꒷꩜໋᪶˒꒰❛ O8❜𖦹̫ꪳ𝆃

— ¿Venti?— Fueron las primeras palabras que pronunció cuando llegó al lugar acordado. El joven de mechas celestes alzó la mirada, completamente confundido.

— ¿Xiao?— Resulta que la sorpresa de encontrarse allí fue mutua.

— ¿Tú eres el mejor amigo de Gorou?

— ¿Y tú eres el amigo al que Gorou quería traer para que viera?

Ambos se quedaron en silencio, observándose mutuamente durante varios segundos, tratando de procesar la información recién obtenida. Dio la casualidad de que Venti era el hijo de la compañera de su padre, y ahora resultaba que uno de los amigos de Xiao fuera de su propio grupo era mejor amigo de Venti y los había invitado a ambos a salir. Ahora, ¿quiénes más tendrían relación con Venti? ¿Lumine, Aether, Xingqiu, Chongyun, Xinyan? ¿O tal vez Xiangling?

— Bueno... Ha sido una casualidad.— El de orbes esmeralda sonaba nervioso, mas Xiao lo pasó por alto.— Entonces, ¿la quedada de mañana sigue en pie?

— Si tú quieres, sí.— Venti sonrió.

— Entonces, quedemos. Me gustaría hablar contigo a solas otra vez.— El de mechas verdes asintió en silencio y dirigió su mirada al frente.— ¿Qué tal te fue ayer con tus amigos?

— Bastante bien. Estuvieron muy habladores, apenas pude entrar en la conversación. — Sonrió.— Pero me alegró quedar con ellos otra vez.

— Eso me alegra. Debe ser bonito tener un grupo de amigos, ¿no?— Unió sus manos tras su espalda y dirigió su mirada a Xiao.

— ¿Acaso tú no tienes?— El de mechas celestes negó.

— Simplemente voy haciendo amigos por separado y luego ellos me arrastran a sus grupos algunos días. Pero no me gustaría estar dentro de ninguno mucho tiempo.— Confesó mientras desviaba su mirada.

— Eso es curioso.— Observó en silencio un banco vacío cerca de ellos.— Hey, ¿y si nos sentamos mientras esperamos a Gorou? Hay un sitio libre.— Lo señaló. El de orbes esmeralda asintió y fue a tomar asiento junto a su amigo.— Estos días vamos a quedar algunas veces,— dijo cuando tomaron asiento.— y quería preguntarte si querías venir. Pero después de lo que dijiste, no sé si estarás cómodo.

— La verdad es que probablemente no vaya. Si quedo, prefiero quedar por separado.— El de mechas verdes asintió en silencio.

— Entonces quedemos tú y yo algunos días.— Sugirió.— Ya que saldré con ellos, también puedo aprovechar algunas tardes y salir contigo.

— ¿Eres de los que no quedan mucho cuando empiezan las clases?— El de orbes ámbar rio nervioso.

— ¿De los que no quedan mucho? En primer lugar, ni siquiera salgo de casa para otra cosa que no sea ir a clase.— Confesó. Venti hizo una mueca.

— Algún día tendrás que hacerlo, ¿no?

— Solo si tengo ganas.— Se encogió de hombros.— De todas formas, si quieres puedes preguntarme. Tal vez acepte.

— Está bien, pero no insistiré mucho, que luego probablemente te quejes.

— Dudo que me queje. Acabarás haciéndolo tú porque me negaré siempre, seguro.— Venti rodó los ojos.

— ¡Hey, lamento la tardanza!— Gorou interrumpió su conversación. Cuando llegó frente a ellos, apoyó ambas manos a cada lado de su cuerpo y les sonrió.— Me entretuve hablando con Kaedehara. Espero que no os moleste.

— En absoluto.— Xiao se puso de pie y le ofreció una suave sonrisa. Venti le siguió.

— Bueno, ¿os hice esperar mucho?— Quiso saber.

— Solo fueron unos minutos, no te preocupes.— Dijo esta vez el de ojos esmeralda mientras se acomodaba a su lado.— Además, Xiao y yo ya nos conocíamos de antes, así que al menos no fue incómodo.

— ¿Oh? ¿De qué os conocéis?— Al joven pareció sorprenderle la noticia, el de mechas celestes no le había hablado de eso, y eso que Gorou ya le había contado en varias ocasiones antes que Xiao era su amigo.

— Es una historia extraña.— Respondió el de ojos ámbar.— Pero se puede decir que su perro nos unió. De una forma peculiar.

— Parece que el perro de Venti une a muchos. Y no de la manera adecuada.— Bromeó Gorou. Xiao imaginó que había vivido una situación similar a la que vivió él y lo decía por eso.

— Hey, mi Luther es tan especial por eso.— Intervino el de mechas celestes, observándolos con el ceño fruncido.— Pido respeto.

— En ningún momento dijimos nada malo de él.— Aclaró el de cabello castaño y mechas blancas.

— Exacto. Y en el fondo, le tengo aprecio.— Añadió el de orbes ámbar, llevando una mano a su pecho.— Muy en el fondo.

— Claro, si todos saben que en realidad mi niño es un amor.— Alardeó Venti mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.— Cierto, ¿ahora qué haremos?

— Visitemos el bosque. Quiero jugar un rato por allí.— Sugirió Gorou.

— Tú siempre yendo a ese sitio. Eres como un animal.— Comentó el de orbes esmeralda. Su mejor amigo sonrió.

— No soy muy ingenioso. Así que simplemente sugiero hacer lo que me gusta. Si no hay quejas, simplemente se hace.

— A mí me da igual. Como si hubieras dicho de ir al cine, yo iría igualmente.— Para sus amigos no fue una sorpresa que dijera eso. Si bien Venti no lo conocía bien aún, ya le había quedado claro que a la hora de salir con amigos, Xiao se conformaba con cualquier cosa.

Durante el resto del camino, Gorou mantuvo la conversación en pie, logrando que ambos intervinieran y ninguno se sintiera excluido. Venti apreciaba esto en el fondo, teniendo en cuenta que, pese a su extrovertida personalidad, muchas veces solía quedar excluido de las conversaciones cuando había otra persona más y solo entraba para hacer algún comentario que en muchas ocasiones eran ignorados. Y lo mismo sucedía con Xiao.

Al llegar al bosque, el joven de ojos azules empezó a proponer actividades, también quiso arrastrar a ambos a competencias y se entretuvo hablando sobre bichos, agarrando con cuidado cualquiera que apareciera frente a él.

— A Kaedehara le encanta venir aquí. Solemos venir siempre juntos.— Contaba el joven de mechas blancas, jugando con una hormiga.— Pero en ocasiones nos separamos. A él le gusta estar en silencio y yo no soy capaz de callarme si hay alguien cerca.— Hizo una corta pausa antes de añadir.— De todas formas, no es algo que moleste. Yo lo comprendo. Recientemente ha estado bastante decaído y suele afrontar las cosas solo. Simplemente me permite permanecer a su lado porque me aprecia.

— Su mejor amigo murió hace poco, ¿no?— Habló Venti. Xiao lo observó en silencio, no estaba enterado de la situación.

Gorou guardó silencio durante algunos segundos antes de responder.— Sí. Ya casi ha pasado un año, pero para él aún es duro. Estaba enamorado de él, y verlo partir no le sentó bien.— Contó, dejando la hormiga en el suelo. Se puso en pie y sacudió sus prendas, para luego darse la vuelta y encarar a sus amigos.— Bueno, no hablemos más sobre esto. No me gustaría que el ambiente se vuelva incómodo, con lo bien que hemos estado todo el tiempo.

— Sí, mejor cambiemos de tema.— Coincidió el de mechas verdes.— Hablar sobre muertes no es mi tema favorito.

— Y eso que Taotao está obsesionada con ella.— Mencionó Gorou.

— Ya... Vivo con ella, tengo que aguantar charlas casi a diario. Aunque bueno, últimamente está más calmada.— Los tres siguieron su camino, ya más tranquilos.

— Algún día me gustaría conocer mejor al resto de tu familia.— Comentó el de mechas celestes. La verdad es que conocía bastante a Zhongli y hablaba seguido con Ganyu, mas no había tenido la oportunidad de mantener alguna conversación con Tartaglia o Hu Tao.

— Cuando quieras te llevaré. Si me prometes que también podré conocer a la tuya, por lo que cuentas, parecen unas personas bastante interesantes.— Xiao no se dio cuenta, pero aquel comentario pareció provocar una reacción algo negativa en el de mechas celestes.

— Sí, algún día los conocerás.— Gorou sí notó su tono desgarbado, por lo que quiso intervenir, cambiando el tema de conversación rápidamente.

Venti, quien pareció desanimarse súbitamente tras aquella pequeña conversación, logró recuperar los ánimos y siguió conversando alegremente con ambos.

— Bueno, ya va siendo hora de que nos vayamos.— Dijo el de orbes azules cuando vio que empezaba a anochecer. Hacía ya un buen rato que habían salido del bosque y caminaban sin rumbo alguno.— Xiao, deja que Venti y yo te acompañemos hasta tu casa. Luego lo dejaré yo en la suya y regresaré a la mía.

Xiao le dedicó una rápida mirada al susodicho. Este asintió en silencio.— Está bien.— Respondió finalmente.

Estando ya en su hogar, Xiao se dio una ducha rápida y subió a la azotea, encontrando a todos sentados alrededor de una mesa, comiendo.

— Mira que ibais a esperarme.— Comentó, fingiendo molestia. Tartaglia rio.

— Tu comida está guardada en el microondas. Creíamos que llegarías más tarde, así que la dejamos ahí para que no se enfriara tan rápido.— El joven se arrepintió de no haber preguntado antes de subir, pues ahora tuvo que regresar a la cocina para agarrar su comida y luego volver a subir.

— ¿Qué tal te ha ido hoy?— Inquirió Ganyu, viendo a su hermano menor tomar asiento justo a su lado.

— Bien. Es agradable salir con Gorou. Siempre me hace hablar.— Comentó.— Y resulta que Venti es su mejor amigo. Así que fue bastante cómodo.

— Vaya coincidencia. Justo después de que lo conocieras por tu cuenta, resulta que era mejor amigo de Gorou.— Dijo Hu Tao. Xiao asintió.

— Sí, lo es. Primero me entero de que conoce a padre y ahora resulta que es el mejor amigo de un amigo mío. Me pregunto qué será lo siguiente.— La de cabello celeste rio suavemente.

— Quién sabe.

— Cierto, Hu Tao, ¿no tenías algo que contarnos?— Preguntó Zhongli de repente. La de cabello castaño sonrió.

— Bueno, pues... Yanfei y yo estamos saliendo.

— Ya iba siendo hora.— Comentó el pelirrojo.— ¿Cómo pasó?

— ¡He, he! Eso es un secreto que quedará entre nosotras dos.— Respondió.

Xiao sonreía mientras veía a ambos discutir. Zhongli intervino en cierto momento buscando poner paz, cosa que consiguió. Tras eso, Ganyu logró sacar otro tema de conversación que abarcó el resto de la cena.

Pasaron juntos el resto de la madrugada allí arriba, mientras hablaban tranquilamente sobre distintos temas. Cuando decidieron bajar, el de mechas verdes se sintió algo molesto, de verdad le gustaba pasar tiempo con ellos así.

— Subamos mañana también.— Sugirió.

— Probablemente lo hagamos.— Respondió Zhongli.— Por cierto, dejad que Ajax y yo nos lavemos los dientes antes. Vosotros tardáis mucho.

— ¿No nos lo podemos lavar todos a la vez?— Se quejó Hu Tao.

— ¿Acaso quieres que hagamos una reunión familiar en el baño?— Xiao soltó una risa.

— Como aquella vez mientras padre se duchaba. Todos estábamos en el baño haciendo lo que necesitábamos.— El de cabello largo soltó un suspiro.

— Un día debemos hablar sobre el exceso de confianza en esta familia.— Los demás rieron.

Entonces, el de ojos ámbar lo pensó.
Venti definitivamente debía conocer mejor a su familia.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top