Llamado Afectuoso
Era una tarde tranquila en el Santuario, Aioria y Deathmask descansaban después de una larga jornada de entrenamiento. Estaban sentados en el borde de una de las terrazas, disfrutando del aire fresco y la paz que podían disfrutar en esos días. Mientras miraban las nubes moverse lentamente por el cielo, Aioria soltó una pequeña risa, como si algo divertido hubiera cruzado su mente.
—¿Qué pasa? —preguntó Deathmask, levantando una ceja.
Aioria se giró hacia él con una sonrisa juguetona.
—Estaba pensando en los apodos. Nunca te he dado uno.
Deathmask lo miró desconfiado.
—¿Y por qué querría un apodo? Ya tengo uno y es lo suficientemente imponente como para necesitar otro —Aioria rió y se encogió de hombros.
—Es solo algo divertido y Deathmask te llama todo el mundo. Además, ya me diste uno a mí, qué solo tú usas.
Deathmask esbozó una sonrisa traviesa.
—Claro que sí, Rayito y nadie tendría por qué llamarte así —dijo con satisfacción.
Aioria sonrió ampliamente. Le encantaba ese apodo. Aunque podía parecer simple, había algo en cómo Deathmask lo decía que lo hacía sentir especial, como si encapsulara su energía y su naturaleza luminosa, además, sentía que no solo iba a burla de su técnica. Lo había adoptado con gusto.
—Ese apodo es perfecto —admitió Aioria—. ¿Pero tú? Necesitas uno también.
Deathmask frunció el ceño.
—No creo que necesite uno. No todos somos tan luminosos como tú, Rayito.
Pero Aioria, decidido a devolverle la broma, entrecerró los ojos pensativamente.
—Te llamaré… "Fantasmito".
Deathmask lo miró, boquiabierto.
—¿"Fantasmito"? ¿Eso es lo mejor que se te ocurre? —preguntó, claramente indignado.
Aioria soltó una carcajada.
—¿Qué? ¡Es perfecto! —dijo entre risas—. Fantasmito va con tu personalidad y tus técnicas
—Suena como a personaje de caricatura infantil —se quejó Deathmask, cruzando los brazos.
—Bueno, si no te gusta… —Aioria lo miró de manera traviesa—. Aunque te queda bien.
Deathmask bufó, pero una leve sonrisa se asomaba en sus labios, a pesar de su protesta.
—Puedo vivir con "Rayito" —dijo, refiriéndose al apodo de Aioria—. Pero no me llamo "Fantasmito". No me importa cuántas veces lo intentes.
Aioria lo miró de forma burlona, inclinándose hacia él.
—¿Qué tal entonces "Onditas"? —sugirió con tono aún más juguetón.
Deathmask lo empujó suavemente, aunque no pudo evitar reírse esta vez.
—¡Ni lo sueñes, Rayito!
Aioria, riendo a carcajadas, se reclinó en el suelo, satisfecho con la reacción de su compañero. Sabía que Deathmask protestaría, pero también sabía que, en el fondo, estaba disfrutando el intercambio tanto como él.
—Está bien, lo dejaré en "Fantasmito" por ahora —dijo Aioria finalmente, limpiándose las lágrimas de risa de los ojos.
Deathmask, aún con una sonrisa en los labios, miró al horizonte y sacudió la cabeza.
—Me voy a arrepentir de haberte dado ese apodo, ¿verdad?
Aioria se encogió de hombros, sonriendo.
—Tal vez, pero a mí me encanta, Fantasmito.
Deathmask no pudo evitar reír, aunque lo hizo de forma silenciosa. Por mucho que se quejara, le encantaba compartir esos momentos de complicidad con Aioria.
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