Aroma

(Ligera mención de RyuSae. Advertencia de escena +18)

𝐃𝐢𝐚 𝐝𝐨𝐬:

•21/01—Caléndula: En el lenguaje de las flores se asocia con la traición, el dolor y la amargura. Representa la sensación de haber sido engañado o traicionado, y el dolor que implica una infidelidad pero también como nuevos amores llegan.

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Cuando vio la ropa regada por el piso, no pudo evitar sacar conclusiones apresuradas que se negó a creer al instante.

Sae no podía estarlo engañando, claro que no. Ellos eran perfectos juntos, eran la dupla perfecta. Sae era un ángel, era perfecto en cada sentido posible hasta el punto de rozar lo inhumano; él era un demonio, dotado de talento y un ego únicos que logró atraer al mayor de los hermanos Itoshi hasta el punto de ser pareja desde hace casi dos años... Por eso, no era capaz de creerse lo que su propia mente imaginaba, pero a cada paso que daba, veía más ropa y un fuerte olor a caléndula en el aire. Reconocía ese aroma.

Sae prendía velas de caléndula cuando tenían sexo, decía que ese aroma tan dulce como picante le excitaba todavía más.

Cada paso que daba estaba lleno de duda, todavía negándose a la realidad, mientras caminaba en dirección a su cuarto compartido con el joven mediocampista, fue a pocos centímetros de este mismo cuando escucho un fuerte gemido así como los chirridos de su cama siendo sacudida por el acto carnal... sentía su sangre hervir en rabia a cada segundo, reconocía esos gemidos, eran de Sae. Sae estaba teniendo sexo con otro sujeto en su cuarto.

—¡... Más fuerte, Ri-! ¡Ah~! —escuchaba con mejor claridad las palabras de Sae entre sus propios gemidos, por un momento, al creer que quería decir su nombre, se vio inundado de una amarga emoción, incluso cuando le estaba engañando, Sae pensaba en él... Entonces, tal vez, todo esto era un malentendido y todo se explicaría en cuanto abriera la puerta.

—¡No es justo! —se detuvo en seco de abrir la puerta, reconocía esa voz... la reconocía muy bien.

Era Rin, el hermano menor de Sae ¿Acaso él...? Abrió ligeramente la puerta para comprobar sus sospechas y era mucho peor de lo que creyó; allí estaba Sae, recostado en la cama completamente desnudo y con un montón de chupones y mordidas recién hechas, su cara era un completo desastre en lágrimas, saliva y sudor que demostraban el placer que sentía por quien estaba encima suyo, cogiéndoselo con fuerza a la vez que le sostenía de los muslos de la misma manera dejando sus dedos marcados... joder, Sae no solo le era infiel, no; le engañaba con su hermano menor. Sae y Rin eran unos jodidos incestuosos y la prueba la tenía en sus propias narices.

—¡No es justo, nii-chan! ¡Se supone que solo yo podía cogerte hasta satisfacerme! ¡Solo yo podía cogerte con tanta fuerza que gimieras su nombre...! ¡Solo yo podía correrme dentro tuyo para preñarte! —estaba confundido, asqueado y, en cierto modo, excitado mirando toda la escena, incluyendo los reclamos del Itoshi menor— ¡Pero permitiste por casi dos años que ese imbécil con antenas de Shidou te tocara, te besara y te cogiera...! ¡Como si fueras una prostituta!

Observó a Sae gemir por la bofetada que Rin le dio antes de cambiar sus posiciones y ahora tenerlo sentado en su regazo a la vez que Sae lo abrazaba por el cuello para besarlo, era toda una escena digna de una jodida porno.

—¡Es verdad! ¡Shidou me tocó, me besó y me cogió~! Pero siempre con protección, yo no quería que me tocara como lo haces tú, Rin —pudo ver que tanto él como Rin parecían consternados ante las palabras de Sae, que sólo sonrió con aquella sonrisa maquiavélica y coqueta que le caracterizaba tanto— ¿O debería decirte, "papi"~?

En ese minuto, entendió que todo se fue al diablo; no solo porque por la euforia de la noticia, aquel momento entre hermanos se hizo más apasionado, si no que también acababa de enterarse que su... ¿novio? ¿Podía seguir llamando a Sae así...? Bueno, lo que sea, si no que también acababa de enterarse que Sae estaba encinta... y dada sus palabras junto al hecho de que cuando ellos lo hacían era con condón y un lubricante espermicida o el de cabellos rosáceos no lo quería cerca suyo...contrarió al sexo a pelo que Sae y Rin estaban claramente teniendo, era obvio que Sae decía la verdad. El bebé que podía estar esperando no era suyo, era de su hermano, lo cual lo hacía más repulsivo a su gusto pero le hizo darse cuenta de la verdad.

En ese momento, en ese instante, rodeado del olor a sexo mezclado con caléndula, se había enterado que era la cubierta de su incestuoso novio; que solo gozaba teniendo una aventura con su pequeño hermano. 

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