꒷꩜໋᪶˒꒰❛ O9❜𖦹̫ꪳ𝆃

La última semana de vacaciones pasó rápidamente. Xiao había salido cada tarde con sus amigos, reservando las noches para pasarlas con su familia. Cuando se acostaba hablaba un rato con Venti (si es que seguía despierto) y luego se iba a dormir.

El domingo pasó toda la tarde en su casa jugando al ajedrez con Zhongli mientras ambos charlaban tranquilamente.

— ¿Qué piensas de Venti?— Preguntó su padre mientras movía una de las piezas. Xiso observó en silencio el tablero mientras pensaba.

— Es una buena persona. Es carismático y la verdad es que me agrada. Además tenemos gustos similares.— Respondió, moviendo lentamente una pieza, como si dudase de que fuese correcto.

— ¿Ves? Te dije que realmente debías conocerlo.— El de mechas verdes asintió y guardó silencio durante algunos segundos.

— Hace poco me enteré de que tiene dos hermanos. ¿Por qué nunca me hablaste de ellos?— Quiso saber el de ojos ámbar.

— Porque a ellos ya los conoces.— Xiao alzó la mirada y observó a su padre con una ceja alzada.

— ¿Qué?

— Aether y Lumine. ¿Acaso nunca te han hablado de su hermano menor? ¿O Venti nunca te dijo los nombres hermanos mayores?— Su hijo cayó preso de la confusión. Si su padre lo sabía, ¿por qué no dijo nada aquel día en la azotea? ¿Acaso se estaba burlando de él?

— No... Aether y Lumine me hablaron muchas veces de un hermano menor, pero nunca dijeron su nombre. Y Venti no me dijo el nombre de sus hermanos mayores. De hecho, solo me habló una vez de ellos.— En el rostro de su padre apareció una expresión que Xiao interpretó como una de cansancio.

— Bueno, ya lo sabes. Y si Venti no te dijo nada, no menciones frente a él que lo sabes.

— ¿Por qué?

— Si realmente quieres saberlo,— movió otra pieza.— espera al día en el que te lo cuente.

— ¿Acaso sucede algo entre ellos?— Xiao necesitaba alguna respuesta. No quería pensar que sus mejores amigos le hacían algo a su hermano menor, aunque... ¿Qué podría ser? Todo parecía normal entre ellos.

— No es nada malo, tranquilo. He ido en ocasiones a su casa y he hablado mucho con Venti, las cosas entre ellos están bien.— Alzó su mirada para encarar a su hijo, consciente de que su anterior comentario lo había exaltado.— Los mellizos no tratan mal a su hermano menor, en absoluto; pasa justo lo contrario. No obstante, Venti... Bueno, por lo que me contó, tiene algunos problemas que no es capaz de controlar.

— ¿Entonces hablas con él personalmente?— Zhongli asintió.

— Hablamos en varias ocasiones. Empero, el contenido de nuestras conversaciones es privado. No puedo permitirme contártelo.— Aclaró, moviendo otra pieza y retirando una de Xiao.— Cuando lo conozcas más, lo descubrirás.

— No comprendo.— Se quejó.

— Ya lo harás.— Tosió.— Simplemente ten paciencia, y haz como si está conversación jamás hubiera existido.

Xiao asintió, sin atreverse a proferir una sola palabra más. Simplemente siguió jugando en silencio, perdiendo al final de la partida. Algo molesto, retó a su padre nuevamente, consiguiendo otra derrota.

Solo ganó una vez, e incluso llegó a pensar que su padre se había dejado perder por lástima. Igualmente, no quiso preguntar nada, simplemente le dijo que ya regresaría a su habitación, pues le había prometido a Venti que jugarían un rato.

La conversación había sido olvidada por completo hasta que se acostó sobre su cama. Una hora antes se había despedido de su amigo, quien se iba más temprano porque al día siguiente empezaban de nuevo las clases, lo que lo había dejado solo con sus pensamientos.

La curiosidad lo carcomía, ¿realmente sucedía algo con Venti? ¿Sus encuentros fueron una coincidencia, en primer lugar? ¿Por qué sentía que había algo que no cuadraba?

Con todas esas preguntas rondando por su mente, el sueño terminó por vencerlo, dejando la incógnita en el aire.

Sin embargo, debería aprender a convivir con ella, pues respetaría la privacidad de Venti y esperaría pacientemente el día en el que este le contara todo lo que guardase. Si ese día llegaba, claro.

Ir a clases no era nada especial. No había nadie en su clase que le prestara atención, sus únicos amigos no estaban en su misma aula y debía pasar horas solo.

A Venti le sucedía exactamente lo mismo.

No es que les molestara, en absoluto; les convenía, pues iban a clase a prestar atención, no a entretenerse con sus amistades. Mas, estaban solos en los cambios de hora, en las horas de guardia, no tenían una persona fiable con quien pudieran hacer trabajos y solían quedarse solos en la mayoría de actividades.

Tal vez, si la fortuna les hubiera sonreído y los hubieran puesto en la misma clase, ahora su soledad no sería un obstáculo. Sin embargo, allí estaban ambos, en dos clases distintas, sin que sus seis horas diarias allí dentro tuvieran algo nuevo que poder disfrutar.

Cuando la hora del descanso finalmente llegó, ambos bajaron por separado al recreo. No se cruzaron en ningún momento, y cuando finalmente estuvieron abajo, cada uno fue por un lado distinto.

— Siento que me voy a quedar dormido aquí mismo. Qué día más aburrido.— Se quejó Chongyun mientras se recostaba sobre el hombro de su novio. Xingqiu no se opuso a su cercanía, simplemente se quedó quieto donde estaba.

— Pues te quedan muchos igual.— Le recordó su pareja.

— ¡No me lo recuerdes!

— Bueno, fuerza, que ya queda menos.— Trató de animarlo Xiangling.

— Ya, a nosotros incluso menos.— Mencionó Aether, más asustado que feliz.

— No menciones esa cosa ahora,— Lumine lo observó con el ceño fruncido.— que no me hace ilusión pensar que me tengo que preparar tantos exámenes para dos días.

— Ya, perdóname. Cuando salgamos de aquí te compro un Furby y unas bragas con dibujitos de furros.— Xiao no pudo reprimir la risa por culpa del último comentario, siendo seguido por una carcajada de Xinyan y las risas del resto de sus amigos, incluida Lumine.

— Está bien, acepto.— Respondió la rubia, tomando asiento junto a él.— Por tu cumpleaños te regalaré algo especial como agradecimiento.— El rubio sonrió.— Por cierto, que las braguitas sean de colorines.

— Sorpréndeme.— Le retó.— Y, está bien. Seleccionaré las que me recuerden a ti.

Por otro lado, Venti conversaba tranquilamente con Kazuha mientras ambos esperaban a que Gorou regresara del baño.

— Si realmente quieres estar con ellos, ve. No debes tener miedo, ellos son tus hermanos y el resto son tus amigos. Ya conoces a Xiao... ¿De qué tienes miedo?— El de mechas celestes abrazó sus piernas, como si quisiera esconderse de su amigo.

— Ya te dije que no lo sé... Simplemente hay algo que me molesta. Pero no sé el qué.— Kaedehara suspiró.— No quiero acercarme.

— Pues está bien. Gorou y yo nos quedaremos aquí cada día a escuchar tus penas y miedos hasta que finalmente te atrevas a acercarte a ellos. ¿Te parece bien?— El de orbes esmeralda suspiró, sintiéndose culpable por retenerlos ahí con él.

— Me parece bien.— Y finalmente optó por aceptar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top