꒷꩜໋᪶˒꒰❛ 23❜𖦹̫ꪳ𝆃

La sirena que anunciaba el comienzo de su descanso inundó el ambiente, deteniendo las clases abruptamente. Venti se puso en pie y con palpable nerviosismo hizo el amago de acercarse a su mejor amigo, mas algo lo detuvo.

— Venti, lo que te dije ayer. Háblalo con él.— Le regañó Bennett, palmeando su espalda para transmitirle su apoyo.— Saldrá bien.

— Que lo diga el rey de la mala suerte no me tranquiliza tanto.— Comentó el de trenzas.

— Al menos el rey de la mala suerte está saliendo con la persona que ama y tú estás aquí, teniendo miedo de acercarte a Xiao para aclarar las cosas.— Le recordó, dándole un pequeño empujón.— Anda, ve ahí a hablar con él. No va a comerte.

— Ojalá sí.— Murmuró.

— Adolescente hormonal de mierda.— Murmuró el rubio cenizo con una mueca de asco.

— Te he escuchado.— Informó el de mechas celestes.

— Me da igual. Decía la verdad.

El de orbes ámbar observó en silencio a su mejor amigo, quien se acercó y le hizo un gesto con su mano a modo de saludo.— ¿Vamos bajando?— Preguntó. Él simplemente asintió en silencio y lo siguió.

Era incómodo. Dos corazones inexpertos estaban inquietos, tan nerviosos que habían terminado bloqueando por completo ambas mentes. No sabían qué decir, ni siquiera eran capaces de mirarse a la cara.

El menor caminaba en silencio por delante de Xiao, quien simplemente lo escrutaba con su mirada.

— Por cierto...— Venti se atrevió a hablar, mientras ambos bajaban las escaleras.— Lamento haber pasado todos estos días tan unido a Benny. No era mi intención dejarte de lado.

— No te preocupes, no es nada.— Mentiras.— Comprendo que quisieras pasar más tiempo con él.

El de orbes esmeralda se detuvo en mitad de las escaleras y se dio la vuelta para encarar a Xiao.

— Venti, no es buena idea quedarnos aquí, obstruiremos el paso del resto de personas...— Murmuró el de mechas verdes con nerviosismo, pensando también en que si pasaban mucho tiempo los profesores los pillarían, y la verdad es que era lo que menos quería.

— No, solo será un momento. El patio es muy ruidoso ahora mismo.— Se negó a irse.— Además, las escaleras son amplias: pueden pasar por cualquier sitio.— El de mechas verdes suspiró.

— ¿Y los profesores qué? Nos pueden pillar.

— No hace ni tres minutos que empezó el descanso, aún hay gente bajando. No pasa nada por que nos vean aquí.— Se cruzó de brazos.— Ahora, dime, ¿qué pasa realmente?

El rostro de Xiao podía considerarse un poema. En un solo instante había desviado la mirada con nerviosismo, tratando de ocultar un incipiente sonrojo que amenazaba con delatarlo.— No es nada... Simplemente no me siento del todo cómodo en compañía de ese chaval. No sé quién es.

— Ya te dije, él es Bennett.— Venti frunció el ceño, ahora su rostro también se había coloreado ligeramente de rojo.

— No sé nada más además de eso.— Lo encaró, frunciendo el ceño también.— Simplemente no quería acercarme porque no quería incomodar a ninguno.

— No lo hubieras hecho.

— Sí, porque probablemente hubieras intentado buscar una conversación en la que participáramos los tres pero al no conocernos el ambiente se hubiera vuelto algo pesado.— Esta vez fue su turno de cruzarse de brazos. Venti suspiró.

— ¿Seguro que es eso? ¿O es que acaso estás celoso?— La pregunta había salido inconscientemente al recordar las palabras de Bennett. Se arrepintió al instante, sintiendo el color subir a su rostro.

Observó con miedo a su mejor amigo. Parecía perplejo.

— ¡N-No quise insinuar nada extraño! Simplemente... A veces es normal estar celoso de las amistades de tus amigos, supongo...— Trató de encubrir su error, con cierto nerviosismo, desviando su mirada para no ver al otro. La había cagado.

— Lo admito... Sí estoy algo celoso.— Confesó mientras empezaba a bajar las escaleras, dejando a su mejor amigo atrás.— Por eso no me acerqué. Me molestaría veros hablar mientras yo estoy ahí estorbando.

El de mechas celestes hizo una mueca. Después de todo lo que había pasado, lo que menos quería es que alguien se sintiera así. Y lo había conseguido.

— No te preocupes, de todas formas. Son solo cosas mías. Además, yo tengo a mis amigos... No puedo señalarte por querer divertirte con él.— Le dedicó una suave sonrisa desde abajo. Venti lo observó antes de bajar rápidamente para alcanzarlo.— Y ni se te ocurra disculparte.

— ¡No, yo no...!

— Sé que ibas a hacerlo.— El de trenzas arrugó la nariz.— ¿Llevo razón?

— Sí, iba a disculparme.— Admitió. Xiao alzó su mano y la posó sobre su cabeza.

— Tienes que quitarte esa mala costumbre de disculparte por todo.— Le reprendió ligeramente, retirando su mano de la cabeza contraria. Caminaron un poco más hasta salir al patio, donde todos ya se habían reunido con sus amistades y charlaban con emoción.— Por cierto, ¿de qué conoces a Bennett? Nunca antes te había visto con él.

— Ah, es que él vive algo lejos, así que asistía a otro instituto. Sin embargo, como allí no había bachillerato de artes tuvo que venir a este.— Contó.

— ¿Y viene todos los días desde lejos?— Venti negó, esbozando una sonrisa.

— En absoluto. Suele quedarse en casa de un amigo mío durante varios días y los fines de semana regresa a su hogar.— Hizo una corta pausa.— Aunque algunos días no puede quedarse allí y tiene que aguantar el viaje hasta el instituto.

— Qué coñazo.— Comentó.— Entonces, ¿lo conoces por tu amigo?— Quiso saber. No quería parecer insistente o un entrometido, pero de verdad quería aclarar el tipo de relación que tenía con él. Podía sonar muy estúpido, pero realmente se sentía algo celoso, porque Bennett parecía tan buena persona...

— No, más bien... Conozco a Razor por Bennett, pues Benny es mi primo.— Empezó a contar, tomando asiento en el suelo. Palmeó el lugar a su lado, indicándole a Xiao que se sentara junto a él. Su mejor amigo aceptó a regañadientes y empezó a comer.— Aunque apenas podíamos vernos, así que hablábamos por WhatsApp.

— Entonces, ¿vuestra relación siempre fue a distancia?— El de orbes esmeralda asintió.

— Exacto. Nos veíamos muy poco, y siempre que venía aquí se alojaba en el hogar de Razor.— Aclaró.— Obviamente, quedábamos varios días, pero no quería aceptar mucho, ellos apenas podían verse, y bueno... Comprendo que quisieran su privacidad.

— Espera, ¿Razor y tu primo están saliendo?— Por lo dicho anteriormente era obvio que tenían una relación algo distante de la amistad.

— Ahí le has dado. Ahora probablemente estén besándose en algún lugar.— Comentó algo avergonzado.— ¡Pero bueno! La cosa es, eso. Últimamente aproveché que está aquí para acercarme más a él, pero no quería que quedaras de lado. Lo siento.

— Ya te dije que no te disculparas.— Suspiró su mejor amigo. Si era sincero, se sentía más aliviado ahora que sabía que era su primo.— Y, bueno... Si quieres, podría hacer un esfuerzo por ti.— Los ojos de Venti parecieron brillar de emoción.

— ¿De verdad?— Xiao desvió la mirada y asintió.

— De verdad. Ahora que sé eso, me sentiría mal alejarte más de él por mis horribles capacidades sociales.— El de mechas celestes lo abrazó sin pensarlo antes.

— ¡Bien! Entonces, intentaré que sea lo menos incómodo posible.— El de mechas verdes asintió en silencio y alzó la mirada, disfrutando la calidez de los brazos ajenos. A la distancia vio a sus amigos reunidos en el sitio de siempre. Se sintió algo raro no ver a Aether ni a Lumine, pero ya era algo a lo que debía acostumbrarse, igual que Xiangling tendría que acostumbrarse a estar sola en su último año allí.

— Vayamos ya con ellos.— Pidió.

— Sí, cierto.— Venti se puso en pie y sacudió su ropa. Miró a Xiao caminar, con una suave sonrisa en su rostro, antes de ir él también.

Poco a poco, su confianza iba en aumento. Y eso le hacía preguntarse algo. ¿Cuándo sería el momento correcto para contarle todo lo que pasó para que pudieran conocerse?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top