1. Primer día de novios - NagiReo

Al estilo Perezoso

Reo siempre obtenía lo que quería ya sea gracias a su carisma propio o al dinero que tenía al ser el heredero de los Mikage.

Pero también gracias a eso puede decir con certeza que Nagi no le interesaba ni ese dinero ni el apellido de su familia, si aceptó sus sentimientos, es porque le gusta ''Reo'' y no ''Mikage Reo''.

Nagi era un perezoso suertudo y con talento en los deportes, fue eso mismo lo que le llamo la atención al pelimorado en primer lugar, pero como dicen, la convivencia diaria genero un click que nada en el mundo podría quitar en su corazón.

Tal vez por eso mismo, esa misma noche que se hicieron novios, Reo estaba en su habitación pensando en cómo debería actuar de ahora en más.

¿Debería mandarle mensaje en las mañanas? No, no los leería.

¿Darle algún apodo? Ya le dice tesoro y el solo pensar en decirle ''cariño'' o algo así lo pone nervioso.

¿Citas en restaurantes? Sería lo más lógico si no fuera porque justo su novio es la única persona en el mundo que tiene como única alimentación jugos y pan de melón.

¿Paseos en el parque? Terminará en él llevándolo en su espalda.

La emoción que tenía hace cinco minutos se volvió en desesperación al no saber qué hacer al día siguiente con su reciente novio.

-- ¡¿Qué clase de Jefe final es este?!

Desde una esquina, Ba-Ya miraba como su señorito se desesperaba porque no sabía cómo tratar al joven Seishiro ahora que oficialmente tenían un título.

-- Veo que tiene problemas -- menciona en voz baja para no alterar más al chico que parecía apunto de jalarlo el cabello.

-- Ba-Ya.

-- ¿Le preocupa el Joven Seishiro?

Reo miro a la mujer, asintiendo un poco, aceptando que tal vez no podía leer a Nagi tan bien como siempre creía.

-- Ahora que Nagi y yo somos novios, siento que deberíamos cambiar un poco el cómo nos tratamos.

Obvio el tema de que tendría que ser él quien debe dar el primer paso, después de todo Nagi... es Nagi.

-- Pero...

-- No tiene idea de cómo hacerlo, ¿Verdad?

Asintió a las palabras de la mujer, quien solo tarareo en voz baja, disfrutando de la vista del señorito siendo un chico de su edad.

Nagi por el contrario no le dio muchas vueltas al asunto, Reo se le había confesado y él dijo que si porque, en realidad, le agradaba mucho estar con el chico, más allá de que en un inicio intentaba esconderse de este y su agobiante deseo que jugaran juntos.

Cuando Ba-Ya lo dejo en su casa, entro, saludo a Choki y se puso a jugar videojuegos, sin tener nada más en la cabeza que pasar al siguiente nivel.

Y hubiera seguido así si no fuera porque mientras escogía personajes, hubo uno que le recordó un poco a Reo, lo cual le recordó al chico que había estado muy feliz porque correspondió sus sentimientos.

Recuerdo que ahora lo de ellos era ''oficial'', tenían un título que les daba el privilegio de hacer cosas de pareja, lo cual, por instinto, termino respondiendo en voz alta para sí mismo.

-- Que fastidio...

Le gustaba Reo, aun con lo mucho que le pide que juegue futbol, Reo es la persona con la que más ha llegado a conectar desde que tiene memoria.

Siendo alguien perezoso y que parece más un robot, era normal que todo el mundo lo dejara de lado, incluso sus padres que no sabían cómo tratarlo, optaron por dejarlo salir del nido antes de tiempo, aunque ellos le pagaban el apartamento junto al dinero para sus necesidades.

Reo lo busco por sus habilidades, pero luego ese interés llego a crecer a más y Nagi le gustaba esa calidez que sentía con Reo.

Por un momento dejo sus juegos y comenzó a buscar en internet que eran lo que solían hacer las parejas, poco a poco poniéndose más pálido mientras su boca formaba una ''X''.

Todo se estaba volviendo más problemático.

Según estaba leyendo en esas páginas de parejas, que la mayoría eran heteros pero la información seguía siendo útil, le decían varias cosas que hacían los enamorados.

¿El problema? Cada que veía una sentía como su cuerpo se sentía más pesado a la vez que un aura lo rodeaba.

Salir a caminar, tener citas en lugares fuera de casa, actividades recreativas en pareja...

-- Reo...

También estaba el asunto del apodo, solía ser llamado tesoro por el chico, pero, ¿Qué palabra podría usar para referirse a Reo?

¿Qué es lo que le hace sentir Reo?

Comodidad, tranquilidad, un poco el deseo de hacer más... no, no es suficiente, hay más cosas que le hace sentir, pero no sabe las palabras para describirlo.

-- Tengo sueño...

Pero a pesar de su queja, siguió despierto por mucho más tiempo del que se pudo haber imaginado en su vida.

A la mañana siguiente, Reo se sentía bastante cansado, algo muy raro en él, pero Ba-Ya entendió rápido que se debía a las preocupaciones que sufrió el joven la noche anterior.

-- Si el joven Reo tiene preocupación a solo horas del comienzo de su relación no quiero imaginarme en los aniversarios.

El chico se sentía... decaído, quería ver a Nagi, pero el solo recordar el cómo estuvo batallando para decidirse como tratar con él lo ponía más depresivo.

-- Ba-Ya yo...

Justo al momento de pedirle consejo a su cuidadora, su celular timbro, avisando de un nuevo mensaje, poniendo curioso al chico y un poco a la mujer.

-- ¿Quién...? -- prendió el celular y sus ojos se abrieron al ver el autor del mensaje -- ¡¿Nagi?!

Siempre iba a la casa de Nagi para ir a la Preparatoria juntos, incluso conoce el interior, aunque no debería enorgullecerse de eso ya que ese apartamento era tan simple como su único habitante.

El problema era que era la primera vez que Nagi le enviaba un mensaje, más aun, un mensaje donde le pedía si podía venir a verlo.

-- ¡¿Y si dice que se equivocó en aceptar mis sentimientos?! ¡No! ¡No! ¡Eso no puede ser! ¡No mi tesoro!

Se llevó la mano al pecho ya que parecía que su corazón se quería salir corriendo hacia el sentido contrario de la casa del albino, pero como el chico responsable que era, calmo sus nervios y fue hacia la puerta del apartamento.

-- Ah, Reo, llegaste antes.

La voz del centro de sus temores a sus espaldas casi lo mata de un susto.

-- ¿Nagi? -- inquiera ahora incrédulo -- Creí que me esperarías en tu habitación, espera, ¿Qué llevas ahí?

En si no se molestó con la nueva imagen de Nagi usando ropa casual, aunque el verlo con bolsas de supermercado si era muy raro, según recordaba, el chico era más de pedir por internet que ir por sí mismo a un lugar.

-- Ah~, compre algunas cosas que creo que le gustaran a Reo.

-- ¿A mí?

Nagi no comento más, pero siguió su camino hacia su apartamento, seguido por su novio quien estaba con más dudas que respuestas.

-- ¿Nagi?

-- Ayer... estuve leyendo lo que significa ser novios -- confeso sin mirarlo -- mientras más lo leía más me parecía un fastidio.

Bajó la cabeza, lo sabía, su tesoro debe estarse arrepintiendo de haber aceptado ser pareja en primer lugar.

-- Pero quiero a Reo, me gusta estar con Reo...

Como si la inesperada confesión no fuera suficiente, de las bolsas que traía en sus manos, comenzó a sacar varias cosas como botanas, jugos y algunas películas.

-- No me gusta estar afuera... pero leí que las parejas también pueden estar en casa y hacer muchas cosas -- dijo mientras abría una botella -- jugar videojuegos, leer manga, ver películas, dormir... todo eso junto a Reo, quiero intentarlo.

Los brazos de Reo fue lo que recibió luego de sus palabras, fue ahí donde el pelimorado se dio cuenta de lo mucho que abría sobre pensado la situación.

Nagi era un perezoso y está bien con eso, como dice él, pueden hacer miles de cosas sin necesidad de incomodar uno del otro.

Empezando por la cosa favorita de Nagi, dormir.

Aunque no puede mentir, se puso nervioso cuando el más alto lo atrapo entre sus brazos como una almohada, pero se sintió tan cálido que después de calmar su corazón pudo dormir como nunca al lado de ese perezoso.

Y al final admite que los planes de Nagi fueron mejores, aun si era al estilo perezoso.

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