21
Rocío, jamás comprendiste la bella complejidad de las flores. Sufrías cada vez que veías que alguien las arrancaba sencillamente por ser hermosas. Estas merecían cuidado, respeto y sobretodo: de amor. Nunca nada ha florecido sin ello.
Era el último día de escuela, celebrándose con un gran baile. Martín se encontraba a tu lado, sin embargo no podías esbozar un sonrisa sincera. Tenías una inquietud carcomiéndote. Habían tantas personas, luces y gritos en esa gran habitación gris, que fue ahí donde por fin comprendiste por qué arrancaban las flores. Viste a la hermana menor de Emma, luciendo demacrada, cabiendo delgadamente entre un espacio de su papá y hermana. No se veía feliz, pero su familia sí. Quisiste volver a ver esa brillante niña de mejillas sonrojadas y contextura gruesa, la que regalaba chocolates a todo aquel con cara triste.
Soltó su último pétalo, agrietado y sin vida.
«Margaritas, como tus
dolidas historias».
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top