En una tranquila y silenciosa noche, bueno, si se podría decir así ya que solo se escuchaba uno que otro carro pasar. Alrededor de las 2 de la mañana, el antíguo soldado solo veía el techo teniendo su mirada perdida en este encontrándose acostando en la cama con su pareja a un lado, hace no mucho que la guerra había acabado y ya comenzaban a tener una vida normal, pero aún con esto a Tim le costaba reconciliar el sueño, ya llevaba varios días así y su pareja lo sabía que no dormía tan bien desde que se mudaron.

– Cariño... ¿Todo en orden?. — pregunto el capitán un tanto serio dándole la espalda a su pareja —.

– Solo pensaba.

– ¿Algo en especial?.

– Solo cosas sin importancia.

– .... ¿Puedo saberlo?.

– Yo... Solo pienso en nuestro futuro, ya por fin todo acabo y estamos llevando una vida tranquila como siempre queríamos pero... ¿Nunca pensó llevar nuestra relación a otro nivel?.

– ¿El siguiente nivel no era pedirte matrimonio?.

– Me refiero a otro. Nunca pensamos en... Tener una familia. Jamás hemos hablado de ese tema.

El capitán, se quedó callado por las palabras de Tim, tenía razón, nunca antes habían hablado de ese tema, cuando hablaban más a profundidad de su relación no tocaban o nisiquiera se les pasaba por la cabeza eso.

– ... No creí que ese tema te interesará... ¿Te gustaría tener un niño?.

– Eso me gustaría saber de usted. ¿Quiere tener una familia?.

– No me creo capaz... Entonces, no. No quiero tener un niño... ¿Tu?.

– Lo mismo pienso, pero no puedo evitar pensarlo e imaginar cómo se sentiría. ¿Que haremos ahora que todo acabo?.

– No estoy seguro pero... Solo quiero pasar mi vida contigo, no importa como solo quiero disfrutar lo que viva contigo.

— lo abrazo por atrás acorrucandose en el — Yo también quiero pasar el resto de mi vida con usted. Mi dulce y lindo limoncito.