Capítulo 24. Iris y Vainilla.

Han pasado unos días desde que fui a casa de Zack a poner las cosas en orden con respecto a Zeta y Kelly. Aunque a decir verdad, todo lo que pasó en el hotel en ese transcurso de tiempo en el que yo estuve con ellos, fue un completo caos; y es que, cuando Madison volvió con una enorme tarta de tiramisú, lista para alegrar a Kelly y Marlin, ellos habían decidido responder a sus respectivos despechos, liándose de nuevo entre ellos. 

«—¡Mierda! —exclamé después de que Madison me lo contara todo—. No me puedo creer que haya intentado que Zeta recapacite para que ahora Kelly se líe de nuevo con tu hermano... —Me llevé una mano a la cara.

—No podemos controlar sus emociones. Ellos dos se gustan y los dos están despechados. Es una muy mala combinación, pero no podemos culparlos de lo que ha pasado.»

Unas horas después de aquello, Zeta llamó a Kelly para disculparse de nuevo y decirle que por ella, estaba dispuesto a dejar atrás un pasado que solo le aporta dolores de cabeza, insomnios y noches de tristeza y disgustos. Y a pesar de todo, Kelly ha decidido darle otra oportunidad para empezar de nuevo, y esta vez, «sin ninguna garrapata de por medio» como ella bien dijo.

Por otro lado, aquel mismo día decidí llamar a Hunter para decirle que el lunes le llevaría de vuelta su chaqueta, la cual se me olvidó por completo devolverle la noche de la fiesta. A lo que él me respondió que después de marcharse ni se acordó de ella, que se había ido corriendo porque llevaba mucho tiempo sin ver a su hermana y aunque ella había encontrado el Moonlight y ya se encontraba en la planta baja del bar de copas, no quería hacerla esperar.

«—Así que... ¿su hermana? —Marlin rio nervioso y miró a Kelly, quien soltó una carcajada.

—¡Al menos hemos pasado un buen rato! Me alegra saber que ya todo está solucionado».

Suspiro y  me río ante el recuerdo de este alocado fin de semana que empezó con mal pie y acabó con todo bien atado y solucionado.

—Eveline Harvey... —Una voz profunda dice detrás de mí, paralizándome.

Estoy asomada a la terraza de la habitación del hotel, contemplando el mar en la distancia.

Entonces me giro para verlo y él está sonriendo.

Llevo desde el fin de semana sin ver a Zack. Ha pasado media semana y nadie sabe cuantas veces he pensando en sus besos antes de dormir, en sus suaves labios sobre los míos... y solo Dios sabe cuanto me he contenido para que mis pensamientos no fluyeran a más porque demasiado culpable me siento ya de todo esto que está pasando entre nosotros. 

Una cosa es ocultarle a Adam un beso en un momento tonto de desesperación, pero un sentimiento tan profundo como el que se está apoderando de mí cada vez que veo a Zack, es mucho más complicado y no es algo que pueda evitar ni ocultar tan fácilmente.

—¿Cómo has entrado? —pregunto, ladeando la cabeza—. Kelly no está y yo no me he movido de aquí.

—No quiero asustarte haciéndote pensar que se te puede colar cualquiera en la habitación, pero es fácil sobornar al recepcionista. 

Ladeo la cabeza y entrecierro los ojos, confusa.

—¿Cómo lo has...

—Su novia es muy fan del grupo, así que le he prometido autógrafos de Zeta, Michelle y Luna a cambio de que me dejara una copia de la llave de esta habitación.

—Buena jugada... —murmuro.

—¿Verdad que sí? —Él sonríe y se acerca para besarme, pero yo me muevo a un lado y me alejo de la terraza, él solo se gira y me mira.

—Zack... —Suspiro—. Esto no está bien.

—Lo sé.

—¿Lo sabes? —pregunto, sorprendida—. ¿Y no te importa?

Él parece pensar un momento.

—No me gustaría tener que hacerle daño a nadie, pero... —Suspira y se lleva ambas manos a la cara. Cuando las aparta, continúa—: Nunca antes me había sentido tan atraído de esta forma por nadie, Eve...

—¿Ni si quiera por Valeria? —

—Ni si quiera por Valeria. Ella es muy importante para mí, pero lo nuestro fue... tan rápido que ni si quiera me dio tiempo de procesarlo. Cuando me quise dar cuenta ya estaba viviendo con ella, todo el mundo conocía nuestra relación y la vida pareció cambiar de un momento a otro.

—¿Eso quiere decir que nunca has estado enamorado de ella? —susurro, más bien para mí misma y miro hacia otro lado, pensativa—. Como probablemente yo nunca he estado enamorada de Adam... 

—Eve... —Él vuelve a acercarse a mí, pero esta vez solo toma mis manos entre las suyas. Solo su simple contacto me hace estremecer—. Sé que esto no está bien y te juro por lo que más quiero en este mundo que lo último que pretendo es que alguien salga herido de esta situación. —Zack toma mi mejilla entre una de sus manos y sus preciosos ojos azules hacen contacto con los míos, liberando miles de sensaciones electrificantes por todo mi cuerpo—. Pero sé desde el primer momento en el que te vi, que el destino te ha puesto por algo en mi camino y simplemente no puedo rechazar las acciones inevitables de mi cuerpo, cuando intuyo que tú sientes exactamente lo mismo.

Es ahí cuando mi corazón estalla en un montón de latidos acelerados que no soy capaz de controlar. Yo pongo también mi mano sobre la mejilla de Zack y este se inclina sobre mí, dejando su frente sobre la mía. Y cuando esta vez no me alejo, Zack posa sus labios sobre los míos con delicadeza, volviendo loco cada nervio de mi cuerpo y acelerando cada respiración.

Cuando nos separamos un poco, yo suspiro y me muerdo el labio inferior y él susurra sobre mis labios:

—No puedo evitar sentirme agradecido con el mundo cada vez que te tengo delante —susurra, acariciando mi mejilla con su pulgar.

«Yo sí que le estoy agradecida a la vida por dejarme vivir este sueño...»

Yo me río y niego con la cabeza.

—Ahora entiendo porque se te da tan bien escribir canciones románticas —bromeo—. Realmente eres un verdadero romántico.

Él se ríe y me besa la frente para luego envolverme entre sus brazos, haciéndome sentir de cerca ese olor a perfume de hombre con suaves toques de vainilla que siempre danza en el ambiente cada vez que él está presente. Pero así, con mi cabeza apoyada sobre su pecho y los ojos cerrados mientras disfruto del momento, es mucho más fácil de apreciar.

Es entonces cuando Kelly entra por la puerta, haciéndome girarme para mirarla.

—¿Interrumpo algo? —pregunta, sorprendida y yo niego con la cabeza.

—Hola, Zack —dice ella, saludando con su mano y una sonrisa.

—Hey, Kelly, ¿qué tal todo?

—¡Genial! Jamás imaginé que entrar en la habitación del hotel en el que estoy hospedada y encontrar a mi mejor amiga con Zack Valley fuera a parecerme algo tan normal —dice ella riendo y Zack suelta una carcajada.

—Son los giros inesperados con los que la vida nos sorprende... —digo en una risa y Zack asiente.

—Por cierto, Eve— me llama ella—, Jimmy te está esperando abajo.

—¿Jimmy? —pregunto. Y entonces caigo—. ¡Oh, mierda!

—Te habías olvidado, ¿no es así?

—Completamente —digo, sentándome en mi cama para ponerme los zapatos.

Esta misma tarde había quedado con Jimmy para ir a las oficinas Loweld. Hace unos días que él le entregó el contrato a la señora Gathy Loweld y esta misma tarde tenemos una reunión.

—¿Cómo he podido olvidarme? —pregunto, suspirando y rodando los ojos.

Entonces Zack parece caer en algo.

—Eso mismo me pregunto yo, ¿cómo he podido olvidarme de para qué había venido? —Se lleva una mano a la cabeza.

Kelly alza una ceja y yo le miro, para que se explique.

—Chicas, no sé si habréis oído hablar del desfile de moda que se celebra la semana que viene en el centro de moda de Santa Tonya Bennet.

Kelly y yo intercambiamos una mirada que nos hace ver que ninguna de las dos tiene ni la más mínima idea sobre eso.

—Bien, veo que no teníais ni idea. —Zack se ríe y comienza a explicar—. Bueno pues la agencia MFH está organizando el desfile con los diseños de una reputada costurera y diseñadora de moda llamada... —Él parece pensar un momento—. La verdad es que no lo recuerdo —confiesa y Kelly comienza a reír por su falta de memoria—. Pero el caso es que The Last Wish vamos a estar allí para actuar en la apertura del desfile y en el pase de los modelos. Y venía a deciros que si os interesa venir, yo podría conseguiros entradas. Aunque lo más probable es que os acaben invitando ahora que Eve trabaja con modelos de la MFH.

—El único con el que trabajo es Hunter, pero sí, puede que él nos invite. Sería genial poder veros actuar en el desfile —digo, emocionada.

—¡Eso va a ser la bomba! —exclama Kelly—. Ya estoy deseando que llegue el desfile. 

Zack sonríe.

—Me encantará veros allí —dice, mirándome con una sonrisa—. Y ahora sí que me voy, tengo que devolverle la llave al recepcionista.

—Espera, bajo contigo —digo, levantándome de la cama y agarrando mi bolso.

—¿Qué llave? —pregunta Kelly con una ceja alzada.

—Luego te cuento —respondo riéndome y saliendo con Zack de la habitación.

—Hasta luego, Kelly —se despide Zack.

—Adiós, adiós —dice ella, cerrando la puerta.

Cuando Jimmy y yo llegamos a las oficinas Loweld, la chica pelirroja de la última vez toma mi bolso y lo deja sobre el perchero de al lado del ascensor. Gathy está sentada sobre su escritorio revisando unos papeles con una sonrisa en su rostro y detrás de ella, hay tres chicas jóvenes de más o menos mi edad o tal vez un poco más mayores. Veo como se parecen las tres a pesar de los diferentes rasgos físicos.

—¡Que alegría veros! —exclama ella, levantándose de su silla para saludarnos.

—Gathy —Jimmy toma su mano y deja un beso sobre el dorso de la misma. Puedo ver como la chica de en medio se sorprende y se sonroja un poco cuando ve a Jimmy y la verdad es que no la culpo. Jimmy es guapísimo, educado y de lo más formal. Cualquier chica caería rápidamente rendida ante él, como posiblemente le pasó a la señorita Clarck, mi profesora de histología médica en la universidad.

—Buenas tardes, señora Gathy —digo con una sonrisa.

—Querida, ¿qué dijimos sobre lo de «señora»?

—Está bien, lo siento —asiento con mi cabeza.

—No lo sientas, eres respetuosa y eso me gusta. 

Ella procede a sentarse y Jimmy y yo hacemos lo mismo. 

—Bueno, ahora que tenemos un contrato firmado y que parece que todos estamos preparados y ansiosos por este proyecto, creo que va siendo hora de ponernos manos a la obra. No tenemos tiempo que perder, ¿no os parece?

Yo asiento con mi cabeza, sonriente. Jimmy habla.

—Será un placer empezar a trabajar cuanto antes con Perfumes y Cosméticos Loweld, Gathy.

Ella sonríe y hace una pausa.

—Está bien, pues lo primero que quiero hacer antes de comenzar, es presentaros a mis tres queridas hijas mayores. —Gathy se gira en su silla para señalar y nombrar a casa una de sus hijas—. Ellas son Arya, Belinda y Crystal. Y cada una de ellas se encarga de una sección diferente. Arya es la mayor de mis seis hijos y es la encargada de la sección que veremos hoy;  fragancias.

—Encantada —dice con una sonrisa la chica de cabello largo, liso, castaño y ojos azules—. Como bien ha dicho mi madre, hoy vamos a ver la sección de fragancias; vamos a probar distintos aromas frutales, de flores, de leña, frescos y orientales y vamos a hacer diferentes tipos de mezclas hasta llegar a la que creáis que puede ser la perfecta para ser el próximo gran éxito de Loweld.

Oh, eso suena divertido.

—¿Cuál es tu olor de colonia/ perfume favorito, Eve? —pregunta Gathy, cruzando las manos sobre la mesa.

—Mi colonia favorita... creo que siempre ha sido una con olor a Iris que mi madre me compra desde que era pequeña. A pesar de que a veces siento que pueda ser infantil porque me recuerda a mi infancia, nunca he sido capaz de desprenderme de ese olor.

—Ese es un buen punto desde el que comenzar —apunta Arya—. Vamos, os enseñaré la sección.

Ella se acerca al ascensor y nos hace un gesto para que la sigamos. Gathy, sus otras dos hijas y la chica pelirroja, (que recién me fijo que se llama Avril por la etiqueta que lleva sobre la blusa del uniforme) nos acompañan también.

Una vez dentro del enorme ascensor, Arya pulsa el botón del piso número 14. En el trayecto de puertas y largos pasillos que transitamos después de bajar, me fijo en como Belinda mira repetidas veces a Jimmy de forma disimulada, por lo que, en un momento, le doy con el codo suavemente llamando su atención y le susurro:

—Creo que le has gustado a una de las chicas.

A lo que él, haciéndose el loco, bufa y responde:

—No sé de que hablas.

Yo mantengo mi mirada de forma acusatoria sobre él, porque sé que también se ha dado cuenta de la situación, a lo que él, sin ni si quiera mirarme, carraspea y en un nuevo susurro, me contesta:

—Esa chica es una cría y yo estoy demasiado involucrado con la increíble Patricia Clarck como para desperdiciarlo por una tontería.

Vaya, al parecer cada uno tiene una pequeña e intensa historia de amor escondida dentro del corazón.

Me podía imaginar que lo de Jimmy con la señorita Clarck era algo más que una amistad y me alegra saber que no me equivocaba. Lo que no imaginaba era que estaba tan colado por ella. Y no lo digo por el hecho de que no quiera nada con Belinda, por no estropear lo que sea que tiene con mi profesora, sino por la expresión de su voz a la hora de hablar sobre ella.

—Esta bien, no volveré a abrir la boca —digo finalmente con sonrisa tonta.

Justo en ese momento llegamos al fondo de un pasillo, donde sobre una gran puerta plegable, están escritas las palabras: «sección de clasificación de perfumes». Una vez que entramos, vemos a unas cuantas personas trabajando dentro; usando botes de lo que parecen aceites con diferentes colores en su interior, haciendo mezclas y comprobándolas en tiras de papel para luego anotar algo sobre ellas con bolígrafo negro.

—Esta es la sección de clasificación. —Arya explica lo que decía en el cartel de fuera—. Aquí vamos a hacer un par de pruebas hasta que demos con las notas indicadas que más os agraden. 

—¿Las notas? —pregunto yo.

—Sí —responde Gathy—. Las notas del perfume son las fragancias que lo definen. En un principio, antes de comenzar con el perfume, se tienen en cuenta las notas asociadas con las estaciones; las notas florales, se asocian a la primavera. Las notas orientales al otoño. Las frescas al verano y las leñosas al invierno. 

—Exacto —continúa Arya—. Tras la elaboración del perfume, tenemos en cuenta las notas de salida, de corazón y de fondo. Cada una de estas definen los cambios que traspasa la fragancia del perfume desde el momento que lo probamos hasta pasadas unas 24/48 horas.

—Entiendo... —digo, torciendo los labios.

Continuamos el paseo por las oficinas de Loweld (y ahora veo que también fabricas) y entramos a una puerta tras la que hay una habitación llena de estanterías llenas de fragancias en frascos de cristal, cada fragancia clasificada en diferentes estanterías por su tipo de nota: florales, orientales, frescas y leñosas.

Veo como Arya busca con la mirada entre las estanterías de aromas florales, hasta que da con el frasco que busca; un bote de cristal con un líquido de color morado, marcado con una etiqueta en la que pone: Iris.

—Vamos a comenzar con las pruebas. Dime, Eve, ¿es este el olor que buscas?

Arya toma mi mano y deja caer un par de gotas sobre el dorso de la misma. Inmediatamente un olor muy parecido a la colonia que siempre ha comprado mi madre, invade mi olfato. Pero este olor es mucho más fuerte e intenso.

—Sí, es muy parecido, pero más consistente.

Gathy se ríe.

—Eso es porque es pura fragancia a Iris. No tiene más olores condimentados que el puro Iris natural.

—Es muy fresco... —dice Jimmy de forma suave, tomando mi mano para oler la fragancia.

—Lo es, ¿verdad? —dice Arya con una sonrisa—. Eso puede ser estupendo, teniendo en cuenta que el perfume va a salir en plena campaña de verano.

—¿Saldrá este mismo verano? —pregunto, sorprendida.

—La gente dice que la cosas buenas necesitan tiempo —responde Gathy—. En Loweld no estamos de acuerdo con eso. En esta compañía somos rápidos, experimentados y sobretodo, efectivos —dice ella, orgullosa.

Veo de reojo como las otras dos hijas de Gathy intercambian una mirada divertida y se ríen por lo bajo ante el entusiasmo de su madre.

—Lo siguiente que necesitamos saber es... —comienza Arya—, ¿con que fragancia te gustaría hacer la primera prueba? 

—Podemos hacer las pruebas que sean necesarias hasta llegar a una que te guste. Incluso podemos mezclar más de dos y tres fragancias y luego nuestros expertos se encargarán de elaborar las pruebas más profundas de mezclas y cantidades hasta llegar al toque perfecto.

Yo entrecierro los ojos, pensativa. Y entonces, de forma inconsciente, el olor a vainilla de Zack viene a mi cabeza y solo con el simple hecho de imaginarlo, es como si pudiera sentirlo de nuevo cerca de mí.

Y antes de que pueda decir nada, veo como una sonrisa se forma en los ojos de Gathy mientras me mira.

—Creo que lo tienes, ¿no es así?

—¿Qué tal se llevarían el Iris y la vainilla?

Gathy y su hija Arya intercambian una mirada cómplice.

—Nunca hemos hecho algo parecido —dice la hija y su madre sonríe en aprobación. Por lo que Arya busca la fragancia olor a Vainilla y agarra un frasco vacío para mezclarlo con el Iris.

—¡Esto es fabuloso! —exclama Gathy al olerlo—. Creo que con unos toques marinos y aromáticos, este puede ser el olor perfecto que estábamos buscando para este verano.

Yo sonrío ampliamente. No me puedo creer que realmente solo con juntar la combinación de mi perfume favorito con el de Zack, hayamos encontrado el perfume perfecto para el verano y lo más importante, para la colaboración de mi firma entre Loweld y Fame.

—Es increíble —susurra una de las hijas de Gathy, cerrando los ojos al olerlo.

Y cuando el frasco llega hasta a mí, y el olor a iris intensificándose junto con el dulce olor a la vainilla acarician mi nariz, el rostro de Zack viene a mi mente y sonrío, dándome cuenta de que posiblemente, así huele todo al rededor cuando estamos juntos.

—Y ahora va a ser la fragancia del verano.

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