Los ojos del castaño estaban clavados en la pantalla mientras apretaba sus labios, se mantenía concentrado de cualquier ataque de parte del rizado. Aun así, no vio venir el disparo en la cabeza que recibió por el rubio.

-¡Ey! ¡Traidor! ¡Eres un traidor! -Repetía golpeando al mayor de los tres, Tristan reía y se trataba de cubrir de los puños del menor con un almohadón.

-Tris está de mi lado, aceptalo. -Brad alejó las manos del castaño a la vez que abrazaba al rubio, haciendo como una barrera entre ambos chicos.

Tristan asintió y apoyó su cabeza en el hombro del rizado, suspirando al oír las quejas de Ball.

Connor se calló al notar a sus amigos respirar despacio, se habían dormido. Sonrió y se levantó con lentitud mirando a los chicos sobre el sillón.

Ahora que se habían reconciliado, todo volvía a lo normal. No sabía porque razón discutieron, pero cuando volvió de la casa de James, aquella vez que los había encerrado, estaban abrazados mientras reían y hablaban como si nada hubiera pasado.

Tampoco le importaba saber el por qué, si ellos estaban bien, él también lo estaba.

Revisó su teléfono cuando este vibró en su bolsillo, era Nate invitándolo a tomar algo. Le respondió un simple, Claro paso por ti en 5 minutos.

Escribió una nota rápida para la pareja en la sala y la dejó pegada en la puerta, tomó su chaqueta y salió afuera para encontrarse con un cactus.