6. Love letters (Ripell)
Desperté en medio de la obscuridad, al entender que era media madrugada me giré perezosamente para acercarme más a Rip, pero noté la cama fría... vacía.
-¿Rip?- pregunté, preocupada. Había estado durmiendo bien, ¿porqué ahora estaba despierto?
-Estoy bien, vuelve a dormir... si quieres- respondió con voz suave, y noté su lámpara de escritorio encendida.
Me levanté al baño para lavarme la cara y acompañarlo.
Regresé y solté un suspiro melodramático, abrazándolo por la espalda.
-¿Qué lees, Cielo? No sé que hora es, pero definitivamente no es hora de estudiar.
Adiviné que sonreía, mientras yo estaba hundiendo mi cara en su hombro, disfrutando su calor.
-No, no estoy estudiando, no te preocupes- sentí un ligero escalofrío... se escuchó triste.
Me separé un poco y tomé su barbilla para dirigir su mirada hacia mi, él me miró con esos ojos verdes melancólicos -¿Qué pasa?
Cerró los ojos un segundo, frustrado, antes de resoplar y pasarme la hoja que tenía entre sus manos.
Me agaché para acercarme lo más posible a la luz de la lámpara, a primera vista entendí que era una carta, con una delicada caligrafía en tinta roja. Leí las primeras palabras: una carta dirigida a Rip.
-¿De verdad puedo leer esto?-cuestioné, preocupada.
Él asintió en silencio, reafirmando su permiso con esa mirada de "confío en ti".
Era una carta de amor, obviamente de Miranda, no había ninguna otra. Se me apretó un poco el corazón al leer la felicidad y amor que transmitían sus palabras. Era una carta de aniversario.
Volví a revisar la fecha...
-Oh, Dios, Rip- musité -. Hoy... ayer... fue su aniversario.
Aunque la fecha era del 2165, ¡qué locura! ¿Algún día me dejaría de sonar extraño que mi novio fuera un viudo de un siglo más adelante?
Él asintió en silencio, apretando los ojos, antes de cubrirse el rostro con las manos.
-Debiste decirme- me enderecé para abrazar su cabeza, acercándola a mi pecho -. No tenías porqué soportar tú solo los recuerdos hoy, Rip.
-Lo siento- se disculpó -. No pensé en compartirlo contigo, no quería ponerte triste... aún no entiendo del todo cómo manejar lo nuestro... lo siento...
-No era un reclamo, tranquilo- besé su frente, dejando mis labios en la misma posición.
-¿No te parece estúpido, estar triste por mi esposa asesinada?- preguntó rodeando mi cintura con sus brazos -¿Porqué no puedo dejarlo atrás?
-Rip, no "dejas atrás" a tu familia asesinada- suspiré, tratando de no llorar -. Siempre será tu familia, aunque no esté. Nadie espera que lo olvides o que deje de dolerte, muchas veces el dolor no se va, simplemente aprendes a vivir con él.
-¿No te traiciono al seguir amándolos?- insistió, apretando un poco más el abrazo.
-No, nunca podría pedirte que olvidaras lo que sientes por ellos- respondí, acariciando su mejilla.
-¿No te duele?- añadió con un notorio esfuerzo.
-Claro, pero no porque me traiciones. Me duele que te duela- susurré, antes de besarle el pelo -. Yo sabía todo esto, Rip. Es parte de ti. Amo todo de ti. Lo que sientes por Miranda y Jonas... no lo veo como algo malo, al contrario: tu capacidad de amar es de las cosas que te hacen ser tú. El maravilloso Rip Hunter.
Sollozó hundiendo su cara en mi hombro, acaricié su nuca tratando de hacerle entender que estaba bien.
-Miranda era una mujer fantástica, y le agradezco que con ella hayas aprendido a amar, de la manera maravillosa en que lo haces- susurré, soportando mi propio dolor para no aumentarle el suyo.
-Me confunde- musitó entre lágrimas-. A veces pienso que si no hubiera muerto, no te hubiera conocido. Y aunque soy tan feliz contigo, a veces siento que hubiera sido mejor quedarme con ellos... me confunde tanto.
Suspiré -Nadie espera que lo entiendas. Es lo más normal que nunca entiendas ni aceptes del todo lo que te pasó. Quien te diga lo contrario es imbécil. Abriste tu corazón una vez más, y no cualquiera puede lograr eso, ¿sabes?
-No puedes darme todo el crédito- lo escuché más calmado, incluso había aflojado un poco su abrazo, aunque sentía mi pijama húmeda por sus lágrimas -. Tú... no me dejaste mucha oportunidad de escapar de mis sentimientos.
-¡Uy, pues perdón por invadirlo con mi amor, Capitán Hunter!- solté un exagerado reclamo, con lo que él no pudo evitar una risita corta apenas audible.
-Fue un asalto silencioso, con mucha planeación, bloqueando todas las vías de escape, eres de verdad una genio del mal- siguió la broma, antes de suspirar largamente y dejar de esconder su rostro, recargando el costado de su cabeza en mi pecho.
-Me alegra que mi plan malvado haya funcionado- sonreí, limpiándole las lágrimas que no dejaban de salir.
Nos quedamos así unos segundos en silencio, hasta que tímidamente me pidió volver a la cama, ya le había incomodado la silla.
Lo solté y esperé a que se pusiera de pie, tomé su mano y lo guié a la cama. Se acomodó de espaldas, esperando que lo abrazara por detrás.
Suspiré, acomodándome.
-Puedes dormirte si quieres- indicó, apenado, mientras besaba su cabello -. Ya hiciste suficiente.
-No, Rip. Para mi está bien velar esta noche por tu matrimonio contigo.
Se sostuvo de mis brazos que lo rodeaban, permitiéndose volver a llorar.
-Lo siento- se disculpó, una y otra vez, hasta quedarse sin voz. No sabía si era conmigo, con Miranda, o con ambas.
-Está bien, Cielo- susurré -. Lo que sientes está bien.
Sería una madrugada larga.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Euh... tres de seis días han sido medio depresivas...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top