Desastre
Okumura le entregó el colgante a Eijun, quién lo colocó en su cuello como señal de que no está enfadado con el emperador.
Esa noche... Cuando Haruno se lo vio puesto, la mujer volvió a gritar de irá encerrada en su habitación y se deshizo de varios jarrones y espejos.
Tetsuya abrazo a su madre para consolarla y se quedó paralizado al verla llorar de esa forma.
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Tres meses habían pasado desde la noticia, Youichi estaba resignado a perderlo, fue su debilidad lo que lo hizo llegar a este punto.
Ese día observó a Kazuya reír a lado de Eijun, el había estado intentando huir de eso por estos meses, se auto impuso mucho más trabajo y se escapó haciendo varios viajes.
Pero no podía huir más, está noche su Omega... Su amado.... Le entregaría su corazón a otra persona.
Se escondió detrás de la pared, hasta que ya no los vio y después fue a comprar un regalo para esa noche.
Wakana había ido por orden de Okumura a comprar un par de peinetas para Eijun, por la cena, pero se quedó impactada cuando vió al Segundo Príncipe comprando un obsequio.
La Omega se quedó helada cuando el joven le dio un beso al regalo.
-Eijun... No puedo tenerte, pero en esta pieza, te daré mi corazón, aunque nunca lo sepas, seré siempre tuyo, te pertenezco.
Ignorando la presencia agena, el joven tomó una bolsa de oro y pagó su regalo.
El joyero le vio la mano y lo detuvo.
-Espera Youichi ¿Cómo te hiciste estás grandes cicatrices?
-Ah... Es un secreto.... No le cuentes a nadie.
-Lo prometo amigo.
-Fueron mi castigo por lastimar a la persona que más amo en este mundo, a mi persona especial.
-¿Tu? No lo creo...
Wakana salió corriendo de allí y llegó a Takuma, quién la vio dolida y angustiada.
-Lo que tienes que decir, debes decírselo antes de que se siente a la mesa está noche o sino... Te pesará por el resto de tu vida.
-Taku... Ni siquiera te he dicho que es lo que me sucede.
-El oráculo ha hablado conmigo y me ha dicho que te dijera eso, tu eliges.
La mujer fue a ver a su Alteza que ya se había bañado y arreglado, Sawamura la notó distraída y pidió que lo dejarán a solas con Wakana.
-¿Qué te sucede?
-Él... Te ama, lo escuché claramente decirlo, no sé porque ha renunciado a ti, pero te ama...
-¿Él? ¿Quién?
-¡Youichi te ama Eijun! Compró un obsequio para ti, lo vi y lo escuché, incluso... Dijo que se castigó por lo de aquella vez, lo de golpearte.
-¿Qué?
-Que se hirió por azotarte.
Eijun volvió la vista y sus ojos se rompieron en llanto, después de unas horas, se calmó y luego se terminó de arreglar para ir a la cena.
Pero antes de llegar a la cena, vio a Youichi y lo detuvo, Wakana era su única compañía.
-El cielo de esta noche es hermoso.
-Lo es.
-Ya no estás enfado conmigo por lo de esa vez...
-Es usted quién debería estar enfadado conmigo por lo de la tortura.
-No lo estoy, nunca estuve enfadado contigo por eso, sólo seguías órdenes.
-Lo que te dije aquella vez... Lo siento.
-Entremos, la cena va a empezar, después te daré mi respuesta a esa disculpa.
Youichi se apresuró a entrar para que su padre no pensará que le estaba llevando la contraria.
Minutos después, Eijun entró con Wakana y finalmente... Okumura llegó a la cena.
Tres de los pretendientes colocaron pequeños estuches en la mesa y Tetsuya en cambio no puso nada.
La cena inició con un pequeño banquete, nada ostentoso, y al finalizar, Kataoka le hablo a Eijun.
-Dime hijo mío, ¿Ya sabes a quién vas a elegir?
-Si, ya he elegido.
-Entonces...
Tetsuya habló interrumpiendo un poco.
-Espera padre, parece que todos hemos traído un detalle para Sawamura-san, por favor, permite que los entreguemos.
Haruno lo volteó a ver, ella no sabía nada de un detalle, se atragantó un poco con su té.
-Esta bien Tetsuya, pueden entregar sus obsequios.
El primero se puso de pie y se acercó a Eijun, le pidió que extendiera su mano y en ella puso una pulsera hecha de amatistas.
-Este es mi presente.
Sawamura se quedó perplejo, era tallado y completo, no había forma de meter algo allí, no tenía aromas peculiares ni nada, por lo que agradeció y luego el otro se fue a su lugar.
Kazuya había visto eso y estaba molesto, pero no dijo nada, en cambio se puso de pie y se acercó con normalidad.
-Recibe este presente.
La caja fue abierta y en ella había un perfume que soltó su delicado aroma.
-Muchas gracias.
Okumura también se acercó y sacó su regalo, puso un estuche con varias horquillas y Eijun le sonrió.
-Gracias Okumura.
Youichi sentía miedo al ponerse de pie, pero se mantuvo firme.
-Este es mi presente, espero sea de su agrado.
En la mesa al frente colocó una caja más o menos pequeña y luego inclinó su cabeza para retirarse a su lugar.
-Gracias.
Al verla Eijun abrió la tapa y sus ojos se llenaron de lágrimas, la música suave y nostálgica, dentro de ella estaba un retrato muy pequeño de sus padres.
Kataoka miró a su hijo y este cerró los ojos y negó con la cara.
-¿Eijun? ¿Cuál es tu respuesta?
-Padre Imperial... Por favor deme su bendición para casarme con el Segundo Príncipe.
Kazuya ni siquiera hizo un mal ademán, al final, él lo sabía, por eso empezó a tratar al castaño como si fuera su amigo.
En estos tres meses, la mirada de Eijun nunca fue la de alguien que lo amaba, por el contrario, fue la de un amigo, la de un confidente, en cambio... Cuando veía pasar a Youichi a pesar de que él parecía evitarlo, sus ojos siempre fueron diferentes.
-¿Estás seguro?
-Si su majestad.
-Es que... Pensé que como siempre estabas con Kazuya, te inclinarías por estar con él.
-¿Su majestad está molesto? ¿No le agrada mi elección?
-No Eijun, no estoy molesto contigo, si eso es lo que quieres, está bien.
Okumura estaba igual de indignado que Kataoka, no entendía a Eijun, porque no entendía como el Omega podía ser tan tonto para juntarse con quién una vez lo hizo sufrir tanto.
Wakana entendió que le hubiera dicho o no la verdad, su Alteza de todas formas lo habría escogido.
Youichi agachó la cabeza, cualquier cosa que dijera ahora, haría enfadar más a su padre.
La cena se terminó y todos estaban dispuestos a retirarse, cuando el alfa mayor pidió que se quedaran Okumura y Youichi.
Al retirarse todos los demás, Okumura agachó la mirada, desde ese entonces, no había hablado ni una sola vez con el Segundo.
-Okumura ¿Me puedes decir que demonios paso allí afuera?
-No lo sé su majestad.
-¿Su hombre más cercano no sabe cómo es que Eijun eligió a mi idiota segundo hijo?
-Se la respuesta, pero no es una respuesta que lo vaya a satisfacer.
-¡De todas formas dimela!
-Amor, creo que Eijun se enamoró del Segundo hace mucho tiempo.
-Pero... ¿Qué? Si las cosas fueran así, entonces no me habría pedido casarse con... ¡Youichi! ¿En serio te casaste con Natsukawa sabiendo que te amaba?
-No podía ir en contra de su palabra.
-¿Por qué si yo te di su mano no te casaste con él?
-Por... El juramento que le hice a mi madre.
-¿Qué juramento?
-Por favor padre, no me haga decir eso...
-¡Maldición! ¡¿Quieres hablar de una maldita vez con toda la verdad?!
-Hay gente que dice que mi madre murió a causa de los celos de otra mujer, así que yo... Prometí que tendría una sola esposa para que nadie la lastimara, pero Yui... Terminó muriendo.
El rubio estaba furioso, cuan idiota puede ser una persona para jurar algo que no puede cumplir en el Palacio.
-Retirate Koushuu, me quedaré hablando con mi hijo.
El mayor volvió la vista a su hijo y le dijo con la voz firme:
-Responde exactamente lo que te pregunté ¿Eijun estuvo enfermo de tristeza? ¿Es eso así?
-Si...
-¿Te dijo que no te casarás?
-Si.
-Alguna vez tu y él han llegado más lejos.
-No.
-Tu... ¿De verdad quieres casarte con él?
-Si.
-Le he dado mi permiso porque no quiero negarle nada, pero esperaba que tú desistieras y que yo pudiera decirle eso, pero si ya le has roto el corazón tantas veces y te sigue amando, no hay forma de que lo lastime de nuevo. Promete ahora mismo que no dejarás que nada le pase y que vas a portarte bien con él, porque si una sola lágrima sale de sus ojos por tu causa, te arrancaré la cabeza.
-Lo juro.
-Ahora... hablando de la desobediencia y de todo eso que hiciste sabiendo que con venir a decirme la verdad era suficiente.
-Lo lamento.
-No te perdono con una disculpa, pero nadie en este palacio, ni Kazuya ni Tetsuya jamás, podrían poner una mano encima de ti, si alguien va a castigarte, lo haré yo mismo.
El segundo fue a la mesa y tomó las armas de su padre, se deshizo de su ropa superior y se dio la vuelta, ni siquiera se quejó, pero la sangre corría por toda la espalda y las piernas, hasta que al fin el mayor se cansó y se retiró, ni siquiera hubo una cuenta, de inmediato, se puso de pie, había caído de rodillas hace mucho tiempo, se puso su ropa y salió de allí.
Apenas llegó a la esquina sintió que perdía la conciencia, pero alguien lo sujetó, era Kanemaru.
-Esta es la primera vez que te castiga así.
-No se porque se niega a qué alguien más lo haga en su lugar.
-¿Eres idiota o te haces?
-Shinji... Habla.
-Es obvio que es porque claramente tiene favoritismo por ti, para su majestad, tu eres su sucesor, tu serás emperador algún día, cuando tu padre ya no esté.
-Jamás, ni me atrevo a pensar eso, mi padre vivirá por mucho tiempo.
-Eres leal, por eso acepto que te cases con él, pero tampoco yo quiero verlo llorar.
-Eijun... ¿En verdad será mío? No puedo esperar a poder abrazarlo de nuevo, como cuando éramos niños.
-Por favor, dale cariño, es lo que más le hará falta, Kou seguramente estará molesto con él y lo dejara solo por un tiempo.
-Eso no pasará, quiere mucho a Eijun.
-Pues... No se hablaron por mucho tiempo cuando Sawamura tomó decisiones en contra de su seguridad.
-Los conoces bien... Pero está vez no será así, hablaré con Okumura y... También con Eijun, he decidido que voy a pelear a su lado contra esa persona.
-No pareces malherido.
-Ya dejemos de hablar y llévame a mi habitación, por favor.
-Esta bien.
Al día siguiente Youichi tenía mucha fiebre, mandaron a traer a los doctores, pero no pudieron entrar. El joven permanecía dormido y con tanta fiebre que Eijun al enterarse fue a verlo con decisión a pesar de la negativa de Kanemaru.
-¡Déjenme verlo!
-¡No puede ir su Alteza?
-¡Quiero verlo! ¡Por favor!
Sus ojos se empezaron a aguar, el emperador no esperaba que si hijo se enfermaba y ahora Eijun estuviera tan triste.
-Dejenlo entrar, es una orden.
El castaño le beso las manos y luego entro corriendo a ver a su amado, al verlo, Okumura estaba allí, no había doctores ni nadie a su lado, estaban manteniendo el secreto de su enfermedad.
-No puedo entender tu amor por él.
-No yo, intente alejarme, de verdad lo hice, pero nunca deje de amarlo.
-Estara bien, déjalo dormir.
-¿Dónde están los medicamentos?
-Los médicos no pueden pasar hasta que no venga Chris y lo revise.
-Entonces esperaré a su lado.
-Eijun...
El rubio le sujetó la mano y lo alejó de él.
-¿De verdad no puedo hacer nada para que te alejes de esta persona?
-No se puede hacer nada.
-¡Yo te quiero! ¡Como jamás pensé amar a alguien! ¡No quiero verte sufrir por su culpa!
-Kou... ¿Que estás diciendo?
-Que te amo, con todas mis fuerzas, desearía no interponerse en tu felicidad, pero... No quiero dejarte ir con esta persona, lo habría aceptado si en vez de amar a Youichi amarás a Kazuya, pero así no.
El rubio lo jalo más hasta superar su cadera y tenerlo tan cerca que podría besarlo.
Youichi se despertó al escuchar esa declaración, estaba furioso y en el momento en que vio eso, le golpeó la frente, aún herido y enfermo el Leopardo de Seido seguía siendo una amenaza.
-No lo toques.
Sus colmillos crecieron, y sus ojos se dilataron un poco por la ira.
-Este omega es mío.
El alfa rubio gruño pero fue apaleado por la aplastante aura de Youichi, el aroma llegó hasta afuera, Okumura tuvo que salir de allí, pero Eijun se recargo en el príncipe y le pidió que se calmara con un suave susurro en sus oídos.
-You, cálmate por favor.
El alfa se dio la vuelta y puso su nariz en el cuello de Eijun.
-Esas cosas que te ponen, no me gustan, desde ese día, nunca más has vuelto a oler como antes. Amaba tu aroma. Ni siquiera has pasado otro celo...
-Los pasé, pero no fueron como ese por estos medicamentos, pero... Si no quieres que los use, no los usaré.
-Aun no eres mi prometido, papá hablará con Reí para que nos ayude con la cena de compromiso.
El castaño se rió y le puso sus manos en el cuello.
-¿Es eso lo que te preocupa?
-Lo siento.
-¿Por qué? No tienes nada de que disculparte.
-Por todo el daño que te hizo mi terquedad, te prometo estaré a tu lado siempre.
-Mmmm... ¿En verdad? O estás siendo así solo porque su majestad te lo pidió...
El alfa se separó y con su postura erguida y mirándolo a los ojos le dijo.
-Cuando papá dijo que podía cortejarte, quise hacerlo, pero luego... Pasaron cosas y no se pudo, pero Ei-chan, ahora eres mío, como siempre quise que lo fueras, no puedo esperar a casarme contigo pronto. Te daré todo lo que quieras.
-You... Has vuelto a ser el mismo de antes, mi compañero de juegos, mi amigo, mi amado, mi confidente y mi alfa.
El mayor lo abrazó de la cintura y lo recargó en su pecho.
-Mi pequeño...
Sin quererlo, Eijun le tocó la espalda y escuchó un gruñido, al separar su mano, notó que estaba cubierto de sangre y se asustó.
-¿Qué te... Paso?
-No es nada.
-Pero estás sangrando ¿Cómo no va a ser algo?
-Es solo un rasguño.
-¡Youichi!
El alfa se quedó callado al verlo llorar y lo abrazó.
-Eijun, no... No llores, por favor.
-Es que tú eres mi persona especial y...
Cuando tiempo... ¿Cuántas veces la luz de la luna había iluminado la vida oscura de Eijun? ¿Cuántas veces había soñado despierto? ¿Cuántas veces sintió el dolor recorriendo su cuerpo? ¿Cuántas veces creyó que volvería a verlo? Tantas veces que ya ni sus manos podrían contarlos, sus recuerdos ya no podían sostener esto, si hubiera lluvia las gotas se detendrían en este momento, si hubiese fuego, ardería tanto como el mismo sol, si estuvieran cerca del mar, las olas se quedarían quietas con solo un respiro, y al escalar, el movimiento volvería, así es como Eijun se sentía cuando los labios de Youichi se pegaron a los suyos y sus fuertes brazos lo acunaron contra su cuerpo, sujetándole la cabeza y la espalda.
El simple contacto cambió con un ligero movimiento de labios hasta hacerlo ceder a sus deseos y cerrar los ojos, su amado lo besaba con todo el deseo que había acumulado en su cuerpo, su amor surgiendo desde sus entrañas hasta colarse en este beso.
-Voy a protegerte, estaré contigo en la batalla que has empezado, ayudaré hasta donde pueda, solo prométeme que no te podrás en peligro nunca más, porque si algo te pasará, me moriría contigo.
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Seto miraba el espejo de la señora Sawamura que estaba en el tocador de Eijun y Okumura estaba allí parado.
-¿Qué te sucede?
-No entiendo porque lo eligió.
-No lo traiciones Koushuu, si lo haces... Hallarás la muerte.
-¿Tú vas a matarme?
-No... No es eso... Hay un Omega para ti, así que no ambiciones lo que no te pertenece.
-¿Por qué no puede ser él?
-Porque Youichi y Eijun estaban destinados a conocerse, amarse y casarse desde su nacimiento.
-¿Destinados? Eso es un absurdo que no escucharé.
-Escucha Kou... ¿Alguna vez te pusiste ropa que no te quedaba?
-Nunca.
-¿Por muy bonita que fuera?
-No, ¿Eso que tiene que ver?
-Es lo mismo con su Alteza, por muy maravilloso que sea, es una "prenda" que nunca podrías "vestir".
-Taku...
-Tiempos difíciles se avecinan, puedo ver una luz muy grande apagándose.
-¿Estás de broma?
-No, esa luz se está extinguiendo muy lentamente. La vez pasada, cuando vi una señal como está, el Consejero Real Kominato Ryosuke se nos adelantó, aún no sé quién puede partir, pero veo a nuestro solecito cubierto en un mar de lágrimas y sangre. Sólo ruego a los cielos que no sea él Segundo, porque sino Eijun no podrá recuperarse jamás.
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Chris llegó y Eijun se mantuvo a su lado mientras inspecciona el cuerpo de su amado, se dio cuenta que habían sido latigazos y solo una persona podría hacerlo, Kataoka, el emperador.
-Voy a decirle algo, esto no se puede quedar así.
-No Eijun, está bien, me lo merecía.
-Pero...
-Por favor, no te enfades, ha aceptado nuestro compromiso, así que por favor, te ruego no le digas nada.
-Esta bien...
El Omega hizo un lindo puchero que les saco una risa tranquila y noble a los dos que estaban allí.
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La próxima tormenta se avecinaba, ¿Quién diría que las noticias serían tan dolorosas?
Eijun lloraba de nuevo en el piso, sus manos estaban llenas de sangre y se recargó en el pecho de la persona que estaba acostada en el suelo.
-No me dejes, te lo ruego...
Sus ojos se cristalizaron y su larga cabellera castaña estaba regada en el piso.
Al verle la herida en el estómago, de la espada que lo atravesó y la comisura de sus labios llena de sangre, Eijun grito al techo del gran salón.
-¡Nooooooo!
Kazuya lo observaba parado a lado de su madre que también estaba herida y el primer príncipe se sentó a su lado para tomar la mano de quién había muerto.
-Yo... No sé que decir.
-¡No lo toques! ¡Es tu maldita culpa! No lo toques, no lo toques...
Estaba tan dolido que comenzó a golpear a Tetsuya en el pecho y luego las lágrimas salieron sin detenerse, el alfa lo abrazó por primera vez, y de sus ojos brotaron más lágrimas.
El alfa le dio un golpe en la nuca para hacerlo dormir, pues estaba en una crisis y tan nervioso y dolido que esto podía hacerle daño...
-Tetsuya... Que pretendes ahora.
-Esta bien, estoy con ustedes, esto ha llegado muy lejos y esto... Aunque no haga nada por ayudarlos, ya no haré nada para detenerlos, esto... Me duele tanto como a ti.
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