꒷꩜໋᪶˒꒰❛ extra 5❜𖦹̫ꪳ𝆃
I miss you.
Las discusiones se habían vuelto algo común a lo largo de las semanas. Por algún motivo que ambos desconocían, Xiao había estado algo más irritable que de costumbre.
Tal vez había surgido a raíz de aquel ligero distanciamiento que habían sufrido por culpa de la universidad. Ya no tenían tanto tiempo para estar juntos, y al haber conocido a personas nuevas, habían empezado a pasar incluso menos tiempo del deseado.
— ¿No crees que Venti se ha hecho muy unido a Barbara?— Preguntó Aether, feliz de que su hermano finalmente comenzara a llevarse mejor con personas fuera del grupo.
— La verdad es que sí. Me alegra mucho por él.— Dejó escapar un suspiro.— Aunque lo siento algo alejado de mí.
— Supongo que es normal.— Habló el de trenzas rubia, dándole un sorbo a su zumo.— Nunca te has visto en esta situación. Tus amigos más importantes hemos sido nosotros y nunca nos has llegado a sentir realmente lejos de ti. Pero con Venti es distinto, porque además, es tu novio.— Mencionó.— Es obvio que estás celoso. Aunque no quieras admitirlo, porque sabes que te alegra verlo feliz. Pero en el fondo, te duele sentirte desplazado.
— No me siento desplazado.— Frunció el ceño.
— Entonces, ¿por qué tienes esa expresión?— El rubio quiso reírse de la nueva expresión ajena al darse cuenta.— No te preocupes. Los celos son algo feo, pero a veces son inevitables. Somos humanos, después de todo. Por muy poco que te gusten, algún día aparecerán. Y veo que esta vez ha sido tu turno.— Lo observó de reojo.
— Pues vaya coñazo.— Descargó su mirada llena de molestia en el cielo.— Además, últimamente las cosas no han estado bien, para que ahora vengas y me digas eso.
— Xiao, no todas las relaciones van siempre cuesta arriba. Las discusiones existen, y eso no significa que vais a romper. ¿Cuántas veces habéis peleado antes?— Preguntó.
— No muchas. La verdad es que nunca nos molestamos mucho con el otro.— El de orbes dorados sonrió.
— Eso es verdad. Siempre habéis sido una pareja hermosa, aunque por eso mismo dais asco. A veces parece que no tenéis problemas.— Xiao soltó una carcajada.— Pero ahora estáis pasando un mal momento. Y es algo normal, no te asustes.
— Ya, ya, lo sé. Dudo que vayamos a romper por esto.— Aether asintió.
— Ambos os seguís amando, y tampoco creo que todo esto sea muy grave. Ya sabes cómo es mi hermano.— Habló, haciendo a que su mejor amigo recordara aquello que sucedió en el pasado.— Probablemente se dé cuenta de que te sientes algo fuera de lugar. Entonces intentará hablar.
— Aunque no asegura que vayamos a hacer las paces de inmediato.— Suspiró, haciendo suspirar a su acompañante también.
— A este paso te voy a dar una hostia terapéutica.— Lo amenazó.— Habla luego con él. Ya verás que incluso aunque tengáis una discusión, al final vais a aclarar todo. Me ha pasado lo mismo con Ayaka, y mira, aquí seguimos.— Hizo una corta pausa, durante la cual no pudo evitar reírse.— Y mira a Xingqiu y Chongyun. A veces solo parece que saben discutir, pero siempre arreglan todo.
— Tienes razón.— Xiao observaba el cielo con atención.— Bueno, pues no me queda otra.— Se separó del banco en cuyo respaldo se apoyaba y estiró sus extremidades.— Luego hablaré con él.
— Suerte, suerte. Ya ves cómo os irá bien.— Xiao le dedicó una rápida sonrisa antes de irse de allí.
Al caer la noche, ambos jóvenes se reunieron en la casa de Xiao, que afortunadamente estaría vacía hasta el día siguiente.
— Xiao, verás... Estos días te he estado notando lejos de mí.— Comentó el de trenzas tomando entre sus manos el vaso que su pareja le ofreció. El contrario lo observó algo sorprendido. Aether tenía razón.— Y, no supe qué hacer, así que esperé un poco. No quiero dejarte de lado más tiempo, pero tampoco me quiero alejar de Barbara. ¿No querrías venir con nosotros?— Un suspiro escapó de los labios del de orbes ámbar, quien se sentó frente a su pareja.
— No... No de momento.— El de orbes esmeraldas alzó una ceja.— La verdad es que, puede que me sienta algo celoso de Barbara.
— Pero ella es mi mejor amiga.— Venti frunció el ceño, confundido.
— Ya, lo sé, pero... Desde que estás con ella me he sentido algo fuera de lugar. Y tengo miedo de ir con vosotros y quedar de lado.— Confesó, desviando la mirada.
— Sabes bien que eso no pasaría.
— Tú también debiste saberlo cuando tus hermanos intentaron arrastrarte al grupo.— El de trenzas lo observó expectante.— Es lo mismo, Venti. Simplemente necesito algo de tiempo.
— Yo...— Simplemente no sabía qué decir. ¿Realmente estaba haciendo sentir a su pareja de esa forma?— Lo siento.
— No te disculpes, esto es cosa mía. Pero quería que lo supieras.— Al ponerse en pie caminó hacia Venti y se sentó sobre la encimera, quedando justo al lado de sus manos.— Además, últimamente me he dado cuenta de que ambos pasamos menos tiempo juntos. Y no por Barbara, sino por la universidad. Tú estás ocupado con tus estudios, y yo lo estoy con los míos. Estas últimas semanas nos hemos distanciado y apenas hemos podido vernos. Y para colmo, cuando ha sucedido, hemos acabado discutiendo por estupideces. Además, por mi culpa.— Los ojos de Venti brillaban. Xiao rezaba para que no fuera lo que él estaba pensando.
— Ya, eso... Me he dado cuenta. El poco tiempo extra que podía pasar contigo lo he usado para pasar tiempo con Barbara.— Las lágrimas amenazaban con salir. El de mechas verdes apoyó una mano sobre su rostro, reteniendo sus ganas de besarlo.
— Es algo comprensible. Es completamente normal que quieras pasar tiempo con alguien que conoces desde hace poco tiempo y con quien te llevas muy bien. La culpa es mía por estar celoso de eso.— Acarició su mejilla con su dedo pulgar, sintiendo cómo era humedecido al poco tiempo.— Venga ya, bobo, deja de llorar. Esto no es una ruptura ni nada por el estilo.
— Me daba miedo que lo fuera... A veces estas cosas suceden. La falta de comunicación suele llevar a...
— Lo sé.— Lo interrumpió.— Y lo he llegado a pensar. Pero me parece una decisión muy precipitada, porque aún te amo, y no quiero que las cosas acaben por esto.
— ¿Entonces...?— Preguntó, aún con algo de miedo.
— Solo quiero que nos tomemos un tiempo.— El de trenzas se recostó sobre la pierna de su pareja. Lo imaginaba.— Te prometo que no tardaré en regresar. Simplemente necesito pensar.
— Está bien, está bien.— Suspiró.— Yo esperaré pacientemente.— Xiao se inclinó para besar su cabeza, a modo de disculpa.
— Quédate aquí esta noche.— El de trenzas se separó de él.
— Está bien.— Suspiró. Su rostro estaba rojo por culpa del llanto.— ¿Podrías abrazarme?— El de orbes ámbar sonrió con cariño y extendió sus brazos, sintiendo el peso ajeno al instante.
Xiao se recostó sobre la encimera, sintiendo a su pareja acomodarse sobre él. Tal vez no había tomado la decisión correcta, pero no quería atreverse a algo distinto. Pensó que sería lo mejor para ambos, algunos días (probablemente semanas) separados para pensar algo mejor.
No quería aferrarse a su pareja, pero tampoco quería soltarse. Por eso tomó la decisión de permanecer en un punto intermedio, para luego intentar regresar a la normalidad.
— No olvides que te amo, Venti.— Este dejó escapar una risita, mas el contrario notó que había empezado a llorar otra vez.
— Tú tampoco olvides que te amo.
— Eres un Drama King, solo serán unas semanas. Tampoco ha sido para tanto.— El de mechas celestes se cruzó de brazos como pudo.
— Cállate.
— Vale, me callo.
— No, no te calles.
— ¿Me callo o no?
— ¡Espera, calla!— Xiao rio.— Maldito...— Murmuró.
— Lo siento, lo siento. Es inevitable.— Se disculpó, aún con una sonrisa en su rostro.— Pero en serio, no estés así. Las cosas están bien.
— Ya, lo sé. Solo estaremos algún tiempo separados. Pero igualmente me daba miedo. Creí que tal vez cortaríamos.— Desvío su mirada hacia el techo.
— Ya, yo también lo temí en cierto momento... Pero hubiera sido una estupidez.— Suspiró.— Hey, hagamos algo.
— ¿Hm?
— Regresemos cuando terminemos los exámenes. Mientras tanto, vamos a darnos tiempo para centrarnos en lo que debemos.— Venti pareció pensarlo bien.
— Entonces... En un mes. No me parece bien, pero vale.— Xiao alzó una ceja.
— ¿Por qué no te parece bien?
— Porque necesito apoyo emocional. Besos y abrazos. Sin ti, ¿quién me los puede dar?— Se quejó.
— ¿Tus hermanos? ¿Luther?— Venti sacó su lengua.
— Ni de coña. Aether se pone cariñoso y me babea la cara para joderme. Lumine me abraza y me deja sin aire. Y Luther es tan guarro como esos dos.— Suspiró.— Además, no puedo recibir el cariño preciso que quiero de ellos. Es algo que solo tú puedes darme.
— Pues lo lamento, pero vas a estar sin él un buen tiempo.— Lo tomó por la cintura.— Aunque si quieres, podemos aprovechar esta noche.
Venti suspiró.— Mira que de verdad me extrañabas.
🌸
Mentiría si dijera que incluso así no volvió a sentirse celoso de la cercanía de Venti y Barbara. Sin embargo, trataba de ignorarlo.
Era incorrecto sentirse así. Además, Venti y él se estaban tomando un tiempo. Mientras tanto, él debía empezar a aceptar a Barbara, para evitar más problemas en un futuro.
Los días comenzaron a pasar. Xiao empezó a centrarse cada vez más en sus estudios, llegando a alejarse más y más de sus problemas personales. A veces se detenía a pensar en Venti, quien aún no quería irse de su mente. Aunque, afortunadamente, lo sucedido no estaba siendo un obstáculo para él.
De hecho, ahora no se sentía culpable por enfrascarse tanto en sus estudios. Estar alejado de Venti no le gustaba, pero de esta forma no se preocupaba por el distanciamiento.
En algunas ocasiones aprovecharon para charlar un poco, momentos que aprovecharon para contar qué tal les iba.
Poco antes de los exámenes, ambos se reunieron otra vez para hablar un rato.
— La verdad es que me he dado cuenta de que cada vez me importa menos tu cercanía a Barbara. Y me da a mí que le debo una a los estudios, porque me están quemando el cerebro de una forma que ya siento que todo me da igual.— Confesó Xiao mientras se tumbaba sobre su cama. La cabeza le dolía bastante.
— Estoy igual. Últimamente he estado comprando medicinas para el dolor de cabeza.— Se quejó, tumbándose al lado del de mechas verdes.— Quiero que se acaben los exámenes de una vez.
— Yo también.— Suspiró.— Ya mismo van a empezar... Tengo un miedo horrible.— Venti rio.
— Yo también. Pero confío en que nos irá bien.— Giró su cabeza para observar a Xiao, quien no tardó en hacer lo mismo.— ¿Un...?— Las palabras no se atrevían a salir. La verdad es que el distanciamiento le provocó cierta inseguridad.
— ¿... beso de buena suerte?— Ambos sonrieron cómplices.— Como desees.
Ambos se besaron con cariño. Realmente habían extrañado estar tan cerca del contrario.
— Ah, realmente te extrañaba.— Confesó el de trenzas.— Estaba deseando volver a sentirte cerca.
— Yo estuve tan ocupado que apenas tuve tiempo de pensar en esto. Pero sí, también lo quería.— Venti dejó escapar una risita y se sentó sobre la cama.
— Ya falta menos para que volvamos.
— Y aún así andamos besándonos. Qué feo esto.— El de mechas celestes rio.
— Ya no hay tensión entre nosotros, así que no pasa nada.— Aclaró.— Y estando así, veo que podríamos volver ahora mismo. Pero por joder un poco, permanezcamos así hasta el día prometido.
Xiao suspiró.— Sí, sí. Hasta que acaben los exámenes, nada de regresar. Pero eso no me impide besarte.
— Claro que no. En este preciso instante, puedes tocarme todo lo que tú quieras.— El de orbes ámbar sonrió.
— Lo mismo va para ti.— Lo tomó de la cintura y se acomodó para poder besarlo.
Tras aquella pacífica tarde, ambos se separaron nuevamente. Los días pasaron lentamente, los exámenes comenzaron y ambos se vieron distanciados hasta de sus propios familiares, todo por culpa de la presión.
Cuando los exámenes finalmente terminaron, ambos se reunieron en casa de Venti al caer la noche.
Una vez todo estuvo aclarado, ambos disfrutaron aquellas pacíficas horas que tenían para ellos solos, olvidando por completo lo sucedido a lo largo de aquellas semanas.
Porque, después de todo, ambos seguían amándose.
confieso que quería hacer este extra más tenso, pero me puse soft al final.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top