꒷꩜໋᪶˒꒰❛ 28❜𖦹̫ꪳ𝆃

Viento 🐶💞
Xiao, ¿podemos quedar este viernes?

Emo maricón
Eeeeh... Sí, creo que puedo.
¿Dónde?

Viento 🐶💞
¿Quieres que estemos un rato en mi casa y luego busquemos algún sitio al que ir?

Emo maricón
Entonces perfecto.

Viento 🐶💞
Por cierto, cuando le escribiste a Benny para que le añadieras a WhatsApp vio tu nombre y le pareció... Curioso.
¿Lo pusiste tú o mis hermanos hicieron algo?

Emo maricón
Espera, ¿qué?
Voy a mirar

Xiao salió del chat y fue a ver el nombre que tenía puesto. Su rostro enrojeció de repente: estaba dentro del grupo de su clase, en el que estaban algunos de sus profesores, con ese maldito nombre.

Supo al instante quiénes habían sido.

Xiao
Dile a tus hermanos que no van a salvarse de mí.

Viento 🐶💞
JAJANWLSNSLQNSLSNSLSNSLSSLSN
Está bien, está bien, se lo diré

Inconscientemente dejó escapar una sonrisa.— Uuh, había olvidado que mi hermano estaba enamorado. ¿Y esa sonrisita? ¿Qué hizo ahora tu amado?— Se burló Hu Tao mientras entraba en su habitación sin pedir permiso y tomaba asiento a su lado.

— Nada en especial.— La castaña cruzó sus piernas.

— ¿Entonces a qué venía esa felicidad?— Su hermano bloqueó su móvil y lo dejó boca abajo sobre su escritorio.

— Por nada que a ti te interese, TaoTao. Por cierto, ¿la cena ya está?— La contraria asintió y se puso en pie.

— Justamente venía a avisarte.

Sin decir nada más, ambos fueron al salón, donde el resto de su familia ya estaba reunida alrededor de la mesa.— Hablando del rey de Roma.— Dijo el pelirrojo al verlo llegar.— Xiao, ¿qué has hecho todo el día en tu habitación?

— Jugar con su Venti.— Se burló su hermana menor, tomando asiento al lado de Ganyu. Ganó una mirada despectiva por parte del de mechas verdes, quien se sentó junto a Zhongli.

— Papá, tengo una pregunta.— Dijo de repente el de ojos ámbar, ignorando todo lo demás.— ¿Por qué siempre me hablabas del “hijo de Jean”? ¿Por qué Venti, y nunca Aether y Lumine?

El hombre suspiró, dejando su vaso sobre la mesa.— Diría que es porque los conocías, pero tú realmente no sabías Jean era su madre. Verás...— Pareció pensar si realmente decir eso. Observó a Ganyu en silencio, quien decidió adelantarse.

— Venti habla muy seguido con padre y conmigo desde que es pequeño. Un día, él nos dijo que había conocido a un chico que le había llamado la atención,— hizo una corta pausa.— y ese chico resultaste ser tú.

— Él quería acercarse a ti, pero le daba miedo.— Suspiró.— Aunque es algo que ya deberá contarte él, pues incluso ahora ya estamos diciendo más de la cuenta.

— ¿Entonces simplemente me hablabas de ese hijo para convencerme de que me hiciera su amigo?— El de coleta asintió.

— Mientras tratábamos de convencerte a ti de que lo conocieras, por otro lado incitábamos a Venti a acercarse a ti.— Continuó la de cabello celeste.— Y bueno, al final lo hizo... Bueno, su perro lo hizo.

— No, de hecho,— el de orbes ámbar enrojeció ligeramente ante aquel recuerdo.— un día se me acercó al instituto con unas flores, preguntándome si quería casarme con él. Luego las lanzó y se fue, diciendo que se había arrepentido.

Tartaglia rio.— Vaya manera de llamar tu atención. ¿Cómo es que no nos habías contado nada?— Su hijo bajó la mirada.

— Me había olvidado.

— Bendito sea ese perro que se folló tu pierna, ¿eh?— El comentario de Hu Tao sacó una carcajada colectiva. Había que admitir que aquel momento aún resultaba extremadamente divertido.

— Fue asqueroso, pero al menos, gracias a eso finalmente conocí a Venti.— Sonreía sin ser consciente de ello mientras examinaba su comida, buscando el siguiente trozo que tomar.— Hablando de eso, este viernes quedamos.

— ¡Así que por eso sonreías!— Exclamó Hu Tao.

— ¡No!

— Eres un mal mentiroso.— Cuando su padre intervenía, Xiao no tenía ninguna forma de defenderse. Dejó escapar un suspiro y desvió la mirada.— ¿Qué haréis?

— De momento, que sepa, estar en su casa.— Respondió bajo una efímera faceta de inocencia que se rompió al instante.— ¡No empecéis, por favor os lo ruego!

— ¿En su casita?— El de mechas verdes juró haber escuchado a Ajax decir “uwu” después de esa frase. Tuvo que contener sus ganas de cometer un homicidio por obvias razones.

— ¿Qué os dije?— Observó al pelirrojo con palpable molestia, pasando luego a su hermana menor, consciente de que también lo miraba de una forma un tanto extraña.

— Vale, vale, perdón.— Dijo la castaña.— Cierto, ¿puedo tocarte una teta?

— No, ¿qué dices?— Hizo una mueca de asco. Su hermana se encogió de hombros.

— Tengo ganas de tocar unas, pero me da vergüenza decirle a Yanfei. De momento me conformo con alguna de las vuestras.— Observó a Zhongli.— ¿Papá...?— Este cerró sus ojos.

— Hu Tao, no.— Respondió.

— Es verdad, esas son mías,— todos miraron a Tartaglia.— díselo a Yanfei, y sin vergüenza.

— ¿Cómo que “son tuyas”?— Saltó Xiao, retándolo con la mirada.

— Pues que son mías.— Se cruzó de brazos.

— Y no hace falta que digáis nada más.— Los interrumpió Ganyu con algo de nerviosismo.— Podemos hablar de otra cosa, ¿sabéis?

— Hey, durmamos hoy en el salón.— Sugirió Hu Tao, cambiando rápidamente el tema de conversación.

— Cierto, podríamos hacerlo. Dormir solo es triste.— Comentó el de mechas verdes.

— Ya, durmamos abrazados, mientras pretendes que mis hermosos brazos son los de Venti.— Bromeó su hermana menor mientras lo abrazaba por el cuello y se acercaba a su oído.— ¿Qué me dices?

— Eres asquerosa.— Frunció el ceño.

— Era coña.— Le sacó la lengua y se separó de él.

— Bueno, eso, durmamos hoy en el salón.— Habló Ganyu, evitando así que quedaran en silencio.

— Supongo que tendremos que mover todo Ajax y yo.— Comentó el de coleta.

— ¡Exacto! Ganyu no tiene mucha fuerza, yo tampoco, y Xiao es un enano de mierda. Antes de poder mover el colchón, el colchón lo devora.— Hu Tao recibió un golpe de su hermabo molesto.

— ¡Oye! ¡No soy tan bajito!— Se quejó.

— Es cierto, está orgulloso porque es dos centímetros más grande que Venti.— Y ahí volvía la maldita de su hermana a burlarse de él.

— Ganyu, vuelve a dormir en el centro, por favor. No quiero a esa cosa a mi lado.

— Mejor, yo tampoco te quería a mi lado.

— Bueno, vamos a calmarnos.— Intervino Tartaglia.— Ya veremos cuando vayamos a dormir.

— Claro, pero igualmente ya está decidido.— Xiao se cruzó de brazos.

— Seguro.— Hu Tao y él intercambiaron miradas, para luego desviarlas con fingida molestia.

El resto de la noche fue igual: todo entre risas y animadas conversaciones, acabando con todos tumbados en sus colchones echados en el suelo (Xiao y Tartaglia en cada esquina, Xiao con Ganyu al lado y Tartaglia con Zhongli, quedando Hu Tao justamente en el centro) y ellos tratando de dormir, pero entreteniéndose constantemente hablando con los otros.

— A dormir, panda de homosexuales.— Dijo de repente Tartaglia, golpeando su colchón un par de veces.— Que mañana hay que hacer cosas.

— Aún tengo ganas de hablar.— Se quejó Hu Tao.— Sigamos hablando hasta quedar dormidos.

— Bueno, por mí está bien.— Cedió al instante el pelirrojo. Zhongli soltó una risita.

— ¡Bien!

Entonces, tal y como acababan de decidir, todos siguieron hablando hasta finalmente quedar dormidos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top