Mantener vivo un amor en la guerra es complicado, el tener una relación siempre es estar ahí dedicado para que esa bella flor no se marchite, ese era el caso del Bad Capitán y Tim, ya llevaban tiempo saliendo, casi un año y aún con todo el caos de la guerra su relación iba "perfecto", no podían pedir nada más. Podían darse un tiempo para ellos solos aún con toda la guerra y sus obligaciones, nunca faltaba el amor.

Aunque como en todo no todo es perfecto, la misma guerra los distanciaba, en ocasiones tenían que ir a diferentes sectores o misiones en otras partes para continuar su trabajo. Y entre los dos el que siempre solía distanciarse era el capitán. Se pasaban hasta semanas sin verse.

Esto obvio deprimía un tanto a Tim, aunque no descuidaban su trabajo por dentro estaba triste y preocupado, solo esperaba que su amado capitán regresará sano y salvo.

El capitán sabía el como se ponía su pareja; era como un gran niño que solo quería jugar, hasta aveces se preguntaba como había llegado a ser un soldado, aunque sabía que Tim era muy maduro y realmente bueno en su trabajo, tomandoselo muy enserio el solía demostrar una actitud infantil. Igual, el sabía que su ausencia lo ponía muy triste, como lo sabía? Siempre que por fin llegaba era recibido por este con un gran abrazo y hasta en ocasiones lloraba de la felicidad el soldado por volver a ver a su capitán.

No quería que su pareja sintiera esa, tampoco que se preocupara por el ni nada, por eso mismo pensó en un pequeño pero gran detalle para su amado que sabía que no fallaría.

Otro día mas, como cualquier otro todos los soldados en la base hacían como siempre sus obligaciones, el Bad Capitán se había hace varios días a una misión que le encargaron por pequeños problemas que había, Tim se había quedado en la base principal, esperando ansioso la llegada de su pareja. Por el momento el era el segundo al mando, por lo que tenía que continuar con el trabajo de su capitán.

Estaba en el campo de la base dándoles órdenes a unos soldados, cuando un soldado se acercó a él, era el mensajero que como su mismo nombre lo indicaba les informaba sobre mensajes de soldados de otras bases.

— ¡Soldado Tim!. — grito acercándose a este con la respiración agitada parándose enfrente recuperándose — T-traigo una c-carta... P-para usted, de parte del c-capitán. — dijo a duras penas —.

– ¿Una carta?. — contesto confundido — Pueden irse a descansar, iré a tender unos asuntos. — comento dirigiéndose a los soldados que les daba indicaciones retirándose estos —.

– S-si... Dios, ya no estoy en forma... — soltó un suspiro sacando de su mochila una carta entrandosela a Tim —.

— Tomo la carta viéndola confuso — ¿Dices que es de... El capitán?.

– Así es, recibí órdenes demasiado estrictas... Bastantes del capitán de que la entregará. Ya sabe cómo es.

Tim, solo veía confundido este pequeño pedazo de papel, preguntándose qué podría tener en su interior o que dirá. El mensajero se despidió retirándose de ahí para poder continuar su trabajo.

Viendo fijamente la carta, entro a la base para luego irse a la oficina de su pareja cerrando la puerta. Se sentó en el escritorio sin quitarle de vista la mirada a la carta. Las preguntas sobre que podrían decir eran tantas y solo vagaban por su cabeza. ¿Cómo era posible que un papel le complicada la vida?. La cuestión era que tenía miedo e intriga por saber que palabras tenía, el miedo de que podría tratarse de una mala noticia lo atormentaba.

Sin pensarlo más, agarro una navaja que estaba en el escritorio rompiendo el cello de la carta, la abrió y saco un papel doblado. Igualmente lo abrió y empezó a leer el texto.

"Para: Timothy --- De: --------

Hola cariño. Vaya tiempo... Eh? En fin... Solo escribía esto para saber el como te encontrabas y como está todo por allá. Se que no es fácil cuidar de toda la base y esas cosas. Es un verdadero dolor de cabeza y te lo digo por experiencia....

Sabes que soy pésimo escribiendo cartas, no se me da expresarme con palabras escritas... Ni decirlas... Pero quería recordarte que te amo. Lo sé, suena cursi y solo lo digo así pero... Es la verdad. Espero que hayas conseguido está carta y si lo es, solo quería expresarte todo el amor que tengo hacia ti. 

Me dirás qué estás bien lo más seguro, pero yo sé que no es así... Siempre que llegaba corres abrazarme, y no te despegas por mi por horas. Se que es difícil, yo también te extrañó por eso... Te mando está carta en espera de saber tu estado y para recordarte que te amo más que a nada."

Esas palabras... Dulces y tiernas, eran imposible que las escribiera su capitán. Sus ojos se llenaron de lágrimas soltandose en llanto para abrazar la carta. Ese pequeño pero lindo detalle lo enamoro mas de su capitán. Sabia que aunque pareciera duro por fuera... Tenía un interior muy lindo.