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Llegar al campamento había sido un martirio, al menos para el mayor de todos. Quién estaba a cargo de liderar el escuadrón y dispersar a cualquier intruso que quisiera capturar a los niños que yacían en el campamento.

Era difícil, las provisiones que tenían se hacían cada vez menos, las tierras que empezaban a plantar iban de forma lenta, los adolescentes que habitaban el sector ayudaban en lo que podían, pero eso solo hacía un cuarto del trabajo. Si dividía a los mayores tendría problemas cuidando la zona.

No era una opción. Simplemente no lo haría. Pero necesitaba más ayuda para proteger, de eso estaba seguro. Por lo que el rescate de los niños en las instalaciones era la prioridad. Sabía del potencial que cada una tenía, añadiendo que dentro de las instalaciones ellos no eran libres.

Subió la cabeza mirando al cielo, preguntándose en qué momento había empezado con esta idea de ayudar a los que no podían defenderse. Tocó su bufanda casi por inercia al mencionar el tema en sus pensamientos, largando una sonrisa cálida debido al recuerdo de su amante. 

Lo había hecho por él, la primera persona que le enseñó su habilidad. 

Arthur siempre viviría en sus memorias, sea en el viaje que emprendió o no. Mantenía fe de que él encontraría un lugar seguro para todos y vendría. 

Largo un suspiro, antes de bajar de la torre de vigilancia. Necesitaba hablar con Dazai. Ese niño siempre tenía algo que aportar debido a su mente maquinadora, aunque no supiera valorar su vida. 

A veces se pregunta si Dazai seguiría con vida si no lo hubiera encontrado en las circunstancias que lo encontró. O si Rimbaud estaría de acuerdo con su elección. 

Suspiro cansado, antes de darse vuelta y encontrar a Dazai bajando de las rocas que daban al sector donde él se encontraba, cargando un pequeño cuaderno en sus manos. 

En realidad, Dazai había estado esperando entre los arbustos bastante tiempo, hasta que viera la señal que necesitaba para ir directo a hablar sobre el tema que le preocupaba, era una urgencia. No es como si dejarlo para mañana no los mandaría a volar.

—Sé que quieres que explique lo que hice, pero eso no es importante ahora —la mirada del castaño mostraba su preocupación, ahora entregando el cuaderno al mayor—, esos son los días que nos quedan para que esté lugar sea destruido. Sin él, las cosas no mejorarían. 

—¿Por qué estás tan seguro? 

«Porqué si la leyenda es cierta, entonces tendremos para vivir tranquilos, según mis deducciones,» pensó Dazai, pero no iba a decirle al que se encargaba de la seguridad de todos que creía en una leyenda para salvarles. Eso sería como decirle al otro que se volvió loco.

Así que busco otro punto que sonara más lógico.

—Él tiene la habilidad de gravedad. Disolver masas no será tan complicado y él seguro amaría proteger a los niños de aquí. 

—Hablas como si lo conocieras. 

Dazai se paralizó en su lugar, buscando entre la mirada penetrante del otro alguna señal de que estuviera bromeando, no pudo evitar retirar un paso hacía atrás. 

Sin embargo no tuvo que esperar mucho para que el otro soltara una una risa sincera, los ojos que lo juzgaban ahora se suavizaron un poco, acompañado de un cambio de postura del otro, Verlaine ahora tenía los brazos detrás de su espalda, mientras contemplaba el vasto bosque que se había dedicado a proteger hasta hace unos pocos meses. 

—Confío en ti, Dazai —dijo con una voz calmada sin dejar hueco para dudas en sus palabras—, por eso mismo, sé que harás lo mejor para este campamento. Lo que tengas en mente, te ayudaré a hacerlo, mientras me cuentes la verdad. Hablo en serio, Osamu. 

«Así que confiar ¿Eh?», pensó el castaño, regalando una mirada al papel dónde había anotado sus puntos importantes, era la primera vez que alguien le decía esas palabras. 

Un sentimiento de culpa pasó por la espina de Dazai, pero él seguiría adelante. Ambos se observaron por un momento, antes de que el menor de ellos hablará rompiendo el silencio, sabía que su plan era arriesgado, pero no había otra forma de obtener la ayuda del pelirrojo sin bajas, incluso si eso involucra que su propia seguridad sufriría consecuencias. 

Valía la pena intentarlo, o al menos eso se había repetido mentalmente durante los largos minutos que llevaba caminando entre el bosque y un bolso que empaco con alguna de sus cosas. Disuadio las miradas de los demás sobre él como pudo hasta llegar al borde de la frontera que él mismo se había ocupado de establecer la primera vez que habían llegado a este sector, inhalo profundo una vez más, antes de posicionar su primer pie en el otro lado, y así como si fuera magia, recibió un dardo en su cuello. 

«Mierda, esto duele», dijo antes de caer rendido en el suelo.

Los francotiradores no perdieron ningún segundo más para llamar a las tropas por el usuario de habilidad que ahora habían encontrado como un regalo.

.

.

Dazai no tenía cómo describir la escena ante sus ojos, se sentía en medio de la nada entre sus pensamientos, una sala blanca lo rodeaba sin dar rastros de alguna señal de vida cercana, no se podían ver líneas que fijarán la entrada o salida de aquel lugar, ni siquiera una ventana era visible. 

Antes de que pudiera indagar entre los perímetros que lo rodeaban, una voz hizo eco dentro de aquella habitación, bien, ahora sabía que esta sala tenía una forma de escape por el eco. Suspiro antes de dejarse caer en el suelo, tratando de enfocarse en la voz de la persona que le hablaba. 

''Bienvenido, sujeto 5851. Siéntete libre de explorar tu nueva habitación ¿Le gustaría ver un pequeño tutorial? Si la respuesta es Sí, presiona el botón negro en tu mano derecha, si la respuesta es no, usa el botón de la izquierda''.

El castaño buscó con toda su concentración de dónde provenía la voz, más al parecer desde el otro lado había interpretado su silencio de otra forma. 

''En caso de no saber la orientación de sus manos, le recomendamos que revise una vez más sus muñecas, se ha enviado un paquete para que pueda tener noción de lo que le pedimos…En caso de ser daltónico, lo llevaremos con la doctora Yosano.''

¿Acaso ahora pensaban que él era imbécil? Bueno no esperaba nada de las IAs que manejaban este lugar de todas formas. 

Dazai presionó el mencionado botón de la derecha. Al hacerlo, una ventana transparente se posicionó enfrente de él, ahora podía ver a su persona y sus expresiones faciales en tiempo real, al lado del espacio dónde se podía ver, aparecieron más datos médicos que por un momento le sorprendieron. Al parecer le habían extraído sangre mientras dormía.

Su peso; tipo de sangre; altura; nivel de glucosa; edad calculada; y algunas alergias se encontraban ahí, pero lo que más le llamó la atención fue los signos de preguntas al lado de datos como su habilidad, agilidad, coeficiente intelectual, comportamiento, entre pequeñas cosas relacionadas a su habilidad.

Antes de que pudiera seguir leyendo, un pequeño mensaje llegó como ventana emergente en su perfil, pidiéndole que aceptara el tutorial una vez más. Al hacerlo de nuevo, sintió como una descarga eléctrica pasó por su cuerpo.

''El usuario 5851, ha aceptado ser parte del convenio Illness de forma exitosa.''

Sintió como algo similar al tamaño de una corona ahora estaba sobre su cabeza, la cuál era negra, de forma inmediata al tocarla ahora la forma de una corona se formaba en el espacio que antes era solo blanco. 

''Has desbloqueado la función pensamiento'' ''La banda que llevas proyecta tus pensamientos y los materializa. Está es una función solo disponible en tu espacio, siéntete libre de decorar la habitación.'' ''Tutorial terminado''.

Bien, si iba a tener la oportunidad de decorar esto a su gusto, al menos le daría una oportunidad a ser un poco más llevadera su estadía mientras se quedaba aquí. De inmediato se encontró usando sus manos tratando de guiar sus pensamientos a ciertos lugares de la habitación y formar de alguna manera los ''límites'' que quería en ella. 

De esta forma tendría consciencia de su espacio. Trazó un cuarto como él que tenía antes de encontrarse con Verlaine, no de un tamaño inmenso, pero tampoco se podría decir pequeño, las paredes eran de color café claro del tipo beige, posters de estrellas de música alternativa se encontraban en ella, los muebles tenían fotos de sus lugares favoritos en la ciudad que veía. Acomodo un mesón guiado de más estanterías para colocar pertenencias que recordaba tener. 

No pasó desapercibido él como tuvo que forzarse demasiado para encontrar los detalles en su mente, como si hubiera tenido que engraparlos a la fuerza debido a que se estaban alejando de él sin su permiso o sin siquiera saberlo, el pensamiento le asustó, pero no dejo que se metiera en su cabeza el tiempo suficiente como para arruinar el lugar que estaba creando. 

Sintió como sangre escurría de repente en su nariz al dejarse caer al suelo, ajustando los títulos de libros que recordaba estar en su estantería. 

Antes de sentir su consciencia rozar el límite, pudo escuchar como una alarma sonaba ahora por su habitación junto a unas vibraciones en sus muñecas, tal vez la puerta que ahora podía ver en frente de él siendo abierta era una ilusión y el chico de hebras albinas que se le acercaba era parte de ello. 

De todas formas no pudo hacer mucho más que observar, mientras más personas entraban a la habitación siguiendo órdenes del chico de hebras albinas, la silueta de aquella persona demostraba confianza en sus palabras, así que pensó que al menos no moriría por haberse aferrado a sus memorias más de lo normal en la instalación que más odiaba, la responsable de quitarle lo que significaba vivir para él. 

—No lo rodeen, aún es demasiado temprano para hacerle exámenes —una voz madura hablo con cuidado—. Atsushi, asegúrate de que todos se vayan del área, necesito hablar a solas con mi paciente. 

Multitud de pasos se escucharon cada vez más distantes, dejando ahora solo el sonido seco de la puerta siendo cerrada. De un momento a otro todas las alarmas en el cuerpo de Osamu se pusieron alerta al sentir agua fría pasar por su cuerpo. 

—¿Vas a seguir fingiendo que estás dormido? Porque la verdad mi paciencia ya se me acabó —Dazai se sentó de golpe al sentir algo peligroso demasiado cerca de él, tenía sus propias respecto a cómo terminar su vida, pero ninguna involucra hacerlo de forma dolorosa, y el desfibrilador que tenía la doctora en mano gritaba DOLOR—. Oh, pensaba que estabas interesado en terapia de electroshock, una pena. 

La doctora le regaló una sonrisa ancha, antes de encender su linterna y comprobar la vista junto a reflejos en el menor, escribió diferentes cosas en su papel mientras tomaba la presión, finalizando sacando un paquete que estaba debajo de la camilla.

—Cambiate a penas acabe —la doctora lo observó de pies a cabeza con los ojos entrecerrados como si buscara algún tipo de indicio de sospecha en su ser—. Así que, eres parte del equipo de Verlaine ¿Verdad? Tu habilidad no está por ningún lado, las instalaciones son cuidadosos con quién traen aquí, verás —la doctora de repente hizo un silbido, el cual de alguna forma hizo que las luces se movieran un poco, antes de que el mismo chico que lo trajo aquí entrará por la puerta de forma agitada—. Alguna vez también soñé con libertad, le debo un favor a ese hombre, así que sientete bienvenido a mi oficina, Dazai.

Dazai quería decir algo, pero aún sentía problemas para controlar bien su consciencia, se preguntaba de forma seria el que tipo de ejercicios mentales usaban los usuarios de habilidad en esta instalación como para mantener su cordura y manejar crear su propio espacio, además de modificarlo por la libertad que le ofrecían. 

Lo único que pudo hacer fue asentir mientras mordía su lengua con el sentimiento de sentirse acorralado sin estarlo. No tenía idea de sus intenciones, así que debería estar tranquilo por ahora, mientras piensen que él solo fue un niño que huyó del campamento de forma voluntaria y tonta. 

—Ehm —el chico albino intentó toser para llamar la atención del contrario y de la doctora— ¿Podemos empezar el recorrido? 

Dazai nunca pensó que las instalaciones serían como ahora ven sus ojos, tal vez nunca le dio la imaginación pensar en todo lo que ahora era presente, Atsushi le hablaba de las estaciones como un guía experto mientras que todo lo demás simplemente parecía fuera de lugar, las personas congelando cantidades grandes de agua en el centro, algunos dándole forma con habilidades de fuego, centros con ventanas donde las personas parecían flotar hasta que un timbre sonaba y todas caían con elegancia al suelo. 

Todo alrededor parecía tener un propósito, las cafeterías estaban distribuidas de forma aleatoria y las zonas eran asignadas dependiendo de qué tan avanzado hayas estado en desarrollar tu habilidad. 

Dazai se empezó a cuestionar para sí mismo sus creencias, el cómo evitaba su grupo entrar aquí o si habían mejores motivos de porqué su forma de vida de repente fue arrebatada de un segundo a otro. No entendía, y entre que se rendía entre sus pensamientos, encontró la respuesta al ver a uno de los usuarios de habilidad pelear contra los guardias. 

La melena rojiza acentuaba los ojos claros que llevaba el portador, el estilo de pelea con el que peleaba se basaba en patadas en algún tipo de patrón sin quitar las manos de sus bolsillos, la curiosidad de repente invadió al castaño al pensar en solo una cosa: ¿Por qué no usa su habilidad? 

Atsushi al sentir que estaba hablando con una pared, se dirigió su mirada hacia donde el más alto fijaba su vista, a lo lejos encontró la persona que más resaltaba, no pudo evitar sonreír al saber de quién se trataba. 

—¿Te gustaría hablar con Chuuya-san? —Dazai se dio la vuelta para ver directo a su guía, tratando de guardar el nombre en su memoria de la persona que estaba buscando. 

Pudo ver como el chico estaba siendo sincero con su pregunta, como si de alguna manera le agradara lo que había dicho junto a una sonrisa, Dazai había notado como su guía cambiaba su personalidad cuando estaba ayudando a los enfermeros difiere de la poca seguridad que tiene al interactuar con otro tipo de personas, sin embargo ahora por fin el menor podía mirarlo a los ojos sin rehuir a su mirada, ya sea por eso o porqué sintió que podía confiar en el extraño, término respondiendo. 

—Me encantaría —le tendió la mano al albino cosa que el otro recibió saludandolo—, eres Atsushi ¿Verdad? Yo soy Dazai, Osamu Dazai. 

Atsushi asintió de forma rápida, como si no esperara que el otro fuera a hablar durante el recorrido. —Bienvenido, Dazai-san —dijo ahora desviando la mirada a sus manos, el mayor no pudo evitar una risa contenida al sentir lo rápido que la confianza del otro podía cambiar—. Antes de ver a Chuuya-san, tendremos que hablar con Akutagawa…El me odia, pero podemos intentar preguntarle su ubicación para comer juntos. 

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