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Chongyun sabía que en cuanto fuera a aquella salida tendría que ver a Xingqiu. Y por más que quisiera negarse, simplemente no podía. Aunque en el fondo aún se sentía algo molesto... Ese simple pensamiento le causaba cierto malestar. Porque él realmente anhelaba ver nuevamente a su pareja. Y si era posible, despejarse un poco y perdonarlo.

La verdad es que sentía que habían discutido por una estupidez. Por un tema que ni siquiera debería haber surgido, en primer lugar.

— ¿Realmente se planteó lo de dejarlo un tiempo?— Xinyan había quedado perpleja. Limpió sus manos llenas de pintura con un trapo sucio y encaró a su mejor amigo.— ¿Cómo es eso posible? Si él está perdidamente enamorado de ti.

— Ya, el caso es que no sé qué sucedió, y... Aquella pregunta de repente me molestó. Porque además no parecía querer darle un tiempo, sino que parecía dispuesto a dejarlo. De verdad, no sé a qué vino eso, pero me enfadó tanto que dejé de hablarle.— Dejó escapar un suspiro y se sentó en el suelo. Se escondió entre sus brazos y piernas, como ya estaba acostumbrado, utilizando aquel pequeño escondrijo como un breve descanso de su realidad.— Después de eso lloré como una magdalena. ¿Acaso ya no me ama? ¿Me dijo eso como excusa para dejarme?

— Mira, no sé en qué esté pensando Xing,— tomó asiento a su lado.— pero siento que hay otro motivo tras esa repentina decisión. Tú más que nadie debes ser consciente de ello, y en estos momentos debes dejar de ser tan inseguro. Él jamás se ha visto incómodo contigo, y la última vez que quedábamos estabais tan bien... No habrían pasado ni cuatro días cuando sucedió, ¿en ese lapso de tiempo los sentimientos de una persona pueden simplemente desaparecer?

— Tal vez es algo que lleve acarreando desde hace tiempo... A veces es normal cuestionarse si realmente amas a esa persona.— Comentó el de cabello celeste. Xinyan suspiró y palmeó su espalda reiteradas veces.

— Da igual lo que digas, seguirás pensando igual. Habla esto con él, por favor.— Pidió antes de ponerse en pie y estirarse.— Pasemos a buscar a XiangXiang y vayamos allí.— El de piel pálida se puso en pie.— Probablemente él ya se encuentre allí,— observó a su mejor amigo.— así que ármate de valor.

Chongyun asintió y siguió en silencio a Xinyan, quien hablaba por los codos en un intento de tranquilizar a su mejor amigo. Aunque notaba que sus palabras no provocaban efecto alguno en él. Parecía ensimismado, alejado de la realidad. Como si se hubiera encerrado en su mente y solo pudiera concentrarse en lo que había rondando por ella.

Y aquello que invadía su mente era su pareja.

El viaje a casa de Xiangling y luego al lugar acordado resultó ligero, o al menos para Chongyun, quien se asustó al ver a Xingqiu a la distancia.

— Vamos Chongyun, tú puedes. Seguro que todo va bien.— La de cabello azul tomó a su amigo por los hombros y lo empezó a impulsar hacia delante.

— Y si no va bien, nosotras te apoyaremos.

— Xinyan, no le digas esas cosas al pobre. Que le da un ataque aquí mismo.— Reprochó Xiangling.

— Uh, lo lamento.— Se disculpó algo nerviosa.

Al llegar allí, dejaron atrás el tema de la disputa entre la pareja, decidiendo simplemente saludar y conversar con sus amigos como harían normalmente.

La ligera tensión entre ambos era palpable. Estaban sentados lejos del otro, y de vez en cuando se dedicaban miradas esporádicas que no pasaban desapercibidas para muchos de los presentes, quienes intentaban distraerlos un poco para que se relajaran.

Tras un largo rato, los jóvenes se pusieron de acuerdo para dar un paseo cerca de la costa, donde Yoimiya se encontraba probando algunas bengalas nuevas de seguridad cuestionable junto a Thoma y Ayato.

Llegados allí, el grupo se dispersó ligeramente. Xiao y Venti desaparecieron de la vista del grupo en un abrir y cerrar de ojos; Kazuha y Gorou se acercaron a la orilla, donde pasearon juntos hasta alejarse del grupo; Kokomi y Sara hablaban tranquilamente sentadas en unos escalones cercanos; Aether fue a hablar con Ayaka, quien estaba algo alejada de sus amigos (pues la verdad es que aquel experimento le aterraba) y Lumine, Xinyan y Xiangling se habían unido a aquel extraño experimento organizado por la rubia.

De tal forma, habían dejado a la pareja a solas, alejados de todos. La verdad es que no les quedaba de otra, la idea de participar en los experimentos de Naganohara no resultaba tentadora en absoluto, e interrumpir a los demás resultaría incómodo.

Así que no les quedaba de otra que permanecer solos. O bueno, eso pretendían aparentar, porque en el fondo ambos sabían lo que querían.

— Yu... Chongyun, ¿podemos hablar?— El de cabello celeste suspiró, sin atreverse a mirar al contrario a la cara.

— Si quieres dejarlo, simplemente hazlo ya.— Ni él mismo supo de dónde sacó el valor para decir eso.— No demos más rodeos.

El silencio resultó mortal y eterno. Xingqiu se arrodilló junto a su pareja y apoyó ambas manos en sus piernas.

— Chongyun, por si te asusta, aún te sigo amando. Pero una conversación con mi madre me hizo plantearme muchas cosas... Y pensé que lo mejor para ambos sería dejarlo.— Comentó tristemente.

— ¿Lo mejor para ambos? Eso según tú.— Oh, no. Xingqiu se sintió un completo estúpido.

Chongyun estaba llorando. Y era su culpa.

Sintió su pecho doler. ¿Qué diría ahora? ¿Existían palabras para enmendar su error?

Sí, las había. Era consciente de ello. Pero un miedo que surgió súbitamente lo aterró.

— Yo... Lo único que puedo hacer es disculparme.— Murmuró, desviando su mirada. Ver a su novio llorar era lo peor del mundo. Sin embargo, aún podía escucharlo, lo que no ayudaba en nada.— Fui demasiado precipitado. Perdóname, por favor. No quería hacerte daño.

— ¿Por qué en vez de disculparte no me das explicaciones?— Preguntó el de ojos como el cielo, conectando su mirada con la del contrario. Ante todo, quería la verdad.

— Yo... Bueno.— El de orbes dorados apretó sus labios.— Estuve hablando con mi madre sobre nuestro futuro, y realmente sentí algo de miedo. No sabemos bajo qué circunstancias vamos a vivir, y la verdad es que quería mentalizarme para ello. Por eso quise distanciarme.— Hizo una corta pausa, antes de añadir.— La verdad es que tengo miedo de que las cosas resulten demasiado difíciles, o que algo vaya mal entre nosotros.

— Xing, ¿qué te dije sobre leer novelas románticas?— Dijo entre el llanto, logrando hacer reír suavemente al contrario, quien a esas alturas también estaba llorando.— Esas cosas no tienen por qué pasarnos. Podemos tener un futuro normal, ¿sabes? Vivir juntos, casarnos, formar una familia. Incluso si nuestro hijo es un perro.— Nuevamente rieron. Cuando tenían quince años hablaron de eso una vez.— Las cosas no tienen por qué acabar mal. ¿No crees que es muy inmaduro anticiparse de esta forma? No tiene sentido... Intentar acabar con todo cuando aún... nos amamos.— La voz comenzaba a fallarle.— ¿Acaso simplemente buscabas convertirte en mi primer amor que dolería durante el resto de mi vida?

— Claro que no, bobo...— Acarició su rostro con cariño.— De verdad lo siento.

— No te disculpes más, por favor.— Pidió.— Simplemente prométeme que la próxima vez que pase algo me lo contarás y no harás una estupidez así.

— Sí, tranquilo.— Asintió con su cabeza.

Sintió dos manos frías en su rostro. Ambos se observaron en silencio, transmitiendo las ganas que tenían de besarse con sus miradas cargadas de amor. No obstante, Xingqiu colocó su mano en el pecho contrario para separarlo.

— Estamos en la calle.— Le recordó.

— ¿Y por eso no tengo permitido besar a mi novio? Me parece algo feo.— Se quejó.— Xingqiu, deja de preocuparte por mí. Me da igual besarte aquí.

— Pero somos dos hombres...

— ¿Acaso te preocupa lo que digan de ti?

— En absoluto, ya dije que es por t-

Chongyun besó al contrario, buscando cortar esa tonta discusión que no les llevaría a ningún lado. ¿Qué les importaba, a estas alturas, amarse en un lugar público? A la gente no debería importarle, en primer lugar. Porque ellos no molestaban a nadie, después de todo.

Tras dudar un poco, Xingqiu correspondió a su beso. Finalmente volvía a tenerlo junto a él; se sentía tan bien al haber solucionado todo.

En ese instante no les preocupó ni el pasado ni el futuro, era el simple momento presente en el que estaban atrapados.

— Quedémonos un rato más así, por favor.— Pidió Chongyun mientras abrazaba al contrario.— Es muy cómodo.

— Como quieras, Yunyun.— El de orbes dorados sonrió con suavidad.— Por cierto, cuando lleguemos a casa...

— Sí, sí. Te haré la cena.— El contrario rio.

— Qué bien me conoces.

Ambos permanecieron así durante un buen rato más, hasta que finalmente se cansaron y decidieron hacer algo distinto.

Habían notado algo. Y es que las cosas iban a cambiar de ahora en adelante.

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