Era lunes (maldito Lunes) y la banda decidio ensayar al final de clases.

Luego de un rato, el efecto de las pastillas se iba acabando.

Lo curioso es que fue justo cuando el rubio estaba cantando.

— ¡Luz, fuego, destrucción! —Cante, viendo como Freddy empezaba a ponerse nervioso. Y cuando finalmente tome el control...

¡Debieron ver su cara! ¡Ja!

Estaba confundido, se notaba que su aire de niño mimado había bajado.

¡Jodete, Golden, que a mi hermosa voz nadie la opaca!

Cuando la canción termino, me aproxime a la rubia para elojearla.

¡Maldito pelo de menstruación!

Me tiro un triángulo y volví a quedar encerrado, encima me dio en la cara, ugh, agradezco que fuera Freddy el que sintió el resto del dolor.

Una vez fuera de las miradas curiosas, no tarde en combatir con el para tomar el control.

Tenia que admitirlo, estaba poniendo recistencia, pero nada ni nadie me impidiria salir.

¡Al fin, libertad! ¡Haber si le gusta estar encerrado!

— ¿Asi que esta es la nueva escuela, eh? —Mire mi ropa, con asco. Debería darle clases de moda a Freddy.

Camine por los pasillos, encontrando a una chica bastante hermosa. Sus ojos eran verdes, y su pelo azul, atado en dos coletas bajas.

Se sonrojo cuando le coquetee, pero trataba de ignorarme y termino hechandome.

Me gusta, una chica ruda, linda, y con buena voz.

Seguí caminando, cuando otro canto llamo mi atención.

Y como si esa rubia avellana de los Toy's fuera hechizera, inmediatamente perdí el control, y Freddy volvió.

Agh, alguien mas a mi lista negra.

Por cierto, es ilución mía o... ¿Cuando doblamos en la esquina vi una cabellera rubia, como la del oxigenado, escapando...?

En fin, hoy era noche de pastas, y no quería perdermela.

¡Corre, Freddy, corre!