Capítulo único. Tú deliciosa soldad

Nakajima Atsushi, miembro de la agencia armada de detectives merodeaba entre las calles tarde por la noche del sábado pues Dazai le había dejado hacer su papeleo, agradecía que al día siguiente era su día de descanso.

Comenzó a escuchar a chicas murmurar, hombres quejarse, todo hacia la dirección en la que él iba. Fue con cuidado y precavido - ¡¿Akutagawa?! – se preguntó así mismo, no quería llamar su atención pero el chico estaba con su costado recargado a la pared, no parecía herido pero tampoco podía detenerse. Atsushi pensó y pensó, se vio en la misma situación cuando conoció a Dazai – déjalo pasar, déjalo pasar – se dijo a sí mismo – ¡aagh! – se regañó así mismo.

Se acercó al azabache tomándole del hombro – Akutagawa – le llamo y el mafioso volteo a verlo

― Jinko – le llamo con desprecio pero ronco

― Estás hirviendo, déjame ayudarte

― No necesito tu ayuda, ni tuya, ni de nadie

― Akuta... - se tapó la nariz – apestas a alcohol – se quejo

Atsushi se dio cuenta rápido que el mafioso iba a golpearlo con Rashomon pero incluso su habilidad no estaba bien, era peligroso. Abrazo con fuerza al mafioso para no dejarlo moverse y lo llevo contra su voluntad hacia el callejón, Akutagawa siguió forcejeando, se movió tanto que termino vomitando y claro, ensuciando al albino – rayos – se quejó molesto y suspiro – necesito llevarte a limpiar, y necesito que nadie nos vea – menciono mirando al azabache llevándose la sorpresa que se había quedado dormido encima de su hombro. Atsushi volvió a suspirar – tengo un mafioso en mi hombro y estoy vomitado. Nakajima Atsushi, tus ideas de ayudar a los necesitados – se regañó así mismo

Acomodo al mafioso en su espalda y lo llevo por el callejón, buscando donde poder ocultarse ambos, y encontrándose con un hotel, suspiro aliviado. Llego aquel lugar, era barato y simple, lo que necesitaban 500 yenes las 3 horas y 1500 yenes las 8 horas. – Espero que me lo pagues todo al final – mencionaba Atsushi quien desembolsaba el dinero mientras tenia al mafioso en su espalda

― Las llaves de su habitación – dijo el de recepción

― Gracias – sonrió Atsushi

― Tenemos extras en las maquinas expendedoras – menciono

― ¿saben dónde puedo comprar ropa nueva? Estamos muy sucios y dudo que logré limpiar – menciono Atsushi haciendo sonrojar al de recepción

― La juventud – menciono emocionado – a dos calles hay una tienda barata

― Gracias

Atsushi subió escaleras con el chico, claro. Era barato, sencillo, había botellas en el pasillo y escuchaba ruidos extraños de los otros cuartos. Entro al de ellos, el #69

Dejo al azabache sobre el mueble y suspiro – debo ir por ropa, ¿o debería bañarte primero? – Se preguntó a sí mismo y suspiro – no puedo dejarte así como así...

El teléfono de la habitación sonó, Atsushi confundido fue y contesto - ¿sí? – pregunto

― Habla Yoshiko, el chico de la recepción

― Hola Yoshiko-san, ¿dime?

― Bueno, entendí tu dilema, mi turno está por terminar, ¿te gustaría que comprará la ropa por ti?

― ¿po-podrías hacer eso? Sería genial, justo ahora pensaba si desnudarlo y empezar o ir por la ropa

Yoshiko desde la recepción tapo su nariz casi desangrándose, volvió a tomar el teléfono – n-no hay problema, te la llevaré en 30 minutos

― Estaré al pendiente, ¡Gracias!

Con ello, la llamada finalizo.

Atsushi suspiro, dejo el teléfono botado en el mueble y miro al mafioso – vamos a bañarnos – menciono.

Con confianza había tomado el abrigo, lo bajo con cuidado, se sonrojo pero miro mejor la piel del azabache - ¿Por qué tienes marcas rojas? – pregunto, para su desgracia, el azabache había despertado. Tomo al albino de su corbata y lo tiro al suelo quedándose encima

― Jinko ¿Qué pretendes hacer? ¿ah? – dijo molesto

― A-Akutagawa – miro a otro lado – por favor háblame de ladito, apestas a alcohol

― ¡¿Qué sabes tú Jinko?! Iba a tener mi mejor noche

― Aún sigue siendo de noche ¿Qué paso? – pregunto

El azabache se sentó en el suelo mientras sus lágrimas se acumulaban – era perfecto... Dazai-san me llamo por teléfono

― ¿Dazai-san?

― ¡si Dazai-san! – grito y miro su cuerpo – meñisque mi cuerpo en el camino... no podía creer que lo fuera a ver

― Y sí que quedaste rojo – menciono mirando las marcas rojas alrededor del azabache

― Akutagawa... no deberías

― Me siento solo – confeso serio mientras miraba al suelo – soy un mafioso, un asesino, un inútil para mi mentor y un fracaso para todos – menciono decaído y trago saliva mientras intentaba no llorar – soy un fracaso... y está eterna y oscura soledad que me embriaga cada noche

― E-es la primera vez que te veo así...

― Me embriaga Jinko, es terrible

― De-deja de hacerlo... puedes hacerlo...

― No, tú no sabes – dijo molesto – la maldita soledad que te abraza día y noche, la maldita sensación de no tener nada, no ser parte de nada

― Ser encadenado y sin poder ver el sol... lo sé – dijo el albino

― Que sabes tú, maldito Jinko, lo tienes todo ahora, todo, tienes a Dazai-san, amigos, familia incluso la podrías considerar

― Yo... jamás tuve nada, solo una enfermedad pulmonar y una soledad que me estruja para que cada día logre respirar menos

― Akutagawa... - le llamo deprimido el albino

Atsushi decidió no hablar más – nos reunimos en un bar – miro alrededor – Jinko ¿Por qué no hay bebida? – Pregunto – quiero sake

― Ha-hay agua

― Sake

― Solo hay agua

― Dámela – pidió levantando su mano

Atsushi suspiro, fue hasta el frigo bar, tomo la botella de agua y miro el alcohol – espero que no lo vea... - menciono y volvió con el azabache dándole la botella

― Ábrela – Atsushi suspiro cansado, abrió la botella y el azabache bebió – Dazai-san llamo diciendo que debíamos hablar

― ¿hablaron?

― Si... Dazai-san... Dazai-san dijo que estaba creciendo, que estaba haciéndome fuerte pero que me hacía falta un largo camino – trago saliva – que necesitaba florecer

― ¿florecer?

― ¡Me dijo florecer! Mi hermana floreció hace unos años – se quejo

― ¿ja? ¿tan buena es?

― Jinko cuida tus palabras

― N-no entien – el albino fue interrumpido por la puerta

― ¿Quién es? ¿un asesino? Lo mataré

― No, no, no, no. Solo es Yoshiko-san, es mi amigo

― Mas como tu genial

Atsushi suspiro, Akutagawa bebía agua mientras el albino abrió ligeramente la puerta – Yoshiko-san, bu-buena noche

― Buena noche, Atsushi-san – dijo sonriente – compre la ropa

― T-te pagaré y

― Jiiiinkooo – grito – ven aquí, apresúrate

― Es-están ocupados – dijo Yoshiko

― ¿quieres ayudarme? – pregunto Atsushi

― ¿Lo-los tres?

― Será más fácil que si solo soy yo

― JINKooooooooo

― ¡aplácate! ¡ya voy! – grito mirando al azabache y miro al chico - ¿Qué dices?

― En-entro

Yoshiko era un chico "típico" cabello oscuro, ojos castaños, camisa suelta, jeans y un suéter ligero, miro al azabache en el suelo quien lo miraba mal - ¿Quién es ese? – pregunto el azabache

― Es Yoshiko-san – miro al chico – ayúdame a desvestirlo

― ¿E-eh?

― ¡nadie me desvestirá! – grito levantándose

Su mareo era tan grande que cayo hacia el suelo, Atsushi corrió para ayudarle, deteniendo la caída, Akutagawa estaba mareado, apenas podía ver a Yoshiko quien se acercaba al albino encima de él, después todo se volvió oscuro para el azabache.

Atsushi y Yoshiko se habían encargado del chico, Yoshiko levanto a Akutagawa de Atsushi y Atsushi comenzó a desvestirlo – eres muy delicado con él, ¿es-está bien hacer esto cuando está dormido?

― Si esperamos a que despierte será peor de agresivo

― Ti-tienen mucha energía

― No lo sé, es la primera vez

― A-Atsushi-san, eres atrevido

― Bueno... no podía dejarlo así de borracho y perdido – suspiro – solo quiero ayudarle

― ¿A-ayudarle?

― Si, por eso me ayudas ¿no es así Yoshiko-san? – pregunto sonriente el albino

Yoshiko se sintió el mayor pervertido y avergonzado de todo el mundo. Decidió ayudar al albino sinceramente, juntos desvistieron al azabache y lo metieron a la bañera, Atsushi había terminado mojado en el proceso del baño, él y Yoshiko se estaban divirtiendo. Secaron al azabache y lo recostaron en la cama.

Atsushi se bañaba mientras Yoshiko prometido cuidar del azabache, hasta que el albino salió del baño con un bóxer blanco únicamente – Yoshiko, atinaste a mi talla perfectamente – dijo sonriente y el chico se sonrojo

― Atsushi-san no deberías salir así – dijo apenado

― No pasa nada

Yoshiko se acercó con una de las camisas que compro poniéndola alrededor de los hombros del albino – cuando te vi, creí que algo más largo te quedaría bien – menciono mientras abotonaba la camisa juntando sus cuerpos – realmente te vez bien dejando ver tus piernas y una camisa más larga, te vez tierno, inocente, el blanco es tu color

― Yoshiko-san – le llamo el albino y el chico salto al darse cuenta de lo que hacía – tu contacto

― ¿co-contacto?

― Si – sonrió el albino – seamos buenos amigos

― ¡s-si! – dijo emocionado

Yoshiko paso un rato con Atsushi, miraron la televisión mientras la ropa quedaba en la lavandería – dudo que quede hoy – dijo Yoshiko – estaba muy vomitada

― Hay un pantalón allí que me quedará, iré más tarde por la ropa, vete antes de que el último tren pase

― ¿seguro? ¿podrás solo?

― Tranquilo, soy fuerte – dijo sonriente

― Llámame si me necesitas

― Si, gracias por todo Yoshiko-san

El chico salió del cuarto justo para que el azabache lo mirase salir, se sentó en la cama y miro al albino quien se estiraba con la misma ropa, aquel bóxer blanco y la camisa a cuadros que Yoshiko le había colocado - Hey – le llamo molesto, el mareo era grande

― Oh, no te muevas tanto – pidió acercándose – Yoshiko-san dijo que la borrachera te durara si no duermes, duerme Akutagawa – el azabache abofeteo la mano del albino mientras lo miraba molesto

― ¿Por qué debería escucharte? ¿Por qué estás así vestido? ¿Qué hiciste con ese?

― ¿ah? Te bañamos y

Akutagawa se miró, seguía sin ropa y miro al albino – mi abrigo, ¿Dónde está mi abrigo? ¡Quiero mi abrigo!

― Yoshiko-san lo llevo a la lavandería de abajo y

― ¡quiero mi abrigo! – grito

― I-iré

Atsushi daba media vuelta cuando el azabache lo tomo – no, no vayas así, no me dejes

― ¿eh?

Akutagawa trago saliva – soy débil Jinko... yo... no puedo cuidarme solo – menciono, las lágrimas se acumulaban en él – Dazai-san tenía razón, jamás seré digno, jamás seré su orgullo... jamás seré fuerte, ni mucho menos valeroso, soy un sin valor, un inútil, un – Atsushi no lo soporto más, abofeteo al azabache

Atsushi tomo los hombros del azabache - ¡ERES EL MÁS TEMIBLE MAFIOSO DE TODA LA PORT MAFIA, MATAS A CUALQUIERA, ERES FUERTE! ¡ERES INCREIBLEMENTE FUERTE! – grito molesto pero el azabache comenzó a temblar

― No lo soy... soy débil, mírame – se señaló así mismo – ni siquiera me pudieron desflorar

― De nuevo con los de florecer, no comprendo eso – se quejó el albino

― Significa... – lo miro y sonrió – significa esto

Akutagawa jalo a Atsushi a la cama y prosiguió a ponerse encima del albino – ayúdame a florecer Jinko – dijo el mafioso mientras Atsushi tapaba su nariz con su brazo

― A-Akutagawa, por favor, sigo sin entender y si-sigues con olor a alcohol

― ¿eres sensible al olor? – pregunto

― Mi olfato es sensible

El azabache sonrió, aquello sorprendió a Atsushi, abrió la boca dejando su aliento salir cerca del rostro de Atsushi, el albino se sintió mareado por el olor, para cuando dejo su mente fija fue cuando sintió el cosquilleo en su parte baja, algo que no había sentido, alzo la mirada con temor, trago saliva. Al verlo, tuvo miedo, su rostro estaba apanicado, estaba sonrojado, tapo su rostro con sus manos pero abrió sus dedos para poder ver – A-A-A-A-A-AKU-AKUTAGAWA ¡¿Qué HACES?! – grito nervioso, con extremo miedo. El azabache no hablo, su boca estaba llena

La escena era simple y erótica: un cuarto de hotel, dos chicos. Uno queriendo florecer, y el otro sin entender lo que venía de florecer. El albino estaba sobre la cama, con su bóxer blanco ahora ligeramente corrido hacia abajo. Y el azabache encima, sosteniendo las caderas del albino mientras pasaba su lengua por el miembro del albino el cual comenzaba a reaccionar por el azabache – de-de-de-detente s-s-se siente ra-raro e-e-e-eso no se toca A-Akutagawa – decía nervioso

― ¿no se toca? – pregunto sarcástico mientras el miembro se quedaba erecto - ¿eres tan virgen?

― ¿e-eh?

― Lo aprovecharé – dijo una vez más burlón

― Si-sigues bo-borracho y, y ¡aagh! – grito al final en un fino gemido.

Akutagawa había logrado meter su boca en el miembro del albino, con movimientos rápidos y duros, Atsushi sentía como todo su cuerpo vibraba, una sensación de ser apretado lo llenaba y lo odiaba pero también amaba la sensación. Se sentía sin movimientos, si se movía se hacía más intenso, pero quería moverse, quería más y sentirse mejor.

Se sentó sobre la cama y sostuvo la cabeza del azabache acercándolo con fuerza, el sentimiento de lo caliente y lo húmedo estaba matándolo, queriendo más gimiendo más, necesitaba más y fue cuando sintió un golpeteo dentro de él, sintió como explotaría – exp-explotaré – dijo temeroso

Akutagawa tomo la punta con su lengua mientras volvía a meterlo todo en su boca, el albino sin poder soportarlo termino. Estaba aferrado al miedo, Akutagawa lo mataría de eso estaba seguro. Miro como el azabache lo miro serio, limpio su comisura de aquel semen en su boca. – No sabe mal – confeso el azabache – en realidad, es delicioso – confeso

― A-Akutagawa

― Quiero más Jinko

― E-e-eso no está bien

― Dije: quiero más

― ¿co-como te doy ma-más? Ni-ni siquiera sé de donde salió ese

Akutagawa sonrió

...

Entonces allí estaban ambos desnudos, el albino trago saliva mientras miraba al azabache enfrente de él, el mafioso le había obligado (no, ni siquiera le puso una pistola ni nada) a masturbarse enfrente de él, con movimientos torpes el albino soltaba uno que otro gemido, el azabache le ayudaba a sumergirse en su papel regalándole uno que otro beso en su cuello y pasando sus manos por su cuerpo – Jinko, tu herida...

― N-no es nada – dijo mientras el sudor corría

― Me parece... adorable – confeso mientras besaba aquello

Atsushi no pudo evitarlo, volvió a correrse llevándose la mala cara de Akutagawa – tenías que hacerlo en mi boca

― N-no pu-pudo so-soportarlo

― En verdad Jinko – le llamo molesto

El azabache se acercó lo suficiente al albino para quedar cara a cara, estaba encima de él, - te harás responsable de mi – dijo serio mientras el albino sintió placer, sus ojos se fueron expandiendo y eso para el mafioso fue algo grande – desde ahora, tú me harás florecer – confeso burlón

Había usado el miembro del albino para autopenetrarse, su rostro sonrojado ya no lo podía soportar pero el albino estaba en shock, no se movía y eso fastidiaba al mafioso – hey – le llamo molesto – muévete

― Y-yo... - dijo nervioso mirando a los costados – A-Akutagawa m-mi es-e-esta de-dentro de t-t-tu

― Si – dijo sonriente – y si no te mueves, te mataré

― ¿mo-moverme? ¿n-no te lastimará o ma-mataré yo?

― No, muévete

― Pero

― ¡muévete!

― A-ah s-s-si y.yo

El albino trago saliva, tomo los hombros del azabache recostándolo en la cama y el quedándose encima – aah – gimió el azabache al ser movido

― Pe-perdón – respondió Atsushi a su queja y le miro – pu-puedo es-escuchar desde aquí tu corazón... ¿estás tan nervioso?

― Cla-claro que si inútil, pero sigue

― Pe-pero Akutagawa

― ¡Si-gue! – le grito mientras abrazaba sus caderas con sus piernas – métemela hasta el fondo y hazme gritar como

Akutagawa se calló, Atsushi había comenzado a moverse, lento y suave haciendo al azabache sonrojarse – aaahm, maldito Jinko – dijo entre gemidos – e-e-es malditamente bue-bueno... se-se siente raro

― ¿paro?

― No pares, sigue, sigue

Atsushi respiro profundo, no podía evitarlo el tampoco, se sentía en verdad muy bien, comenzó a acelerar más pero seguía siendo suave y gentil, besaba cada parte del mafioso dejando ligeros y dulces chupetones en el cuerpo del mafioso, el azabache continuo gimiendo debajo de él mientras tomaban su cuerpo. El agente no lo pudo evitar, se acercó al pecho del azabache para escuchar su corazón aquello sonrojo al mafioso pero también le excito.

El azabache logró terminar en un gran grito, cansado y aun borracho, se quedó completamente dormido. Atsushi salió de él y respiro agitado, miro al mafioso y miro hacia la puerta, estaba frustrado pero también encantado. Respiro un par de veces, seguidas como si se preparará para un gran esfuerzo.

Se levantó de la cama

...

Akutagawa despertó por la mañana en la cama, miro alrededor, tenía un terrible dolor de cabeza, miro su cuerpo encontrando los chupetones y recordando con ello la noche anterior, estaba limpio, su ropa estaba en un mueble, una nota también estaba, pero no estaba el agente.

Ignoro la nota, se vistió rápidamente y antes de salir, suspiro molesto. Tomo la nota.

Caminaba por las calles furioso por su actitud, más no podía negar que su primera vez fue con su enemigo y le había encantado aun estando borracho, no podía negar que recordaba que obligo al albino a hacerlo. Apretó sus puños molesto, miro la noche por fin.

"Lo lamento, creo que si me vez por la mañana me mataras. Deje todo pagado. Descansa, y si te sientes solo de nuevo llámame, no uses el alcohol."

― Maldito Jinko ¿se cree mi madre o qué? – suspiro pero igual miro el teléfono debajo de la nota y lo guardo – supongo que no está molesto por haberlo obligado – menciono ligeramente alegre

Continuo su camino en búsqueda de los departamentos de la agencia, desde la esquina del jardín pudo verlo, estaba en el segundo piso recargado en la valla cuando lo miro, no pudo evitar sonreír, tenía un encanto a su alrededor, esa luz tan peculiar del albino ahora brillaba con más intensidad, iluminando los ojos del azabache. Estaba dando su primer paso dentro de aquel jardín cuando escucho

― Atsushiii-san, conseguí el helado que querías

― Eso es lo mejor Yoshiko-san – dijo alegre el albino – entra ya

Yoshiko había entrado a uno de los departamentos y el albino le siguió. Akutagawa estaba furioso.

...

Atsushi estaba despidiendo a Yoshiko, cuando su celular sonó, miro la pantalla sin conocer el número y contesto - ¿sí?

― Jinko – escucho la voz ronca una vez más, el tugurio de fondo y trago saliva

― A-Akutagawa, y-yo....

― ¡¿por qué me cambiaste tan rápido maldito gato callejero?!

― ¿e-eh?

― Maldito infiel

― ¿es-estas borracho? Te pedí que no bebieras, Dazai-san no es...

― NO ES DAZAI-SAN, eres tú, maldito mal agradecido – dijo molesto y su voz se hizo de hilo. Atsushi lo supo, estaba llorando – te di mi primera vez y así me pagas, con un cuarto de motel de quinta pagado y ropa limpia, maldito agente, pásate a la mafia a ver si consigues algo de corazón

― ¿do-dónde estás?

― En un bar

― Y-ya sé ¿Cuál?

― La noche en las montañas

― Voy para allá

Atsushi corrió hacia el barrio con bares, no tardó mucho en encontrarlo, recostado en la barra, suspiro, la gente alrededor ni siquiera noto cuando se lo llevo, para gran suerte del albino, en cuanto salieron del bar comenzó a llover fuerte, se refugiaron en un callejón con ligero techo. Akutagawa estaba empapado y el albino también, Atsushi lo miro - ¿Qué te sucedió? – pregunto

― La soledad, Jinko es...

El albino tomo el abrigo del mafioso con fuerza – ¡NO SALGAS CON ESAS COSAS DE NUEVO! – Grito molesto – eres súper fuerte – dijo molesto – eres tan fuerte, y al mismo tiempo tan delicado... co-como una flor, a-así que por favor, deja de beber de esa manera – pidió con los ojos aunque llenos de furia llenos de lagrimas

― ¿Por qué lloras?

― Detesto verte así... No quiero oirte escuchar de la soledad... 

― Estoy así por ti

― ¿Qué dices?

― Te vi con ese chico del motel, ustedes... ¿congeniaron? Recuerdo que ya estabas en bóxer

― Si, Yoshiko-san es un buen chico, me agrado

― Entonces ¿para qué vienes?

― ¿Cómo que para qué? – dijo molesto y miro a otro lado avergonzado – n-no lla-llamaste... - bajo la cabeza – creí que me ibas a matar...

― Te fui a buscar, estabas con él

― ¿Por qué no pasaste?

― Eres un idiota ¿no?

― No entiendo... si no ibas a matarme, ¿Por qué estas así? ¿Qué hice mal?

― ¿Qué hiciste con Yoshiko?

― Vimos una serie en la televisión y platicamos

― ¿solo eso?

― Mmm... comimos helado

Akutagawa lo miro sorprendido, el albino era completamente inocente, recordó mejor su noche juntos, Atsushi apenas podía moverse, era cierto. Completamente cierto, sin escapatoria comenzó a reír sorprendiendo al albino - ¿hi-hice algo malo? – pregunto

― Si, algo terrible

― ¿e-eh?

― Enamorar a un mafioso

― ¿eh?

Atsushi fue callado con un beso y abalanzado al piso mientras un juego de lenguas iniciaba, el azabache se apartó y sonrió - Jinko, serás mi eterna soledad

― Mi-mientras dejes de beber...

― Lo juro, mientras estés a mi lado

Atsushi se sonrojo pero sin importar que: sonrió.

Aquella noche se fueron juntos hasta el departamento del albino, el azabache había sido invitado. Los besos que se daban eran entre dos paredes, dejando al albino encerrado en ellas – A-Akutagawa, pa-para un poco – pidió el albino mientras el azabache besaba su cuello

― Jamás pararé – menciono el mafioso – ahora ven aquí y hazme tuyo

Atsushi trago saliva – tendré que ac-acostumbrarme a esto

― Lo harás, - menciono y sonrió – porque te encanto

Atsushi se sonrojo completamente, se quedó nervioso y el mafioso no pudo evitar sonreír – así en la esquina, como una oscura soledad, ilumina cada esquina Jinko, ilumínalo todo – pidió mientras abrazaba la cintura del albino – iluminaba cada noche y día, y

― Jamás te abandonaré, ni te olvidaré – a completo el albino

― Eres mi más deliciosa soledad...



...

Cuenta la leyenda, que un hombre de mayor edad se queda en los bares, siempre vistiendo el mismo abrigo y siempre tomándose solo un trago, uno que dura casi toda la noche. Se dice que espera a su amor que falleció en guerra. Se dice que fue mafioso, se dice que está loco, se dice tantas cosas.

Muchos de los clientes de los bares lo han visto, afirman verlo, pero lo que más les asusta es que siempre ven al chico en un abrigo oscuro y entre soledad, pero siempre hay un faro que lo ilumina. 


...

¡Hola!

Es un lindo One shot de mi pareja favorita, aunque deje a Akutagawa de pasivo, sinceramente amoooooo está historia

¿alguien lloro? ¿no? Yo si.

¡Gracias por leer!

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