Sueño de una mariposa

𝐃𝐢𝐚 𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨:

•23/01—Lirios: En el lenguaje de las flores se asocia con la nostalgia, la melancolía y la extrañeza. Se dice que está flor representa el dolor por alguien que no está, ya sea física o emocionalmente.

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"Bebé mariposa: Son los bebés que fallecen poco después de nacer".

La primera vez que Sae escuchó ese término fue en su grupo de apoyo por el duelo y la depresión que pasó después de dar a luz, y horas después su bebé se había ido por complicaciones médicas junto a su padre.

Al principio le era difícil pararse en las mañanas, despertaba con jaquecas por llorar casi toda la noche y entre sueños; cuando se levantaba, si es que lograba levantarse, sentía su cuerpo temblar hasta que finalmente tenía que volver a recostarse por el dolor que sentía; antes recordaba su casa llena de color y vida, con una calidez tan suave que se sentía adorable, hogareña incluso... Ahora, todo estaba apagado, no solo porque tenía todas las cortinas de las ventanas cerradas, era algo en general, todo su mundo se había oscurecido hasta el punto en que sentía frío todo el tiempo que pasaba fuera de la cama. Aún así, con el tiempo, tuvo que forzarse a levantarse, sin importar que, por lo menos para comer o tomar algo.

Entró a aquel grupo poco después por recomendación de su terapeuta, al cual solo asistía por una simple razón: sentía que Rin, su pareja fallecida y padre de Yume; su pequeño en el cielo, no estaría para nada feliz si lo viera llegar al más allá porque se dejó consumir por la depresión... pero todo fue tan difícil.

Primero perdió a Rin en un accidente, cuando un conductor borracho se estrelló contra el bus en el que iba, cuando tenía 27 semanas de embarazo; producto del shock, su parto se adelantó y su bebé nació a las 28 semanas, antes de morir pocas horas después de aquel nacimiento tan prematuro e inesperado... su hijo sólo pudo escuchar su nombre entre su propio llanto mientras lo tenía en brazos, esperando lo inevitable.

Lloro por días, anhelando que cada segundo no fuera más que una horrenda pesadilla y que cuando despertara, Rin estuviese ahí... a su lado, con él junto a Yume y todo estuviese bien, todo lo que había pasado no sería más que una amarga pesadilla... pero nunca pasaba, lo único que tenía al despertar, eran dos espacios vacíos a su izquierda y a su derecha, los lugares que debieron corresponder a su hijo y a su marido.

En una ocasión soñó con mariposas, eran hermosas mariposas negras volando en un campo de blancos lirios donde él estaba recostado mirando al cielo y algunas de las mismas mariposas volando, en un momento escucho la voz de Rin llamándole; rápidamente se había sentado y entre medio de los lirios y las mariposas, cerca suyo, vio a su amado saludándolo agitando su mano... estaba usando el mismo traje blanco que en su boda, incluso estaba usando el mismo lirio que tenía de decoración en su pecho, gruesas lágrimas cayeron por sus ojos mientras se paraba rápidamente y corría hasta él, sin poder alcanzarlo, sin importara cuanto corriera, no podía alcanzar a Rin, aún cuando parecía que estaba apenas a un metro suyo.

Fue cuando se desplomó de rodillas agotado, confundido y desesperado nuevamente en medio del campo de lirios que sintió una mariposa posarse en su hombro y entonces vio a un pequeño niño mirarle fijamente a la vez que sonreía, no sabía cómo describir al pequeño pero le recordaba tanto a Rin como a él cuando rondaban los seis años... era como una mezcla entre ambos ¿Así habría lucido su hijo...? El niño se acercó a él y le ofreció uno de los lirios del mismo campo, apenas agarró la flor, el infante corrió para irse con Rin y entonces ambos se despidieron de él; Rin le explicó que tenían que irse... Intentó detenerlos, gritar que no se fueran y lo dejaran atrás...

"—Siempre estaremos contigo... aunque tú no nos sientas..."

Y entonces despertó, sentía las lágrimas secas en su rostro por llorar entre sueños, era de mañana, primero miró el espacio con la cuna a medio desarmar y no lloro; miro el lado de la cama donde Rin solía dormir y no lloro... por primera vez en tanto, tanto tiempo... no sintió la necesidad de llorar al recordar a Rin o a su hijo, pero sí quería verlos...

Deseo tanto verlos, que por eso mismo, por su propia iniciativa, fue al cementerio; no había ido desde que enterró los restos de su hijo junto a Rin, por eso pensó en llevar cosas para limpiarla y también unas flores, había elegido lirios. Las flores favoritas de Rin.

Como imaginó, el monumento de piedra que representaba la lápida de su esposo e hijo estaba bastante sucia, no le sorprendía, había descuidado por completo todo a su alrededor; limpió la lápida y sus alrededores, prendió unos inciensos y fue mientras acomodaba los lirios en su lugar correspondiente que sintió una suave brisa rozar su rostro, cerró sus ojos un momento y cuando los abrió habían dos mariposas de alas negras con manchas blancas posadas en los lirios.

Contempló aquellas mariposas un solo segundo antes de que se fueran volando hacía algún lugar, las observó irse antes de darse cuenta que estaba llorando, el recuerdo de aquel sueño llegó a su mente y una melancólica sonrisa se mostró en su rostro lleno de lágrimas.

Nunca iba a olvidar, nunca olvidaría al que fue su primer amor y pareja por años y tampoco olvidaría a su preciado bebé mariposa. 

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