9.- Flores

Las flores siempre eran un buen regalo. Un gesto simple pero hermoso. Todas las chicas amaban recibir flores, bajo esa lógica los chicos también ¿no?

Mal no estaba acostumbrada a todas las tradiciones de Auradon, aunque trataba de acoplarse a ellas. Cuando oyó que era común que las chicas le dieran flores a los chicos un día en especial al año tuvo que investigar de qué se trataba la costumbre y además descubrir cuanles eran las flores favoritas de Ben sin levantar sospechas o verse demasiado obvia.

La costumbre era solo que las chicas debían entregar un ramo de flores a los chicos para mantener cierto equilibrio o algo así, realmente no le prestó atención a la nota.

Bien, la parte sencilla ya estaba lista. Ahora solo quedaba descartar los miles de flores qué existían en Auradon y ver cual era la favorita de Ben antes de lanzarse a comprar todas las posibilidades. Las rosas eran demasiado obvias para ser posibles, sí, eran el símbolo de su casa y un elemento importante en su historia familiar pero no por eso debían ser sus flores favoritas.

Algunas veces lo oyó mencionar tulipanes, eran bastante lindos1en realidad, pero según internet el significado cambiaba según el color. ¿Y si solo quería entregar una flor? ¿El color influenciaba lo que pretendía? ¿Qué tal si Ben amaba los narcisos y el reino confundía el gesto con desearle desgracias al rey? Tenía que ser cuidadosa con lo que hacía. No estaba segura de qué los tulipanes realmente fueran sus flores favoritas y sin más pistas tuvo que conformarse con eso. Guardó un par de billetes en su cartera y fue investigando el significado de cada tipo de tulipan, descubrió que todos los colores tenían un significado que variaba por tono y cantidad. Un solo tulipán podía significar maldiciones o traiciones, pero un ramo era felicidad eterna.

En este punto, la fiesta de las flores le parecía más una estrategia de venta qué algo realmente tradicional. A regañadientes vació la cartera y compró un ramo gigante de tulipanes con todos los colores posibles. Se tambaleó fuera de la tienda con su ramo cuando otras tres chicas iban cargando los suyos. Vio a un par de parejas por la calle, los chicos cargando sus ramos en una mano para sostener con la mano libre a sus chicas. Muy lindo y todo, pero Mal apenas podía ver el camino delante de ella y las felices parejas de Auradon no se movían a ningún lado en la estrecha banqueta. Para llegar al palacio de la bestia tenía que cruzar un campo de rosas que era sencillo de atravesar cuando podías ver el camino, parcialmente ciega entre los pétalos de los tulipanes Mal se llevó un par de rasguños y sin querer terminó arrancando unas rosas del camino.

Cuando llegó al palacio de la bestia tenía los pies cansados, los brazos magullados y estaba cubierta de sudor. Adam abrió la puerta y sin decir una palabra la miró.

—Traigo un envío para el chico más lindo de todos en Auradon —dijo aún sin ver a quién tenía enfrente.

—No debiste molestarte —bromeó Adam recibiendo los tulipanes. Mal casi queda blanca al darse cuenta de que Adam recibió las flores. Bien, quedar bien con el suegro siempre significa estar bien con su hijo, pero ahora le debía un regalo a Ben.

—¿Quién era? —preguntó Bella asomando su cabeza por la puerta.

—Mira las lindas flores que me trajo ¿no te parecen fabulosas? —continuó Adam.

—Eh... Tal vez estás confundido, querido —Bella suspiró.

—Dijo que eran para el chico más lindo de Auradon ¿para quién más podrían ser?

—Dejaste de ser un chico hace veinte años —Bella le quitó los tulipanes y llamó a Ben con un grito.

—¿Ow? ¿Significa que no hay regalo para mí? —fingió llorar. Mal rebuscó en sus bolsillos hasta darse cuenta de que tenía un tallo con una rosa enredado en el cabello.

—¿En serio creyó que me olvidaría de usted? —Mal le entregó la rosa que aunque estaba un poco dañada de los pétalos seguía siendo preciosa —. Le prometo que no está hechizada.

—Que alivio —sonrió para dejarla en el florero de la entrada bajo un cuadro de su boda con Bella.

—¿Todos reciben regalos menos yo? La vida es tan injusta algunas veces —murmuró Bella. Mal la detuvo antes de que se marchara.

—Jamás vendría a su hogar sin algo que darle —respondió Mal. Había comprado un broche de oro para Bella con una rosa tallada en cristal pintado de rojo, aunque ese regalo era para su cumpleaños en realidad... Bah, ya le podía conseguir algo después.

—¡Mal, no esperaba verte hoy! —Ben bajó corriendo las escaleras. Bella le dió sus tulipanes para recibir el broche. Ben les dió un vistazo y sus ojos brillaron, el aroma suave y la hazaña para conseguir tulipanes en la peor época del año era algo admirable. Le sonrió enternecido —. ¿Cómo supiste que me encantan los tulipanes?

Mal le restó importancia. Si era un día especial en Auradon entonces Ben se merecía vivirlo al máximo.

—Además, conseguí entradas para el cine esta tarde ¿estás disponible?

—¡Claro! Sube, aún tengo trabajo arriba —Ben la jaló de la mano y la llevó a su oficina.

Bella y Adam se miraron y cerraron la puerta tras de si.

—Parece que esta vez sí supo escoger novia —comentó Adam mirando el broche de Bella.

—Oh sí, ella definitivamente no saldrá de aquí.

—¿Lo piensas desheredar si rompen?

—Claro que sí. 

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