Niño Perdido #4

Espero que les guste~

Nota: Moon y Sun tienen cuerpos separados

Sunrise noto con cierta curiosidad al pequeño intruso que tenía la guardería ese día. Su cabello castaño despeinado y sus enormes ojos marrones mirando todo a su alrededor con asombro obvia, con la ropa apenas arrugada y con la piel pálida. Llamó su atención primero que nada porque obviamente era mayor a los niños que cuidaba y segundo porque cuando lo analizó de lejos se dio cuenta que no había vapor corporal o pulso. Se sintió triste, era un espíritu, un fantasma de un niño pequeño, muy joven. No dijo nada, contento de ver la gran sonría en el rostro pálido, sus ojos recorriendo las decoraciones mientras caminaba lentamente y con cuidado, evitando a los demás niños y sin acercarse mucho a ninguno, arrodillados cuando no había ningún niño cerca junto a algunas cajas llenas de juguetes, sus dedos rozando los juguetes.

Así que lo dejo, ocupándose de los niños pero sin ignorarlo, mirandolo cada vez que podía. Y entonces, llegó el momento de la siesta, así que mientras su hermano Moon se ocupaba de dormir a todos los traviesos niños, se alejo para recargarse. No lo necesitaba, aún tenía tiempo pero era mejor prevenir que lamentar. Iba hacia su estación de recarga cuando el pequeño espíritu corrió hacia él de repente.

-¡Sun!- llamó con una gran y emocionada sonrisa en su rostro.

-¡Hola Sunshine!- saludo con tono alegre, inclinándose para prestarle atención. Estaba libre y ahora podía prestarle atención al pequeño espíritu que había llamado su atención.

-Quiro mostrarte algo, ¿puedo?- dio pequeños saltos en su lugar. Para Sun, los niños deberían estar durmiendo porque era hora de la siesta según su horario pero el pequeño que tenía enfrente no estaba...vivo y no quería molestarlo, así que ignoro el pequeño aviso en su mente.

-Claro, guía el camino~- asintió sin dudar, extendiendo una de sus manos, el menor agarrandola y empezando a caminar, el guardián de la guardería dejándose guiar sin mucho problema. Caminaron hasta un lugar algo escondido tras un tobogán, donde se podían ver con la suave iluminación los bloques coloridos y con letras en el suelo. Ambos se sentaron en el suelo y entonces, Sun lo noto. Los pequeños bloques estaba ordenados de tal manera que mostraba una palabra. -¿Gregory?- leyó en voz alta, confundió y curioso.

-¡Es mi nombre!- rio alegremente, aplaudiendo, obviamente feliz.

-¡Es un gran nombre!- aplaudió como él, los cascabeles atados en sus muñecas sonando ligeramente. Eso pareció encantar a Gregory porque río nuevamente pero un poco más fuerte, está vez haciendo un leve eco a su alrededor. Sun sonrió, alagre ante la felicidad ajena. -¿Quieres que te ela una historia, Sunshine?- ofreció, sin querer dejarlo solo.

-¡Por favor!- asintió rápidamente, estirando sus brazos hacia Sun, quien no dudo en alzarlo y saliendo con cuidado de donde estaba sentados, empezando su camino hacia su pequeño cuarto, donde estaba su estación de recarga y otras tantas cosas que le gustaban guardar. Se sentó en el suelo de piernas cruzadas, dejando que el niño eligiera un libro antes de sentarse en su regazo y abrio el libro, empezando a leer.

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