꒷꩜໋᪶˒꒰❛ extra 2❜𖦹̫ꪳ𝆃

Salto temporal hacia atrás, cuando ambos tienen 26 años.

Extra narrado por Venti.






























Paraguas.

Puede que no fuese bueno evocar todos esos recuerdos. Porque después de todo, siempre he sido una persona excesivamente sensible.

No obstante, simplemente es inevitable no acabar divagando entre mis reminiscencias, buscando por allí y por allá, queriendo regresar momentáneamente a aquel pasado que tanto extraño, intentando sentir aquella calidez que en su momento sentí. Aunque siempre supe que es imposible, pues jamás podré volver a repetir lo vivido.

Nunca nada será igual. Yo jamás podría volver a ser ese alumno de universidad agotado, cuyo cansancio lo había desviado por completo del tema de la clase y ahora observaba embobado a través de aquella oscura ventana, preocupado al ver aquellas gotas descender constante y fuertemente desde aquellas oscuras nubes que cubrían el cielo. No puedo saber qué estaba pensando, ni saber nada más además de que, en aquel momento, lo único que me preocupaba era no haber llevado mi paraguas a la universidad.

Al llegar a la salida, vi a mi novio esperándome bajo su paraguas. No era lo suficientemente grande como para protegernos a ambos, y sin embargo, él se acercó, dispuesto a acogerme. Cuando se acercó me besó con cariño, yo solo pude fijarme en que estaba completamente helado. Con mi mano acaricié su cuello, correspondiendo el beso con dulzura, mientras pensaba, probablemente, en que me había estado esperando con ese clima gélido solo porque sabía que yo no tenía un paraguas que utilizar.

— ¿Qué tal tu día?— Preguntó él, tal y como ya estaba acostumbrado. Yo solté un suspiro.

— Agotador. Lo único que quiero es regresar a casa y hacer el vago.— Confesé con desgano, sintiendo el firme agarre de su brazo alrededor de mi cintura.

Recuerdo haberme puesto nervioso. Tanto, que lo único que hice en ese momento fue dejarme llevar por él.

Aquel día, Xiao acabó junto a mí en mi casa, ambos tumbados sobre la cama de mi habitación. No sé detalladamente qué hicimos, tampoco sé qué sentí. Sin embargo, sé con firmeza que, fuera lo que fuese, yo me sentiría regocijado, y solo por el simple hecho de tener a Xiao a mi lado.

La verdad es que añoraba días así. Y si pudiera, pediría vivirlos por segunda vez.

Sin embargo, el tiempo sigue avanzando lenta y cruelmente. O bueno, el tiempo se puede considerar relativo. Ni rápido ni lento: simplemente va pasando y nosotros vamos con él.

Aunque, después de todo, hay algo que puedo sacarle bueno a todo esto. Y es que, afortunadamente, aún tengo a Xiao a mi lado para traerme más recuerdos nuevos, para hacerme sentir esa calidez de nuevo.

Eso es algo que ahora sé firmemente. Sin embargo, cierto día fue aquel en el que lo confirmé.

Caminaba agotado por los pasillos del instituto, los alumnos de cursos inferiores eran realmente insufribles. Y eso que conmigo se “comportaban”, y aún así salía con dolor de cabeza.

Antes de eso, recuerdo que estuve examinando el exterior desde las ventanas del departamento de mi asignatura; estaba lloviendo a cántaros. También deduje, por el fuerte estruendo proveniente del exterior, que hacía una fuerte ventisca.

Dejé escapar un suspiro; por un día que iba a regresar andando, y ya le había pedido a Xiao que no pasara a recogerme... No podía creerlo. Además, había olvidado mi paraguas.

Salí con pesadez del edificio. Una vez fuera me recibió una fuerte ventisca que sacudió tanto mis prendas como mi cabello.

Quise quejarme, pero enmudecí al ver a mi novio frente a mí. Venía directamente desde su trabajo, pues únicamente llevaba un paraguas con el que se protegía de la lluvia, y aquella sudadera con la que había salido esa misma mañana.

Si hubiera sido más joven, me hubiera lanzado ahí mismo a besarlo. Sabía que sería recibido por sus brazos al instante, así que no temía de hacerlo. No obstante, ya tenía cierta edad, y una reputación que mantener.

Por eso, me limité a abrazarlo con cariño, besando a escondidas su cuello y prometiendo en un susurro que lo besaría en sus labios al regresar a casa.

— Esto me trae recuerdos de cuando aún éramos estudiantes.— Comentó él. Yo suspiré.

— Y pensar que ya han pasado seis años...— Murmuré, sintiendo su mano libre recorrer mi espalda.

— No te pongas nostálgico ahora, anda. Nos queda todo un día por delante.— Habló mientras se separaba de mí, forzándome a caminar hasta que estuvimos fuera de aquella zona que nos protegía de la lluvia.

— Así va a estar difícil caminar.— Comenté. Él rio.

— Y mi hombro está siendo mojado. Pero no importa. Mejor esto a que regreses a las tantas, o acabes todo empapado como aquella vez en bachillerato, que volviste a casa corriendo y hasta te caíste de culo al suelo. Se nota que eres hermano menor de Aether.— Dejé escapar un suspiro, reteniendo la carcajada que amenazó con escapar.

— Pero podrías haberte pasado por casa.— Cambié de tema.

— Así habría tardado más.— Permaneció en silencio durante algunos segundos.— Además, no te rías de mí por esto, pero, realmente quería hacer esto de nuevo. Se siente romántico.— Aquella confesión me hizo reír, aunque en el fondo yo también pensaba lo mismo.

Puede que sonara ridículo, pero con tal de gozar un buen momento junto a él, nada más importaba.

— De verdad te amo.— Murmuré, sintiendo su mano libre apretar mi hombro, deteniendo mi caminar casi al instante para poder besarme. Yo correspondí al instante, sintiendo cierta calidez en mi pecho. Si bien antes había pensado en que era mejor esperar hasta llegar a casa... La verdad es que ya me daba igual. Solo lo quería cerca de mí.

— Yo también te amo, Venti.— Susurró él, plantando un último beso en mi frente.— Por cierto, te noto algo triste. ¿Sucedió algo?— Solté una risita.

— Antes de salir estaba pensando en aquel día en el que fuiste a recogerme a la universidad. Exactamente igual que hoy... Apareciste sin previo aviso y aceptaste acabar algo empapado con tal de que yo no fuera tocado por la lluvia.— Conté mientras comenzaba a caminar nuevamente, sintiendo su mano acariciar mi hombro.— Y de repente, al salir, voy y te encuentro ahí. Igual que aquel día...— Sonreí inconscientemente. Seguir teniendo a Xiao a mi lado era como una bendición.

Porque lo amaba. Y lo seguiría haciendo durante años. Hasta el día de hoy, mis sentimientos por él jamás cambiaron, pues él sigue siendo lo más importante para mí.

Y sé que lo seguirá siendo hasta el final.

— Cuando lleguemos a casa, métete en la ducha si quieres. Yo me haré cargo de la comida.— Asentí en silencio, la verdad es que tenía ganas de darme una buena ducha y comer inmediatamente después, aprovechando el tiempo restante para tumbarme junto a Xiao y no hacer nada durante el resto del día.

— Suena a buena idea. Yo acepto encantado.— Él sonrió.

— Entonces eso haremos. Lo que el rey de la casa desee.— No pude evitarlo y me detuve nuevamente para besarlo, sintiendo su gélida mano sobre mi cuello, buscando profundizar el contacto. Aquello me hizo sonreír en mitad del beso, a la vez que colocaba una mano en su pecho para separarlo de mí.

— Eso cuando regresemos a casa, cielo.

Puede que jamás pudiéramos recuperar todo aquello que vivimos, pero al menos aún seguíamos aquí para crear nuevos recuerdos. Eso era suficiente.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top