Capítulo 7
Tomados de la mano, íbamos felices, en su auto, por el solitario desierto. Solo disfrutábamos de la música, de aquel momento y de ambos.
Joey me sonrió y yo me perdí en su tierna sonrisa y lindos ojos celestes.
_ Te amo
_ Y yo a ti
En la radio comenzó a sonar la canción "Héroe" de Enrique Iglesias, la que a los dos nos gustaba...
_ Me encanta esa canción
_ Si, es muy bonita. Me gusta lo que dice - me miró y sonrió.
_ Yo quiero ser tú héroe mi Scarlett - sonreí.
_ Con todo lo que has hecho por mí, ya lo eres mi Joey
Sus ojos me destellaron y yo amándolo con todo mi corazón, me recargué mimada y feliz en su hombro.
De pronto, llegamos a un extraño pueblo desierto, con rusticas esculturas. Nos miramos y decidimos bajarnos.
Insegura, me tomé de su mano, Joey me miró tierno y caminamos hacia aquellas esculturas.
Miramos unas bicicletas, las que parecían ser muy antiguas y Joey me miró.
_ No parece haber nadie aquí
_ Es un pueblo en medio del desierto - lo miré.
_ ¿Crees que quedarnos aquí sea seguro? - sonrió.
_ Igual me gustaría tomar el riesgo
_ Jejeje, de acuerdo. Busquemos un lugar para quedarnos entonces - sonrió tierno.
_No será un lugar perfecto para pasar nuestra luna de miel, pero será nuestro lugar especial. No sé, siento que este sitio tiene muchos más encantos ocultos de los que aún no podemos ver
Le sonreí y él me abrazó muy fuerte.
_ Mi Joey
_ Te amo
_ Y yo a ti
Abrazados, empezamos a caminar por aquel pueblo para buscar alojamiento.
Ambos sonriendo, vimos una acogedora casa de ladrillos, la que estaba abandonada y entramos. Para estar abandonada, estaba rodeada de lujos.
Joey me miró y yo contenta, él me observó. Su corazón le latió fascinado, recordó que habíamos estado juntos y sonrió todo enamorado...
Habíamos salido a comprar algunas cosas al pueblo y llegamos a una feria de artesanía.
Los dos sonreímos. Joey se había puesto sus lentes de sol, y yo con un fresco vestido blanco, nos tomamos de la mano y recorrimos libres aquella feria.
Joey vio un curioso sombrero, él que en aquel pueblo le apodaban "chupalla" y yo le sonreí.
_ ¿Crees que se me vea bien, amor?
_ Jejeje, tendrías que probártela cariño. A ver, póntela - me sonrió.
_ Bueno, a ver...
Tomó entusiasta la chupalla y se la colocó. Lo encontré muy tierno y guapo con ella puesta. Joey me sonrió.
_ ¿Y cómo me veo?
_ Demasiado guapo
_ Jejeje ¿En serio?
_ Totalmente. Te ves súper con esa chupalla
_ Jejeje, niña mía
Reímos, nos tomamos de la mano y seguimos caminando por la feria. Joey contento, no se sacó la chupalla.
Se miró la argolla, de recién casados, en su dedo, tomada de mi mano, y sonrió. Se sintió maravilloso, el hombre más feliz de todos.
Llegamos hasta el primer lugar que habíamos visto. Él me miró y yo le sonreí.
Nos acercamos a aquellas bicicletas rusticas, yo vi un pequeño letrero, el que decía "Putaendo, Ciudad y pueblo Putaendo, Los Andes".
_ Cariño, mira. Creo que así se llama este pueblo
_ Tiene sentido- le sonreí y él también me sonrió.
_ ¿Qué tal si nos subimos a estas bicicletas, niña mía?
_ Jejeje, claro, vamos
Dejó a un lado la chupalla y nos subimos a aquellas rusticas bicicletas...
Lo miré, él me miró, y yo me perdí en sus intensos ojos celestes.
_ ¿Qué ocurre, linda?
_ Nada, es que me gusta mirarte
_ Jejeje, a mí también me gusta mirarte. Todo el tiempo - le sonreí.
_ Soy tan feliz Joey - tomó mi mano.
_ Yo también lo soy, mi vida
Nos sonreímos y empezamos a pedalear, y solo disfrutamos de aquel momento.
Nos reímos y miramos aquel sorprendente desierto, el que era todo un paisaje.
Sorprendidos, pudimos ver a lo lejos aquel pueblito llamado "Putaendo". Nos miramos y volvimos a sonreír, pues íbamos juntos pedaleando a la par. Sentí la brisa en mis mejillas y mi corazón latió de felicidad.
_ Esto es sorprendente
_ Y lo es más al tenerte conmigo, mi hermosa
_ Mi Joey
Volvió a sonreírme y seguimos pedaleando por otro buen rato.
Me sentía tan plena y realizada, que solo quería reírme y gritar. Joey a mi lado, me miró y se perdió en mis coloridas mejillas y un poco mojadas por la brisa.
Se adelantó un poco y yo ya un poco cansada, las piernas casi no me daban de tanto pedalear. Traté de seguirlo y contemplé su ancha espalda.
_... ¡Joey, mi amor! ¡Ya no doy más! - se detuvo y sonrió.
_ Jejeje, de acuerdo niña mía. detengámonos
Se levantó de la bicicleta, y muy tierno, me tomó de la mano y ayudó a bajarme de la mía. Yo le sonreí, y torpe, me tropecé y me caí en sus brazos. Él me sostuvo con cariño, me sonrió y yo me perdí en sus intensos ojos celestes.
_ ¿Estás bien?
_ Eh sí. No fue nada - volvió a sonreírme.
_ Menos mal, porque yo no iba a permitir que algo malo te pasara - lo miré perdidamente.
_ Te amo
_ Y yo a ti mi bella Scarlett
Me dijo intenso y me besó, aferrándome con todo su amor a sus brazos y pecho.
Tomados de la mano, caminamos por aquel encantador desierto, rodeado de cosas encantadoras.
Miramos una extraña escultura, la que nos llamó la atención. Era el rostro de un hombre, al parecer, con rasgos indígenas; usaba un sombrero idéntico al que se había comprado Joey. Aquel rostro estaba enmarcado en una enorme rueda de madera.
Joey la miró atento y yo a su lado, lo miré y sonreí. A él se le ocurrió una idea.
_ Qué bonita escultura. Ya sé ¿Me podrías fotografiar posando con mi chupalla al lado del hombre?
_ Jejeje, de acuerdo. Ve y colócate junto al hombre
Joey se puso la chupalla, se colocó junto a la escultura y posó para mí.
Yo le sonreí y me morí de nervios y felicidad por dentro. Él posó, colocó una mano sobre la rueda, la otra sobre el bolsillo de sus jeans y me sonrió coqueto y todo galante.
Sin dejar de sonreírle, le tomé la foto y luego los dos nos reímos.
_ ¡Ya está! Te tomé la foto Joey
_ ¡Perfecto! A ver. Quiero verla, hermosa
_ Aquí está...
Le dije sonriéndole y él me sonrió; se me acercó, y yo coqueta y feliz, le mostré la foto. La miramos, así muy juntos y volvimos a reírnos y Joey me abrazó.
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