Escape
Los únicos momentos en que puede escuchar el mundo de afuera, es cuando ese maniático abre la puerta metálica para entrar o salir. No hay nada más que extrañe que su libertad.
SeHun ya no recuerda como luce o se siente una tarde de verano, tampoco a que huelen las flores. Él ha pasado demasiado tiempo ahí como para tener idea hasta de la hora.
Donde se encuentra es una habitación de cinco por seis metros, lo sabe porque los contó una vez. Hay una cama, una mesa al fondo con libros y un balde donde hace sus necesidades. Para bañarse, él es llevado a una habitación afuera, su captor le cubre la cabeza y luego lo deja asearse.
SeHun aun recuerda el día de su secuestro, era diciembre entonces y tenía 19 años. Había salido al parque para distraerae, pero en cambio encontró a SuHo. Ese extraño hombre que parecía esperarlo.
De eso ya no recuerda mucho.
Aunque SuHo no es "malo", no lo deja salir, se pone violento cuando se lo pide, así que ya no lo hace.
Ellos mantienen relaciones sexuales, y, aunque a SeHun no le guste, SuHo se encarga de recordarle siempre que de esa forma SeHun le paga por estar vivo.
Él no entiende porque Dios lo abandonó, pero sabe que debe escapar.
— 🌙 —
La puerta se abre luego de un par de sonidos, SeHun sabe que la puerta tiene código, por eso ahí está, esperando a que aparezca.
No tarda en hacerlo cuando siente el beso cruel de SuHo en la mejilla y luego, la puerta.
— Traje algo para vos —SeHun alza la mirada encontrándose con un SuHo hermoso, esa cara de ángel es sólo fachada. El joven toma el objeto en sus manos.
— G...gracias.
— Me dijeron en la librería que eso estaba de moda, los vampiros traen locas a las niñas ¿Eh? pero en fin ¿Te gusta?
SeHun asiente y SuHo se acerca a besarlo.
Al joven le duele, pero sabe que tendrá que agradecerle a SuHo por ese obsequio.
>>🌙 >>
El tiempo es cruel, a veces SeHun piensa en su madre y padre, también en su hermano mayor ¿ellos se habrán olvidado de él?
— Pronto vas a cumplir veintitrés años —la voz de SuHo rompe el silencio, SeHun no responde— ¿Qué quieres de regalo?
— Una torta con una vela.
— ¿Seguro?
— Sí.
SuHo le da un beso en la cabeza, luego se gira para seguir durmiendo.
SeHun quiere ser libre.
>>🌙>>
Pasa tiempo hasta que vuelve a ver a SuHo, el hombre se ve guapo en un traje negro y una caja entre sus manos cuando entra a la pieza de SeHun.
Él ya ha leído dos veces el libro que le dejó.
Al ver a su captor abriendo el paquete y mostrando la torta, SeHun sabe que es su cumpleaños.
SuHo deja un cuchillo, platos y un encendedor a un lado, coloca una velita en medio de la torta y sonríe.
— ¿Te gusta?
— Sí, ¿Podemos comerla?
— ¿No quieres encender la velita?
— ¡Sí! —es esa emoción lo que a SuHo le hace adorar al menor.
Ellos encienden la vela, luego SeHun la apaga. SuHo se encarga de repartir el postre para comerlo.
— Feliz cumpleaños SeHunnie -dijo SuHo— todos estos años a tu lado me han hecho feliz, ¿Tú eres feliz? Bueno, no importa, lo que importa es que estas aquí a mi lado. Te amo SeHun.
El joven deja su pedazo de torta a un lado, mientras se atreve a ir donde SuHo para sentarse en él. SeHun es alto, pero de esa forma parece ser pequeño, sus manos delinean el rostro del mayor y sin pensarlo mucho le besa demandante y apasionado. Esto toma de sorpresa a SuHo, pero corresponde igual de necesitado porque parece ser que al fin su pequeño entendía.
Después de unos segundos son toques y jadeos, la pequeña habitación muestra un SeHun atrevido que gime entre los labios ajenos, invitándolo a disfrutar. SuHo no puede con tanto, pero lo intentaba cuando su pequeño le acaricia el paquete.
— SeHunnie...
— Shh, déjame hacerlo.
SuHo entretiene sus dedos en la piel porcelana de SeHun, acaricia toda parte al par que lo besa con vehemencia. Entonces aprovechando eso, SeHun deja sus manos detrás de ellos, buscando desesperadamente el cuchillo que ha visto antes, pero al no encontrarlo, toma uno de los platos y lo estrella en la cabeza de SuHo que suelta un gruñido doloroso.
SeHun se quita de encima y se corre tomando el cuchillo y apuntando al mayor.
— Dime la combinación de la puerta.
— Hijo de...
— ¡DECIME LA COMBINACIÓN!
— Bastardo... te arrepentirás
SeHun no espera más y va hasta SuHo para enterrarle el cuchillo en las piernas, luego en el estómago. Los gritos son proporcionales a la sangre emanando del hombre.
— ¡LA COMBINACIÓN!
— 23 12
SeHun corre desesperado a la puerta para colocar tembloroso los dígitos. Cuando ve a SuHo pararse, le encaja el cuchillo en el pecho y lo empuja, corriendo a abrir la puerta.
Sus labios tiemblan cuando la mano de SuHo lo detiene. SeHun lo mira con terror y le da una fuerte patada haciendo que caiga sobre la mesa y rompa todo. SeHun toma el encendedor y prende fuego a sus únicos amigos: los libros.
SuHo se retuerce en el suelo y SeHun regresa a la puerta, para después de esos cuatro años, vuelva a saber que es la libertad.
Sin dudar corre hasta salir de esa casa, al parecer él estaba en el sótano, entonces apresurado llega a la puerta arrastrándose y a gritos pedir ayuda.
Estaba cerca de la libertad, podía oler el humo de su pieza quemándose, pero poco importaba cuando las hierbas tocaron su piel. El aire fresco de la primavera le saludaba y él, en su sueño creía que era el cielo.
Era una lástima que SuHo lo amara tanto.
Era triste que haya podido levantarse y salir corriendo tras SeHun.
Era una pérdida de esfuerzo.
Era un lamento de libertad jamás dicha.
Era su eternidad.
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