Hola, me llamo Freddy, aun que si digo la verdad no recuerdo muy bien mi nombre, creó que me llamaba J.J. Tenia ocho años que ya había cumplido, ese año cumplía los nueve pero tuve que repetir un curso. No era el más popular pero si de los más fuertes de mi curso, no quiero decir que estuviese gordo pero si era un poco corpulento. Siempre que mis amigos necesitaban ayuda yo les defendía, se podría decir que era como una especie de líder. Irónico...

Desperté por la mañana muy tarde, eran casi las ocho menos cuarto y mis abuelos no me habían despertado. Vivía con mis abuelos por que mis padres murieron en un accidente de coche hacia tres años. Bajé a la cocina con solo la mitad de la ropa puesta. Me serví una taza de leche con cereales y me la tomé como bien pude. Eran menos cinco cuando termine de desayunar a si que subí muy rápido a mi habitación y cogí la mochila. La cama estaba sin hacer a si que decidí no perder tiempo y dejarla para hacerla después del colegio. Salí del boque de pisos cuando el autobús ya estaba en la puerta. Logré alcanzarlo por los pelos. Al entrar fui a mi asiento los cuales estaban al lado de los de Foxy y los de Chica. (Siento llamarlos así pero es que no me acuerdo de sus nombres). Me asomé por encima de los asientos y le tiré de las orejas, cuando terminé el se giró, me dio las gracias y una tarjeta de invitación.

Ahora llega el problema, es que no me acuerdo de nada más hasta después de habernos comido las pizzas en este maldito restaurante. Todos estaban en el parque de bolas, todos menos Bonnie y Chica, ella sabia que estaba con las otras niñas pero Bonnie hacia un rato que se había ido al cuarto de baño y todavía no había vuelto. Decidí salir del parque de bolas e ir a buscarlo. Al entrar al baño vi que no había nadie. Estuve un rato buscando por los pasillos de la pizzería hasta que me cansé. Entonces fue cuando vi una puerta que antes se me había pasado. Decidí entrar a ver que es lo que había y fue cuando encontré a los robots de antes. Todos estaban abiertos por la espalda, con el exoesqueleto al descubierto, todos menos uno, Bonnie.

-Los niños no deberían estar aquí, pero tú tranquilo, que tengo un amiguito reservado para ti.-

Al girarme para ver quien me había dicho aquellas palabras pude ver a un guardia vestido de morado arrastrando el cuerpo humano de Foxy. Intenté gritar para avisar a los padres pero aquel hombre cogió una llave inglesa y me dio en la cabeza con ella. Mientras se me nublaba la vista en el suelo pude ver mi traje, el cual con el grito se había activado y cantaba una canción.

-Happy birthday...- Eso fue justo antes de que el hombre le diese una ostia al traje y se callase.

Cuando me desperté sabia de sobra donde estaba mi cuerpo, fue entonces cuando me metí a mi traje actual y desde entonces soy Freddy. Esta es la noche cuatro y el guardia de seguridad sigue vivo, es que para hacer un buen trabajo, hay que recurrir a los mejores.