Capítulo 10
Pocas veces había tormentas en ese lugar tan árido. Las ventanas eran golpeadas con furia mientras el sonido ensordecedor del viento les indicaba que todavía faltaba mucho para que finalice.
El pueblo que para la mayoría era un lugar alegre y colorido, esos días se había convertido en una escala de grises aburridos y melancólicos.
En las paredes del pueblo se podían ver muchos carteles con algo en común. "Se busca" escrito en grande y una recompensa bastante modesta.
-La tormenta está muy fuerte, tanto que no creo que aguanten...- dice una anciana viendo por la ventana la feroz lluvia-. Mañana tendremos que volver a pegar esos carteles.
-¿Para qué?- responde una señora notablemente más joven tomando alcohol en la mesa.
-¡Es tu propia hija!
-¿Acaso no ves afuera? Hay una maldita tormenta, además está helado-. Dice mientras le da un sorbo a la bebida-. Una niñita de 15 años estaría muerta allá afuera...
-¿Niñita? ¡Es tu hija, y mi nieta!
-Chara solo provocaba problemas... Por su culpa su padre nos abandonó.
-¿¡Cómo puedes decir eso!?... Además, ambos sabemos que Chara pudo haber caído en el monte Ebott...
-Genial, ahora no solo está muerta, sino que es comida de esos espantosos monstruos.
Los ánimos de la abuela seguían cada vez más por los suelos. ¿Si ese fuera el caso, cómo demonios podría buscar a su nieta? Pegar carteles por todo el pueblo no fue suficiente, parece que ninguno la vió, o quizá ninguno se esmerará por una recompensa tan diminuta.
Igualmente, los ánimos del pueblo están igual de decaídos. Por todos los lugares se rumorea que la chica se suicidó tirándose de aquel lugar.
Los niños y adolescentes no juegan, no se divierten. La culpa de saber que una chica pudo haber tomado una decisión así por como la trataban los deprime.
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Se escuchan las botas del principe caminando por los pasillos del inmenso castillo de su padre. Al abrir la puerta de la sala del trono, rápidamente se arrodilla ante la gran figura que estaba frente a él.
-Buenas noches, Padre.
-Buenss noches, Asriel- responde el rey, Asgore, viendo el aspecto un poco sucio del chico-. ¿Dónde estuviste?
-Buscando a la humana... No existe rastro de ella, padre.
El rey emitió un sonido que mostraba clara desconformidad.
-Padre... Quizá lo que dicen los pueblerinos de aquella zona sea falso... Tal vez...
-Por favor Asriel, varias tropas fueron dañadas en esa zona. ¿Acaso pelearon con un invento? ¿Acaso pelearon con una leyenda del pueblo?-. Dice el rey con una voz firme y grave-. Ellos pelearon con una humana.
El príncipe no hizo nada más que guardar silencio ante el regaño. Cuando parecía que el rey iba a decir algo más, ambos escucharon las grandes puertas de la sala abriéndose nuevamente.
-¡Su majestad!- dice Undyne entrando y arrodillándose rápidamente.
-¿Qué sucede?
-Tuve un enfrentamiento con la humana...
El rey notaría una clara impresión, rápidamente empezaría a interrogar.
-¿Y cómo estuvo?
-La derroté en la cascada... Ella cayó en el río que lleva hasta el basurero.
-Bien, enviaré al ejército a buscar en esa zona.
-No... Ya lo hice yo. Ella no está allí, alguien debió rescatarla, ya que si no hubiera muerto por el ataque, moriría al ahogarse, puesto que estaba inconsciente.
-Mmhh, lo que faltaba. ¿Ahora tenemos un traidor en nuestras filas?
-No creo... Debe ser alguien proveniente de las aldeas de Waterfall o las de Snowdin.
Asriel se preocuparía por lo que acababa de decir Undyne.
-¡Muy bien! Desplegaremos a todo el ejército a aquellas zonas para poder capturarla.
-Muy bien, ¿Quiere que yo dé la orden, su majestad?
-Por supuesto, lo más rápido posible... Tú comandarás al ejército que irá a Snowdin, Asriel el ejército de Waterfall.
-Entendido, Rey.
Undyne rápidamente salió de la sala.
-Padre... ¿No cree que está siendo muy apresurado?
-Asriel...- el rey de levantaría de su trono-. Ya deja de ser tan inútil.
-¿Qué?...
-Eres igual a tu madre... ¡Pareciera que te preocupara aquella humana! Ellos mataron a los nuestros hace muchos años.
-¡Fueron los demás humanos! Ella no tiene nada que ver.
-¿Y tú cómo lo puedes saber?
Asriel simplemente guardó silencio.
-Ojalá tener a otro hijo...- diría tomando asiento nuevamente-. así que por favor, retírate.
Sin decir ni una sola palabra, el príncipe saldría cerrando las grandes puertas con fuerza.
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El esqueleto se despertaba del largo sueño que había tenido. Algo era diferente, tenía una extraña sensación sobre su pecho.
Al voltear abajo la vió, a la pelirroja apoyando su cabeza sobre el esquelético pecho.
-Se ve linda... Me apena tener que despertarla...- dice en voz baja mientras comienza a mover su cabeza.
La chica no despertaba, parecía estar demasiado cómoda en aquella posición, con su cabeza pegada al pecho, sus brazos recorriendo la cintura del esqueleto.
-Tal vez... Deba dejarla así un rato más- pensó Sans acariciando su cabeza.
Eso hasta que el sonido de la puerta abriéndose con fuerza y los gritos de Papyrus haría que hasta la pelirroja se levantara del susto.
-¡Sans! ¡Humana! ¡Tenemos que irnos de aquí lo antes posible!
-¿¡Por qué!?- pregunta Chara.
-¡Mira la maldita ventana!
El esqueleto menor y la humana hicieron caso y se acercaron a la ventana. Docenas de miembros del ejército recorrían la ciudad e incluso entraban a casas a revisar.
-¡Saben que Chara está aquí! ¡Nos van a ejecutar a todos!- dice entrando en pánico.
-Cálmate Papyrus... Si te pones así las cosas empeorarán.
-¿Qué propones?
-No lo sé...- responde Sans.
-Chicos... No quiero meterlos en problemas tan grandes... Escaparé yo sola, así no sospecharán de ustedes.
-Creo que es lo mejor- diría Papyrus con un tono de voz un poco deprimido.
-¡Por supuesto que no te dejaremos ir sola! Es peligroso, Chara- respondería Sans negándose a la idea.
-Es mejor que maten a uno que a los tres juntos- dice la pelirroja.
-¡No nos van a matar! Vamos a estar bien- responde Sans tratando de convencer.
-Sans... Si tan solo Undyne se llega a enterar de lo que estamos haciendo... ¡Nos va a hacer pedazos!- grita Papyrus otra vez entrando en pánico.
-¿¡Tanto miedo le tienes a ese estúpido pescado!? ¡Si eres tan cobarde jamás serás miembro de la guardia real!
Esas palabras hicieron sentir un poco mal a Papyrus, quien salió de la habitación dejando a ambos solos.
-Tal vez fuiste un poco duro...- dice la pelirroja.
-Si... Él es un poco sensible con ese tema...
Ambos se quedarían callados en la habitación hasta que escucharían la voz del esqueleto mayor diciéndoles que fueran a la sala. Ambos harían caso y se levantarían de la cama.
-¿Qué pasó Papyrus?- preguntaría Sans al llegar.
-Parece ser que el ejército va a revisar casa por casa... Están divididos en cuatro grupos, revisando el pueblo en cuatro sectores.
-¿Por dónde podríamos escapar?
-Por ninguno... La salida al bosque está bloqueada por otro grupo así como el camino a Waterfall...
-¿Estamos rodeados?- pregunta Sans.
-Eso parece...- responde el esqueleto mayor-. A no ser que...
Volteó a ver hacia el puerto, el cual no estaba tan lejos de su casa.
-Podríamos agarrar un bote e ir por el lago...
-No tenemos bote, Papyrus.
-Siempre hay muchos en el puerto, eso no es problema- responde el hermano mayor-. El único problema es llegar, el ejército podría vernos y atacarnos. Si queremos lograrlo, tendremos que hacerlo rápido.
Los tres se pondrían junto a la puerta esperando a que el ejército se distrajera aunque sea un poco.
3...
2...
1...
...
¡Ahora, corran!
Los 3 abrirían la puerta y empezarían a correr a toda velocidad. Rápidamente fueron detectados por algunos miembros de la guardia real.
-¡Allí está la humana! ¡Está con otros dos monstruos! ¡Están yendo al puerto!- se escuchó por todo el pueblo.
Aquel grito llegó hasta los oidos de Undyne, quien se dirigiría hacia esa zona.
-Ya nos descubrieron- dice Chara bastante agitada.
-¡No importa, sigan corriendo!
Siguieron a toda velocidad, hasta que el puerto empezaba a ser visible.
Esquivando ataques y personas, lograron abrirse camino hasta él, subiéndose al primer bote que encontraron.
-¡Yo no sé conducir esto!- grita Chara.
-¡Nosotros si!- gritaron ambos esqueletos al unísono.
Rápidamente el bote empezó a avanzar, dejando atrás poco a poco al pueblo.
Undyne llegaría al puerto y alcanzaría a ver a sus dos alumnos con aquella humana.
"Son unos malditos traidores" se escucharía a la distancia, ambos esqueletos sabían a quién le pertenecía aquella voz.
Papyrus voltearia a ver al puerto. Rápidamente una lanza se dirigiría hacia él, la cual apenas esquiva.
Pasó tan cerca de su cabeza que le hizo una pequeña cortada en la frente.
"No sé cómo, pero créanme que los encontraré, y cuando los tenga en frente...
¡Los haré pedazos!"
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Fin del capítulo.
Gracias por ver!!
Me gustó hacer este capítulo, me dió emoción, jaja.
Feliz año nuevo atrasado, tengan un lindo 2025 =)
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