

―Daryl me lo dijo, fue él quien te hizo esto ―exclamó Maggie señalando la herida de Wanda ―. Y escapó después de todo.

Dwight caminaba con pasos determinados con una navaja en su mano izquierda mientras que con la derecha se sostenía el brazo que una bala le había atravesado, cortesía de Wanda tan solo horas atrás.

¿Por qué no tomas un cuchillo también? Temo que se te escapé un tiro directo a mi cabeza si sigues apuntándome y vigilando nuestros alrededores al mismo tiempo.

―Si eso pasara, créeme que no será por accidente. ―Wanda se acercó a él y presionó el cañón del arma en su espalda para darle un empujón. ―. Camina.

Dwight se limitó a soltar un quejido por lo bajo y continuar con su camino, estaba solo con la chica que amenazaba con asesinarlo desde que lo conoció y hace poco acababa de dispararle sin pensarlo dos veces.

A los ojos del salvador, Wanda era extremadamente hermosa y letal. Como un arma de doble filo si no sabía jugar bien sus cartas.

La tensión entre ellos no era algo que pasaba por alto y si no fuera por la situación en la que estaban probablemente ambos hubieran actuado al respecto para ese momento.

Luego de matar al último caminante, porque ella arrastró al rubio por todo el bosque para matar a los caminantes que posiblemente atacarían al grupo de alexandrinos mientras el resto "limpiaba" el pantano para poder atravesarlo.

Tras oír el sonido del seguro del arma, Dwight ocultó la mitad de su cuerpo detrás de un árbol y, de una forma u otra, quedó frente a frente con la chica.

La adrenalina que recorría a Wanda al momento de apuntarlo con su pistola era la misma que sentía cada vez que sus manos se habían rozado brevemente, cuando él llegaba a Alexandria con sus hombres para quitarles la comida y municiones que recolectaban o cuando Dwight la obligó a disparar con la ballesta de Daryl y pretendió enseñarle cuando siquiera él mismo podía darle a un blanco.

Wanda lo odiaba, Wanda odiaba todo aquello que la hacía sentir con solo estar unos centímetros cerca. Wanda odiaba sus sentimientos románticos por Dwight, porque en el fondo sabía que él le correspondía.

Ella creía que lo mejor sería eliminarlo de una vez para evitar que algo ocurriera entre ellos en un futuro, pero fue demasiado tarde. Porque una vez que probó sus labios supo que estaba sentenciada.

¿Por qué?

Wanda lo observó con el ceño fruncido. ―¿Por qué voy a matarte? ¿En serio esa quieres que sea tu última pregunta? Creo que la respuesta es algo obvia.

Los odios, los odio a todos. Odio a Negan ―dijo dejando el claro el desprecio a través de su voz ―. Estoy ayudándolos para que puedan ponerle un fin a esto.

Y aún no es suficiente.

Dwight asintió. Por supuesto que lo entendía, entendía las ganas de todos por matarlo en Alexandria, sentía la mirada juzgadora de todo el grupo. Pero sus intenciones eran verdaderas cuando dijo que quería a Negan muerto.

Sin embargo, a la única que no comprendía del todo era a esa chica, Wanda era como uno de esos viejos mapas que siempre se le complicaba al leer.

Lo comprendo, de veras ―mencionó con una de sus manos en alto ―. Entiendo que me quieras matar teniendo en cuenta todo lo que está sucediendo, pero... ¿acaso no me besaste hace unos días como si fuera lo último que harías en tu vida?

La mirada de Wanda se endureció y pudo notarlo por como aseguraba su agarre en el arma y colocaba el dedo en el gatillo.

Tú me besaste.

Bien, como quieras, yo te besé. ―Dwight lo aceptó sin problema, aún detrás del árbol ―. Pero tú no me apartaste en ningún momento ―dijo con una sonrisa maliciosa ―. Me pregunto que pensara de eso tu gente

Wanda lo miró harta, incluso ella se preguntaba por qué Dwight seguía hablando y no le había disparado. Hasta que la última gota rebasó el vaso.

¿O qué estará pensando el coreano? ―Esa última palabra fue lo que se necesitó para que apretara el gatillo con la fuerza más que suficiente una y otra vez, sin darle justo en la cabeza a Dwight como quería.

Los extraños sentimientos que tenía por el rubio eran su base para apuntarle con su arma dubitativamente, y gracias a esa duda y su mala puntería en encuentros cercanos, terminaron corriendo por el bosque hasta que volvió a atraparlo y en un forcejeo se arañó el pómulo con ramas y hojas de árboles.

Próximamente, Dwight escapó de ella cuando oyeron a un grupo de salvadores cerca. Aunque la única razón por la que el rubio salió de su escondite fue porque quería evitar cualquier tortura para Wanda si la encontraban ahí, se negaba a exponerla a eso aunque ya estaban en medio de una guerra con muertos a diario.

En lugar de una tortura mental y física garantizada de mano del líder de Los Salvadores, lo que Wanda recibió fueron los gritos de Daryl Dixon por dejar escapar a su espía.

―Trataba de salvar su vida mientras lo perseguía por el bosque con un arma, por supuesto que hizo esto. Deberías ver cómo quedó él.

―No lo justifiques. ―Nuevamente Maggie negó ―. ¿Por qué no disparaste al tener la oportunidad?

Wanda guardó silencio por más tiempo del que realmente le hubiera gustado, formando una respuesta en su mente que dejara satisfecha a su vieja amiga y que al mismo tiempo no fuera una mentira. No podía decirle.

No podía confesarle a Maggie que quizás estaba teniendo sentimientos por el enemigo, sentimientos por aquel que secuestró a su esposo y próximamente lo lideró a aquel claro dónde fue asesinado, sentimientos por el hombre que había encerrado y torturado a Daryl.

Pero los tenía, ahí estaban los sentimientos y no sabía que hacer al respecto. Por palabras que había oído de su grupo, Dwight estaba condenado a una muerte segura una vez que la guerra terminara, pero ella siquiera sabía si estaría viva para ver un nuevo día después de esa noche.

Cuando abrió su boca para responder, el walkie en el cinturón de Maggie se activó y oyeron la voz de Simon del otro lado, poco después los disparos comenzaron con la llegada de Daryl y las puertas de Hilltop abriéndose.

Una vez las puertas estuvieran abiertas, era la señal de que el show acababa de comenzar. Wanda y Maggie compartieron una última mirada antes de que la embarazada entrara a la mansión y la casi pelirroja colocara sus pies sobre la tierra y comenzara a disparar a cada salvador que se cruzara en su camino.

Los sonidos de disparos eran cada vez más y por lo fuerte que se oían parecía que estaban cada vez más cerca de Wanda, quien se encontraba disparando detrás de un auto para proteger su cuerpo.

Su punto fijo estaba en disparar a cada persona que viera cruzando las puertas de entrada, lo cual era difícil teniendo en cuenta que parte de su vista era cubierta por el bus y una camioneta que habían quedado en el camino cuando el tiroteo comenzó.

A pesar de la oscuridad, sus oídos retumbando y el caos a su alrededor, Wanda logró ver gracias a la claridad de la luz de la luna. Conocería aquel cabello rubio y esa camisa a cuadros en cualquier lado, era Dwight.

Dwight se le había escapado y ahora estaba ahí atacándolos, el sabor amargo en su boca no se fue con facilidad y tras cargar su arma una vez más, comenzó a disparar en dirección al salvador que por el momento parecía ser el único con capacidad de convertir el odio de su corazón en lo contrario.

Si no fuera por lo ciega que estaba gracias a la rabia que sentía y la sed de sangre que tenía, juraría que hicieron contacto visual por un segundo cuando Dwight volteó a ver de dónde venían las balas que casi lo alcanzaron.

―¡Hey! ¡Wanda, abajo!

Logró oír el grito de Daryl con suerte, quien se encontraba a unos cuantos metros de distancia, y enseguida se agacho y cubrió su cabeza con ambas manos. Solamente oyó dos disparos y miró a su izquierda, donde un salvador yacía en el suelo desangrándose.

Aún agachada y cubriéndose asintió en dirección a Daryl en señal de agradecimiento, éste solamente le hizo una seña para que fuera a su lado.

El plan continuaba y por ahora todo estaba saliendo según lo planeado, era momento de comenzar el siguiente paso.

Vio a Daryl marcharse y desaparecer en las sombras, sabía que era su turno de seguirlo tras ponerse de pie y volver a disparar un par de veces más solo en caso de que fuera necesario y para evitar terminar con una bala entre ceja y ceja.

Sin embargo, sus planes fueron interrumpidos cuando un dolor punzante se instaló en su pierna, precisamente en su muslo, provocando que su boca se abriera y su estómago se contrajera por la sorpresa del repentino dolor.

Volteó enseguida mirando a la oscuridad tratando de ubicar de qué lugar había llegado la flecha que tenía atravesada. Solamente se encontró con Simon corriendo en la dirección opuesta una vez que vio la pistola en manos de Wanda.

Y próximamente sus ojos captaron a Dwight escondido entre unos autos, quien comenzó a caminar en su dirección una vez que no notó a ningún salvador cerca.

Wanda levantó su arma cuando, al recibir un poco de iluminación, vio el arco en manos del rubio. Él era el dueño de la flecha que atravesaba su pierna de lado a lado. Éste enseguida levantó sus manos y lo dejó en el suelo una vez que estuvo lo suficientemente cerca.

―Ahora estamos a mano ―exclamó él señalando su hombro, el cual aún no podía mover con normalidad.

―Te voy a matar ―soltó Wanda con pesadas respiraciones mientras se dejaba caer contra el auto para apoyarse en este.

La chica tembló al intentar poner una de sus manos alrededor de la flecha para comenzar a hacer presión en la herida, por más extraño que fuera teniendo en cuenta el nuevo mundo, era la primera vez que tenía una flecha atravesada en alguna extremidad de su cuerpo. Y Wanda siempre fue de impresionarse cuando su cuerpo recibía grandes heridas que lideraban a pérdidas de sangre.

―Déjame ayudar.

―¿Ahora quieres ayudar? ―dijo entre dientes echando la cabeza hacia atrás ―. No tendrías que ayudar si no me hubieras disparado esta flecha en primer lugar.

Dwight la miraba de lado, esperando que cerrara la boca de una vez.

―¿Terminaste? ―Wanda abrió la boca una vez más, pero el sonido cercano de disparos hizo que ambos guardaran silencio y se agacharan solo un poco más.

Lo único en lo que la chica podía pensar era en cómo más de su sangre caía al piso con cada segunda que pasaba y cada movimiento que realizaba.

Su atención se vio puesta en otra cosa cuando vio a Dwight arrodillarse frente a ella, trato de dar un paso atrás, pero él la detuvo con una mano en su cintura para que se quedara quieta.

―Si te disparé fue para salvar tu vida. ―Sostuvo con fuerza su cuerpo para que no se moviera, la chica se decía a sí misma que no debía creer una palabra que saliera de sus labios ―. Simon estaba detrás de ti, listo para acabarte con un solo golpe.

―Pretendamos que te creo.

―No necesito que me creas. Trataba de ayudar.

Wanda tragó saliva con fuerza y le sostuvo la mirada, aun cuando estaban en esa posición donde uno de los dos se veía con más ventaja que el otro, no podían evitar que sus corazones latieran con fuerza por la cercanía.

―Esto va a doler ―advirtió él mirándola fijo, con su mano aún firme en la cintura de ella.

―Así estaremos a mano, tú lo dijiste.

Wanda sacó fuerzas de donde ya no tenía para tomar una larga respiración y luego exhalar mientras se preparaba, él solo tenía que romper la flecha y luego removerla de su cuerpo, era pan comido.

De todas formas no podía evitar los nervios que la recorrían y los disparos a su alrededor no hacían nada para ayudar a calmarla. Sin embargo, lo que logró distraerla del futuro dolor fue otra cosa.

―Uno, dos...

El pulgar de Dwight recorriendo su suave piel que era revelada por la forma en que su remera se había elevado solo un poco, sentía el tacto de él tan delicado casi como si tuviera en sus manos una pieza de porcelana única en el mundo.

―Hazlo de una vez, no necesito oírte contar hasta diez.

Pero a Wanda le quemaba, aquel único dedo sobre su cuerpo hacía que hasta lo más profundo de su ser ardiera deseando aún más de él.

Cerró los ojos por un milisegundo, con la culpa carcomiéndola porque solo quería concentrarse en el contacto que el enemigo le proporcionaba.

Y fue en ese momento que sintió la flecha removerse en su interior, Dwight acababa de partirla a la mitad y era momento de sacarla. Ahogo un grito con su mano para no revelar a nadie más su ubicación.

Pero fue muy tarde cuando ambos hicieron contacto visual, Wanda con lágrimas retenidas y una mano sobre su boca para evitar sonidos y Dwight aún arrodillado casi pidiéndole disculpas con sus ojos azules que miraban directo al alma de la chica. Justo ahí, un tercer par de manos apareció y apartaron al salvador de golpe haciendo que cayera al suelo.

―¡Aléjate de ella! ―Daryl apuntó con su arma al rubio que levantaba ambas manos en señal de paz.

Wanda le rodeó los hombros con un brazo en cuanto Dixon la tomó de la cintura para ayudarla a estabilizarse y con el propósito de largarse de ahí.

―Me estaba ayudando...

―Lo vi todo. ―Daryl susurró con clara furia en su voz ―. No quiero oír más de ello, acércate una vez más a alguien del grupo y juro que te mataré antes de lo que tenía planeado.

Dwight aún estaba en el suelo viendo como Wanda caminaba con dificultad, y con ayuda de Daryl, para alejarse de él.

Una de las últimas cosas que vio esa noche fueron los ojos verdes de Wanda cuando volteó a verlo con preocupación, como si quisiera asegurarse de que estuviera bien, antes de ser llevada a la enfermería.

Con una sonrisa en el rostro, el salvador se puso de pie y salió de ese lugar. Pronto volverían a encontrarse.










































NOTA DE AUTORA❗❕

this man got 50 times hotter when his life fell apart 🙏 !!!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top