──── ･ ｡ﾟ☆: *.☽ .* :☆ﾟ. ────

Min Yoongi adora a Hoseok, y Hoseok es un sol.

Al principio creyó que aquello era raro, que hubiese sido más normal el adorar a alguien que se asemeje a él y sus gustos, nos obstante, piensa que Hoseok es una bonita utopía, por lo que su justificación es que Hobi es un sol diferente (si es que eso tiene sentido).

Él es un sol bonito, dorado y risueño, rebosante de alegría y que ilumina sus días grises sin querer, haciendo que su carita blanca se pinte siempre de dulzura rosa. Extrañamente, eso a Min Yoongi le gusta. Le gusta tanto que por ello piensa que el cariño que le tiene a Hoseok es diferente al que siente por los demás miembros.

Que es un cariño que solo Hoseok puede tener, y francamente, Yoongi es feliz por eso.

Porque Hobi es algo así como...

—Yoongi-hyung, recibe el presente.— murmura disimuladamente NamJoom, haciendo que el nombrado parpadee sorprendido para acercar en automático sus manos a la flor que una fan le acaba de dar, con ambas mejillas pintadas en carmín. Yoongi hace una reverencia rápida y continúa avanzando junto con los demás, para retirarse del aeropuerto sorprendentemente vacío.

Eso es aliviante ya que se ahorran algunos jalones y gritos eufóricos, y no es que no le guste el apoyo de army, es simplemente que estaba muy cansado esa tarde y deseaba un regreso tranquilo con los chicos.

Ahora que lo piensa, no ha hablado mucho con Hoseok durante su regreso, y aquello crea una sensación desagradable en su pecho, por lo que al salir decide acercarse sin dudar hacia él. Pues, para ser sinceros, Yoongi es feliz cuando ve a Hoseok.

Y es doble feliz si lo ve mientras lleva en sus manos su americano helado, como ahora.

—Hey, Hoba.— llama entonces, haciendo que el nombrado sonría tenuemente para acercarse. Yoongi le devolvería la sonrisa si tan solo esta fuese más genuina, sin embargo, no lo hace. No lo hace porque Hoseok no parece feliz.

Porque sus ojitos marrones no brillan como las estrellas en el cielo oscuro, ni sus dulces hoyuelos se pintan en su rostro. Yoongi trata de pensar en el por qué de aquella sonrisa triste y forzada, así que analiza la situación y lo detecta.

Hoseok tiene las manos vacías, mientras que los demás miembros (incluido él) tienen las manos llenas de regalos pequeños.

Yoongi frunce el ceño, fastidiado.

—¿Pasa algo, Hoba?— interroga.

—No hyung, todo está bien, ¿por qué pregunta?

A Yoongi le duele que Hoseok se lo guarde todo para él solo, pero quiere comprenderlo e imaginar que algún día se abrirá, así como Yoongi lo hizo.

—Por nada.

—Seguro me veo cansado, ¿no?

—Te ves bonito, no cansado.

—Oh, hyung...— pronuncia entre risas y un sonrojo en sus mejillas, lo cual hace que Min niegue con su cabeza, divertido.

—¿Qué? Es la verdad, nuestro Hoba es muy bonito.

—Basta basta, por favor.— se apresura a decir, dando un sutil golpecito en el hombro del pálido para caminar directamente hacia el auto con el rostro acalorado. Yoongi suelta una risa para después alcanzar a Hobi, entrando a la movilidad sin problemas y sentándose uno frente a otro.

Hoseok tiene la adorable costumbre de jugar con sus dedos o con la manga de su suéter cuando está nervioso, Yoongi nota aquella acción y entonces, entre alguna idea tonta y otra muy cursi surcando su mente de mil colores, lanza un suspiro y decide actuar.

—Toma.— pronuncia, con falsa confianza.

—¿Mmm? ¿una flor?— pregunta el castaño, confundido.

—Sí, tómala. Es para ti.— asegura Min, con la flor aún en su trémula mano, nervioso pero tratando de ocultarlo porque odia estar expuesto. Y odia también estar así por una acción tan simple, pero que vale ahora un mundo para él porque es Hoseok de quien se trata.

Y para Yoongi, Hoseok siempre será lo primero.

—Pero te la dieron a...

—Tómala, yo te la estoy dando.— vuelve a hablar, esta vez algo firme ante la quietud del chico que tiene en frente. Hobi lo observa, duda en un inicio y, sin embargo, toma la flor entre sus manos, juega un rato con esta y la lleva hacia su nariz, oliendo la fragancia para luego alzar su rostro y mirar al más pálido, quien traga con angustia saliva.

—¡Muchas gracias, hyung!

Hoseok sonríe.

Yoongi jura que una parte de él se ha ido.

Que una parte de él ha muerto de la más pura alegría, y entonces piensa que darle flores a Hoseok es lo más bonito que ha podido hacer en esa tarde de dorado otoño, mientras el auto anda a una velocidad disfrutable y el cielo naranja con las horas va cambiando hasta poseer pinceladas de fríos colores.

Al llegar a casa, Hoseok entra saltando y muestra feliz la flor que Yoongi le ha regalado. El azabache, expuesto ante las miradas de los demás miembros, solo baja la cabeza e ignora las palabras celosas de los tres chicos más jóvenes, quienes reclaman el por qué su hyung nunca les da flores y a Hobi sí.

Hoseok ríe enternecido ante lo que ha causado, pero Yoongi lo deja y guarda la resplandeciente expresión del castaño en el cetro de su corazón, porque Hobi es algo así como...

Como el chico de sus sueños, y si le hacía feliz recibir flores, entonces Yoongi le daría todas las flores que pudiese.

──── ･ ｡ﾟ☆: *.☽ .* :☆ﾟ. ────