11
Terminó de acomodar la gorra sobre su cabeza cuando el timbre sonó, escuchó los pasos de Brad acercarse a la puerta mientras tarareaba.
El castaño sonrió al notar que por un momento el de rulos estaba feliz, luego de la discusión con Tristan no salía de su habitación mas que para limpiar. Y el rubio, se levantaba temprano para ir al trabajo y justo cuando ellos se iban a dormir, ambos podían oír la cerradura abrirse. En la mañana, dejaba parte del dinero en la mesa con una nota, solo dirigida para el menor.
-¡Ya vino James! -El grito del ruloso sacó a Connor de su transe, corrió a la entrada donde estaban ambos chicos, pero algo resaltaba entre los dos.
-Hola. -Abrazó al mayor y miró el objeto en sus manos, antes de que pudiera preguntar el mayor se adelanto.
-¿Por qué será que siempre que vengo encuentro flores en tu puerta? -El de rulos rió mientras subía las escaleras, Connor observaba al rubio con una sonrisa tímida.
-Creeme, ni yo lo sé. -Murmuro a la vez que agarraba el ramo de las manos del rubio. -Son unas dalias rojas y blancas.
-Son mis favoritas.-Declaró el rubio mientras se dirigían hacia la entrevista de trabajo del menor.
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