19

Ojalá nunca me faltes

Y si me faltas, espero no extrañarte.

Y si te extraño, espero no buscarte.

Y si te busco, espero no encontrarte

Y si te encuentro...

Nunca vuelvas a faltarme.

La habitación entera enmudeció, Ángelo se alejó un poco de Afrodita solo para verle con una mezcla de tristeza y felicidad, con un tinte de fría melancolía en sus ojos... si tan solo... hubiese sido más fuerte..., pero, mi querido Ángelo, todos sabemos que el hubiera no existe ni existirá, los demás callaron, Queen estaba sorprendido, Sylphid entristeció, Gordon apretó los puños, no conocía al par de gemelos pero ya los odiaba con toda su alma; Shura, solo bajo la mirada y Afrodita seguía ahí: perplejo, viendo a los cinco extraños que, por más que intentara no podía recordar.

—Afrodita — su voz y su acento italiano apenas eran un susurro, le tomó la mano con delicadeza, con temor a que se alejara — ¿estás bien?

Le miró con extrañeza, con un tinte de tristeza y con duda, por alguna razón no sabía quién era ese albino pero era aún más extraño que, a pesar de decir no conocerlo, algo dentro suyo le impulsaba a confiar en él, puesto que su mente le decía que era lo correcto y quizá era así, solo que estaba tan absorto de todo que solo vio el gesto del italiano, su blanca mano entre la morena y luego lo vió a él y le sonrió con tintes de ilusión pero a la vez de soledad.

Antes que pudiese decir algo más, la puerta de aquella habitación se abrió para dar paso al médico que venía ocupado en su pensamientos y no notó las expresiones de aquellos seis muchachos, se acercó al paciente y le miro por largo rato, como queriendo adivinar que dentro de aquellos ojos celestes había una deje de duda y una pizca muy pequeña de dolor, pero fuera de ello, no hablo, solo le hizo una seña a todos los presentes menos a Ángelo para que salieran de aquella habitación.

—Afrodita — lo llamo Odysseo — ¿Cómo estás?, ¿te duele algo? — preguntó de manera amable y casi ignorando al pobre Italiano que comenzaba a ponerse nervioso.

—Estoy en una pieza — rio un poco — solo la cabeza, hay algo extraño, me siento extraño, no recuerdo nada, solo... — hizo una mueca y se sentó en la orilla de la cama dispuesto a bajar. 

—No deberías bajar de ahí — dijo Odysseo — dime ¿Qué es lo último que recuerdas?

—Lo último que recuerdo es que estaba corriendo por la avenida principal, atravesé la calle y mis pies no respondieron, luego todo se volvió negro — cerro los ojos y puso una de sus manos en su cabeza aguantando un poco el dolor punzante de la herida suturada.

—Muy bien, Afrodita — le sonrió un poco — Ahora tengo que decirte algo — le miro y solo asintió — el golpe en la cabeza que tienes, provoco una pequeña contusión en tu cerebro, eso te impide recordar lo que paso antes del golpe, no te preocupes — dijo despues de ver la cara de susto de Afrodita — no es tan grave, dentro de algunas semanas podrás recordar todo, por ahora solo debes descansar y confiar en él — señalo a Ángelo — pronto te recuperarás, ¿de acuerdo?

Asintió de nuevo y volvió a recostarse en la cama, cerro por un momento los ojos mientras escuchaba como Odysseo le decía a Ángelo que lo acompañase a su oficina y despues de eso solo escuchó la puerta abrirse y luego cerrarse, intentó dormir un poco más y al parecer lo logró despues de un par de minutos buscando la posición perfecta para que la sutura no doliera y el molesto suero no le incomodara mucho. La puerta de la oficina de aquel doctor se abrió y los dos hombres pasaron.

—Toma asiento — el italiano asintió y cumplió la petición — esto es un poco complicado, pero debes de tenerle paciencia, no es fácil para él recordar todo — Ángelo se mantenía atento a cada palabra — debes saber que esto puede tardar más de un par de semanas, quizá un mes o más, por ahora hay que dejarlo descansar, despues de un par de días podrán volver a casa y lo más recomendable es que, de vez en cuando le hables sobre alguna fecha en especial o lo lleves a un lugar que se importante para ambos, eso ayudara a que su memoria se restablezca más rápido — Odysseo le veía y Ángelo solo podía poner atención a lo que le decía — le daré un par de medicamentos.

—Gracias — fue lo único que pudo decir, despues salió de la oficina y entró con sumo cuidado a la habitación de su amada flor de invierno, no sin antes decirle a los otros cuatro que todo estaría bien y que podían regresar a casa, el español mayor se negó diciendo que necesitaba ayuda y que se quedaría en la sala de espera mientras los otros tres salían del hospital directo a su hogar.

Lo vio ahí, dormido tan tranquilamente en aquella blanca cama que sonrió por inercia, amaba tanto a Afrodita que estaba dispuesto a esperarlo todo el tiempo que fuese necesario, tomó de nuevo su mano con delicadeza, con temor a despertarlo, miro aquellas pálidas falanges y se detuvo por un momento en aquella brillante sortija, reluciente cual rayos de sol y de nuevo sonrió, esta vez con melancolía, si esos dos no hubieran aparecido, seguramente en ese momento estuviese soportando a Shura con su trastorno obsesivo compulsivo de la perfección para su unión con Afrodita y no ahí, maldiciendo a ese par y por el camino así mismo por no haber hecho algo más, pero esas cosas salen a veces de nuestras manos, no puedes decirle al destino que cambie el rumbo.

El sueño le venció y ni se dio cuenta de ello, simplemente cerro los ojos, rogando que mañana fuese un día menos... ¿agitado?, quizá, en estos momentos Ángelo solo deseaba con toda su alma que solo fuese un mal sueño, de esas pesadillas que se sienten tan reales que no sabes si estas o no en el mundo onírico o en la realidad, deseaba con todas sus fuerzas que solo fuese su imaginación, por desgracia, todo era real, todos y cada uno de los sentimientos albergados en su corazón eran tan reales como la realidad misma y eso... eso no podemos negarlo.

Afuera de aquella habitación, el español pensaba en muchas cosas, una de ellas era aquel acontecimiento que había presenciado hace un par de horas, cuando aquel chico del que alguna vez solo conocía el nombre, despertó sin saber que ese Albino era lo que más amaba en este mundo, sin embargo, también sabía que al paso de los días, todo sería como antes, ellos se seguirían amando como siempre y él estaría ahí para sonreír como un idiota ante la felicidad de sus amigos, aunque a él no le tocase experimentar el amor, porque siendo sinceros, de Shura se puede esperar cualquier cosa, el sueño también le venció, solo quedaba esperar.


🦀🌹
¿Quién quiere acompañar a Gordon en su venganza con los gemelos? 

Llegue temprano de nuevo. 

Ody tan lindo... acabo de caer en cuenta que en el ND es un desgraciado jajaja, pero necesitaba a un Doc. 

Dan R 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top