Capítulo 34. Mezcla de emociones.

La comida con Kelly y Adam fue muy bien. Intenté estar tan cariñosa con Adam como solía estarlo de costumbre, antes de que él decidiera desestabilizar todos mis sentimientos con la propuesta de matrimonio. Aunque inevitablemente, me sentía mal por haber estado con Zack rato antes, también sentía que eso, me había servido de alguna forma para encontrarme mejor, por lo que, una cosa compensa la otra.

—¿Tienes que irte ya? —pregunta Kelly y yo asiento con mi cabeza, levantándome de mi silla.

—Jimmy me acaba de escribir que ya está esperando fuera. Pero escúchame. —Apunto hacia ella con mi dedo índice y Kelly frunce el ceño—. Cuando vuelva, tú y yo tenemos que hablar.

—¿Tenemos que hablar?

—¡Sí! —exclamo—. Es importarte.

—¡Está bien! —dice ella, levantando las manos en señal de paz.

—Nos vemos, luego, chispita —dice Adam y yo me inclino hacia abajo para darle un pico rápido.

—Hasta luego, cariño. ¡Deseadme suerte! 

—¡Mucha suerte! —gritan los dos al mismo tiempo—. Aunque no la necesitas —termina de decir Kelly.

Yo salgo corriendo del comedor del hotel y atravieso la puerta de salida para encontrar el elegante coche negro aparcado justo en frente, con Jimmy y Marcus apoyando su espalda en él, mientras hablan entre ellos. ¿Quién me iba a decir a mí hace unos meses, que ahora iba a estar en la ciudad de Los Ángeles, yendo y viniendo entre agencias de modelos, y promociones de perfume, siendo transportada por dos chicos jóvenes, trajeados y sensuales a la vista?

Aunque claro, viéndolo así... ¡Lo más surrealista de todo es el romance medio secreto que traigo con el cantante de mi grupo favorito! Si eso no es un sueño hecho realidad, entonces estoy viviendo en una película y no lo sabía.

—¡Eve! —exclama Jimmy cuando me ve—. ¿Estás lista para ir a Loweld? 

—Eso creo... —digo, algo nerviosa por la mezcla de ideas referentes al frasco de perfume que tengo en la cabeza.

Jimmy, Marcus y yo nos subimos al coche y de camino a Loweld, le sigo dando vueltas a la idea en mi mente. No sé si será algo exagerado, pero algunos perfumes Loweld lo son.

—¡Bienvenidos! —exclama Gathy cuando nos ve entrar a su despacho en la última planta a través del ascensor—. ¿Qué tal van las ideas sobre el perfume?

—¡De maravilla! —le responde Jimmy—. Eve tiene pensadas varias cosas.

—Realmente es una sola idea —respondo, algo intimidada—. Quiero decir, son unas cuantas ideas... fusionadas en una.

—¿Cómo sería eso? —pregunta la hija mediana de Gathy, agarrando una libreta y un lápiz del escritorio de su madre.

—Por favor, tomad asiento —nos indica Gathy, sentándose ella tras el escritorio y nosotros justo en frente de ella.

—Pues a ver... —Suspiro y cierro los ojos un momento. Y cuando los abro, todos me están mirando fijamente, esperando—. Mi idea es... un frasco en forma de corazón de diamante. Con un pequeño gato decorativo encima del tapón y una etiqueta alrededor de este que indique el nombre del perfume.

Veo como la hija mediana de Gathy dibuja algo con concentración, mientras pregunta: 

—¿Y cuál sería el nombre del perfume? 

—¡No te impacientes, Belinda! —le dice su madre—. A ese punto vamos a llegar hoy. Pero para empezar, ¿qué os parece la idea? —pregunta ella, girándose en la silla para mirar a sus hijas—. Belinda, ¿lo tienes?

—Aquí está. —La hija mediana de Gathy nos muestra a todos el dibujo, que representa el frasco de perfume, tal y como yo lo he descrito. 

No puedo evitar abrir los ojos por la sorpresa. La verdad, es que se ve mucho mejor en dibujo de lo que lo hacía en mi mente. No me puedo creer como lo hará si al final deciden sacar el frasco así.

—¡Es una idea estupenda! —exclama Belinda, dándole a su madre la libreta con el dibujo.

—La verdad es que se ve genial... Es clásico y moderno al mismo tiempo. Perfecto para la fragancia que queremos vender.

No puedo creer que después de todos los dolores de cabeza que he tenido estos días, explotándome la cabeza con el frasco, al final les haya gustado. Pero esto no es mérito mío, sino de Madison, Marlin, Hunter y Zack... Ellos son quienes me han ayudado y a ellos les debo este frasco y este perfume.

—¿Puedes mandar a realizar hoy mismo el primer prototipo del frasco? —le pregunta Gathy a Belinda y ella asiente.

—Lo mandaré a realizar cuando acabemos la reunión y posiblemente mañana por la tarde esté listo.

Esas palabras consiguen emocionarme enormemente. Ya tengo ganas de verlo.

—Ahora, vamos a lo importa el día de hoy: el nombre del perfume. —Gathy vuelve a girarse para dirigirse a sus hijas y hace a la pequeña dar un paso adelante—. Crystal os explicará.

—Bien —dice ella—. El nombre del perfume no es algo que necesite reglas, pero como cualquier otro, necesita un nombre llamativo. Algo que llame la atención de la gente y le incite a comprarlo. La mayoría de perfumes Loweld se caracterizan por llamarse con el número de perfume, que en este caso sería el Loweld nº 273 de Eveline Harvey. Pero si queréis algo más original, será bienvenida cualquier idea.

—Yo tengo algo pensado —digo, directamente y Gathy cruza sus manos, prestándome toda su atención.

—Habla, querida.

—El nombre que he pensado es... My First Wish.

—Oh, así que, Mi Primer Deseo, ¿eh? —Gathy me da una mirada cómplice y aprieta los labios—. ¡Es un nombre ideal para un perfume de ensueño! Y es perfecto para el público al que no dirigimos. Un público joven que deseará poder comprar este perfume.

Pero lo cierto, es que, aunque Gathy tiene toda la razón en cuanto a lo que el nombre del perfume podrá significar tanto para la marca como para el propio perfume, yo no lo he decidido por eso precisamente. El nombre es por Zack: el es mi primer deseo y desde el principio de la creación del perfume, me he dejado llevar de alguna forma por él, comenzando con su típico olor a vainilla, mezclado con el iris.

Además, de que el nombre es el contraste perfecto al nombre del grupo que tanto me gusta y del que él mismo forma parte.

—Definitivamente, este perfume será el primer deseo de muchas adolescentes —dice Arya, la hija mayor.

—Estoy de acuerdo —asiente Crystal—. Pero ahora tenemos que ver la tipografía en la que estará marcado el nombre.

Como la vez anterior, bajamos al departamento de diseño y allí, acabamos escogiendo entre todos la tipografía que creemos que mejor irá, basándonos tanto en el diseño del perfume, como en el hecho de el nombre irá escrito en una etiqueta alrededor.

Unas horas después, cuando Jimmy y yo salimos de Loweld, no podemos evitar saltar y gritar de alegría porque ya está casi listo. Lo único que queda, es la creación final del perfume y la fragancia en conjunto.

Cuando vuelvo al hotel, Kelly está sola, comiendo patatas en su cama mientras ve vídeos en el ordenador portatil. Al escucharme entrar, se gira rápidamente y pregunta:

—¿Cómo ha ido?

—¡Estupendo! —exclamo y ella da un grito y se levanta de la cama de un brinco.

—¡Eso es genial!

—¡Es increíble! 

Las dos saltamos como locas. Kelly me abraza y ambas caemos encima de mi cama, riendo a carcajadas.

—Me alegra saber que al menos a una de las dos le va bien... —murmura ella, pasado un momento. Pero su voz no suena apenada, al contrario, parece estar feliz por mí.

—¿Por qué no me has contado lo que pasó anoche?

Ella se levanta rápidamente, quedando sentada sobre la cama y me mira con el ceño fruncido.

—¿Lo sabes?

Yo suspiro, antes de responder.

—Me lo ha dicho... —Ella ladea la cabeza—. Zack.

—Como no... —Kelly suspira y se lleva ambas manos a la cara.

—¿Por qué no me lo has contado tú, Kelly? 

—No lo sé, Eve. No has tenido una buena semana. Entre la aparición de Adam, la filtración de las fotos con Zack y el frasco de perfume Loweld... No quería añadirte más preocupaciones.

—Pero eres mi mejor amiga, Kelly. No me importa añadir una preocupación más a mi vida si puedo intentar ayudarte.

—¿Y qué piensas hacer? —Ella se ríe de forma amarga—. ¿Vas a matar a Marcy? Porque creo que esa es la única solución que le veo a este problema. Que ella desaparezca, que se esfume...

—Kelly, ¿cuál es el problema realmente? Osea, según me ha dicho Zack, fue ella quien apareció rogándole a Zeta. Pero con quien estaba él, es contigo.

—¡Es que ese es el problema, Eve! ¡Estaba conmigo y no se lo dijo! Él solo se quedó callado, escuchándola. Aguantando las mil razones por las que deberían de volver y los mil motivos por los que lo echa de menos. Él me hizo ver que todavía la quiere a ella, Eve... —Siento como la vo de Kelly se rompe poco a poco, al borde del llanto—. Y no puedo estar con alguien que aún quiere a otro persona...

—Oh, Kelly... —La abrazo y ella comienza a llorar sobre mi hombro. Yo suspiro, tratando de consolarla. Y cuando deja de llorar, se limpia las lágrimas y dice en frustración:

—Pero, ¿sabes qué? Esta vez no pienso hacer nada. No quiero ir a buscarle ni tampoco que tú vayas a sarmonearle. Quiero que él se de cuenta de lo que ha perdido y decida si en realidad quiere estar con ella o conmigo. 

—¡Bien dicho! —exclamo.

—No pienso rogarle a nadie, Eve. Me da igual que sea Zeta Shay y que lleve enamorada de él desde que escuche The Last Wish por primera vez. Mi dignidad está por encima de todo.

—Me alegra saber que eso lo tienes claro. —Le sonrío, asintiendo con la cabeza—. Y pensar que hace unos meses eras tú la que estaba dividida entre dos chicos del pueblo... —No puedo evitar decir y ella rueda los ojos.

—Supongo que este es mi Karma por eso...

Yo suspiro y cuando un rato después ninguna de las dos dice nada más, vuelvo a hablar:

—Hay otra cosa que quería comentarte... —comienzo diciendo, sintiendo el miedo en mi interior.

La verdad, es que ha sido un día con muchas emociones: primero tristeza y desesperación, luego felicidad absoluta y ahora, el miedo a la reacción que puede tener Kelly por lo que tengo que decirle.

—¡Vamos! Suéltalo, Eve —me anima ella.

—Pues... quería preguntarte si... ¿Crees que es buena idea que vayamos a la fiesta de cumpleaños de Zack y el aniversario de The Last Wish?

Kelly no dice nada, por un momento, su cara parece no demuestra ningún tipo de emoción. Luego tuerce los labios.

—¿Kelly?

—¿Qué quieres que te diga, Eve? ¡Lo obvio es que no vayamos ninguna de las dos! Yo no pienso ir, porque parecerá que lo hago para seguir detrás de Zeta y tú... bueno, ¡la fiesta es mañana y Adam no se va hasta el día siguiente! En definitiva, no es buena idea que vayamos, Eve.

—Tienes razón, ¡tienes toda la razón! —repito.

—¿Pero? —dice ella, alzando una ceja y cruzándose de brazos, mientras espera mi respuesta.

—¡Pero no puedes dejar de ir a los sitios porque Zeta esté allí! Es el cumpleaños de Zack, no de Zeta. 

—¡Pero también es el aniversario del grupo! ¡Y de ese grupo forman parte tanto Zack como Zeta!

—A lo que me refiero es a que no puedes acobardarte, Kelly. Deberías ir a la fiesta, pero sin acercarte a Zeta en ningún momento, demostrando la clase de reina que eres.

Ella parece pensarlo por un momento.

—Puede que tengas razón... —dice ella, pero no suena del todo convencida—. ¿Y qué hay de ti? ¿Cómo piensas ir estando todavía Adam de cuerpo presente?

—¡Kelly! —le regaño—. ¡Eso ha sonado horrible!

—Lo siento, pero ya sabes a lo que me refiero.

—Sí, lo sé. Y lo que he pensado es... 

Ahora es cuando viene la parte difícil. La parte en la que me va a costar más convencerla.

—He pensado en llevar a Adam a la fiesta...

—¿Quééé? —exclama ella, mirándome con cara de alucine. Y no es para menos—. ¡Pero tú estás loca! ¿Cómo se te ha podido ocurrido una cosa así?

—¡Piénsalo, Kelly! Si voy con Adam a la fiesta, hay más posibilidades de que los rumores sobre Zack y yo desaparezcan lo más rápido posible. 

—Vale, puede que tengas razón en eso, ¿pero que hay de Adam? ¿Cómo piensas convencerlo de que vaya al cumpleaños del chico con el que le has puesto los cuernos, Eve? ¡Es que es una completa locura!

—Sí, eso también lo sé. Pero habrá alguna manera, ¿no? Tú puedes hablar con él y convencerlo.

—¿Yo? —Ella se señala a sí misma, mirándome con los ojos bien abiertos—. ¡No!

—¡Vamos, Kelly! A ti sí te escuchará. Si se lo digo yo va a pensar que estoy deseando volver a ver a Zack y se negará por completo.

Ella me mira, alzando ambas cejas.

—¿Y es que acaso es mentira?

Yo suelto un largo suspiro, negando con la cabeza.

—¿Vas a hacerlo o no?

—No lo sé, lo pensaré —dice, volviendo a cruzar sus brazos sobre su pecho.

—¿Qué tienes que pensar? ¡La fiesta es mañana! ¿Sí o no, Kelly?

—¡Vale, sí! ¡Lo haré! Pero para que dejes de darme el coñazo. Te pones muy pesada cuando quieres algo.

—¡Gracias! —exclamo, abrazándola de nuevo y ella rueda los ojos.

—Le diré a Adam que es importante que vayamos a esa fiesta porque así acabarán los rumores de que estás saliendo con Zack. Le diré también que vais a intentar evitarlo a él en todo momento.

—Y no es mentira. Él mismo me ha dicho que piensa evitarme en la fiesta, con tal de que vayamos.

—Esto es una locura, Eve —repite Kelly, mordiéndose el labio inferior en frustración.

—Es lo que necesitamos, Kelly... Tú necesitas demostrarle a Zeta que eres capaz de estar bien sin él. Y yo... necesito que los rumores cesen y...

—Y necesitas ver a Zack. —Ella termina por mí, poniendo su mano sobre la mía—. Aunque sea de lejos.

Yo solo asiento con la cabeza y suspiro.

—Lo siento...

—No tienes nada que sentir, Eve... No es tu culpa haberte enamorado de él.

Eso me hace levantar la cabeza.

—¿Tú crees que estoy enamorada? —pregunto, intrigada.

Kelly suelta una risa.

—¿Tú no? Se te nota a kilometros de distancia que ya no puedes vivir sin él, Eve. Sin embargo, Adam...

—Lo siento tanto por él... pero no he sido capaz de controlar mis sentimientos por ninguno de los dos. Mientras los sentimientos hacia Zack no han hecho más que crecer, los de Adam...

—Se han ido desvaneciendo sin que hayas podido hacer nada para evitarlo.

Yo no digo nada, porque ella ya lo ha dicho todo.

—Sabes que vas a tener que hablar con él en algún momento, Eve. No podéis seguir juntos de esta manera. Esto solo le va a hacer más daño a él.

—Lo sé, pero cuando Adam estuvo a punto de romper conmigo, no pude evitar sentir un vacío dentro de mí, Kelly. No quiero perderle. No puedo perderle.

—No tienes porque perderle.

—¡Claro que sí! Sé que no en todos los casos las relaciones que se rompen, se rompen definitivamente, pero tenemos que ser realistas. ¿De verdad crees que Adam querrá seguir sabiendo de mí, después de saber que me he enamorado de alguien más?

Kelly suspira.

—Eso solo podremos saberlo cuando suceda, Eve.

Y con eso, ella se levanta para volver a su cama y yo me quedo ahí, pensativa.

Pensándolo bien, la fiesta del día siguiente me hará estar con Zack y Adam en la misma habitación, y aunque sea a bastantes metros de distancia, supongo que esa será una buena forma de poner a prueba mis sentimientos hacia ambos.

Y aunque finalmente, sé que estar con Adam no es lo mejor para ninguno de los dos, (porque como ha dicho Kelly, es horrible estar con alguien que sabes que tiene sentimientos por otra persona), tengo claro que estos dos próximos días hasta su marcha, serán decisivos para nuestra relación.

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