Separación

Youichi finalmente sería coronado como emperador en un par de días, el consejero había organizado el evento y el Palacio era un caos.

En los reinos vecinos, la muerte del emperador Kataoka había sido un total secreto y ningún reino que no fuera Inashiro lo sabía, sobre todo, por misma conveniencia de Inashiro, pues si los demás supieran que habían matado a uno de los emperadores de la alianza en la frontera, serían atacados por todos los reinos y aún ellos, no tendrían oportunidad de enfrentarse a tantos oponentes en igualdad de condiciones.

En tanto el emperador debería estar feliz, ahora mismo estaba en una muy molesta reunión.

-¡Esto es inaceptable!

-Les guste o no, Sawamura-sama es la primer esposa de su majestad.

-Sigue siendo un Omega masculino, no puede acceder al trono de la emperatriz.

La familia Fujiwara se rehusaba a permitir a Eijun convertirse en la emperatriz y no obstante, en el consejo, solo los Natsukawa, los Okumura, La familia Sagrada, los Seto, los Kominato y los Furuya estaban dispuestos a aceptar el decreto.

Entonces el primer príncipe habló.

-Es cierto que hasta ahora no ha existido un Omega masculino en el trono de la Emperatriz, pero esa no es razón para que deba ser así, mi padre le confio el trono a Eijun y si esa su voluntad, estoy dispuesto a aceptarla.

No esperaban que el primer príncipe estuviera de acuerdo con la proclamación.

-¡Es absurdo! ¡Deberían saber que buscamos tener una figura de poder frente a nuestros aliados!

Takako vio a su esposo furioso y casi le rogó a su familia que se detuviera con la mirada y su temblor de manos.

Ante esto, Okumura les respondió con firmeza.

-Sawamura-sama es en mucho, un excelente Omega, sin olvidar que si no fuera por sus esfuerzos, hace mucho que habríamos sido invadidos, por su propia cuenta ha tenido más logros que ninguna otra persona antes de ser nombrado "Emperatriz", así que midan sus palabras.

-Cualquiera podría haber hecho algo mejor.

-Pero nadie lo hizo, nadie levantó las manos y dijo un plan cuando estábamos en crisis, se por boca del primer príncipe que ni se movieron cuando le quitaron la vida al emperador Kataoka, solo su Alteza reaccionó y protegió el pueblo con firmeza.

Al final, pesé a las muchas negativas, dejaron de resistirse y la coronación de Eijun era inevitable.

El emperador fue proclamado, usaba su vestimenta roja y Eijun con su kimono rojo con dorado fue nombrado Emperatriz.

Al instante, ambos fueron atacados por un sin fin de obligaciones y responsabilidades que deberían aprender a llevar de forma audaz en el menor tiempo posible.

-Si majestad, el pueblo está sufriendo la quiebra debido a la guerra, no tenemos suficiente dinero para sobreponernos a las crisis.

Youichi reviso los documentos y los libros de cuenta, mucho dinero fue ocupado en la restauración del Capitolio, Eijun había gastado quizá un poco más de la cuenta en algo necesario pero no urgente.

-Tendremos que revisar lo que podremos comerciar.

-No tienen que preocuparse.

La Emperatriz llegó e ingreso al consejo, había ido a prepararse y los funcionarios estaban por llamarle la atención ya que los omegas no podían votar en esto y el actual emperador tampoco quería romper esa norma, así que iba a callarlo cuando Okumura obligó a los que se interponían en su paso a retroceder.

-Alteza...

-Gracias Okumura.

-Consejero imperial, usted está fuera de lugar.

-Tengo una buena razón Majestad, no pienso entrometerme más después de esto.

-Habla Emperatriz.

-He traído conmigo algunas cosas que podrían ser de ayuda.

-Hablaremos después de eso... Por ahora, puedes retirarte.

Okumura vio la tristeza en los ojos de Eijun, sabía que de verdad quería ayudar, pero no... Ahora mismo, las libertades que Kataoka le daba no estaban presentes, Youichi lo callaba.

-Majestad... Su Alteza solo quería ayudar en la economía de Seido, quizá podría escuchar su petición.

Pero el silencio le dijo a Koushuu que él también debía guardar silencio.

En el consejo, ambos fueron ignorados y el castaño se dio la vuelta para retirarse.

Tetsuya miró a su hermano con un poco de confusión y luego a Kazuya, ambos estaban un poco incómodos.

Después de ese día, Youichi se negó en muchas ocasiones a ir al Palacio del Cerezo Blanco.

Algunos meses después... El parto del primogénito se adelantó y finalmente Eijun tuvo su primer bebé en sus brazos, un hermoso alfa a quien el emperador nombró Isao.

Después del nacimiento de su primer hijo, el emperador no visitó más a la Emperatriz, haciendo que Eijun se sintiera solo y olvidado.

--

Okumura se dio cuenta de las intenciones de alejar de la política a Eijun, pero le pareció que el proceso era un tanto alejado de lo que podría hacer feliz al Omega castaño.

-Alteza...

El consejero llegó a verlo y se cubrió la vista cuando vio que se encontraba vestido en camisón aún cuando ya era tarde.

Eijun miraba el cielo, sus cabellos se agitaban con el viento frío mientras estaba en el balcón.

-¿Me porté mal Kou?

-No... No diga eso.

Respondió el rubio antes de ponerle una bata para que no fuera inapropiado estar en su presencia.

-El tesoro que guardamos para cuándo esto sucediera, no ha tenido ningún propósito.

-Puedes repartirlo en obras de caridad.

-Deseaba ayudar... De verdad quería que Youichi confiara en mi, pero es tan frío como... En esos días.

El rubio vio sus ojos cristalizados y después trató de tranquilizarlo haciéndolo entrar para que no le diera el aire frío.

-Hace mucho que no viene a visitarme.

-Por favor comprenda que está muy ocupado.

-¡Ni siquiera se me permitió estar en las ceremonias oficiales! ¡Soy la Emperatriz! ¡Pero no tengo ninguna autoridad! ¡Estoy confinado en estos aposentos!
¡En este Palacio frío!

El castaño hecho a llorar y después Okumura lo abrazó hasta que dejó de llorar.

-No sé enfade con su majestad, hace esto por su bien.

En el piso miró varios papeles, había varios planos, documentos llenos de ideas que le parecieron grandiosas, todas para ayudar a mejorar la situación del país...

-Presentare una petición oficial a su majestad, por favor toma este pergamino, contiene un listado de las obras que me gustaría realizar para ayudar. Por favor... Ayudame a qué me de su permiso.

-Hablaré con él.

Cada mes Youichi delegaba cierta cantidad de monedas en oro a su única esposa, que prefería usarlo en inversiones, acumulando así una fortuna cada vez mayor de la que Youichi sabía que se podía tener.

Al final del día... Koushuu regresó con el pergamino intacto, el emperador ni siquiera lo leyó y le prohibió a Okumura dejar que Eijun se mezclará en asuntos del país.

El castaño recibió el pergamino entre sus manos y finalmente decidió acatar la orden, se dejó caer al piso y lloró como un bebé mientras Wakana lo abrazaba.

Sus aliados más cercanos no sabían que las cosas iban a ser así cuando fue Eijun quien protegió el trono y el imperio para que Youichi pudiera tomar su lugar.

Kazuya y Tetsuya habían dejado de insistir en qué se le permitiera cumplir su rol, pero el último estaba preocupado por la situación actual.

-Su majestad... Me temo que hay algo que debo decirle de la Emperatriz.

-Eijun no es tema de la política.

-No hablo de la política, hablo de él en nombre de nuestro padre...

-Habla...

-Padre imperial siempre le dio amor y lo llenó de atenciones, Eijun siempre estuvo sonriendo en ese entonces pese a los obstáculos, al menos debería visitar a su esposa y a su hijo.

-Hay demasiados asuntos que atender.

Al ver su negativa, cerró la boca y respondió con tristeza.

-Me temo entonces que la vida de su Alteza será corta e infeliz.

-¿Estás reprochando mi autoridad?

-No... Sólo estoy viendo los resultados, ahora me retiro, no quiero importunar más.

--

Seto miró a Eijun recargarse en el árbol de cerezo que Kazuya le regaló y otra vez andaba ligero de ropa.

Chris estaba de visita y al verlo así, se acercó... Después de hacerle una revisión se dio cuenta de que su cuerpo estaba realmente débil y se dispuso a hablar con su majestad, pero al igual que con todos los que intentaron hablar por el Omega, recibió una evasiva y ni siquiera pudo decirle que estaba enfermo.

Eijun no entendía en qué se había equivocado tanto, y su apetito empezaba a disminuir, se sentaba con Isao a darle de comer y lo educaba como sus padres biológicos lo enseñaron a él.

Fue entonces cuando recibió la noticia cruel y amarga... El emperador había aceptado tener una concubina.

Okumura escuchó a Eijun llorar y arrojar al piso todo cuanto pudiera quebrarse, sobre todo cuando le dijeron que quizá sería ascendida porque ya habían consumado su relación, se escondió en un rincón y se puso a llorar.

Sólo Koushuu pudo estar a su lado y abrazarlo hasta que se calmó y se quedó dormido.

Más tarde, Okumura se fue al consejo y entró para hablar con Youichi pese a las evasivas.

-No estoy en contra suya, le he sido fiel y leal porque en verdad deseo ayudar, no convierta a Eijun en una segunda Haruno. El dolor hace que las personas cambien.

-Si se convierte en una segunda Haruno, la ejecución será su fin.

-No estoy diciendo que no esté bien tener concubinas, es una obligación del emperador, pero... Al menos podría visitarlo de vez en cuando.

-Cuando deje de meterse en la política, entonces dejaré de evadirlo.

-Eijun no ha tocado la política desde hace más de un año, ni siquiera...

-¿Crees que no sé que tú le informas todo lo que pasa?

-Esta equivocado, no hemos hablado de esos temas, porque hay mucho más de que...

-¡Silencio!

-Entiendo, si me disculpa... Me retiraré.

El rubio vio a Sawamura consumirse cada vez más en angustia y dolor hasta que inevitablemente enfermó cuando se enteró que la nueva concubina estaba embarazada.

Tanto Chris como los pétalos del Cerezo pasaron noches en vela tratando de cuidar de su salud y haciendo lo posible por ayudarlo a mejorar.

Pero nada pudo hacer que el dolor en su corazón se fuera, estaba tan apagado.

El pueblo que estaba sufriendo ya ni recordaba su nombre o su ayuda, ahora se quejaban de su falta de interés por haber llegado al poder para enriquecerse.

Pasaron muchas semanas antes de que la fiebre cediera, su cuerpo estaba tan débil que ya no era el mismo, ahora estaba tan delgado que no podían reconocerlo, su sonrisa ya no existía.

-Okumura... Es necesario que su majestad venga y haga algo, a este paso su Alteza va a morir sin que podamos hacer algo.

-Ni siquiera quiere escuchar sobre él.

-Entiendo...

-Hablaré con él en el consejo.

-Si haces eso... Te matará.

-No me importa... Le jure a Kataoka-sama que lo protegería.

Chris se fue de allí y llegó a la puerta del emperador y entró irrumpiendo la reunión.

-¿Cómo osas irrumpir en el consejo así?

-No he tenido otra opción.

-La emperatriz puede esperar hasta que los asuntos importantes se resuelvan.

-Me temo que la Emperatriz ya no estará para entonces.

Tetsuya y Kazuya no sabían nada, así que se preocuparon con esas palabras.

-Chris... No lo repetiré una tercera vez, retirate.

El hombre se arrodilló y bajo la cabeza al piso.

-Me temo que no puedo hacerlo, no lo haré hasta ser escuchado.

Youichi se enfado y le respondió con brusquedad para regañarlo, pero Shinji entró corriendo, y se acercó a Chris...

-Por favor médico real, lo necesita, no podemos estar aquí ahora.

Wakana corrió dejando a Takuma a cargo de su Alteza.

-Okumura... Shinji... Su Alteza... Nos ruega que vayamos a su lado.

La mujer lloraba y finalmente Kazuya se atrevió a preguntar.

-¿Qué sucede?

Wakana solo respondió casi en un hilo de voz...

-Su Alteza está grave...

El consejo se quedó en silencio, Youichi sudo frío ante la respuesta de la mujer, esperaba una explicación, pero ni tiempo le dieron, Wakana, Shinji, el médico y Okumura... Se inclinaron y se despidieron para salir corriendo.

-Su majestad... Creo que sería mejor detener la junta y resolver este asunto.

Kazuya tentó su suerte al hablar, pero el emperador estuvo de acuerdo y todos se retiraron.

No quiso revisar el tema de forma inmediata, pero si salió a verlo, al llegar, Eijun estaba acostado en el hombro de Koushuu.

-Tendre que darle otro tónico, espero que con esto podamos estabilizarlo.

-Shinji... Las hierbas.

El guerrero las tomo de uno de los muebles y se las entregó, Wakana le acomodaba la cama y acomodaron al castaño.

Durante ese tiempo, se les quedó mirando mientras ellos se movían rápido, incluso cuando Koushuu cargo a Eijun y lo recostó de mejor manera.

El aroma de hierbas medicinales llegaba hasta afuera, estaba el vapor, pero ni con todo el movimiento y los ruidos, Eijun nunca despertó.

-Sigue sin abrir los ojos...

-Es por la fiebre... Pero si en la noche no abre los ojos, revisaremos de nuevo.

El frío era muy fuerte, lo estaban calentando con ropa y le limpiaban la frente mientras sudaba, lo hidrataban con un pequeño pañuelo en los labios.

-¿Qué pasa Chris?

-Su Alteza siempre ha sido delicado en épocas de frío, muchas veces Ryosuke me obligó a guardar en secreto estás crisis, sólo suceden cuando se encuentra muy triste, pero sólo dos de ellas han sido tan fuertes, una de ellas fue cuando el segundo se casó con su primer esposa y la otra cuando Ryosuke fue asesinado.

-Seguramente estuvo muy deprimido cuando falleció Kataoka-sama...

-Si, y si estuvo enfermo, pero... Lo mantuve en secreto hasta de ustedes, sólo que...

-¿Qué más nos ocultas Chris?

-Su Alteza no puede seguir así, si se sigue deprimiendo de esta forma y su salud se sigue deteriorando... Lo perderemos pronto.

Kou se sentó a su lado y le tomó la mano.

-Hare por ti, lo que tanto deseas, si eso te dará alegría y fuerzas para vivir, lo haré en tu nombre.

El castaño abrió los ojos y los miró a todos, Youichi ni siquiera se atrevió a entrar, los estaba escuchando.

-¿Cómo te sientes?

-Me duele todo el cuerpo...

-Eijun... Sabes que... He decidido ayudarte con lo que me pediste.

-¿De verdad?

-Si, lo haré...

-Sueño con volver a ver prosperar a Seido.

-He visto todos los planes que hiciste, requerimos una fortuna para hacer todo eso.

-Esta bien Kou, puedo solventar esa cantidad y aún así seguiremos estables.

-¿De dónde piensas comprar todo ese hierro?

-Fundiremos todas las armas de la colección.

-Es curioso, tus ideas solucionan muchos problemas de raíz, hemos luchado por resolver los temas desde arriba, pero con estás donaciones, estoy seguro de que va a mejorar.

-¿Por qué cambiaste opinión?

-Quiero verte feliz nuevamente, hace mucho que no sonríes como lo haces ahora. Solo quiero protegerte.

-Gracias...

Wakana miró a Eijun con dudas, pero el le respondió.

-Kou... Te acuerdas de los anillos de mis padres, los que me regresaste hace mucho tiempo...

-Los recuerdo.

-Los he convertido en un arete y una pulsera y les he puesto unas gemas muy bonitas... El arete de Ryosuke a... Cumplido su misión, entonces yo... Quiero que tomes este en su lugar.

El rubio bajó la cabeza y permitió que Eijun le quitará el arete anterior y le  pusiera el nuevo.

-Apenas te despertaste, estás hablando de trabajo.

-Yo le juré a Padre Imperial que vería por el pueblo, y por eso he guardado su testamento como si fuera mi vida.

-Se que entregaste el que dejó a Youichi, pero el tuyo... Aún no nos has dicho lo que te dejó...

-Porque estoy bien sin eso, no necesito poder, solo quiero ayudar.

-Pero si lo hubieras usado, ni tú posición como Emperatriz ni el actual emperador te habrían relegado de tus funciones.

-No quiero ir en contra de él, pero... Ya no me ama, no le importo, y es hora de que acepte esa realidad, me quiere lejos de su vida y eso es lo que voy a hacer.

-Eijun... Otra vez has tomado una decisión, como cuando decidiste pelear con la Emperatriz...

-No voy a pelear con You-san si eso les preocupa, pero no voy a permanecer a su lado, estoy cansado de esperar a que decida verme, quiere intimar con ella, está bien, incluso si quiere mi corona, se la daré, ya no voy a intentar salvar un amor que desde el inicio fue unilateral.

Youichi lo escuchó hablar de eso, y se dio cuenta que en los dos años después de su coronación, nunca creyó que estaba lastimando a su Omega.

-Alteza... ¿Qué hay del enlace?

-Esta roto, la marca ha desaparecido ya.

-Pense que era permanente.

-You nunca quiso hacer una marca permanente, supongo todo esto fue para superar la ruptura.

Después de algunos días, Eijun mejoró de salud y se fue poniendo en pie, tomaron varios planes y Okumura los fue puliendo y empezó las obras incluso sin recibir un permiso imperial, al ser consejero, también tenía ese derecho que no había querido ejercer hasta ahora.

Las reuniones hablaron de todo hasta que Youichi le preguntó a Okumura sobre las obras que estaba dirigiendo sin consultarlo.

-Son obras que ayudarán al pueblo, está un canal de riego, refugios para personas sin hogar, baños públicos y construcción de murallas para Seido en las zonas más débiles.

-¿De dónde obtendremos fondos para esas construcciones?

-Eso no es importante, fue una donación.

Youichi vio la tristeza en los ojos de Okumura y no dijo nada, solo se enfocaron en seguir con los planes.

Después de medio año, todos los niveles críticos en los que Seido estaba habían bajado debido a las construcciones en los lugares adecuados.

La princesa Kanae había nacido en abril, el emperador pasaba mucho tiempo con ella... Pero a Isao casi no lo visitaba.

Tetsuya y Kazuya se mantuvieron lejos de este asunto viendo a Eijun educar y forjar a Isao como un excelente alfa.

5 años después...

-¿Kou?

-Alteza... Yo...

-No te preocupes por lo que pueda decir Youichi, no nos hemos visto en años, así que... Está bien.

-No es por eso, no puedo tomar estos obsequios, son muy costosos.

-Los negocios están bien, así que no pasa nada. De todas formas... Los alfas no tienen dotes, pero si pueden recibir obsequios.

-Solo soy un soldado... Eso es todo.

-Eres mi amigo. Con Wakana estoy guardando su dote para el momento en el que quiera casarse. Lo mismo hago para Takuma, así que a Shinji y a ti, les daré cuanto pueda.

-Hablando de matrimonio... Parece que Wakana está enamorada de uno de los guerreros de ejercito, me refiero a que a últimas fechas la veo con Isashiki.

-Si se quieren, no me interpondré, por el contrario, los ayudaré.

-En cuanto a Shinji, parece que le interesa Tojou...

-Dare mi bendición.

-Takuma está con ese chico... Asada.

-Si, también.

-Y yo...

-¿Te gusta alguien?

El rubio casi se atraganta con la manzana que estaba comiendo.

-No... Es lo que quería decir, yo prefiero quedarme a su lado.

Sawamura le sonrió con alegría, mientras Isao corría a los brazos del rubio.

-¡Papá! ¡Viniste!

El rubio lo cargó en sus brazos y lo abrazó con tanta fuerza como pudo.

-Pequeño Isao, hemos quedado que su majestad es tu padre.

-¡Pero no lo conozco! ¡Mamá dice que papá es el alfa que te cuida! ¡Y tú me cuidas!

El rubio lo abrazó con todas sus fuerzas y le dejó un poco de su aroma para que el niño se sintiera querido.

-¿Majestad?

-Esta noche iré a ver a la Emperatriz...

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