- once -
— ¿Te gusta? —Rin miró a Kaiser el cual miraba con ternura a su cachorro comer o tratar de comer una fresa.
— Yo creo que sí —El peliverde sonrió bajo viendo al bebé, ambos en el mercado haciendo las compras de la casa.
— Le compraré una bandeja —El rubio asintió y fue a comprar estás, Itoshi asintió para así ver la lista de su madre.
Murmuró la lista para asegurarse de tener todo y asintió. Caminó mirando algo que le llamara la atención, solía usar lo sobrante para comprar algo para él.
— ¡Itoshi-San! —Escuchó aquella irritante voz llamarle, quiso llorar.
— No me jodas...
— ¡Al fin le veo! —Isagi sonrió colocándose frente a él— Tenía bastante tiempo queriendo hablar contigo.
— Aja.. —Respondió seco buscando huir, ¿Dónde carajos se había metido Kaiser?¿Fue a cultivar las fresas acaso?
— Es que... Quería invitarle a salir —Sonrió, Rin le miró incrédulo.
¿Será pendejo de verdad?, pobre criatura.
— ¿Te caíste de pequeño verdad? —Soltó, Yoichi le miró extrañado— Olvídalo... Oye, Isagi... Realmente no estoy interesado en nada, por favor, deja de insistir..
— Pero somos media Luna.. —Trató de decir, más Itoshi le interrumpió.
— Eso no me interesa, no quiero en estos momentos nada, ni saber nada de eso, ser media Luna no significa que correré a tus brazos y te daré mi cuello —Gruñó ante ello y simplemente pasó a su lado para ir a su casa.
Kaiser que volviera solo, él necesitaba huir.
Enserio, nada de eso podía ir peor.
— ¡Oh!¡Rin! —Su madre sonrió, su papá bufó detrás de ella— ¡Mañana irás con la señora Isagi y su hijo a pasear!
El mundo lo odiaba.
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