Capítulo 4
Al otro día...
Recorría el campo con Carmen. Aprovechamos que Bárbara había salido y las dos caminábamos de lo más relajadas, y comíamos nuestras sabrosas paletas de frambuesa.
De pronto me detuve y miré por un momento todo el campo y me sentí libre.
Él me observaba de lejos. Sonrió y se volvió a colocar sus lentes de sol.
Nos subimos a unos barandales de madera y seguimos disfrutando de nuestras paletas.
Corrió un tibio viento, yo me miré el tobillo vendado y sin evitarlo, recordé a Joey y su dulce gesto.
<< ¿Cómo estarás? >>
<< ¿Estarás enfadado conmigo por cómo me fui de tu casa anoche? >>
De pronto mi pensamiento fue interrumpido al oír su suave voz, la que me sorprendió al instante y el corazón casi se me salió del pecho.
_ ¿Así que también te gustan las paletas de frambuesa? Que gran casualidad - lo miré con asombro y él me sonrió.
_... Joey... ¿Qué estás haciendo aquí?
_ Paseando, al igual que ustedes...
Sin evitarlo, le sonreí contenta, él también me sonrió y mi amiga nos miró anonadada a ambos.
_ ¿Me das un momento? – él me preguntó y extendió su mano.
_... Claro - miré a mi amiga - Vendré en breve Carmen...
_ Pero Scarlett...
Joey me sonrió, yo tomé su mano, me ayudó a bajarme de la baranda y los dos nos sonreímos. Él sin soltar mi mano, entramos juntos por un camino rodeado de rosas.
_ ¡Scarlett espera!...
Gritó mi amiga Carmen y sin saber que hacer, miró aquel camino de rosas, pero nosotros ya nos habíamos ido.
Caminamos por aquel largo camino, cubierto de rosas; él iba a mi ritmo, me miró y volvió a sonreír.
_ ¿Y cómo sigue tu tobillo?
_ Mejor, ya no me duele tanto al caminar
_ Eso es bueno. Quiere decir que dentro de muy poco podrás sacarte esa venda -sonreí.
_ Así parece - volvió a mirarme.
_ ¿Tuviste problemas al volver hoy en la mañana?
_ Solo algunos...
_ Bárbara es una mujer fría y de fuerte carácter
_ Ya me di cuenta de eso - volvió a sonreír.
_ Qué bueno que al menos hoy pude volver a verte - lo miré abruptamente.
_... Bueno, yo quería disculparme por cómo me fui de tu casa – sonrió.
_ Descuida, eso ya pasó - lo miré con mariposas en el estómago y él volvió a mirarme.
_ ¿Por qué no me dices la verdad? Y me cuentas porque estás trabajando aquí como temporera, siendo que no lo eres - lo miré aterrada, casi delatándome.
_... No puedo decírtelo...
_ ¿A caso, no confías en mí?
_ No puedo confiar en alguien que vengo recién conociendo - se entristeció un poco.
_ Pero si no confiaras en mí, no te hubieras ido conmigo, a mi casa, anoche - volví a mirarlo abruptamente y él me miró sereno.
_...
_ Solo quiero que confíes en mí, Scarlett. Quiero ayudarte, sea el problema que tengas. Prometo que no te juzgaré.
_ Tal vez tú no, pero otros lo harán - pensé en mi secreto y él me miró atento.
_ ¿A qué te refieres? - me puse más nerviosa.
_... Debo irme - tomó mi mano con urgencia y me encontré con sus fijos ojos celestes en mí.
_ No, no te irás hasta yo saber qué es lo que te pasa - lo miré más nerviosa e irritada.
_ Pero ¡¿Qué te pasa?! ¡Suéltame! ¡Suéltame te digo!
_ No. Quiero saber qué es lo que estás ocultándome
_ ¡Ya te dije que no!
Quise escapar, ambos forcejeamos y yo sentí una fuerte punzada en mi tobillo lastimado.
_ ¡Ay! ¡Mi tobillo, me duele!
Dije con dolor y él me soltó de inmediato, y yo me agaché al suelo. Él rápido, se agachó frente a mí, yo no pude más y los ojos se me cubrieron de lágrimas.
Joey me miró preocupado. Se sintió como un tonto.
_ Lo siento. No era mi intención lastimarte
_...
_ Siento haber actuado, así como lo hice. Fui un tonto
_... Descuida – sin mirarlo, traté de colocarme de pie y él intervino.
_ Espera, déjame ayudarte...
Me ayudó a levantarme del suelo, y yo con un nudo en la garganta, ya no pude más y di un suspiro.
_ ¿Estás bien, Scarlett?
_... Pasa que mis padres adoptivos querían obligarme a casar y yo no quería... - me miró atento.
_ ¿Por qué querían forzarte a hacer algo así?
_ Porque querían que la familia de aquel tipo se uniera con la nuestra, ya sabes, para que ambas fortunas aumentaran más - me miró con más detenimiento.
_ ¿Eres una mujer con clase? Nunca me lo hubiera imaginado
_ ¿Te parece malo eso?
_ No, claro que no, es tan solo que eres tan humilde, honesta, tierna y...
_ ¿Y qué?
_ Bella...
Lo miré casi sin aliento y él me miró perdidamente, lo que a mí me puso un poco nerviosa.
_... Escapé de mi casa, tomé algunos de mis ahorros y viajé aquí, a Londres, para que Sebastián, ni ellos, nunca pudieran encontrarme
_ Entiendo
_...
Tuve deseos otra vez de llorar, Joey lo advirtió y sin contenerse, acarició mi mejilla con cariño. Yo lo miré abruptamente.
_ Tranquila, no estás sola en esto, ahora no lo estás – me miró perdidamente.
_...
Lo miré sin palabras. Estaba procesando todas aquellas dulces palabras, que acababa de decirme y Joey me sonrió.
_ Ahora lo comprendo todo - volvió a sonreír – Supe de inmediato, cuando te vi, que no eras una temporera – le sonreí con pena – Tus dulce ojos me lo dijeron a gritos cuando los vi por primera vez - lo miré más anonadada y él corazón se me subió a la garganta.
_ Siempre lo supiste
_ Así es - me sonrió otra vez.
_ No se lo digas a nadie, menos a Bárbara, por favor. Si ella llega a descubrirme, me despedirá de inmediato- tomó mi rostro, con cariño, entre sus manos.
_ No, tranquila. No se lo diré. Te lo prometo - lo miré perdidamente – Puedes confiar en mí
Me dijo y ambos nos miramos muy cerca, sin decirnos nada y Joey me miró perdidamente, me atrajo a sus brazos y yo me sentí muy protegida. Su compañía me daba mucha paz y tranquilidad.
_... Gracias, gracias por ser discreto y no delatarme, además de... ya sabes... Haberme llevado hasta tu casa y haberme curado el tobillo - volvió a sonreírme.
_ Lo haría una y mil veces – le sonreí otra vez apenada, y él me sonrió más tierno. Yo nerviosa, me solté de sus brazos y él también se puso nervioso.
_... Eh será mejor que ya regrese, antes que Bárbara descubra que no estoy allí
_ Si, debes ir, pero antes ¿Te gustaría que pase por ti mañana, en la tarde, para salir un rato?
_... Eh, claro, trataré sí
_ ¡Genial! Te esperaré allá en la entrada de los rosales
_ De acuerdo
_ Nos vemos entonces...
Me dijo y yo sin más, me fui corriendo hacia donde se supone que debía de estar. Él me miró correr y sonrió. Luego, se regresó feliz por aquel camino de rosas.
Bárbara, escondida tras un árbol, lo vio y escuchó todo y enfadada, cambió su enojo por una sonrisa de venganza.
_ Así que no eres temporera. Lo sabía. No eres más que una niñita de lujos, que huyó y se escondió aquí en mi invernadero. Pero esto no se va a quedar así. Verás de lo que soy capaz estúpida...
Regaba con cuidado unas calas, me acomodé el pañuelo en mi cabello y pensé otra vez en él, en Joey
<< Que bueno y atento ha sido conmigo, pero ¿Por qué? >>
<< ¿Por qué conmigo? >>
Sin evitarlo sonreí.
<< Tiene unos ojos preciosos y una mirada tan sexy y penetrante >>
<< ¿Por qué se habrá acercado a mí? >>
<< Tal vez, realmente si quiere ser mi amigo... >>
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top