-¿Cuándo es tu cumpleaños?

Abrió sus enormes ojos sorprendidos, como si acabara de preguntarle algo terrible.

-¡OH, FENTON!- exclamó -¡No me digas que es tu cumpleaños y me estás sacando tema de conversación para decírmelo! ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡De verdad no se me había pasado por la cabeza preguntarte!

-Eeeeeeeeh no- sonreí, conmovido por su reacción, aún agobiada se veía tan linda -. Tranquila, en realidad no tengo idea de qué regalarle a mi mamá de cumpleaños y ya es en dos semanas.

Se puso la mano en el pecho y suspiró, aliviada - ¡Menos mal: me asusté! Es que para mi no es importante mi cumpleaños, y simplemente se me olvidó. Pero claro que festejaremos a mi suegra.

-No le gustan mucho las fiestas-expliqué, imaginando que en dos segundos se había imaginado un festejo masivo -. Más bien prefiere salir a bailar.

-¡Vamos a emborracharnos y bailar toda la noche con la suegra, yuuupiii!- se rió, con las manos en alto. No pude evitar reírme también.

-Siempre me gustaría regalarle algo en lugar de solo sacarla de noche- añadí, pensativo -. Pero nunca dice que quiera algo.

-Tal vez realmente no quiera nada- inclinó la cabeza, pensando.

-Ah, pero su bolso está algo gastado, no lo ha cambiado en más de dos años. Es lo que he estado pensando pero quería preguntarte antes: ¿no te parece muy cliché?

-No, para nada, ya que estamos sentados en esta banca, ¿quieres que vayamos a buscarlo?- ofreció, sonriendo, yo me sonrojé.

-Aún no tengo suficiente dinero, esperaba reunir más un par de días antes- musité, avergonzado.

-No tiene qué saber quién completó el dinero para el regalo- me guiñó un ojo, cubriéndose los labios con el dedo.

-Chus- tragué saliva -: sabes que yo ni mucho menos mi madre estamos interesados en tu dinero.

-Es solo un bolso- , no les estoy ofreciendo una casa... por ahora.

-¡Chus!

Se rió ante mi expresión de escandalizado, de verdad que le gustaba jugar conmigo.

-Anda, es por mi suegra, déjame ayudarte y no reclames- acarició mi cabeza sonriendo, ¿cómo podría negarle algo?

Suspiré y me levanté, ofreciéndole mi brazo para empezar a caminar.

-Pero entonces: ¿cuándo es tu cumpleaños?