Capítulo 14
Jazmín Anderson
Siento algo moverse a mi lado y abro los ojos, es Julián, está dormido a mi lado.
¿Qué hora es?
Miro el despertador en su mesa de noche y son las 7:30 P.M. es tardísimo, yo salí esta mañama de mi casa. Miro a Julián y se ve mucho más guapo cuando está dormido, sus facciones están más relajas. Acaricio su mejilla y beso sus labios.
Abre los ojos y se sienta de inmediato.
—¿Te sientes bien? —sonrío.
—Sí, gracias por cuidarme —me atrae hacia su cuerpo.
—¿Cómo no hacerlo? Eres mi novia, siempre te voy a cuidar —besa mi cabeza y lo abrazo.
—Tengo que ir a mi casa —asiente.
—Vamos, te llevo.
Nos ponemos en pie, ambos nos ponemos los zapatos y salimos de la habitación agarrados de la mano. Nos topamos con la hija de Azucena y nos sonríe de forma forzada.
—¿Ustedes fueron algo? —le pregunto a Julián mientras bajamos.
—Éramos amigos de niños, pero dejó de hablarme, desconozco la razón.
—Entiendo.
—¿Por qué lo preguntas?
—Cambió de actitud conmigo cuando supo que era tu novia, le gustas —deja de caminar.
—¿Cómo puedes saberlo?
—También soy mujer —le guiño un ojo.
—Ok... Me gustaba mucho pasar tiempo con ella, la consideraba mi mejor y única amiga —sonrío.
—Me gustaría conocerla más a fondo, se ve buena chica —asiente.
—Lo es.
Bajamos las escaleras y el señor Clifford está sentado con el portátil en las piernas. Al vernos lo cierra y se pone en pie.
—Jazmín, ¿cómo sigues?
—Mucho mejor señ... Alexander —sonrío.
—La voy a llevar a su casa, no tardo —le dice a su papá.
—Conduce con cuidado —asiente.
Los miro y me siento bien conmigo misma, me siento bien por ellos, los hice reconciliarse o al menos cambiar su actitud.
—Me gustaría conocer a mis consuegros, están cordialmente invitados a cenar mañana.
—Les haré llegar la invitación. Muchas gracias, Alexander, fue un gusto conocerlo —toma mi mano.
—El gusto fue mío, Jazmín —le doy una última mirada y salimos de su casa.
* * *
Llegamos a mi casa y salimos del auto. Lo tomo de la mano y entramos.
—¿Se puede saber qué horas son estas de llegar? —pregunta mi padre cruzado de brazos.
—Lo siento, el tiempo se fue volando —entrecierra sus ojos.
—Tu madre me dijo que se fueron desde esta mañana —mamá asiente.
—¿Cómo te fue en el doctor? —pregunta mamá.
Miro a Julián y suspiro.
—Bien, toda va bien, el tratamiento sigue su curso —siento la mirada de Julián sobre mí.
Mis padres suspiran de alivio.
No les podía decir que todo va mal. Sus rostros aliviados me reconfortan.
—Eso me da mucho gusto, hermana —me sonríe Sam.
—Tengo otra cosa para decirles —me miran atentos —. Julián es mi novio —papá lo mira de inmediato.
—¡Felicidades! —grita Sam eufórica y nos abraza.
—Gracias, Sam —responde Julián.
—Así que eres novio de mi hija, si esa es su decisión, está bien. Te estaré vigilando, muchacho —le advierte papá.
Julián asiente despacio.
Mi mamá le da un abrazo.
—Se nota que eres buen chico, mi hija está en buenas manos —sonrío.
—Muchas gracias, Arely —ella sonríe —. Hay otro comunicado, mi papá los invita a comer mañana, esperamos que puedan asistir —se miran entre ellos.
—Claro que sí, iremos —todos miramos a Sam —. ¿Qué? Esa iba a ser la respuesta, pero ellos son muy dramáticos. Iban a tener una mini conversación con los ojos, pero esa sería la conclusión, yo me les adelanté —sonríe y mamá le da un leve pellizco en el brazo.
Ella hace una mueca, Julián las mira divertido.
—Mañana nos tendrán en su casa —asiente Julián.
—Está bien, los esperamos. Yo ya me voy, es un poco tarde —se despide y yo salgo con él.
—Gracias por no desmentirme —acaricia mi mejilla.
—Respeto tu decisión, pero debes decir la verdad.
—¿Viste sus expresiones? No puedo decirles que no hay avance, al contrario —él cierra los ojos y suspira.
—No digas esas cosas, florecita —me mira a los ojos.
Suspiro.
Lo abrazo y él besa mi cabeza.
—Mi florecita de primavera —susurra y sonrío.
Nos separamos y beso sus labios.
—Ahora vete, es tarde —alza una ceja.
—Lo más lógico sería que quisieras que no me fuera —me rio.
—No quiero, pero debes irte, anda —sonríe y vuelve a besarme.
—Te quiero, mi florecita.
—Yo también te quiero, cariño. Vete con cuidado, por favor —vuelve a sonreír.
Asiente y se sube al auto. Arranca y lo veo desaparecer por la carretera.
—Que envidia —la voz de mi hermana me sobresalta.
Comienza a reír.
—Idiota, me asustaste.
—Así tendrás la conciencia —ruedo los ojos divertida.
—Chicas, entren, hace frío allá afuera —escuchamos gritar a mamá.
—Ya oíste.
—Julián es un buen partido, se está cumpliendo tu sueño —dice emocionada y asiento.
Es el mejor chico que he conocido en años.
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