(19) La confesión
Las gemelas me miran patidifusas.—¿Y quién es esa tal Valentina Torres?—Pregunta Maya sin apartar la vista.
—Es una vieja conocida de Dani, su mejor amiga de la infancia y su primer amor.—Respondo sin mucho entusiasmo.
Maya y Nora no esperaban escuchar eso.—Madre mía, qué fuerte.—Dice Nora asimilando la nueva información.—¿Crees que intentará recuperar a Daniela?—Se pregunta Maya. Esa suposición me causa inquietud. No creo que lleve esas intenciones ¿No? Sin embargo, Daniela parece muy feliz hablando con ella. ¿Tal vez es demasiado tarde?
Sacudo la cabeza evadiendo esos malos pensamientos. Respiro lentamente para calmar mis nervios. Cuando por fin he reunido el valor para ir hacia ellas, oigo como alguien la llama por el micrófono.—Ahora, mi hija Daniela, va a inaugurar la gala con el discurso de bienvenida que ha estado preparándose.—Así que ese es Leo Martínez, lo había visto en fotos de hace años, pero debo admitir, que ha envejecido muy bien.
La gente empieza a aplaudir. Veo como Dani se adentra en el escenario con elegancia, irradiando confianza y seguridad. Su vestido rojo se mueve con gracia mientras camina hacia el micrófono. Con una sonrisa en los labios, empieza a hablar.—Buenas noches a todos. Quiero comenzar agradeciendo a los organizadores de esta gala por hacer posible este evento benéfico tan importante. Estoy verdaderamente honrada de estar aquí y contribuir a una causa tan valiosa.—Su voz suena clara y firme.
Estoy fascinada por su seguridad en el escenario.—Como muchos saben, la lucha contra la desigualdad y la pobreza es algo que siempre ha estado cerca de mi corazón. Creo que es nuestra responsabilidad como seres humanos ayudar a aquellos que más lo necesitan y hoy, tenemos esa oportunidad.—La multitud asiente con aprobación.—Juntos, podemos hacer una diferencia significativa en las vidas de aquellos que se encuentran en situaciones difíciles. Así que les pido a todos que abran sus corazones y se unan a nosotros para hacer del mundo un lugar mejor.
Dani se aclara la garganta antes de continuar.—Sé que muchos sois conscientes de la gran perdida que arrastra mi familia desde hace años. Mi hermana Laura nos dejó muy pronto. Un inesperado accidente de coche acabó con su vida. Fue muy injusto. Por eso, parte del dinero que vamos a recaudar, va a estar destinado a ayudar a víctimas de accidentes de tráfico y a sus familias. Son situaciones muy difíciles que también merecen nuestra atención.—Noto como trata de mantener la compostura. Se nota la tristeza en sus palabras.—Gracias de nuevo a los organizadores de este evento, y a todos ustedes por estar aquí esta noche. Espero que disfruten de la gala y se sientan orgullosos de su contribución a una causa tan noble. ¡Gracias!
Al finalizar el discurso de bienvenida, la multitud se levanta de sus asientos para aplaudir. Dani sonríe agradecida, visiblemente conmovida por la respuesta del público. Los organizadores del evento se preparan para dar inicio al banquete.
Nora me llama la atención.—Lía, tu hermano me ha dado esto.—Me da el pequeño regalo que he comprado para Daniela.—Está fuera, no le dejan entrar.—Admiro que el paquete haya llegado entero después de ese desafiante viaje en moto.
Daniela baja por la parte trasera del escenario. Esta es mi oportunidad para que esté asolas y hablar con ella. Maya me da golpecitos en la espalda.—Venga Lía, ve a declararte a tu amor. Aún estás a tiempo.—Sin pensármelo más, voy a buscar a Daniela.
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DANIELA
El discurso ha ido mejor de lo que me esperaba. He sido capaz de hablar con firmeza y determinación. No obstante, cuando ha aparecido el nombre de mi hermana, ha sido uno de los momentos más difíciles. Después de bajar del escenario, necesito un momento para recuperarme. Siento como mis ojos se llenan de lágrimas, pero me niego a dejar que caigan. Necesito mantenerme fuerte, especialmente en un evento como este.
De repente, escucho mi nombre. Es Valentina. Se acerca a mí con una sonrisa.—¡Has estado increíble!—Me envuelve en un cálido abrazo. Sin embargo, no siento nada. Intento mantener una sonrisa en mi rostro, pero por dentro me siento vacía. Agradezco las palabras de Valentina y le devuelvo el abrazo, pero mi mente está en otro lugar. Sigo buscando con la mirada a Lía, esperando que aparezca en algún momento.—Parece que estás muy pensativa hoy.—Me mira preocupada.
Suspiro derrotada, sé que es imposible que Lía aparezca de la nada. No después de alejarnos así.—Sí lo estoy.—Respondo sin muchos ánimos.— Tengo la cabeza como un bombo.
Valentina me coge de la mano. Ese gesto hace que la mire con sorpresa.—Entiendo como te sientes. Yo últimamente me he sentido así. Tengo muchas cosas en la cabeza.—Sonríe levemente.—Y debo confesarte una cosa.
Me quedo en silencio, esperando a que Valentina continúe. No sé qué esperar de su confesión, pero estoy intrigada. Valentina siempre fue muy reservada con sus problemas y emociones.—¿Qué pasa?—Le pregunto con curiosidad.
Nos sentamos en las escaleras del escenario. Val toma aire antes de hablar.—He estado pensando sobre el error que cometí hace años.—¿A qué se refiere con eso?—Debí ir a buscarte cuando desapareciste de mi vida. Te he echado mucho de menos. Todo este tiempo he pensado en ti. Mi relación fue forzada, nunca llegué a amar a Raúl.—Me mira fijamente a los ojos.
—No entiendo que quieres decirme Val.—Ahora mismo estoy muy confusa.—¿Te arrepientes de salir con él?
Ella sonríe levemente.—Lo que me arrepiento es de no haber sido sincera conmigo misma. Daniela, siempre has sido tú. Me he dado cuenta estas últimas semanas, cuando te ayudaba con lo de Lía. Verte hablar de ella tan contenta me daba celos, no sabía por qué, hasta que he tenido un momento para analizarlo.—Mi boca ahora mismo debe estar tocando el suelo.—Sé que estás afectada, pero me gustaría pedirte que considerases lo nuestro.
Estoy en shock. No me esperaba esto de Valentina. Durante años, hemos sido amigas cercanas, pero nunca había imaginado que ella pudiera sentir algo más por mí. Me quedo en silencio, tratando de procesar sus palabras.— Val, yo aprecio mucho tu amistad, pero no puedo darte lo que estás buscando. Ahora mismo en mi cabeza solo hay una persona.
Apenas termino de decir eso, cuando noto sus labios rozar los míos. Mi cuerpo se paraliza. Me aparto de ella tan rápido como puedo. Valentina me mira llena de culpabilidad, como si supiera que acaba de cometer un error.—Lo siento, Dani.
La miro muy enfadada.— ¿Se puede saber.— Oigo como algo cae al suelo, percatándome al instante de que no estamos solas. Giro la cabeza y me encuentro a Lía a escasos metros de nosotras. Sus ojos están llenos de lágrimas.—Lía...—Digo su nombre en un susurro, sin saber qué más decir. Hay un silencio tenso, solo roto por el sonido de la música que sigue sonando en el fondo. Lía nos mira durante unos segundos más antes de darse la vuelta y correr hacia la salida.
Estoy destrozada. Valentina intenta decir algo, pero no le doy la oportunidad. Me levanto, cojo lo que ha tirado al suelo y salgo detrás de ella.
Intento alcanzarla, pero con tacones es muy difícil. La veo a lo lejos, cada vez me saca más distancia. Muchos de los invitados se sorprenden al verme pasar corriendo de estas maneras. No me importa que se dañe mi imagen, solo me importa ella ahora mismo. No sé qué decirle, cómo explicarle lo que ha pasado. Solo sé que si desaparece por la puerta, la perderé para siempre.—Lía, espera, por favor. Necesito hablar contigo.—Le ruego tratando de hacerla parar.
No sirve para nada. Sigue su camino hasta que sale por la puerta principal del hotel. Salgo yo también. La veo a lo lejos, caminando rápidamente sin mirar atrás. Corro lo más rápido que puedo y finalmente logro alcanzarla.—Lía, por favor, escúchame. —Le suplico, tomando su mano para detenerla.
Ella me mira con tristeza y dolor en sus ojos.—Me lo merezco. Te hice daño y este es mi castigo.—Me siento avergonzada y culpable. No sé cómo explicarle lo que pasó sin lastimarla aún más.
—Lo siento mucho, Lía. No fue lo que parecía. Yo no quiero nada con Valentina.—Me duele demasiado el corazón.
Lía baja la mirada y suspira. Parece estar luchando con sus propios sentimientos.—No tienes que justificarte. Ya sé que ella no te gusta. He visto que ha sido Valentina la que ha intentado besarte. Sin embargo, pensaba que podía perderte, eso es lo que me ha asustado.
—Lía yo necesito decirte.
Me interrumpe sin dejarme acabar.—Necesito que me escuches primero.—Mi respiración se acelera.—Desde el primer momento en que te vi, supe que serías diferente. Empecé a darme cuenta de que cada vez que estaba contigo, mi corazón latía más rápido y mi mente solo podía pensar en ti. He estado luchando con estos sentimientos durante tanto tiempo, pero ahora no puedo ocultarlos más. Daniela, te quiero, estoy enamorada de ti.
Mi corazón se para al oír esas palabras. Lía sonríe levemente antes de continuar.—Sé que he cometido errores en el pasado y que te he lastimado, lo siento profundamente. Pero te prometo que, si me das la oportunidad, te amaré como nunca antes he amado a nadie. Daniela, no puedo imaginarme mi vida sin ti. Eres la persona más maravillosa que he conocido y te amo con todo mi ser.
Sin poder contenerme más, conecto mis labios con los suyos. Lía me corresponde al instante, apoyando su mano suavemente sobre mi mejilla y cediendo al beso. Cierro los ojos notando cada gota de pasión. El corazón me late fuerte en el pecho, inundándome de una cálida sensación de felicidad. Siento el delicado aroma de su perfume inundando mi nariz. El mundo se ha detenido, solo existimos las dos.
Me separo notando la falta de aire.—Yo también te quiero Lía.—Apoyo mi frente contra la suya.—Estoy enamorada de ti. Me siento tan feliz de haber encontrado a alguien como tú en mi vida. Prometo cuidarte de la manera que te mereces.—Mis ojos se llenan de lágrimas de alegría.
Lía sonríe.—Daniela. Quiero borrar de mi memoria todo lo que nos ha hecho daño. Me harías la chica más feliz si aceptas darme una oportunidad y salir conmigo.
No puedo contener la emoción.—Por supuesto que sí tonta. Me encantaría salir contigo. Prometo hacer todo lo posible para que esto funcione.
Me abraza con fuerza y suspira aliviada.—Gracias, Daniela. Ahora mismo voy a empezar a hacer las cosas bien.—Observo como reúne coraje para hablar.—Me gustaría pedirte una cita.—Dice sonriéndome.
—¿Una cita?—La miro divertida.
Veo como levanta una ceja. Debo admitir que está adorable siempre que hace eso.—Por supuesto que sí, te lo mereces.—Su cara cambia a una de preocupación en segundos.—¡El regalo! Lo tiré al suelo sin querer en la gala.
—Relájate.—Digo tratando de calmarla.—Tú no lo sabes aún, pero tu novia te va a salvar más de una vez.—Le enseño el pequeño paquete que tenía guardado.—Lo cogí antes de ir a buscarte. Pensé que sería importante.
Lía me da un beso en la mejilla.—¡Eres la mejor!—Dice agradecida. Me sonrojo ante ese gesto.—Pero tienes que abrirlo. Lo he comprado para ti.—Abro el misterioso regalo. Me sorprendo al ver que es un collar parecido al que le regalé, con una única diferencia, este tiene una flor.—He pensado en hacer un juego de opuestos. Las flores crecen durante el día, mientras que la luna brilla en la oscuridad de la noche. Ambas coexisten, la luna las ilumina y las hace resplandecer incluso en la oscuridad. Así somos nosotras, diferentes, pero complementarias. Has iluminado mi vida cuando estaba cayendo, mostrando toda mi belleza y potencial. Yo soy tu flor.—Dice señalando mi nuevo collar.—Y tú eres mi luna.—Me muestra el suyo.
Estoy asombrada por lo bien que Lía ha pensado cada detalle. Me quedo sin palabras ante su dulce gesto.—Es precioso. Muchas gracias.— Sonríe dulcemente, derritiendo mi corazón. Me doy cuenta de que es el inicio de algo especial, una conexión que nunca había sentido antes. Y estoy lista para explorar todo lo que nos espera juntas.
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LÍA
Entramos en la gala cogidas de la mano. Miro el collar que le he regalado, ahora colgando de su cuello. Le queda perfecto. No puedo evitar sonreír. Nunca había sido tan feliz como lo soy ahora mismo.—Si sigues mirándome así el cuello, voy a empezar a sospechar que eres un vampiro, no mi novia.
Ese comentario me hace reír.—Solo estaba admirando el collar boba. Debo admitir que soy muy buena con estas cosas.—Le digo orgullosa de mí misma.
Dani iba a contestarme cuando alguien interrumpe nuestro momento.—Daniela ¿Se puede saber por qué has montado antes ese escándalo?—Mira nuestras manos entrelazadas y frunce el ceño.—¿Y quién eres tú?—Me pregunta no muy amigablemente.
—Mamá, ella es Lía.—Hace una pequeña pausa.—Mi novia.
Me sorprendo al enterarme quién es la misteriosa mujer.
Esa mujer es Erika Weiss.
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