🌼 12- Anillos de promesa 🌼

¿Que es peor que estar en una maldita guerra y que en cualquier momento puedes morir?. Estar en una puta torre solo vigilando alrededor, que en teoría en prácticamente nada; esa era la vida de Skittles

No había interesante o de emoción estar ahí arriba, todos los días siempre eran lo mismo. De hecho, ese día era igual que los demás, veía a la distancia con su francotirador cuando de la nada escuchó una voz que gritaba su nombre. Bajo el arma y se asomo por dónde provenía el grito; era Tim, que gritaba desde abajo mientras movía su mano en forma de saludo llevando como siempre esa típica sonrisa suya.

– Oh Tim, hace tiempo que no te pasas por aquí.

– ¿Cómo haz estado?. — grito Tim haciendo sus manos como cuevitas para que su grito fuera más fuerte —.

– No es necesario gritar, te escucho perfectamente. — contesto con un poco de fastidió — ¿Y si mejor subes?.

Tim, asintió con la cabeza dirigiendose a las escaleras de la torre empezando a subir. Skittles, abrió la pequeña compuerta de la torre para que pudiera subir este. El soldado llegó finalmente a cima sentandose en el suelo con la respiración un tanto agitada siendo solo observado por el chico.

– Je je perdón, ya no estoy en forma como antes.

– Ya lo noté. Bueno, al menos estás mejor que el vejestorio. Hablando de eso, cómo va su relación?.

– Bien bien je je. — se levantó del suelo acercándose al chico estando al lado de el, recargandose en la torre mientras ve el paisaje — Ya vamos para nuestro segundo aniversario, dice que este lo quiere hacer muy especial ya que el otro no lo pudimos festejar bien.

– ¿Por qué? Se le olvidó o que pasó?

– El salió de la base por el trabajo, se la pasó casi todo el mes allá.

– Ya veo... ¿Y piensas regalarle algo?.

– Me encantaría pero no tengo ni idea de que darle. — recargo su cabeza en su mano viéndose un tanto pensativo mientras veía a lo lejos —.

— el chico se le quedo viendo, dándose cuenta que lleva en la mano con la que apoya su cabeza un anillo plateado observando este pequeño detalle con confusión y a la vez curiosidad — ¿Y eso que llevas?.

– ¿Que cosa?. — pregunto volteando a ver, dándose cuenta que miraba su mano haciendo lo mismo, para luego soltar una pequeña sonrisa — Oh, esto je je. Me lo dio el capitán.

– ¿Ya están casados?.

– No, me encantaría pero por el momento no...

– ¿Entonces para que el anillo?.

– Es... Solo una promesa que ambos nos hicimos el uno al otro.

El soldado se sentó en el suelo recargandose contra la pared teniendo una sonrisa melancólica, el chico se sentó al lado de el mirándolo confuso y con algo de preocupación.

– El me lo dió por aquella vez que casi morimos hace seis meses... Tanto yo como el estamos realmente heridos cuando salimos de esa misión, realmente sobrevivimos de milagro. Estábamos en la enfermería cuando me lo dio.

– ¿Y que se prometieron?.

– Que si alguno de los dos moría... El otro debía seguir con su vida, no porque no nos queramos, si no porque ninguno de los dos queríamos ser aquel sufrimiento del otro, aún estando en el descanso eterno no queríamos que el otro sufriera y se lamentará.

– ... Me supongo que el vejestorio fue quien hizo esa promesa, no?.

– Fui yo quien la propuso. Estaba apunto de morir, he estado al borde de la muerte tantas veces y crees que no veo como el sufre?. Yo sé que si yo muero el solo se lamentará toda la vida por no haberme cuidado o estado ahí para mí. Quiero que... Sea feliz, aún si yo muero.

– ¿Y si el muere, que harás tú?.

– ... Es obvio que también sufriré... Pero debo seguir... Con mi vida. Aunque el lo sea.

– ... Vaya, me mostraste un lado de ese amargado que no conocía...

– Si... El no es tan malo como aparenta... — se quitó el casco para luego cerrar los ojos de manera para descansar —.

– Bueno. — se levantó dándose pequeñas palmadas levemente quitándose el polvo — Será mejor que te vayas, no quiero que luego tú amargado favorito venga y me regañe por no hacer mi trabajo.

– Tienes razón, de todas formas era una visita rápida nomás. — se levanto del suelo bajando por las escaleras de la torre —.

El soldado se retiró de ahí sin antes gritar una despedida para su compañero, Skittles solo se quedó pensativo por la pequeña conversación que había tenido, volviendo agarrar su arma mirando al rededor como hacia anteriormente. No creía que en la relación de su superior y ese chico, el capitán sería el más sentimental en varios aspectos.



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